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viernes, 31 de agosto de 2018

Santo Evangelio 31 de agosto 2018


Día litúrgico: Viernes XXI del tiempo ordinario

Santoral 31 de Agosto: San Ramón Nonato, religioso

Ver 1ª Lectura y Salmo
Texto del Evangelio (Mt 25,1-13): 
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes, que, con su lámpara en la mano, salieron al encuentro del novio. Cinco de ellas eran necias, y cinco prudentes. Las necias, en efecto, al tomar sus lámparas, no se proveyeron de aceite; las prudentes, en cambio, junto con sus lámparas tomaron aceite en las alcuzas. Como el novio tardara, se adormilaron todas y se durmieron. Mas a media noche se oyó un grito: ‘¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!’. Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Y las necias dijeron a las prudentes: ‘Dadnos de vuestro aceite, que nuestras lámparas se apagan’. Pero las prudentes replicaron: ‘No, no sea que no alcance para nosotras y para vosotras; es mejor que vayáis donde los vendedores y os lo compréis’. Mientras iban a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: ‘¡Señor, señor, ábrenos!’. Pero él respondió: ‘En verdad os digo que no os conozco’. Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora».


«En verdad os digo que no os conozco»

Rev. D. Joan Ant. MATEO i García 
(La Fuliola, Lleida, España)

Hoy, Viernes XXI del tiempo ordinario, el Señor nos recuerda en el Evangelio que hay que estar siempre vigilantes y preparados para encontrarnos con Él. A media noche, en cualquier momento, pueden llamar a la puerta e invitarnos a salir a recibir al Señor. La muerte no pide cita previa. De hecho, «no sabéis ni el día ni la hora» (Mt 25,13).

Vigilar no significa vivir con miedo y angustia. Quiere decir vivir de manera responsable nuestra vida de hijos de Dios, nuestra vida de fe, esperanza y caridad. El Señor espera continuamente nuestra respuesta de fe y amor, constantes y pacientes, en medio de las ocupaciones y preocupaciones que van tejiendo nuestro vivir.

Y esta respuesta sólo la podemos dar nosotros, tú y yo. Nadie lo puede hacer en nuestro lugar. Esto es lo que significa la negativa de las vírgenes prudentes a ceder parte de su aceite para las lámparas apagadas de las vírgenes necias: «Es mejor que vayáis donde los vendedores y os lo compréis» (Mt 25,9). Así, nuestra respuesta a Dios es personal e intransferible.

No esperemos un “mañana” —que quizá no vendrá— para encender la lámpara de nuestro amor para el Esposo. Carpe diem! Hay que vivir en cada segundo de nuestra vida toda la pasión que un cristiano ha de sentir por su Señor. Es un dicho conocido, pero que no estará de más recordarlo de nuevo: «Vive cada día de tu vida como si fuese el primer día de tu existencia, como si fuese el único día de que disponemos, como si fuese el último día de nuestra vida». Una llamada realista a la necesaria y razonable conversión que hemos de llevar a término.

Que Dios nos conceda la gracia en su gran misericordia de que no tengamos que oír en la hora suprema: «En verdad os digo que no os conozco» (Mt 25,12), es decir, «no habéis tenido ninguna relación ni trato conmigo». Tratemos al Señor en esta vida de manera que lleguemos a ser conocidos y amigos suyos en el tiempo y en la eternidad.

No es lo mismo estar en redes sociales que hacer apostolado en ellas: ocho consejos para evangelizar


Hay que saber utilizar bien las redes sociales, y no todas sirven para todo…

No es lo mismo estar en redes sociales que hacer apostolado en ellas: ocho consejos para evangelizar


Es innegable, todos tenemos perfiles de redes sociales, y cuando digo todos me refiero no solo a personas naturales como tú y yo, sino que aquí incluyo cualquier tipo de iniciativa colectiva. Hasta el grupo más sencillo y humilde tiene un perfil en alguna red social para mostrar las actividades que realiza. Nuestras parroquias, comunidades y movimientos no se quedan atrás en la misión particular de evangelizar en redes sociales, pero esta necesita ser tomada en serio, explica Sebastián Campos en Catholic Net.

Los invito a que, con sinceridad, hagamos una distinción: una cosa es tener un perfil en alguna red social (Facebook, Instagram, Twitter, YouTube, etc) y otra cosa muy distinta es evangelizar en ella. Estar presente en algo no es sinónimo de formar parte de ese algo. Si no, cualquiera que se compra zapatillas es deportista o cualquiera que tiene un lápiz y un cuaderno es escritor. Hecha esta salvedad, no todo es malo e infructuoso, pues queda demostrado un sincero esfuerzo de buscar espacios para anunciar la buena noticia y para compartir la alegría de creer en Jesús.

A veces caemos en errores inconscientes, el mayor de ellos: pensar que las redes sociales funcionan igual que el diario mural de la parroquia. Busquemos nuevas formas para comunicar la Buena Nueva y al mismo tiempo miremos con objetividad aquellas prácticas que hacemos pensando en hacer apostolado, pero que no tienen nada que ver con este fin.


1. Estar en las redes sociales no es suficiente para evangelizar en las redes sociales

Para evangelizar lo principal es que comuniquemos "La Buena Noticia". Compartir la Buena Noticia de que, a pesar de nuestro pecado, Dios nos ama, nos reconcilia con Él a través de Jesús y este nos da la Vida Eterna. Lo más importante no solo es transmitir el mensaje, sino cuidar la forma en que lo hacemos.

Compartir mensajes de la Iglesia, actividades, fotos de nuestras actividades, argumentos para defender nuestras posturas, música, reflexiones espirituales, invitaciones a eventos, etc. Todo eso, sin duda es importante, pero más importante es preguntarnos: ¿De mis últimas publicaciones, con cuál anuncio el Evangelio realmente?, ¿cuál de esas significa un mensaje de amor de parte de Dios para quien la lee?

 2. Seamos más que los noticieros de la Iglesia

Muchos de nuestros perfiles, sobre todo los comunitarios, esos de las parroquias y grupos; más que un medio de evangelización, parecen un canal de noticias. Eso es fantástico, pero no es sinónimo de evangelizar.

Basta con visitarlos, para enterarse de todo lo que ocurrirá y ocurrió, verás las últimas actividades del Papa, del Obispo, la más reciente actividad benéfica que se hizo en la parroquia, los lindos retiros, la próxima jornada de formación y así, una lista infinita de las muchas cosas que ocurren en la Iglesia. Si me preguntas, esto es importante, pero lamentablemente solo lo es para aquellos que formamos parte del grupo.

Pregúntatelo sinceramente: ¿a alguien que necesita consuelo y esperanza, le servirá de algo saber que el Obispo acaba de confirmar a 120 chiquillos?

3. Qué linda estuvo la actividad a la que no fui... pero, ¿qué más me comunica?

Una cosa es evangelizar, otra es compartir fotos de lo que hacemos, y cuando se trata de "álbumes de 300 fotografías de la última Eucaristía mensual para niños", pues tiene poco que ver con evangelizar en Internet y tiene más que ver con dar testimonio de aquello que nuestras comunidades hacen.

Insisto, es maravilloso tener registro de todo eso, sobre todo si mi hijo estaba en esa Misa, pero es incómodo cuando los perfiles en redes sociales hacen eso, pues parece que se trata de una campaña para demostrarnos lo maravillosas, entretenidas y refrescantes que son todas las actividades a las que no voy... Tal vez un tiempo en seleccionar las fotos más conmovedoras y que representen la solemnidad del momento podría comunicar mejor el amor de Dios.

4. Nos acompañamos, nos animamos, hacemos comunidad

Sin duda, este es uno de los "hábitos" más provechosos de la web. Pero no solo se trata de compartir conocimientos, contenidos y otras materias teóricas. También hay mucho de acompañamiento real, de conversaciones "uno a uno", de consejos, de preguntas y respuestas. Las redes sociales no solo son un muro donde pegamos informaciones, puede ser también una gran cafetería donde nos podemos sentar solos, en pareja o con un gran montón de amigos. Yo prefiero esto último.

