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jueves, 31 de mayo de 2018

Santo Evangelio 31 de mayo 2018



Día litúrgico: 31 de Mayo: La Visitación de la Virgen


Texto del Evangelio (Lc 1,39-56): En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!».

Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como había anunciado a nuestros padres- en favor de Abraham y de su linaje por los siglos». María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa.


«Saltó de gozo el niño en mi seno»

Mons. F. Xavier CIURANETA i Aymí Obispo Emérito de Lleida 
(Lleida, España)

Hoy contemplamos el hecho de la Visitación de la Virgen María a su prima Isabel. Tan pronto como le ha sido comunicado que ha sido escogida por Dios Padre para ser la Madre del Hijo de Dios y que su prima Isabel ha recibido también el don de la maternidad, marcha decididamente hacia la montaña para felicitar a su prima, para compartir con ella el gozo de haber sido agraciadas con el don de la maternidad y para servirla.

El saludo de la Madre de Dios provoca que el niño, que Isabel lleva en su seno, salte de entusiasmo dentro de las entrañas de su madre. La Madre de Dios, que lleva a Jesús en su seno, es causa de alegría. La maternidad es un don de Dios que genera alegría. Las familias se alegran cuando hay un anuncio de una nueva vida. El nacimiento de Cristo produce ciertamente «una gran alegría» (Lc 2,10).

A pesar de todo, hoy día, la maternidad no es valorada debidamente. Frecuentemente se le anteponen otros intereses superficiales, que son manifestación de comodidad y de egoísmo. Las posibles renuncias que comporta el amor paternal y maternal, asustan a muchos matrimonios que, quizá por los medios que han recibido de Dios, debieran ser más generosos y decir “sí” más responsablemente a nuevas vidas. Muchas familias dejan de ser “santuarios de la vida”. El Papa San Juan Pablo II constata que la anticoncepción y el aborto «tienen sus raíces en una mentalidad hedonista e irresponsable respecto a la sexualidad y presuponen un concepto egoísta de la libertad, que ve en la procreación un obstáculo al desarrollo de la propia personalidad».

Isabel, durante cinco meses, no salía de casa, y pensaba: «Esto es lo que ha hecho por mí el Señor» (Lc 1,25). Y María decía: «Engrandece mi alma al Señor (...) porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava» (Lc 1,46.48). La Virgen María e Isabel valoran y agradecen la obra de Dios en ellas: ¡la maternidad! Es necesario que los católicos reencuentren el significado de la vida como un don sagrado de Dios a los seres humanos.

Madre de 12 hijos: «Detecto lo que cada uno necesita a través de la oración y después de comulgar»


Mar Dorrio explica su experiencia de vida familiar con humor y sencillez

Madre de 12 hijos: «Detecto lo que cada uno necesita a través de la oración y después de comulgar»


Mar y Javier tienen 12 hijos vivos, y cuatro en el cielo


¿Cómo se organizan las familias numerosas? ¿Tienen tiempo los padres para alguna afición? ¿Se puede ser feliz dando la vida por tantos niños? Mar Dorrio es un claro ejemplo de cómo se puede ser madre de 12 hijos, estar a la última en tecnología y encima sacar tiempo para organizar charlas, debates y tertulias.

Autora del blog Why not twelve? y muy activa en su cuenta de Instagram ilumina a muchas otras mujeres sobre su experiencia de la vida familiar. Y lo hace con total sencillez, humor y maravillosas ideas. Además, en esta familia no falta la fe, más bien al contrario, la vida de la familia gira en torno a ella. Casada con Javier desde hace 21 años, Mar ha sido entrevistada por Isis Barajas para la interesante web Mujeres teníamos que ser: 

- El nombre de tu blog hace alusión a vuestro número de hijos, pero dime una cosa: ¿por qué doce? 
Why not? es porque siempre tienes que responder a preguntas, a veces impertinentes, como por ejemplo “¿por qué tantos hijos?”, “¿por qué no paras ya?”, ¿por qué?, ¿por qué?… Así que abrí el blog diciendo: “¿Por qué no? ¿Por qué no abrirse a confiar en Dios?”. Cuando pienso en mi número de hijos, pienso que no son los hijos de Javier y Mar, porque entonces yo creo que no tendría ninguno. Son de Dios, de Javier y de Mar. Y en esa ecuación, yo cierro los ojos y digo: “Me fío de Ti”. Estamos abiertos a la vida y han venido todos estos, así que… ¿por qué no doce? Why not?

- Desde los 18 años trabajaste en medios de comunicación, ¿por qué llegó el momento en el que decidiste dejarlo? 
- Yo trabajé hasta mi tercer hijo. Entonces, llevaba un programa de entrevistas que me chiflaba y también trabajaba en un medio local con pocos recursos. Era más caro trabajar que estar en casa, porque lo que tenía que dejar solucionado me llevaba más que lo que iba a ganar, así que me quedé en el único sitio donde era un poquito imprescindible. 

Madre de 12 hijos: «Detecto lo que cada uno necesita a través de la oración y después de comulgar»

- Hoy en día se considera una “pérdida” que una mujer opte por su familia y “renuncie” a su carrera profesional. ¿Cómo has vivido tú esta situación? 
- Aquí voy a ser políticamente incorrecta. Yo creo que nos venden mucho la moto con lo del “tiempo de calidad”; puede que con los niños pequeñitos eso sea cierto, pero cuando ya van creciendo el tiempo de calidad no lo puedes predecir. No sabes cuál va a ser el tiempo en el que un adolescente se abra y te cuente lo que realmente te interesa. No sabes si va a ser sacando el lavavajillas o llevándolo en coche a una actividad. Porque lo que yo sí creo es que las mejores conversaciones no son de mirarse a los ojos, sino cuando se sienten menos intimidados y estás haciendo la compra o vas en coche. Es entonces cuando no se sienten acorralados con tu mirada. Por eso, lo del tiempo de calidad a medida que crecen me lo creo menos; necesitas cada vez más tiempo.