Tan cercanos nos sentimos, que las redes sociales nos permiten sentirnos cerca e incluso establecer amistades, con personas que nunca hemos visto frente a frente. Nos ayuda a conocer más sacerdotes y que estos nos den testimonio de su vocación y sobre todo, nos permiten acompañar a aquellos que más necesitan de esperanza, consuelo y amor. Aprovecha esta oportunidad.

5. Hablamos y no nos ponen atención. Escoge con cautela el momento y el lugar

¿Te ha pasado que compartes la imagen de una actividad o evento y luego de unos días no tiene ni un solo "me gusta"? Sin duda es incómoda esa sensación de haberle hablado al aire sin obtener respuesta. Pero tranquilo, quizás no es problema de tu mensaje, sino que del lugar donde decidiste publicarlo. He visto recordatorios para la reunión de coordinación de agentes pastorales, pero publicados en "Twitter". Seguro cientos de personas lo vieron, es decir, yo lo vi y no tengo nada que ver con esa reunión que no solo se hizo en otra ciudad, sino, en otro país.

Otras veces, vemos personas frustradas porque nadie confirma que "asistirá" a tal o cual evento organizado por el grupo. Difícilmente alguien nuevo irá, si los únicos que ven sus publicaciones son sus amigos de siempre, esos mismos que están organizando la actividad a la que se invita.

¿Quizás para la reunión de coordinación es mejor un grupo de Whatsapp no? Y al mismo tiempo, para que la gente vaya a tu evento, no es tan buena idea poner todas las fichas a un evento en Facebook y esperar a que el salón se llene de gente nueva.



6. Los que confunden WhatsApp con su muro de Facebook

Sin duda WhatsApp cambió la forma en que nos comunicamos, sobre todo porque tenemos "grupos" con las personas que forman parte de nuestro trabajo, de nuestros proyectos y por supuesto, los de la Iglesia.

Es lindo cuando el grupo de WhatsApp de "los de la Iglesia" es una instancia para saludarse, desearse un buen día y mantenerse conectados con las vidas de los demás, además de intercambiar mensajes de trabajo pastoral y tareas de cada uno.

Lo incómodo (y que hace que muchos silenciemos los grupos por un año, y ojalá se pudiera hasta la eternidad, hasta la segunda venida de Jesús) es que algunos usan esta red social como su muro de Facebook y envían imágenes, noticias, videos, canciones y un montón de cosas, que, además de dejar nuestros teléfonos sin memoria, hacen que terminemos detestando ese "grupo de WhatsApp" porque al final de cada día tenemos cientos de mensajes por revisar y pocos tienen que ver con el objetivo que tiene ese grupo.

Cuidemos la comunicación dentro de la Iglesia, para que no nos pase que terminamos por ignorar todo lo que nos dicen y que también nos ignoren a nosotros cuando decimos algo.

7. La jornada mundial de las frases "Cliché"

"Ven a vivir nuevas experiencias", "Jesús te espera", "Conocerás nuevos amigos", "Talita Kum, Joven Levántate", "Una experiencia que no olvidarás".... ¿Te suena todo esto? Es como el cuento de Pedrito y el lobo: lo hemos repetido tanto que ha perdido el valor. Yo no digo que sea mentira, pues de verdad Jesús nos espera, pero estas frases están tan utilizadas en nuestros post, afiches, lemas y todo lo que comunicamos, que ya nadie nos cree.

Es probable que logremos captar más la atención si nos detenemos un poco a pensar y le pedimos al Espíritu Santo que nos sople ideas nuevas y frescas para cautivar a más corazones. Comunica tu experiencia de encuentro más que las frases que has escuchado hasta el cansancio.

8. El que busca peleas con todo el mundo... las encuentra

¿Han visto esas publicaciones que incitan a respuestas agresivas? Está demás decir que no hay nada de buena noticia (evangelización) en ello, solo se busca calentar los ánimos.

Es como si estuvieran moviendo los brazos y ajustando los guantes para pelear. Yo incluso pienso que tienen links guardados esperando los comentarios de los que no están de acuerdo, sobre todo si se trata de temas morales. Esas discusiones que no hacen más que alejarnos los unos de los otros y que no solo aleja a los que discuten sino a todos, no tienen ningún sentido.

Es claro que el rol del profeta es anunciar y denunciar, pero al mismo tiempo debe preguntarse antes de publicar algo: ¿edifica, construye, da esperanza, es una Buena Noticia, quien lo lea recibirá algo de parte de Dios? Quizás, aunque sea verdad lo que quiero compartir, no ayude a nadie.

Fuente: Religión en Libertad

jueves, 30 de agosto de 2018

Santo Evangelio 30 de agosto 2018



Día litúrgico: Jueves XXI del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mt 24,42-51): 

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa. Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre. ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, a quien el señor puso al frente de su servidumbre para darles la comida a su tiempo? Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. Yo os aseguro que le pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si el mal siervo aquel se dice en su corazón: ‘Mi señor tarda’, y se pone a golpear a sus compañeros y come y bebe con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los hipócritas; allí será el llanto y el rechinar de dientes».


«Estad preparados»

+ Rev. D. Albert TAULÉ i Viñas 
(Barcelona, España)

Hoy, el texto evangélico nos habla de la incertidumbre del momento en que vendrá el Señor: «No sabéis qué día vendrá» (Mt 24,42). Si queremos que nos encuentre velando en el momento de su llegada, no nos podemos distraer ni dormirnos: hay que estar siempre preparados. Jesús pone muchos ejemplos de esta atención: el que vigila por si viene un ladrón, el siervo que quiere complacer a su amo... Quizá hoy nos hablaría de un portero de fútbol que no sabe cuándo ni de qué manera le vendrá la pelota...

Pero, quizá, antes debiéramos aclarar de qué venida se nos habla. ¿Se trata de la hora de la muerte?; ¿se trata del fin del mundo? Ciertamente, son venidas del Señor que Él ha dejado expresamente en la incertidumbre para provocar en nosotros una atención constante. Pero, haciendo un cálculo de probabilidades, quizá nadie de nuestra generación será testimonio de un cataclismo universal que ponga fin a la existencia de la vida humana en este planeta. Y, por lo que se refiere a la muerte, esto sólo será una vez y basta. Mientras esto no llegue, ¿no hay ninguna otra venida más cercana ante la cual nos convenga estar siempre preparados?

«¡Cómo pasan los años! Los meses se reducen a semanas, las semanas a días, los días a horas, y las horas a segundos...» (San Francisco de Sales). Cada día, cada hora, en cada instante, el Señor está cerca de nuestra vida. A través de inspiraciones internas, a través de las personas que nos rodean, de los hechos que se van sucediendo, el Señor llama a nuestra puerta y, como dice el Apocalipsis: «Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo» (Ap 3,20). Hoy, si comulgamos, esto volverá a pasar. Hoy, si escuchamos pacientemente los problemas que otro nos confía o damos generosamente nuestro dinero para socorrer una necesidad, esto volverá a pasar. Hoy, si en nuestra oración personal recibimos —repentinamente— una inspiración inesperada, esto volverá a pasar.

Fue enseñada para odiar a la Iglesia, pero el Santísimo la enamoró tanto que acabó siendo monja


Sor María Faustina había sido aleccionada por los adventistas 

Fue enseñada para odiar a la Iglesia, pero el Santísimo la enamoró tanto que acabó siendo monja

Sor María Faustina tuvo que vencer la influencia de los adventistas que había en ella

Sor María Faustina tuvo que vencer la influencia de los adventistas que había en ella


Mireily Rodríguez Vargas es una joven puertorriqueña que cambió su nombre por el de sor María Faustina cuando profesó sus votos como dominica en el convento de Nuestra Señora del Rosario de Fátima en Texas (EEUU). Pero su vocación llegó tras una conversión dura, después de haber estado bajo la influencia de las enseñanzas de los adventistas. Cuando descubrió la verdad sobre la Iglesia Católica se le abrió un mundo que le fascinó hasta tal punto que decidió entregar su vida por completo.

Fue criada en una familia católica pero no demasiado practicante y eran sus compañeros de colegio los que le decían que la Virgen María había tenido más hijos, hasta llegarse a convencer de ello. A los 16 años tras un duro acontecimiento familiar aparecieron en su vida los adventistas. “Por insistencia de un familiar, comencé a ir a clase con ellos. Al principio consistía en contestar las preguntas de unos folletos, luego el pastor vino a darnos la clase personalmente, creo que era una vez por semana”, recuerda.

El odio a la Iglesia y al Papa

Después de esto, fue invitada a un taller denominado “Descubriendo la verdad” y que tenía como objetivo realizar en ella un lavado de cerebro. Cuenta la hermana María Faustina que“trataba de cómo la Iglesia Católica era la ‘gran ramera del Apocalipsis’ y el Santo Padre, ‘la bestia del profeta Daniel”.

Una vez que concluyó este taller tocaba ser “bautizada” como adventista. La joven estaba muy confundida pero “no creía eso sobre la Iglesia Católica”. Finalmente, una amiga suya decidió no bautizarse por lo que ella tomó la misma decisión.

La importante labor de su abuela

Fue su abuela la que finalmente tomó cartas en el asunto y alejó a los adventistas de su nieta y acudió a una Iglesia Católica para que pudiera apuntarse a catecismo. Sin embargo, el tiempo que había pasado en contacto con los adventistas había hecho mella en ella. “Ya no amaba a la Virgen María, a la cual tenía devoción de pequeña”, cuenta en su testimonio. Además, añade que en ese momento “pensaba que no necesitaba ir a la iglesia, porque un lugar de cuatro paredes con Biblia y Agua Bendita podía ser mi cuarto”. Incluso, creía que “los cuadros, aun los no religiosos, eran idolatría por lo que había aprendido con los Adventistas sobre los 10 mandamientos.


Todo cambió con la catequesis de adultos

Sin embargo, en 2007 logró iniciar las catequesis de adultos. “Mi vida cambió. A través de las catequesis del sacerdote encargado, de una religiosa y todo el equipo de catequistas que acompañaban al programa, empecé a aprender mucho, a cuestionarme cosas sobre la fe”, relata la propia María Faustina.

Mientras tanto, su abuela seguía perseverando y acompañaba a su nieta a misa todos los domingos, sin excepción. “Empecé a ver a Dios como un padre amoroso” y su vida empezó a cambiar, motivo por el cual “se alejaron muchos amigos y empecé a tener problemas con un novio que en aquel entonces tenía”.

El bello recuerdo de su primera comunión

Así llegó su primera confesión durante un Domingo de Ramos, que según define ella misma, fue “como sacer muchos clavos de mi corazón” por lo que “me sentí otra persona”. Y en la Vigilia Pascual llegó por fin su primera comunión, que “fue un momento tan bello, único de sentir a mi Dios por primera vez en mí. Desde ese día me sentí más unida a Dios, de una forma diferente. Mi forma de ver la vida cambió, para verla un poco más sobrenatural”.

Todo lo que guardaba en su interior que aprendió con los adventistas iba desapareciendo.

Y más tarde el descubrimiento de la Adoración

Mientras tanto, ella seguía descubriendo fascinada la belleza de la Iglesia Católica: “En mi vida espiritual, empezaba por aquel entonces a descubrir a Jesús en el Sagrario y en la Exposición. Me llamaba tanto la atención ver a tanta gente arrodillada allí que me propuse ir un día. Cuál fue mi sorpresa que al llegar, sentí algo que me puso de rodillas y comencé a llorar porque sentí una presencia tan grande, tan santa y superior a mí que llenaba todo mi ser. Desde ese día, Jesús Eucaristía fue el amor de mi vida”.

Poco después se produjo otro acontecimiento clave en la vida de esta joven pues fue la que empezó a abrir en ella la vocación. Y es que buscando libros católicos, se topó un día con el diario de Santa Faustina. “Me entró la curiosidad de ver qué escribiría una monja. Cuando comencé a leerla, me enamoró su espiritualidad, su forma de tratar al Esposo de su alma. Me llenó el corazón cuando leí su historia vocacional y me pregunté qué haría si Jesús me llamara a mí también”.

"Jamás seré monja"

Esta fue la primera vez que rondó por su cabeza la idea de la vocación a la vida religiosa. Pero el miedo podía más por lo que intentó enterrar esos sentimientos. Pronto también empezaron a preguntarla por si se había planteado irse a un convento por lo que se cerró en banda y ella una y otra vez respondía que “jamás seré monja”.



Pero la vida que llevaba no le llenaba. Ni su trabajo, ni sus amigos conseguían llenar lo que sólo Dios podía hacer. Y de nuevo pasó por su cabeza  la idea de la vocación hasta que por fin aceptó ir a una de las charlas vocacionales a las que antes había rechazado acudir en numerosas ocasiones.

Las palabras del profeta Jeremías

Lo que escuchó en aquella charla hizo mucha mella en esta joven puertorriqueña. La misma cita de Jeremías que dice “antes de formarte en el vientre materno, yo te conocía; antes de que salieras del seno, yo te había consagrado…” la perseguía por todos lados y aparecía en todo momento, en su música, en la iglesia, en las lecturas que abría al azar…

Ahí se convenció de que Dios la llamaba para la vida consagrada pese a que seguía resistiéndose. Tenía dos sueños sobre la vocación y con la ayuda de su director espiritual pudo interpretarlos. “Soñaba que pedía entrar en una congregación y me decían que allí no era y me daban un velo negro. El sacerdote me decía que era la Orden Dominica, pero yo me resistía”, cuenta sor María Faustina.

El claro mensaje de la Virgen

Al final se encomendó a Santa Faustina y Santa Teresita para que le ayudaran a discernir su vocación además de realizar la Consagración a la Virgen durante 33 días. “Mamá María no se hizo esperar y una mañana amanecí con la certeza de que Dios me llamaba y que iba a entrar con las Hermanas Dominicas de Nuestra Señora del Rosario de Fátima”.

Dios se lo puso todo muy fácil desde aquel momento y ahora ella, Sor María Faustina, es feliz en este convento texano. “Dios ha hecho maravillas en mi vida, me ha hecho una nueva creatura y a pesar de mis pecados y defectos hace su obra en mí para hacerme una esposa santa para su Gloria”, concluye esta religiosa.

Publicado originariamente en Religión en Libertad el 21 de febrero de 2017

Fuente; Religión en Libertad

miércoles, 29 de agosto de 2018

Santo Evangelio 20 de agosto 2018


Día litúrgico: 29 de Agosto: El martirio de san Juan Bautista

Texto del Evangelio (Mc 6,17-29): 

En aquel tiempo, Herodes había enviado a prender a Juan y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, con quien Herodes se había casado. Porque Juan decía a Herodes: «No te está permitido tener la mujer de tu hermano». Herodías le aborrecía y quería matarle, pero no podía, pues Herodes temía a Juan, sabiendo que era hombre justo y santo, y le protegía; y al oírle, quedaba muy perplejo, y le escuchaba con gusto. 

Y llegó el día oportuno, cuando Herodes, en su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a los tribunos y a los principales de Galilea. Entró la hija de la misma Herodías, danzó, y gustó mucho a Herodes y a los comensales. El rey, entonces, dijo a la muchacha: «Pídeme lo que quieras y te lo daré». Y le juró: «Te daré lo que me pidas, hasta la mitad de mi reino». Salió la muchacha y preguntó a su madre: «¿Qué voy a pedir?». Y ella le dijo: «La cabeza de Juan el Bautista». Entrando al punto apresuradamente adonde estaba el rey, le pidió: «Quiero que ahora mismo me des, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista».El rey se llenó de tristeza, pero no quiso desairarla a causa del juramento y de los comensales. Y al instante mandó el rey a uno de su guardia, con orden de traerle la cabeza de Juan. Se fue y le decapitó en la cárcel y trajo su cabeza en una bandeja, y se la dio a la muchacha, y la muchacha se la dio a su madre. Al enterarse sus discípulos, vinieron a recoger el cadáver y le dieron sepultura.