Es verdad que sacrificas salir de casa, ponerte monísima, subirte a los tacones y desconectar. Es mucho más fácil estar fuera de casa, sobre todo, si el trabajo te gusta, como era mi caso. Lo más difícil de estar en casa es seguir estando alegre y que no se te caiga el mundo encima, pero también es verdad que con el paso de los años cada vez va saliendo mejor y lo vas disfrutando más.

- ¿Cuáles han sido los momentos más duros en vuestra familia?
- Los momentos más duros, sin lugar a dudas, fueron los cuatro abortos que tuvimos. Se nos fueron cuatro bebés al Cielo más o menos en la semana 20 de embarazo. Desde el primer momento te da un bajón y cuesta superarlo, pero agarrándote a donde te tienes que agarrar salimos adelante y lo recordamos con muchísimo cariño. Se convierte en una penita dulce, que te saca una sonrisa.

- En una casa con muchos niños pequeños no hay mucho silencio e ir a misa con ellos puede llegar a ser una auténtica proeza, ¿es posible mantener viva la vida de fe en el ajetreo diario?
- Yo creo que sí. Yo soy capaz de escuchar a mi hijo y escuchar en misa. Entiendo que las dificultades son para los de alrededor que a lo mejor les cuesta más. Habrá que pedirles disculpas a todos los que tienen que soportar a las familias con muchos niños y tan pequeños. Porque nosotros ya tenemos ese chip para concentrarnos en una cosa mientras un niño habla o se enfada.

- Una preocupación que tenemos las familias numerosas es conseguir dar un tiempo y un espacio a cada hijo para poder atender sus necesidades concretas: ¿cómo abordáis esto en vuestra familia?
- Yo hago como un examen de cada día, de la mañana a la noche, y luego de hijo por hijo. Y además rezo todas las mañanas y en ese ratito de oración me creo mucho lo de “hay que hablar más a Dios de los hijos, que a los hijos de Dios”. Y yo le doy tanto la tabarra que no me da tiempo a hablar de más cosas. El mejor modo que tengo para detectar lo que cada uno necesita es a través de la oración y después de comulgar. Justo cuando estoy doblando la esquina del banco, me viene una idea (cuyo copyright no es mío) hablándome y sugiriéndome lo que tengo que hacer con alguno de mis hijos. Así que el mejor tiempo y espacio que dedico a mis hijos ni siquiera es con ellos; es rezando, yendo a misa y poniéndolos en el altar.

- Te habrán dicho mil veces eso de “si yo me lo pudiera permitir…”. ¿De verdad son numerosas solo aquellas familias a las que les sobra el dinero?
- No, no, no. Es cuestión de prioridades. Si tú eres capaz de no tener un determinado ritmo de vida, podrás tener un hijo más. Tú puedes gastarte en un hijo todo lo que quieras: puedes mandarlo a Harvard, a Yale, que no herede… no hay techo por arriba. Pero si tienes más hijos hay que ajustar calidad de vida, tus prioridades, tratarlo con toda la dignidad del mundo en sus necesidades y reducir gasto. Dime tus prioridades y te diré cuántos hijos puedes tener.

- ¿Podrías compartir con nosotros algún consejo para organizar la vida de una familia como la tuya?
- Los hijos van llegando de uno en uno y vas viendo qué necesidades tienen desde por la mañana hasta la noche. El sofá no se hunde: acabas con la comida y ya estás con la merienda y enseguida, la cena. El día se pasa y no lo has visto. Estar con el nervio de anticiparte, de intentar rematar todas las cosas, no dejar nada para mañana… Dejo el desayuno preparado previamente, mientras cocino dejo la merienda y la cena hechas, e intento economizar las energías para rendir más con el menor esfuerzo.

Esa es la versión inteligente de todo esto. Pero yo, además, lo que hago es mi “minuto cero”: cuando vengo de misa, cuando ya están los niños en el colegio, y estoy con los dos pequeños en casa, me tomo un café con la Virgen. Porque lo de hacer oración lo decimos mucho, pero suena un poco a pereza… así que yo me tomo mi café con la Virgen y le digo: “Madre mía, ponte de comandante en jefe en esta casa y dime por dónde empiezo”. Me hago la lista de tareas de lo que tengo que hacer para no ir apagando fuegos, y poniéndola a ella de jefe parece que todo va un poquito mejor.


- ¿Tenéis alguna estrategia para cuidar de vuestro matrimonio?
- Mi marido es lo primero porque los hijos al final se van. Yo necesito estar a solas con mi marido y, a veces intentas hacer cenas románticas, pero llegas tan reventado y agotado, que no tienes ganas ni de hablar. Así que nosotros, desde que tenemos hijos mayores y podemos huir un poco de casa, los sábados por la mañana desayunamos juntos de café y croissant en la cafetería de debajo de casa. Así, si pasa algo subimos, pero desayunamos los dos solos. Es un ratito de paz y de calma.

Creo que hay que invertir en los padres. Está muy bien llevar a los niños muy monos, pero mamá se tiene que echar las mechas por encima. Voy a decir una cosa muy bruta pero San Josémaría decía que “mujer compuesta saca al hombre de otra puerta” y yo creo que, además de ser buena, hay que estar todo lo buena que puedas estar, cada una con sus limitaciones, pero intentando buscar tu mejor yo, cuidándote. Y hay que hacer lo que sea para mantener ese nervio del noviazgo.

- Cada familia tiene una personalidad propia y parte de ella son esas tradiciones que hemos ido creando con los años. ¿Cuáles son las indispensables en vuestra casa?
- Una de las tradiciones de casa es el brunch de Reyes, porque en ese día la comida era rara con un horario complicado. Hacemos un súper desayuno en el que no falta detalle. Cumplí mi objetivo de que pareciera la mesa de Hogwarts con donuts, cruasanes, jamón, salmón, con todo lo que haya… ¡Una mesa con todo el postín! Porque además es la única celebración en la que estamos solo nosotros. Ese brunch se hace muy entrañable, igual que el día 5, en el que bajamos agua para los camellos al portal de casa.

También tenemos el bufet de los viernes. Antes de las 12 del mediodía, aquellos que quieran venir a cenar mandan un mensaje para avisar y los niños pueden invitar a quien les dé la gana. Preparamos un bufet y nuestros hijos lo esperan con muchísima ilusión. Otra tradición es que, el día del cumpleaños de cada uno, vamos todos juntos a misa a las 9 de la mañana y luego hacemos desayuno con cruasanes de pastelería y la mesa muy bonita puesta. Lo hacemos así porque, sobre todo los mayores, cada vez tienen más planes y es la manera de reunirnos y juntarnos todos.

- Además de tu blog, ahora tienes un proyecto muy bonito que es el “Café de los viernes”. ¿En qué consiste y cómo se puede participar?
- Es una charla con amigas que tengo desde hace muchísimos años aquí en Ferrol, en la que nos reuníamos para hablar sobre algún tema y sacarle el tuétano a la vida. Ferrol es una ciudad con mucho gremio militar y tenía muchas amigas que era esposas de marinos. Estaban dos o tres años y luego se iban destinadas a otras ciudades. Algunas de ellas me decían que echaban de menos estos cafés, así que un día en misa, al girar el banco, pensé: “Pero ¡qué tontería!, si colgando la tertulia en Youtube y haciendo un directo de Instagram lo vamos a resolver todo”.

Así que empecé a contactar con muchas de las que venían a los cafés aquí en Ferrol y que estaban por el mundo, para preguntarles si querían ser anfitrionas en sus ciudades. Y así, poquito a poquito, hemos llegado al café de los viernes en 14 ciudades. Solemos anunciar en redes sociales la fecha y ese día te conectas al directo de mi cuenta en Instagram, saludamos, dejamos el enlace para ver el video en Youtube y resolvemos dudas después a través de un directo. El próximo es el 1 de junio con Elena del Cerro, que es una mujer espectacular.

- ¿Qué es lo que más te gusta de tu gran familia?
- Ahora estoy disfrutando mucho, cansándome mucho y dejándome la piel… Pero lo que más me gusta es pensar que cuando yo me muera los dejo acompañados, saber que me voy y se van a tener unos a otros. Yo creo que lo mejor de esta familia está por venir: no son los momentazos de ahora, sino la sonrisa con la que me podré ir el día de mañana. 

Fuente: Religión en Libertad

miércoles, 30 de mayo de 2018

Santo Evangelio 30 de mayo 2018


Día litúrgico: Miércoles VIII del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mc 10,32-45): En aquel tiempo, los discípulos iban de camino subiendo a Jerusalén, y Jesús marchaba delante de ellos; ellos estaban sorprendidos y los que le seguían tenían miedo. Tomó otra vez a los Doce y comenzó a decirles lo que le iba a suceder: «Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, y se burlarán de Él, le escupirán, le azotarán y le matarán, y a los tres días resucitará». 

Se acercan a Él Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dicen: «Maestro, queremos, nos concedas lo que te pidamos». Él les dijo: «¿Qué queréis que os conceda?». Ellos le respondieron: «Concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda». Jesús les dijo: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?». Ellos le dijeron: «Sí, podemos». Jesús les dijo: «La copa que yo voy a beber, sí la beberéis y también seréis bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado; pero, sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado». 

Al oír esto los otros diez, empezaron a indignarse contra Santiago y Juan. Jesús, llamándoles, les dice: «Sabéis que los que son tenidos como jefes de las naciones, las dominan como señores absolutos y sus grandes las oprimen con su poder. Pero no ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos, que tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos».


«Tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos»

Rev. D. René PARADA Menéndez 
(San Salvador, El Salvador)

Hoy, el Señor nos enseña cuál debe ser nuestra actitud ante la Cruz. El amor ardiente a la voluntad de su Padre, para consumar la salvación del género humano —de cada hombre y mujer— le mueve a ir deprisa hacia Jerusalén, donde «será entregado (…), le condenarán a muerte (…), le azotarán y le matarán» (cf. Mc 10,33-34). Aunque a veces no entendamos o, incluso, tengamos miedo ante el dolor, el sufrimiento o las contradicciones de cada jornada, procuremos unirnos —por amor a la voluntad salvífica de Dios— con el ofrecimiento de la cruz de cada día. 

La práctica asidua de la oración y los sacramentos, especialmente el de la Confesión personal de los pecados y el de la Eucaristía, acrecentarán en nosotros el amor a Dios y a los demás por Dios de tal modo que seremos capaces de decir «Sí, podemos» (Mc 10,39), a pesar de nuestras miserias, miedos y pecados. Sí, podremos abrazar la cruz de cada día (cf. Lc 9,23) por amor, con una sonrisa; esa cruz que se manifiesta en lo ordinario y cotidiano: la fatiga en el trabajo, las normales dificultades en la vida familiar y en las relaciones sociales, etc.



Sólo si abrazamos la cruz de cada día, negando nuestros gustos para servir a los demás, conseguiremos identificarnos con Cristo, que vino «a servir y a dar su vida como rescate por muchos» (Mc 10,45). San Juan Pablo II explicaba que «el servicio de Jesús llega a su plenitud con la muerte en Cruz, o sea, con el don total de sí mismo». Imitemos, pues, a Jesucristo, transformando constantemente nuestro amor a Él en actos de servicio a todas las personas: ricos o pobres, con mucha o poca cultura, jóvenes o ancianos, sin distinciones. Actos de servicio para acercarlos a Dios y liberarlos del pecado.