«Juan decía a Herodes: ‘No te está permitido tener la mujer de tu hermano’»

Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM 
(Barcelona, España)

Hoy recordamos el martirio de san Juan Bautista, el Precursor del Mesías. Toda la vida del Bautista gira en torno a la Persona de Jesús, de manera que sin Él, la existencia y la tarea del Precursor del Mesías no tendría sentido.

Ya, desde las entrañas de su madre, siente la proximidad del Salvador. El abrazo de María y de Isabel, dos futuras madres, abrió el diálogo de los dos niños: el Salvador santificaba a Juan, y éste saltaba de entusiasmo dentro del vientre de su madre.

En su misión de Precursor mantuvo este entusiasmo -que etimológicamente significa "estar lleno de Dios"-, le preparó los caminos, le allanó las rutas, le rebajó las cimas, lo anunció ya presente, y lo señaló con el dedo como el Mesías: «He ahí el Cordero de Dios» (Jn 1,36).

Al atardecer de su existencia, Juan, al predicar la libertad mesiánica a quienes estaban cautivos de sus vicios, es encarcelado: «Juan decía a Herodes: ‘No te está permitido tener la mujer de tu hermano’» (Mc 6,18). La muerte del Bautista es el testimonio martirial centrado en la persona de Jesús. Fue su Precursor en la vida, y también le precede ahora en la muerte cruel.

San Beda nos dice que «está encerrado, en la tiniebla de una mazmorra, aquel que había venido a dar testimonio de la Luz, y había merecido de la boca del mismo Cristo (…) ser denominado "antorcha ardiente y luminosa". Fue bautizado con su propia sangre aquél a quien antes le fue concedido bautizar al Redentor del mundo».

Ojalá que la fiesta del Martirio de san Juan Bautista nos entusiasme, en el sentido etimológico del término, y, así, llenos de Dios, también demos testimonio de nuestra fe en Jesús con valentía. Que nuestra vida cristiana también gire en torno a la Persona de Jesús, lo cual le dará su pleno sentido.

De violento pandillero a YouTuber, cantante y sacerdote: Dios tiene un momento para cada uno


Las lágrimas de su madre contribuyeron a su conversión

De violento pandillero a YouTuber, cantante y sacerdote: Dios tiene un momento para cada uno

Rob Galea, el Señor lo rescató de lo más bajo y le llamó al sacerdocio

Rob Galea, el Señor lo rescató de lo más bajo y le llamó al sacerdocio

Se ha hecho habitual que los medios de comunicación informen a diario de hechos que involucran violencia, delitos, drogadicción y corrupción en los cuales son protagonistas jóvenes, adolescentes y niños. Rob Galea era uno de esos adolescentes.



El descalabro de su vida no fue gatillado por la pobreza, el abuso o el historial delictivo de los padres ni del medio social en que había crecido. Al contrario, había tenido una infancia siendo amado, protegido, criado en la fe católica y disfrutando un entorno idílico, de tardes familiares en el mar que rodeaba su hogar, en la isla de Malta.



Consecuencias del acoso escolar (bullying)

Pero no fue capaz de soportar el dolor -explica la web Portaluz-, sumado al abuso de sus pares y se quebró. En un corto período de tiempo habían fallecido dos de sus queridos abuelos. Y para sumar presión emocional, los compañeros de la escuela lo sometían a un acoso constante, burlándose de su apariencia. El estado mental de Rob se alteró al punto de auto-agredirse para no pensar ni sentir dolor. “Mi autoestima fue destrozada. Estaba convencido de que no valía nada”, escribiría años después en su autobiografía Breakthrough: A Journey from Desperation to Hope (Ave Maria Press, 2018).



Luego surgió en él una contra-reacción, agresiva. Así, a los 14 años sintiendo rechazo hacia sus padres gastaba las horas del día y la noche en bares o cualquier lugar donde pudiera evadirse bebiendo, fumando. Para obtener dinero y financiar aquellos excesos se hizo experto en mentir a su familia y luego comenzó a robar tiendas, gozando la adrenalina del momento. El paso siguiente vino tras unirse a una pandilla, descargando su violencia sobre cualquiera y también drogándose. El vértigo de aquellos años tuvo un punto de quiebre cuando por ostentar ante sus pares puso su vida en peligro al filtrar información sobre un traficante de drogas.

 


El poder de la oración de una madre

Tenía 17 años, estaba fuera de control, desesperado, consumido por la angustia y la soledad. “…Sólo veía dos maneras de acabar con mi miseria. Uno era que alguien, en algún lugar, se acercara y de alguna manera me salvara, o dos, que acabaran con mi propia vida", confidencia.


Quien jamás bajaría los brazos era Anne, su madre. Aunque sentía que humanamente ya nada podía hacer por su hijo, se aferró con fe a la oración. Sin que Rob lo supiera, ella se paraba afuera de la puerta de su habitación y oraba mientras lo escuchaba sollozar. Rezar era todo lo que podía hacer por su hijo porque él no la dejaba ayudarlo. “¡Dios, tú sabes que seguiré aquí de rodillas hasta que tú salves a mi pequeño angelito!” oraba en silencio su madre, confidencia Rob en diversos registros audiovisuales de su testimonio… “Honestamente, hoy estoy acá gracias a la oración perseverante de mi madre, por sus oraciones de rodillas por mí. Así que les digo a todos ustedes quienes son madres y están orando por sus hijos, pero también a quienes quizás saben que sus madres están orando por ustedes en este momento: No se den por vencidos. Perseveren. Porque Dios es capaz de hacer grandes milagros cuando nosotros oramos, y aún más cuando perseveramos en la oración”.

 

Los frutos de la oración

Pasaron meses, un par de años y esa madre no paró de clamar al cielo. Finalmente, una llamada telefónica de la abuela que aún vivía, invitando a la hermana de Rob, Rachel, a un encuentro de jóvenes católicos, motivó al joven. Le preguntó a su madre si podía ir con su hermana a esa actividad. Dos cosas tocaron el alma de Rob en el encuentro: uno, la alegría de esos jóvenes que expresaban sin temor su amor por Cristo y dos, una frase del sacerdote en la prédica, simple pero significativa para él; y era: 'no teman hablar con Jesús'.



Cuando llegó a casa, estando solo a puerta cerrada en su habitación, tuvo un impulso y lo llevó a cabo. Colocó dos sillas, una frente a la otra y tras sentarse en una de ellas cerró sus ojos y mentalmente invocó a Jesús pidiéndole que se sentara frente a él.


Y Dios se hizo presente

Luego, todos los días repetía este acto y comenzó a sincerar su corazón, hablando con Jesús de su vida y temores, orando, imaginando que Cristo estaba allí con él. Hasta que un día al abrir sus ojos, cuenta Rob, la otra silla no estaba vacía. "Algo me hizo esperar aquel día en oración silenciosa durante más tiempo de lo habitual y fue entonces cuando Dios me respondió", detalla Rob Galea en su ya citado libro describiendo así esa extraordinaria revelación:


"Fue como si el Espíritu Santo hubiera escogido ese momento para ayudarme a deshacerme de la furia interior, la soledad y el arrepentimiento que todavía quedaba en mi corazón. Pasé horas quebrantado ante el Señor que me privilegiaba de tal modo y luego mi oración solo fue: «Dios, quiero pasar el resto de mis días viviendo por esto y dando esto que he recibido a otras personas». Experimenté el amor de Dios y ese encuentro me cambió para siempre”


Una Iglesia derretida por Amor de Cristo

Rob Galea hizo un proceso en los meses siguientes de discernimiento y el 5 de noviembre del año 2010 fue ordenado sacerdote en la parroquia St. Julian (Malta). Su particular carisma y testimonio que identifica en particular a los jóvenes le llevó a fundar el movimiento juvenil de formación y acompañamiento Stronger Youth program.



El padre Rob es también un conocido artista discográfico y youtuber cuyos videos son destacados en Portaluz. Cree que “las turbulencias actuales de la Iglesia” son porque “hemos perdido el foco”. Más preciso aún señala: “Perdimos el foco de que todo se centra en Cristo. Todo se trata de comunicar su esperanza, donar el Amor. Si pudiéremos todos, por un instante, contemplar este misterio de Dios nuestra Iglesia estaría derretida por su Amor”. “…Nada me trae más alegría que celebrar a Jesús en la Eucaristía. Por mucho tiempo la misa fue aburrida y no tenía sentido; ahora mi corazón siente que va a explotar de amor cada vez que celebro este increíble milagro”.


Fuente Religión en Libertad


martes, 28 de agosto de 2018

Santo Evangelio 28 de agosto 2018


Día litúrgico: Martes XXI del tiempo ordinario

Santoral 28 de Agosto: San Agustín, obispo y doctor de la Iglesia

Texto del Evangelio (Mt 23,23-26): En aquel tiempo, Jesús dijo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del aneto y del comino, y descuidáis lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe! Esto es lo que había que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello! ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están llenos de rapiña y codicia! ¡Fariseo ciego, purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura!».


«Purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura»

Fr. Austin NORRIS 
(Mumbai, India)

Hoy tenemos la impresión de “pillar” a Jesús en un arrebato de mal humor —realmente alguien le ha hecho sentir molesto. Jesucristo se siente incómodo con la falsa religiosidad, las peticiones pomposas y la piedad egoísta. Él ha notado un vacío de amor, a saber, echa en falta «la justicia, la misericordia y la fe» (Mt 23,23) tras las acciones superficiales con las que tratan de cumplir la Ley. Jesús encarna esas cualidades en su persona y ministerio. Él era la justicia, la misericordia y la fe. Sus acciones, milagros, sanaciones y palabras rezumaban estos verdaderos fundamentos, que fluyen de su corazón amoroso. Para Jesucristo no se trataba de una cuestión de “Ley”, sino que era un asunto de corazón…

Incluso en las palabras de castigo vemos en Dios un toque de amor, importante para quienes quieran volver a lo básico: «Se te ha indicado, hombre, qué es lo bueno y qué exige de ti el Señor: nada más que practicar la justicia, amar la fidelidad y caminar humildemente con tu Dios» (Miq 6,8). El Papa Francisco dijo: «Un poco de misericordia hace al mundo menos frío y más justo. Necesitamos comprender bien esta misericordia de Dios, este Padre misericordioso que tiene tanta paciencia... Recordemos al profeta Isaías, cuando afirma que, aunque nuestros pecados fueran rojo escarlata, el Amor de Dios los volverá blancos como la nieve. Es hermoso, esto de la misericordia».

«¡Purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura!» (Mt 23,26). ¡Cuán cierto es eso para cada uno de nosotros! Sabemos cómo la limpieza personal nos hace sentir frescos y vibrantes por dentro y por fuera. Más aun, en el ámbito espiritual y moral nuestro interior, nuestro espíritu, si está limpio y sano brillará en buenas obras y acciones que honren a Dios y le rindan un verdadero homenaje (cf. Jn 5,23). Fijémonos en el marco más grande del amor, de la justicia y de la fe y no nos perdamos en menudencias que consumen nuestro tiempo, nos empequeñecen y nos hacen quisquillosos. ¡Saltemos al vasto océano del Amor de Dios y no nos conformemos con riachuelos de mezquindad!


«Purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura»

Hno. Lluís SERRA i Llançana 
(Roma, Italia)

Hoy, Jesús toma una clara actitud de denuncia: «¡Ay de vosotros (...)! ¡Ay de vosotros (...)!» (Mt 23,23.25). Su objetivo son los maestros de la Ley y los fariseos, que representan a las clases poderosas porque ejercen sobre el pueblo un dominio espiritual y moral. ¿Cómo pueden orientar a la gente si son “guías ciegos”? Su ceguera reside en la incoherencia de observar escrupulosamente los pequeños detalles, que tienen su importancia, y dejar de lado las cosas fundamentales, como la justicia, el amor y la fidelidad. Tienen cuidado de su imagen, que no corresponde con su interior, lleno de «rapiña y codicia» (Mt 23,25). Curiosamente, Jesús emplea términos relativos a aspectos económicos.

El Evangelio de hoy constituye una invitación a que las personas y los grupos más relevantes de las comunidades cristianas, es decir, sus guías, hagan un examen de conciencia. ¿Respetamos los valores fundamentales? ¿Valoramos más las normas que a las personas? ¿Imponemos a los demás aquello que no somos capaces de cumplir nosotros mismos? ¿Hablamos desde la suficiencia de nuestras ideas o desde la humildad de nuestro corazón? Como decía Helder Cámara: «Quisiera ser un charco de agua para reflejar el cielo». ¿Ve la gente en sus pastores hombres de Dios, que distinguen lo accesorio de lo fundamental? La debilidad merece comprensión, la hipocresía provoca rechazo.

Al escuchar el Evangelio de hoy podemos caer en una trampa. Jesús dice a los maestros de la Ley y a los fariseos que son hipócritas. También los había sinceros. Nosotros podemos pensar que este texto se puede interpretar actualmente para los obispos y sacerdotes. Ciertamente, como guías de las comunidades cristianas, tienen que estar atentos para no caer en las actitudes que Jesús denuncia, pero hay que recordar que todo creyente —hombre y mujer— puede alojar en su interior un “fariseo ciego”. Jesús nos invita: «Purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura» (Mt 23,26). La espiritualidad tiene las raíces en el interior del corazón.

Asesinaron a 62 familiares suyos en Burundi... ahora cuida y enseña el perdón a 50.000 niños


Maggy Barankitse, es una heroína y un modelo de reconciliación en Burundi

Asesinaron a 62 familiares suyos en Burundi... ahora cuida y enseña el perdón a 50.000 niños


Cristianos perseguidosHistorias de superaciónMaggy es tutsi y la muerte llegó a su familia. Murieron en la guerra a manos de los hutus más parientes de lo que humanamente es posible entender y aceptar. Ahora la llaman “loca”, otros “Maggy, la buldócer” y otros simplemente el “ángel de Burundi”. Esta es su historia. 

Más de 50.000 niños atendidos

Murieron 62 familiares suyos en manos de los hutus, y apoyada únicamente en su fe en Dios, en plena guerra civil, comenzó una obra para la reconciliación entre las etnias en Burundi. Esto implicó un camino de muerte y vida, de dolor y esperanza que hoy se traduce en más de 50 mil niños atendidos que han comprendido que el perdón y el amor es el único camino para la paz.

Matan delante de ella a 70 hutus

Marguerite Barankitse nació en una aldea de Burundi, de etnia tutsi. Antes de que comenzara la guerra de 1993 entre las dos etnias, ya había adoptado a 7 niños, cuatro hutus y 3 tutsis. Y cuando el conflicto estalló nadie quiso saber nada de ella, incluida su familia. No tuvo más remedio que refugiarse en el obispado. A ella se unieron más de 70 hutus y una mañana, mientras preparaba la comida, un grupo armado de tutsis irrumpió en el obispado y mató delante de ella a todos los adultos.


Salvar a 25 niños a cambio de 11.000 dólares

Para salvar a los 25 niños que custodiaba les ofreció los 11 mil dólares que tenía consigo. Tras la matanza acudió a la capilla del obispado a reclamarle a Dios donde estaban sus hijos, pues no se encontraban ni entre los muertos ni entre los vivos. De repente escuchó la vocecita de alguno de ellos, se habían escondido en la sacristía.

Un proyecto de educación para la paz

Armada únicamente de su fe en Dios ha logrado captar la atención de muchos periodistas y antiguos amigos que viven en Europa y conseguir los fondos suficientes para iniciar su proyecto la “Casa Shalom”, la casa de la paz, en donde recoge a niños huérfanos de Burundi, el Congo, Ruanda y Tanzania.

Su proyecto consiste en crear una red de aldeas en el que las casas se entregan a los mayores de 16 años, los cuales una vez formados ‘adoptan’ a los niños más pequeños para permitir que éstos puedan criarse en familias interétnicas que les acepten, les quieran y los valoren como personas. 