6 modos en los que se introduce la eutanasia en la sociedad y 3 consecuencias de su legalización


En España y otros países el debate está encima de la mesa

6 modos en los que se introduce la eutanasia en la sociedad y 3 consecuencias de su legalización

La eutanasia avanza lentamente, pero en países de no muchos habitantes como Holanda ya provoca más de 6.000 muertos anuales

6 modos en los que se introduce la eutanasia en la sociedad y 3 consecuencias de su legalización

La eutanasia podría ser una realidad en España a corto plazo. El PSOE ha presentado un proyecto de ley que ha sido admitido a trámite y que ya ha encontrado el apoyo de otros grupos políticos. En países como Holanda o Bélgica es ya una realidad desde hace años y, se han visto ya los excesos de una normativa que ha asustado incluso a algunos de los que la promovieron.

Los argumentos para defender la eutanasia suelen ser similares en todo el mundo: la autonomía del paciente, evitar el encarnizamiento teparéutico, tener una muerte digna... Estas son palabras que salen a relucir en el debate sobre si se debe legalizar o no. La plataforma Vida Digna, centrada en la lucha contra la eutanasia y el suicidio asistido, desmonta estos pseudoargumentos y también alerta de las consecuencias en las sociedades en las que ya es legal:

6 modos de introducir la eutanasia en la sociedad

1. Exaltación sin límites de la autonomía del paciente
Este es en este momento el modo más frecuente de defender y proponer la legalización de la eutanasia, que ya no se centra tanto en la muerte por compasión como en el autonomismo, en el que se exige un supuesto derecho a decidir la muerte en el lugar, el tiempo y el modo en el que uno decida, obteniendo además la cooperación del médico.


El Partido Socialista (PSOE) ha presentado con orgullo el proyecto de ley para legalizar la eutanasia

Los expertos en Bioética recuerdan que a la autonomía es preciso darle su más pleno sentido, por lo que es importante recordar que no existe un “derecho a la propia muerte”.

Del mismo modo, esta autonomía del paciente tiene que ir de la mano de la experiencia y buena práctica médica. Por lo tanto, crear un antagonismo entre la autonomía del paciente por un lado y el profesional sanitario por otro conduce a un grave daño personal y social.

Por otro lado, no puede considerarse la autonomía del paciente como un asunto meramente individual de cada paciente, pues conlleva repercusiones indirectas y efectivas en el resto de pacientes. En la práctica, la legalización de la eutanasia y el suicidio asistido tiene un efecto pedagógico en otros pacientes como una respuesta ante sus propias circunstancias.

Y además, alertan de que no es posible establecer como derecho algo que colisiona con el deber de terceros, en este caso los médicos, cuya obligación es cuidar y preservar la vida.

2. Evitar el encarnizamiento terapéutico 
La obstinación terapéutica es una falta deontológica, pero este hecho no puede ser utilizado por los grupos proeutanasia para pedir la retirada del soporte vital básico como es la hidratación y nutrición que se debe administrar como cuidado a todo paciente con dependencia.

En estos momentos es importante recordar que no es encarnizamiento terapéutico la alimentación e hidratación que se necesita para vivir, y que, por eso mismo, es considerado un cuidado básico.

3. El interés social y el principio económico  de relación coste/beneficio
No es un argumento del que se hable directamente sino que está oculto pero muy presente. Más ahora con una sociedad muy envejecida. Así, detrás de algunas campañas a favor de la eutanasia se ocultan razones de gasto público.

Procurar proporcionar el mayor bien al mayor número de personas, según los recursos disponibles, es importante en cualquier política sanitaria. Pero no puede servir para encubrir una mentalidad eugenésica.

4. Una “muerte digna”
Este es uno de los términos más utilizados y con el que más se intenta blanquear la eutanasia.  En caso de grandes sufrimientos se llega a plantear hasta como un acto de misericordia.  Todo un eufemismo que lo que busca es dar muerte. Ante esto, desde Vida Digna lanzan varias preguntas: ¿No estarán más bien buscando una salida rápida para resolver el problema? ¿No hay más dignidad en la valentía de afrontarlos, solicitando los recursos necesarios y encontrándolos?


¿No es exigible al Estado una respuesta más acorde a la auténtica dignidad de la persona (apoyo familiar, bajas laborales de cuidadores, desarrollo de unidades paliativas de calidad, recursos psicológicos, sociales, rehabilitadores, etc...) ¿No es esa la función del Estado para una muerte digna auténtica, garantizar una vida digna hasta el final?

5. Una defensa de la calidad de vida
En muchas ocasiones pedir la eutanasia es una señal de un cuidado insuficiente. El paciente tiene dolor, miedo de lo que pueda pasar, está angustiado o se siente solo. En estos casos, la eutanasia no es la solución sino una señal clara de necesidad de mejora de la atención.

Calidad de vida no debe ser un criterio para determinar si se puede terminar la vida, más bien debe entenderse como un deber social de atención paliativa de calidad.

6. Una opción más para las personas
Desde el punto de vista práctico, la apertura a esta opción de suicidio asistido significaría, paradójicamente, una enorme constricción del ejercicio de la libertad. Porque  elegir la muerte no es una opción entre muchas, sino el modo de suprimir todas las demás opciones.

Por otro lado, no es desdeñable el desencadenamiento de una fuerte presión social, sutil o abierta, para que las personas ancianas o con grandes enfermedades y deficiencias se vean conducidas a elegir esta opción.

3 consecuencias de la legalización de la eutanasia

1. En las sociedades en las que se legaliza 
En países como Holanda o Bélgica, sus habitantes en un alto porcentaje han asumido que la eutanasia voluntaria es algo aceptable. Sin embargo, esas mismas sociedades han ido aceptando, o al menos no se han rebelado, la eutanasia involuntaria a personas enfermas o ancianos. Es lo que se llama la pendiente resbaladiza. Una vez que se aprueba los supuestos son cada vez mayores. Eutanasia voluntaria provocará eutanasia no voluntaria.