Es fundamental que sean educados para la paz y el perdón. A la vez hay una línea de apoyo laboral y de estudios, consiguiendo enviar incluso a muchos de estos chicos y chicas a Europa o Estados Unidos a estudiar carrera universitaria que posteriormente desarrollarán en Burundi.

El 60% del presupuesto de Burundi al Ejercito

Y todo esto en un país que dedica más del 60% de su presupuesto al ejército y sólo un 2% a la educación; uno de los más pobres del mundo con más de 700.000 huérfanos, viviendo miles de ellos en las calles y en donde el sida campa a sus anchas. De hecho un gran número de los niños que tiene acogidos son seropositivos o ya han desarrollado la enfermedad.En tierra de nadie...Marguerite explica que ella se encontraba entre dos fuegos: por un lado los tutsi, su etnia, y por otro los hutus, sus hermanos en la fe católica. Para unos era una traidora, para los otros una espía. 

Durante la guerra fratricida ella salvó a muchos hutus, sus hermanos en la fe, los cuales habían matado a su familia biológica, los tutsi. Y justamente éstos fueron los que mataron a los hutus que ella había salvado: “Si yo no fuera cristiana, me habría suicidado”, comenta.

Irradiar el amor de Dios

Su punto de partida es muy claro, explica en una conferencia que impartió hace un tiempo en España a los Combonianos: “Mi convicción es que todos somos creados por el amor de Dios, somos hermanos, príncipes y princesas. Somos hijos de Dios, ciudadanos del mundo, del paraíso. Debemos irradiar la gloria de Dios. Es la única vocación humana y por lo que he venido aquí. Me enfado cada vez que veo a mis hermanos con cara triste porque pierden su vocación de príncipes y princesas”.

“Soy tutsi –continúa-, en mi familia he perdido a 62 personas. Sin embargo, nunca he querido ver en mi hermano hutu a un criminal. Porque el bautismo que he recibido me ha convertido en hija de Dios y hermana de todo el mundo”.

Tras la matanza en el obispado dijo: “Señor, me has dado estos niños, enséñame a educarlos con amor”. Ahora muchos de ellos son médicos, maestros, políticos… 

“Si uno cree, es capaz de desplazar el odio y el miedo y puede ser el dueño del mundo (…) El que hoy es criminal podrá hacer cosas maravillosas mañana, ya que Dios lo ha salvado. Y la imagen de Dios nunca se nos quita. Somos nosotros los que hacemos que nuestros hermanos se convierten en malos. Si cada vez que nos encontramos con nuestros hermanos vemos en ellos la imagen de Dios, el mundo cambiaría”.


Un niño le apunta con un arma

Viajando un día en su coche se encontró en la selva a un joven de 17 años con un arma que la obligó a detenerse y pidió que se arrodillara. Entonces ella le dijo: “No, hijo mío, ninguna madre en el mundo se arrodilla delante de su hijo, menos aún cuando tiene un arma”. Y añadió: “Vete a preguntar a la persona que te dio el arma dónde están sus hijos. Están estudiando en el extranjero, quizás en Bruselas, Montreal o en París”. Lo miró y vio que estaba llorando: “Tira este arma y ven conmigo, te voy a dar una identidad, una dignidad, y serás mi chófer”. Hace diez años que es su chófer, es padre de familia, está casado y tiene dos hijos.

Su conferencia a los combonianos concluyó así: “He venido a dar testimonio de que el amor siempre triunfa. No hay nada que pueda impedir que amemos. Recuperemos nuestra identidad de hijos de Dios y triunfará la alegría en todo el mundo”.Artículo publicado el 12 de octubre de 2012
  

lunes, 27 de agosto de 2018

Santo Evangelio 27 de agosto 2018


Día litúrgico: Lunes XXI del tiempo ordinario

Santoral 27 de Agosto: Santa Mónica


Texto del Evangelio (Mt 23,13-22): 

En aquel tiempo, Jesús dijo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los Cielos! Vosotros ciertamente no entráis; y a los que están entrando no les dejáis entrar. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y, cuando llega a serlo, le hacéis hijo de condenación el doble que vosotros! ¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís: ‘Si uno jura por el Santuario, eso no es nada; mas si jura por el oro del Santuario, queda obligado!’ ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante, el oro, o el Santuario que hace sagrado el oro? Y también: ‘Si uno jura por el altar, eso no es nada; mas si jura por la ofrenda que está sobre él, queda obligado’. ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda, o el altar que hace sagrada la ofrenda? Quien jura, pues, por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él. Quien jura por el Santuario, jura por él y por Aquel que lo habita. Y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por Aquel que está sentado en él».

«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los Cielos!»


P. Raimondo M. SORGIA Mannai OP 
(San Domenico di Fiesole, Florencia, Italia)

Hoy, el Señor nos quiere iluminar sobre un concepto que en sí mismo es elemental, pero que pocos llegan a profundizar: guiar hacia un desastre no es guiar a la vida, sino a la muerte. Quien enseña a morir o a matar a los demás no es un maestro de vida, sino un “asesino”.

El Señor hoy está —diríamos— de malhumor, está justamente enfadado con los guías que extravían al prójimo y le quitan el gusto del vivir y, finalmente, la vida: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y, cuando llega a serlo, le hacéis hijo de condenación el doble que vosotros!» (Mt 23,15).

Hay gente que intenta de verdad entrar en el Reino de los cielos, y quitarle esta ilusión es una culpa verdaderamente grave. Se han apoderado de las llaves de entrada, pero para ellos representan un “juguete”, algo llamativo para tener colgado en el cinturón y nada más. Los fariseos persiguen a los individuos, y les “dan la caza” para llevarlos a su propia convicción religiosa; no a la de Dios, sino a la propia; con el fin de convertirlos no en hijos de Dios, sino del infierno. Su orgullo no eleva al cielo, no conduce a la vida, sino a la perdición. ¡Que error tan grave!

«Guías —les dice Jesús— ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello» (Mt 23,24). Todo está trocado, revuelto; el Señor repetidamente ha intentado destapar las orejas y desvelar los ojos a los fariseos, pero dice el profeta Zacarías: «Ellos no pusieron atención, volvieron obstinadamente las espaldas y se taparon las orejas para no oír» (Za 7,11). Entonces, en el momento del juicio, el juez emitirá una sentencia severa: «¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!» (Mt 7,23). No es suficiente saber más: hace falta saber la verdad y enseñarla con humilde fidelidad. Acordémonos del dicho de un auténtico maestro de sabiduría, santo Tomás de Aquino: «¡Mientras ensalzan su propia bravura, los soberbios envilecen la excelencia de la verdad!».

«¡Vosotras, familias, sois la esperanza de la Iglesia y del mundo!», alienta el Papa desde Dublín

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«¡Vosotras, familias, sois la esperanza de la Iglesia y del mundo!», alienta el Papa desde Dublín

El Papa hizo un alegato a favor de la familia durante el encuentro que presidió en Croke Park 

En la tarde noche de este sábado el Papa Francisco ha presidido en el Croke Park en Dublín uno de los eventos centrales del Encuentro Mundial de las Familias. Ante decenas de miles de personas que participaban en la Fiesta de la Familia, el Santo Padre ha dado una catequesis sobre la importancia que tiene que tener la familia en el mundo.

“La Iglesia es la familia de los hijos de Dios. Una familia en la que nos alegramos con los que están alegres y lloramos con los que sufren o se sienten abatidos por la vida. Una familia en la que cuidamos de cada uno, porque Dios nuestro Padre nos ha hecho a todos hijos suyos en el bautismo”, dijo el Papa.

Francisco alentó “a los padres a que bauticen a sus hijos lo antes posible, para que puedan formar parte de la gran familia de Dios. Es necesario invitar a todos a la fiesta. También al niño pequeño. Por eso se bautiza rápido. Si el niño es bautizado de niño entra en su corazón el Espíritu Santo. Hagamos una comparación: un niño sin bautismo, los padres dicen no cuando sea grande. Y un niño con el bautismo, con el Espíritu Santo en el corazón”.