Boudewijn Chabot, psiquiatra y profesor, es considerado el padre de la ley de eutanasia en Holanda, donde en 2016 más de 6.000 personas murieron debido a ella. Ahora él mismo se muestra asustado por una ley que "está fuera de control"

2. Efectos de la eutanasia sobre la actuación médica
En la legitimación de la eutanasia se induce una complicidad del médico, pues la eutanasia socava la confianza que debe presidir la relación médico/paciente, de la cual forma una parte esencial el convencimiento de que el médico no abandonará nunca a su enfermo ni nunca le infligirá ningún daño deliberado. En definitiva, se genera desconfianza cuando se es tratado por un médico que practica la eutanasia: al otorgar al médico el poder de matar al paciente éste ya no puede estar seguro de qué papel juega el médico.

Tiene lugar una pérdida de valores intelectuales y profesionales que implica el abandono por el médico de su oficio de observador científico y de protector compasivo de la vida. En efecto, la facilidad de aplicar la muerte provoca un desinterés por la toma de la historia clínica, por la ejecución de la exploración, por el rigor del juicio diagnóstico. La indicación puramente intuitiva de la eutanasia simplifica el trabajo del médico.

Tener legalizada la eutanasia conlleva una valoración diferente de la ambivalencia, la ansiedad y depresión que subyacen en una petición de muerte, pudiendo morir aterrado sin que nadie se dé cuenta de ello. La experiencia clínica muestra las fases de rechazo- negación etc. existen y  deben ser exploradas y  tratadas.  Mientras sea ilegal la eutanasia, la exploración y tratamiento con cuidado, destreza y diligencia están salvaguardados.

El paciente nos está diciendo que no quiere vivir “así” pero, no  se investigan  sus necesidades primordiales (familia, soledad, necesidades espirituales etc) que con los recursos  y alternativas oportunas, el paciente se encontraría satisfecho. Mientras hay vida hay esperanza de poder hacer algo que dé significado a la vida, que transforme su vida mientras dure.

3. Cambios en la investigación de enfermedades y en el avance de la Medicina
Se pondría freno inmediato al interés científico en vastas áreas. Si los que padecen enfermedades hereditarias o al que sufre la enfermedad de Alzheimer se les puede aplicar la "muerte dulce", ¿qué puede motivar estudiar las causas y mecanismos del envejecimiento cerebral o la constelación de factores que determinan la demencia?

La eutanasia no cambia a la Medicina, ni amplía el campo de la actuación del médico. La eutanasia sustituye a la Medicina, y es en el fondo, una manifestación más de la aceptación de la violencia en la sociedad de nuestro tiempo.

Puede leer más sobre esta problemática en la sección de Eutanasia

martes, 29 de mayo de 2018

Santo Evangelio 29 de mayo 2018


Día litúrgico: Martes VIII del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mc 10,28-31): En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús: «Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido». Jesús dijo: «Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno: ahora en el presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna. Pero muchos primeros serán últimos y los últimos, primeros».


«Nadie que haya dejado casa (...) por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno (...) y en el mundo venidero, vida eterna»

Rev. D. Jordi SOTORRA i Garriga 
(Sabadell, Barcelona, España)

Hoy, como aquel amo que iba cada mañana a la plaza a buscar trabajadores para su viña, el Señor busca discípulos, seguidores, amigos. Su llamada es universal. ¡Es una oferta fascinante! El Señor nos da confianza. Pero pone una condición para ser discípulos, condición que nos puede desanimar: hay que dejar «casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio» (Mc 10,29).

¿No hay contrapartida? ¿No habrá recompensa? ¿Esto aportará algún beneficio? Pedro, en nombre de los Apóstoles, recuerda al Maestro: «Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido» (Mc 10,28), como queriendo decir: ¿qué sacaremos de todo eso?

La promesa del Señor es generosa: «El ciento por uno: ahora en el presente (...) y en el mundo venidero, vida eterna» (Mc 10,30). Él no se deja ganar en generosidad. Pero añade: «Con persecuciones». Jesús es realista y no quiere engañar. Ser discípulo suyo, si lo somos de verdad, nos traerá dificultades, problemas. Pero Jesús considera las persecuciones y las dificultades como un premio, ya que nos ayudan a crecer, si las sabemos aceptar y vivir como una ocasión de ganar en madurez y en responsabilidad. Todo aquello que es motivo de sacrificio nos asemeja a Jesucristo que nos salva por su muerte en Cruz.

Siempre estamos a tiempo para revisar nuestra vida y acercarnos más a Jesucristo. Estos tiempos y todo tiempo nos permiten —por medio de la oración y de los sacramentos— averiguar si entre los discípulos que Él busca estamos nosotros, y veremos también cuál ha de ser nuestra respuesta a esta llamada. Al lado de respuestas radicales (como la de los Apóstoles) hay otras. Para muchos, dejar “casa, hermanos, hermanas, madre, padre...” significará dejar todo aquello que nos impida vivir en profundidad la amistad con Jesucristo y, como consecuencia, serle sus testigos ante el mundo. Y esto es urgente, ¿no te parece?

Ania, una «top model» de avión privado y vida «de infierno» que halló a Dios y predica la castidad

Ania, una «top model» de avión privado y vida «de infierno» que halló a Dios y predica la castidad

Se convirtió en Medjugorje y ha creado Corazones Puros

Ania, una «top model» de avión privado y vida «de infierno» que halló a Dios y predica la castidad

Junto con su marido, Ania se ha consagrado desde hace 7 años ha sugerir a los jóvenes una vida de respeto a Dios y al cuerpo y alma de su novio o novia.


Corazones Puros no es una comunidad ni un movimiento, "es una iniciativa para los jóvenes y las parejas que deciden respetar a Dios escogiendo la castidad hasta el matrimonio". Así se definen quienes participan y se integran en Cuori Puri bajo el impulso de Ania Goledzinowska, una antigua top model polaca. Nació en Varsovia hace 36 años, muy joven llegó a Italia y allí fraguó su celebridad en las pasarelas, la televisión y las relaciones mediáticas, desde un noble italiano a un cantautor, pasando por un sobrino de Silvio Berlusconi, llegando a cantar en bikini en 2008 en una fiesta de cumpleaños del entonces primer ministro italiano.

Su vida dio un giro radical en 2011, cuando se convirtió. Lo que era "alergia por los sacerdotes y por la Iglesia" se transformó durante un viaje a Medjugorje en un intenso deseo de Dios: "Tenía una vida privilegiada que ya no me gustaba, quería cosas simples, normales, hasta que una mañana llamé a un amigo y le pedí que me ayudara a regresar definitivamente a Medjugorje, de lo contrario me habría arrojado por la ventana. Me fui de Italia con dos maletas y sin decirle nada a nadie".

Ania escribió un libro contando su experiencia, en la que no todo fue agradable: Con occhi da bambina [Con ojos de niña] (Piemme). Ahora ha sido reeditado por la editorial Sugarco con otro título muy expresivo de lo que ha sido su vida, pese a las aperiencias de sus años de gloria mundana:  Salvata dall'Inferno [Salvada del infierno]. Con ese motivo fue entrevistada por La Croce:



Desde Polonia hasta Italia pasando por la violencia, la explotación, la desesperación, el secuestro de personas, el éxito como modelo, su noviazgo con el sobrino de Berlusconi, Paolo Enrico Beretta... hasta llegar a la resurrección a través del encuentro con la fe. En el libro se puede leer la dedicatoria de Paolo Brosio, visitante asiduo del santuario de Medjugorje.

Así presentaban las agencias su libro: "Violencia, alcohol, droga, chantajes y la vida de los nightclub. La experiencia que vive Ania, protagonista de la novela-testimonio Salvada del infierno, es la aventura de una mujer que, llegada de Polonia en Italia persiguiendo un sueño, se encuentra afrontando una serie de experiencias muy crudas. Sólo la fe la ayudará a salir de la oscuridad. La autora, Ania Goledzinowska, cuenta con valentía su historia como si fuese 'una especie de terapia' para liberarse de su pasado". "Decidí contar mi historia cuando comprendí que existe un mundo que nosotros ignoramos. Nos damos cuenta de él sólo cuando vemos rastros de vómito, orina y sangre en las calles", dice la modelo polaca a Ign, periódico online del Grupo Adnkronos.

-Quiero empezar preguntándote qué es importante para ti declarar. ¿Por qué has escrito este libro, cuál es tu intención? ¿Qué quieres contar, qué quieres demostrar?
-Mi historia es la historia de muchas mujeres y adolescentes de hoy. Quiero dar voz a esta parte del pueblo, a personas de este tipo. He contado lo que ha sucedido, lo que sucede a gente como yo, como era yo. Personas que se sienten solas, incomprendidas, incapaces, invisibles: nos damos cuenta de que existen, de que existe esa parte del mundo, sólo cuando encontramos rastros de vómito y sangre por la calle; o cuando hay casos como el de Pamela, la chica despedazada, de la que han hablado en todos los telediarios. Antes de esto, a nadie le importaba nada de ella. En cambio, detrás de cada una de estas personas hay una historia, un sufrimiento; hay también sueños y esperanzas, que a veces sofocamos porque pensamos que no las merecemos. Me preguntas cuál es mi intención con este libro. Te respondo: dejar un mensaje a todos: "No nos permitirían nunca soñar si los sueños no fueran realizables". Dios nos creó a nosotros y, también, a los sueños, y si tenemos fe podemos llegar a cualquier parte.

-¿Nos puedes contar brevemente tu historia, desde Polonia a Italia?
-No es simple contarla en pocas palabras, digamos que la vida no me ha ahorrado nada, desde pequeña. De hecho, la historia comienza con una escena violenta, relato de la Polonia comunista. Llego a Italia engañando sobre mi edad real. Encuentro a policías corruptos, verdugos, falsos amigos. Paso de la miseria a la riqueza: primero robaba para comer; luego, acabo viajando en avión privado. Pero me doy cuenta de que la verdadera felicidad consiste en otras cosas. Es una especie de Vía Crucis que el lector hace conmigo.

-¿El hecho principal del libro? ¿El momento en que tu vida cambia? Llegas de Polonia y en Italia no encuentras lo que buscabas. Sufres violaciones y violencia. ¿Cuándo cambia todo?
-Conseguí escapar de mis verdugos, durante tres años utilicé otro nombre, Claudia. He hecho de todo, me casé a los 18 años (por lo civil, pagando a un hombre para que se casara conmigo), para poder quedarme en Italia. Hay toda una serie de momentos dramáticos, pero otros también divertidos. Todo empezó a cambiar cuando, gracias a mi relación de dos años con el cantautor Francesco Baccini, me alejé de las drogas.

-En el libro, además de diversos hechos relacionados con el mundo de la jet set, hay también todo un capítulo dedicado a tu "historia", contada en los periódicos, con Emanuele Filiberto de Saboya.
-Todos, sobre todo las chicas, soñamos con un príncipe azul cuando somos pequeños. Yo he podido vivir este sueño en la realidad. Emanuele es un hombre muy educado y galante. Buscaba mi castillo encantado en todas partes, pero al final descubrí que ese castillo encantado, que a veces buscamos durante muchos años, lo tenemos cerca, en nuestro corazón. Y es aquí donde tenemos que empezar a construir nuestro cuento...


"Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios", reza la camiseta que lleva Ania: Cuori Puri se inspira en el Sermón de las Bienaventuranzas.

-Y descubriste la fe...
-El camino de la fe ha sido, para mí, un bellísimo descubrimiento que sigo explorando día tras día; busco continuamente sacar nuevas enseñanzas personales de las lecturas del Evangelio. Me he dado cuenta de que hay mucha gente que necesita creer, pero tienen miedo de salir fuera, porque vivimos en un mundo en el que expresar los sentimientos es algo que nos hace sentir ridículos. Mi primera peregrinación a Medjugorje y, después, mi traslado allí, cambiaron mi vida para siempre. Es algo que no se puede explicar, hay que vivirlo. Cuando estoy allí no quiero volver, pero creo que mi misión es dar testimonio a la gente que necesita creer, no a los que ya creen.