El Papa hizo un alegato a favor de la familia durante el encuentro que presidió en Croke Park / Vatican Media

Un faro que irradie alegría

Citó la exhortación Amoris Laetitia para “ayudarnos –dijo- a reconocer la belleza y la importancia de la familia, con sus luces y sus sombras, y he querido que el tema de este Encuentro Mundial de las Familias fuera «El Evangelio de la familia, alegría para el mundo». Dios quiere que cada familia sea un faro que irradie la alegría de su amor en el mundo. ¿Qué significa esto? Significa que una familia sea un faro que irradia la alegría.

“Me gusta hablar de los santos «de la puerta de al lado», de todas esas personas comunes que reflejan la presencia de Dios en la vida y en la historia del mundo. La vocación al amor y a la santidad no es algo reservado a unos pocos privilegiados. No. Incluso ahora, si tenemos ojos para ver, podemos vislumbrarla a nuestro alrededor”, agregó.

En su catequesis multitudinaria, el Papa aseguró que “el matrimonio cristiano y la vida familiar manifiestan toda su belleza y atractivo si están anclados en el amor de Dios, que nos creó a su imagen, para que podamos darle gloria como iconos de su amor y de su santidad en el mundo”.

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La importancia del perdón

El perdón debe ser un elemento central en la familia. “Es un regalo especial de Dios que cura nuestras heridas y nos acerca a los demás y a él. Gestos pequeños y sencillos de perdón, renovados cada día, son la base sobre la que se construye una sólida vida familiar cristiana. Nos obligan a superar el orgullo, el desapego y la vergüenza, y a hacer las paces”.

Francisco dio un consejo a los presentes, a los que les dijo que “cuando discutas en casa, asegúrate de pedir disculpas y decir que lo sientes antes de irte a la cama. Antes de que termine el día hagan las paces. ¿Saben por qué se debe hacer las paces antes de terminar el día? Porque si no se hace la paz la guerra fría del día siguiente es muy peligrosa”.


“Perdonar significa dar algo de sí mismo. Jesús nos perdona siempre. Con la fuerza de su perdón, también nosotros podemos perdonar a los demás, si realmente lo queremos. ¿No es lo que pedimos cuando rezamos el Padrenuestro? Los niños aprenden a perdonar cuando ven que sus padres se perdonan recíprocamente.

Las redes sociales

El Papa también habló de las redes sociales, tan presentes en el mundo de hoy. Para el Santo Padre, “no son necesariamente un problema para las familias, sino que pueden ayudar a construir una ‘red’ de amistades, solidaridad y apoyo mutuo. Las familias pueden conectarse a través de Internet y beneficiarse de ello. Las redes sociales pueden ser beneficiosas si se usan con moderación y prudencia. Por ejemplo, vosotros, que participáis en este Encuentro Mundial de las Familias, formáis una “red” espiritual y de amistad, y las redes sociales os pueden ayudar a mantener este vínculo y extenderlo a otras familias en muchas partes del mundo. Es importante, sin embargo, que estos medios no se conviertan en una amenaza para la verdadera red de relaciones de carne y hueso, aprisionándonos en una realidad virtual y aislándonos de las relaciones auténticas que nos estimulan a dar lo mejor de nosotros mismos en comunión con los demás”.

Del mismo modo, el Papa explicó a los participantes en el Encuentro Mundial de las Familias que “el amor de Cristo, que renueva todo, es lo que hace posible el matrimonio y un amor conyugal caracterizado por la fidelidad, la indisolubilidad, la unidad y la apertura a la vida”.

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Un gesto a las familias numerosas

Tras escuchar el testimonio de una familia numerosa, Francisco dijo que “es bello tener diez hijos”, pues “vosotros (refiriéndose a estos esposos) habéis experimentado la capacidad del amor de Dios que ha transformado completamente vuestra vida y que os bendice con la alegría de una hermosa familia”.

Francisco quiso explicar también que “las familias están llamadas a continuar creciendo y avanzando en todos los sitios, aun en medio de dificultades y limitaciones, tal como lo han hecho las generaciones pasadas. Todos formamos parte de una gran cadena de familias, que viene desde el inicio de los tiempos. Nuestras familias son tesoros vivos de memoria, con los hijos que a su vez se convierten en padres y luego en abuelos. De ellos recibimos la identidad, los valores y la fe”.

La esperanza de la Iglesia

“Una sociedad, escuchen bien esto, una sociedad que no valora a los abuelos es una sociedad sin futuro. Una Iglesia que no se preocupa por la alianza entre generaciones terminará careciendo de lo que realmente importa, el amor. Nuestros abuelos nos enseñan el significado del amor conyugal y parental”, añadió. 

Para concluir, el Papa quiso mandar un enérgico mensaje: “Vosotras, familias, sois la esperanza de la Iglesia y del mundo. Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, crearon a la humanidad a su imagen para hacerla partícipe de su amor, para que fuera una familia de familias y gozará de esa paz que solo él puede dar. Con vuestro testimonio del Evangelio podéis ayudar a Dios a realizar su sueño, podéis contribuir a acercar a todos los hijos de Dios, para que crezcan en la unidad y aprendan qué significa para el mundo entero vivir en paz como una gran familia”.

Puede leer aquí el discurso íntegro del Papa en la Fiesta de las Familias

Fuente: Religión en Libertad

domingo, 26 de agosto de 2018

Santo Evangelio 26 de agost o 2018


Día litúrgico: Domingo XXI (B) del tiempo ordinario


Texto del Evangelio (Jn 6,60-69): 

En aquel tiempo, muchos de los que hasta entonces habían seguido a Jesús dijeron: «Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?». Pero sabiendo Jesús en su interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: «¿Esto os escandaliza? ¿Y cuando veáis al Hijo del hombre subir adonde estaba antes? El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida. Pero hay entre vosotros algunos que no creen». Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. Y decía: «Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre». 

Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con Él. Jesús dijo entonces a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?». Le respondió Simón Pedro: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que Tú eres el Santo de Dios».


«Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna»

Rev. D. Miquel VENQUE i To 
(Barcelona, España)

Hoy, el Evangelio nos sitúa en Cafarnaúm, donde Jesús es seguido por muchos por haber visto sus milagros, en especial por la multiplicación espectacular de los panes. Socialmente, Jesús allí tiene el riesgo de morir de éxito, como se dice frecuentemente; incluso lo quieren nombrar rey. Es un momento clave dentro de la catequesis de Jesús. Es el momento en el que comienza a exponer con toda claridad la dimensión sobrenatural de su mensaje. Y, como que Jesús es tan buen catequista, sacerdote perfecto, el mejor obispo y papa, les deja marchar, siente pena, pero Él es fiel a su mensaje, el éxito popular no lo ciega.

Decía un gran sacerdote que, a lo largo de la historia de la Iglesia, han caído personas que parecían columnas imprescindibles: «Se volvieron atrás y ya no andaban con Él» (Jn 6,66). Tú y yo podemos caer, “pasar”, marchar, criticar, “ir a la nuestra”. Con humildad y confianza digámosle al buen Jesús que queremos serle fieles hoy, mañana y todos los días; que nos haga ver el poco sentido evangélico que tiene discutir las enseñanzas de Dios o de la Iglesia por el hecho de que “no los entiendo”: «Señor, ¿a quién iremos?» (Jn 6,68). Pidamos más sentido sobrenatural. Sólo en Jesús y dentro de su Iglesia encontramos la Palabra de vida eterna: «Tú tienes palabras de vida eterna» (Jn 6,68).

Como Pedro, nosotros sabemos que Jesús nos habla con lenguaje sobrenatural, lenguaje que hay que sintonizar correctamente para entrar en su pleno sentido; en caso contrario sólo oímos ruidos incoherentes y desagradables; hay que afinar la sintonía. Como Pedro, también en nuestra vida de cristianos tenemos momentos en los que hay que renovar y manifestar que estamos en Jesús y que queremos seguir con Él. Pedro amaba a Jesucristo, por eso se quedó; los otros lo querían por el pan, por los “caramelos”, por razones políticas y lo dejan. El secreto de la fidelidad es amar, confiar. Pidamos a la Virgo fidelis que nos ayude hoy y ahora a ser fieles a la Iglesia que tenemos.