Jóvenes vinculados a Corazones Puros: en el centro, Ania. Los participantes en esta iniciativa llevan un anillo como sello de su compromiso.

-Entonces nació Corazones Puros...
-Sí, porque estoy convencida que mi misión está en el mundo; no se puede ayudar hasta el fondo a jóvenes, novios y esposos si no vives los problemas que viven ellos. El matrimonio no es un cuento de hadas, como quieren hacernos creer. Esta es la razón por la que hoy todo acaba tan deprisa: porque la gente ya no está acostumbrada a arremangarse o a sufrir. En el matrimonio, además de la felicidad y la alegría, hay también mucho sufrimiento, problemas, momentos a veces dolorosos, que hay que intentar superar juntos. Si pensamos sólo en nuestra felicidad, mejor no casarse.

-Conociste a tu marido en Medjugorje...
-Después de leer mi historia en los periódicos, vino aposta desde Italia a la comunidad donde vivía para conocerme. En esa época aún era novia de Paolo. Después, llamémoslo el destino, pero yo diría la Providencia, quiso que me mudara a un convento en la Apulia, en el mismo pueblo donde vivía este hombre. Allí empezó todo. Lo digo con total sinceridad: nos unió la fe. Hemos vivido en castidad hasta el día de nuestra boda, y hoy puedo decir que si no hubiéramos pasado por ese periodo, en el que aprendimos a esperar, probablemente ya nos habríamos dejado. En la vida nunca sabes lo que te puede suceder: uno puede enfermar, o irse a otro lugar durante unos meses por trabajo, o tomar decisiones que te obligan a una separación. Si eres dependiente sólo del sexo, si tu relación se basa sólo en esto, al cabo de un tiempo empiezas a buscar consuelo en brazos de otro. Esta es la razón por la que es tan importante conocerse bien y liberarse de la esclavitud de cosas que nos hacen dependientes. Nosotros, de Corazones Puros, somos hinchas de un Amor libre, pero no libertino.


La boda de Ania con Michele tuvo lugar en 2014.

-Tu historia es muy intensa, de sufrimiento y depresión. Tú, que has superado momentos dificilísimos, ¿qué aconsejarías a quien pasa por un momento difícil?
-Muchas personas me escriben contándome lo que han vivido, pero que nunca habrían tenido la valentía de admitir, que nunca habrían contado sus errores como he hecho yo. Hay siempre quien está peor y quien tiene una historia dramática como la tuya, pero para poder cambiar el mundo debemos empezar por nosotros mismos. Yo, en la fe, he encontrado la serenidad: Juan Pablo II, sus palabras, su persona, han sido para mí un estímulo fortísimo para abordar ciertos temas, para captar esos momentos en que sentimos la necesidad de un contacto más profundo con nosotros mismos y, así, empezar a entrever a Dios. Rezad, éste es mi consejo, no tengáis miedo.

Fuente: Religión en Libertad

lunes, 28 de mayo de 2018

Santo Evangelio 28 de mayo 2018



Día litúrgico: Lunes VIII del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mc 10,17-27): Un día que Jesús se ponía ya en camino, uno corrió a su encuentro y arrodillándose ante Él, le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué he de hacer para tener en herencia la vida eterna?». Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no robes, no levantes falso testimonio, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre». Él, entonces, le dijo: «Maestro, todo eso lo he guardado desde mi juventud». Jesús, fijando en él su mirada, le amó y le dijo: «Una cosa te falta: anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; luego, ven y sígueme». Pero él, abatido por estas palabras, se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes. 

Jesús, mirando a su alrededor, dice a sus discípulos: «¡Qué difícil es que los que tienen riquezas entren en el Reino de Dios!». Los discípulos quedaron sorprendidos al oírle estas palabras. Mas Jesús, tomando de nuevo la palabra, les dijo: «¡Hijos, qué difícil es entrar en el Reino de Dios! Es más fácil que un camello pase por el ojo de la aguja, que el que un rico entre en el Reino de Dios». Pero ellos se asombraban aún más y se decían unos a otros: «Y ¿quién se podrá salvar?». Jesús, mirándolos fijamente, dice: «Para los hombres, imposible; pero no para Dios, porque todo es posible para Dios».


«Anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres (...); luego, ven y sígueme»

P. Joaquim PETIT Llimona, L.C. 
(Barcelona, España)

Hoy, la liturgia nos presenta un evangelio ante el cual es difícil permanecer indiferente si se afronta con sinceridad de corazón.

Nadie puede dudar de las buenas intenciones de aquel joven que se acercó a Jesucristo para hacerle una pregunta: «Maestro bueno: ¿qué he de hacer para tener en herencia la vida eterna?» (Mc 10,17). Por lo que nos refiere san Marcos, está claro que en ese corazón había necesidad de algo más, pues es fácil suponer que —como buen israelita— conocía muy bien lo que la Ley decía al respecto, pero en su interior había una inquietud, una necesidad de ir más allá y, por eso, interpela a Jesús.

En nuestra vida cristiana tenemos que aprender a superar esa visión que reduce la fe a una cuestión de mero cumplimiento. Nuestra fe es mucho más. Es una adhesión de corazón a Alguien, que es Dios. Cuando ponemos el corazón en algo, ponemos también la vida y, en el caso de la fe, superamos entonces el conformismo que parece hoy atenazar la existencia de tantos creyentes. Quien ama no se conforma con dar cualquier cosa. Quien ama busca una relación personal, cercana, aprovecha los detalles y sabe descubrir en todo una ocasión para crecer en el amor. Quien ama se da.