De alto cargo en una multinacional al convento en solo un año: una «conversión rayo» en Medjugorje

Nicoletta, ahora sor María Fides, dejó el atronador mundo de los negocios por la paz de la oración

Sor María Fides cree que la vida religiosa es un faro para la sociedad de hoy

De alto cargo en una multinacional al convento en solo un año: una «conversión rayo» en Medjugorje

Nicoletta, ahora sor María Fides, dejó el atronador mundo de los negocios por la paz de la oración

En el impresionante lago alpino de Orta, en el norte de Italia, se encuentra la pequeña isla de San Julio, que en sus apenas 270 metros de largo y 140 de ancho alberga la Abadía benedictina Mater Ecclesiae. En este bello y tranquilo lugar vive ahora Nicoletta Falzoni, cuyo nombre actual es sor María Fides, tras haber hecho los votos perpetuos. 

Esta joven italiana cambió el éxito empresarial, el alboroto de Milán y su ajetreada vida como alto cargo de una multinacional, era ‘brand manager’ en una tabacalera, por una vida de oración y contemplación en un monasterio en una isla diminuta situada en el interior de un lago.

El pasado 6 de mayo realizó la profesión perpetua de sus votos abriendo una etapa y cerrando otra que empezó el día que se encontró a Jesús a través de la Virgen María. En una entrevista en L´Azione, semanario de la Diócesis de Vittorio Veneto, habla de su vocación.

Una vocación "rayo"

“Creo que puedo definir mi llamada como una ‘vocación rayo’”, afirma. Y es que su conversión y su llamada a la vida religiosa fueron muy seguidas. Prácticamente un año después de encontrar la fe pidió su entrada en la abadía. Por ello, estos cinco años de noviciado ha servido para asentar su fe.

Todo comenzó en 2011 cuando siendo un alto cargo de una gran empresa decidió acudir a Medjugorje. Allí tuvo un encuentro tan grande con el Señor y con la Virgen que su vida dio un vuelco completo. Nada era igual para ella ya. Ni el éxito, ni el dinero, ni nada parecido.

La comunión, la oración eran parte fundamental de su vida y no considera “casualidad” que conociese también esta abadía. Vio que era el lugar que había elegido Dios para ella. Este proceso duró meses.

El Señor le ofreció un tesoro que no pudo rechazar

¿Cómo explicó todo esto a su entorno? "La explicación más básica y simple que puedo dar es que confío en Jesús. Me di cuenta de que a través de esta llamada, el Señor me dio el tesoro oculto por el que vale la pena dejar todo lo demás, la perla antes de la cual cualquier propiedad pierde valor”.


La abadía se encuentra en una pequeña isla del lago Orta, en el norte de Italia

La hermana María Fides, antes Nicoletta, explica que “estamos acostumbrados a planificar, organizar y queremos tener todo bajo control. Sin embargo, el Señor nos pide seguir el camino sin chaleco salvavidas o paracaídas. El mundo nos ofrece tanto: carrera, éxito, riqueza, reconocimiento, autoafirmación y esto es ciertamente muy atractivo. Pero la llamada de Dios va en dirección opuesta porque (Jesús) nos tranquiliza: ‘no temas’ y su fidelidad dura por siempre”.

La importancia de rezar, y de hacerlo en familia

Durante estos años en el noviciado afirma que “me he dado cuenta de que el Señor no nos llama a hacer o no hacer algo sino a ‘hagamos’, a hacer su voluntad, tal y como hacía Santa Teresa de Calcuta cuando se definía a sí misma como un simple lápiz en las manos de un artista divino. Es él a través de nosotros”.

Sor María Fides habla también de la importante misión que tiene desde la clausura más allá de la oración y es mostrar al mundo de hoy el camino que se debe seguir. Y ella sabe muy bien de lo que habla debido a su anterior vida profesional. “Hay tanta necesidad de vida interior y de silencio. Me parece importante recordar la importancia de la oración y del rezo del Rosario especialmente en familia”.

La alienación de los teléfonos móviles

Y en este punto da la clave a uno de los grandes problemas de hoy: “nada une más que rezar juntos, y esto también puede ser una valiosa ayuda para contrarrestar la alienación que hay debido al uso de los teléfonos móviles, que están siempre en la mano, incluso en misa”.

“La tecnología permite ahora rebotar noticias a tiempo real desde un extremo de la tierra a otro pero muestra una realidad dramática: cuanto más se acortan las distancia y los tiempos en el mundo, más se cava un abismo de soledad insondable. Es fácil conocer lo que se sucede en el extremo opuesto del globo, pero paradójicamente es cada vez más difícil establecer un diálogo real con el vecino o incluso con miembros de la misma familia”, cuenta esta monja benedictina.

Por ello, cree que puede ser de gran ayuda pues considera que “su testimonio ante el mundo será mostrar por su propia existencia la dirección en la que hay que mirar”.

Publicado originariamente en Religión en Libertad el 22 de mayo de 2017


sábado, 25 de agosto de 2018

Santo Evangelio 25 de agosto 2018


Día litúrgico: Sábado XX del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mt 23,1-12): 

En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente y a los discípulos: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen. Atan cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas. Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres; se hacen bien anchas las filacterias y bien largas las orlas del manto; quieren el primer puesto en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, que se les salude en las plazas y que la gente les llame “Rabbí”. 

»Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar “Rabbí”, porque uno solo es vuestro Maestro; y vosotros sois todos hermanos. Ni llaméis a nadie “Padre” vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo. Ni tampoco os dejéis llamar “Guías”, porque uno solo es vuestro Guía: el Cristo. El mayor entre vosotros será vuestro servidor. Pues el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado».


«El que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado»

Rev. D. Antoni CAROL i Hostench 
(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Hoy, Jesucristo nos dirige nuevamente una llamada a la humildad, una invitación a situarnos en el verdadero lugar que nos corresponde: «No os dejéis llamar “Rabbí” (...); ni llaméis a nadie “Padre” (...); ni tampoco os dejéis llamar “Guías”» (Mt 23,8-10). Antes de apropiarnos de todos estos títulos, procuremos dar gracias a Dios por todo lo que tenemos y que de Él hemos recibido.

Como dice san Pablo, «¿qué tienes que no lo hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿a qué gloriarte cual si no lo hubieras recibido?» (1Cor 4,7). De manera que, cuando tengamos conciencia de haber actuado correctamente, haremos bien en repetir: «Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer» (Lc 17,10).

El hombre moderno padece una lamentable amnesia: vivimos y actuamos como si nosotros mismos hubiésemos sido los autores de la vida y los creadores del mundo. Por contraste, causa admiración Aristóteles, el cual —en su teología natural— desconocía el concepto de la “creación” (noción conocida en aquellos tiempos sólo por Revelación divina), pero, por lo menos, tenía claro que este mundo dependía de la Divinidad (la “Causa incausada”). San Juan Pablo II nos llama a conservar la memoria de la deuda que tenemos contraída con nuestro Dios: «Es preciso que el hombre dé honor al Creador ofreciendo, en una acción de gracias y de alabanza, todo lo que de Él ha recibido. El hombre no puede perder el sentido de esta deuda, que solamente él, entre todas las otras realidades terrestres, puede reconocer».

Además, pensando en la vida sobrenatural, nuestra colaboración —¡Él no hará nada sin nuestro permiso, sin nuestro esfuerzo!— consiste en no estorbar la labor del Espíritu Santo: ¡dejar hacer a Dios!; que la santidad no la “fabricamos” nosotros, sino que la otorga Él, que es Maestro, Padre y Guía. En todo caso, si creemos que somos y tenemos algo, esmerémonos en ponerlo al servicio de los demás: «El mayor entre vosotros será vuestro servidor» (Mt 23,11).