En realidad, la respuesta de Jesús a la pregunta del joven es una puerta abierta a esa donación total por amor: «Anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres (…); luego, ven y sígueme» (Mc 10,21). No es un dejar porque sí; es un dejar que es darse y es un darse que es expresión genuina del amor. Abramos, pues, nuestro corazón a ese amor-donación. Vivamos nuestra relación con Dios en esa clave. Orar, servir, trabajar, superarse, sacrificarse... todo son caminos de donación y, por tanto, caminos de amor. Que el Señor encuentre en nosotros no sólo un corazón sincero, sino también un corazón generoso y abierto a las exigencias del amor. Porque —en palabras de san Juan Pablo II— «el amor que viene de Dios, amor tierno y esponsal, es fuente de exigencias profundas y radicales».

Manuela es monja, cantante y evangelizadora, pero antes tocó fondo en la noche hasta ser rescatada


Esta religiosa tuvo un profundo encuentro con Dios, gracias a la Virgen, en Lourdes

Manuela es monja, cantante y evangelizadora, pero antes tocó fondo en la noche hasta ser rescatada

Manuela es monja, cantante y evangelizadora, pero antes tocó fondo en la noche hasta ser rescatada
Sor Manuela es ahora una conocida monja cantante y evangelizadora

Manuela es monja, cantante y evangelizadora, pero antes tocó fondo en la noche hasta ser rescatada

Manuela Vargiu es una joven religiosa de las Misioneras de Jesús Crucificado, conocida por su portentosa voz, lo que le ha llevado a dar numerosos conciertos. Y ella misma reconoce abiertamente que nunca habría sido monja si no hubiera tenido un encuentro profundo con Cristo, a través de la Virgen María, justo en un momento muy oscuro de su vida en el que se ocultaba de Dios dejándose llevar por la noche y las discotecas de la costa de Cerdeña.

Ella siempre había sido católica pero su objetivo en la vida pasaba por formar una familia y enfocar su ayuda a los demás trabajando para Médicos Sin Fronteras. Pero Dios quería otra cosa, lo que a Manuela le costó un tiempo comprender.

La música formó parte de su vida desde muy niña y siendo adolescente aunque no estaba en ningún grupo parroquial, se enganchó a sus actividades dirigiendo el coro de niños. “Todo lo que era música siempre me atrajo y me ayudó a alabar a Dios”, recordaba en una entrevista que recoge la versión italiana de Aleteia.

Vida de fe pero con el freno de mano echado
Llevaba una vida como la del resto de jóvenes de su edad y salía con sus amigos, que no frecuentaban la parroquia. “Vivía mi fe pero de una manera que no tuviera que implicarme demasiado. Me escondía detrás de la imagen de una chica buena para no hacer lo que me pidiera el Señor”, contaba Manuela.

En su vida empezó a aparecer un fuerte conflicto interno, pues sentía una atracción hacia Jesús, pero a su vez trataba de alejarse por miedo a que le pidiera más. Y tras un retiro parroquial sentía al Señor muy cerca, pero el miedo se apoderó de ella.



Entretanto, Manuela acabó el instituto, se echó un novio y empezó a estudiar Medicina, para así cumplir su sueño de trabajar para Médicos sin Fronteras.Sin embargo, la confusión en su vida la llevó a tirar todo por la borda. Antes de un examen de Anatomía dejó sus estudios y después rompió con su pareja.

Huyendo de Dios
Queriendo también romper todo lazo con Dios, tomó la decisión drástica de vivir la vida completamente opuesta a la que llevaba. Pasó todo el verano de discoteca en discoteca, y noches enteras sin dormir entre fiesta y fiesta por la costa de Cerdeña.

Ahora habla de que “el ruido del mundo fue una manera de ocultarme porque generalmente el Señor elige hablar en el silencio, y en consecuencia escogí el ruido para no escuchar, pero también para desafiarlo, porque de hecho le desafié: ‘Señor, ven a buscarme en el ruido del mundo si realmente estás ahí’. Y fue hermoso porque en realidad el Señor me buscó discretamente, dejándome libre”.

Sin embargo, esa nueva vida pronto empezó a dejar en la joven italiana una enorme sensación de vacío, hasta el punto de no aguantar más. Entonces decidió ir a una iglesia para pedir a Dios que volviera  a estar junto a ella.

La providencial llegada de Lourdes a su vida
Un día en la parroquia le pidieron que diera su testimonio en un evento en un pabellón poliderportivo. Aceptó y además cantó una canción. Curiosamente, en ese acto estaba el secretario general de la Unitalsi (Unión Nacional Italiana para el Transporte de Enfermos a Lourdes), que quedó impresionado de su voz y sus palabras.

Entonces pidieron a Manuela que reprodujera este mismo testimonio y su canción durante una peregrinación con enfermos en Lourdes. “Junto antes de partir recé a Nuestra Señora y le pedí que pusiera su mano sobre mi cabeza para que me señalara el camino. Ella cumplió mi deseo”.

Estaba encantada en Lourdes, donde pudo cantar ante la Virgen y donde pidió ir con los auxiliares para poder servir a los enfermos. 



Durante el día dedicado a la celebración penitencial, Manuela sintió una imperiosa necesidad de confesar, pero al estar sirviendo a los enfermos no pudo participar. Por la noche pidió a un obispo allí presente si le podía confesar a la mañana siguiente. Sin embargo, se mostró accesible en ese mismo instante, y frente a la gruta de la Virgen. Estuvieron una hora y media hablando, y terminó con el sacramento de la reconciliación.

La confesión rompió su coraza
Esa confesión y la intercesión de la Virgen desencadenaron en Manuela una chispa que le hizo arrojar fuera la apatía y el miedo que la habían atenazado toda la vida. “La gracia del sacramento de la confesión rompió la parálisis de mi corazón”, cuenta ella.

Ahora dar un salto al vacío ya no le daba miedo. Ya no veía oscuridad sino los brazos de Dios y supo que Él siempre la había estado acompañando.

Poco tiempo después, ya libre de las cadenas ingresó en la comunidad religiosa de las Hijas de Jesús Crucificado en Tempio Pausania (Cerdeña). Finalmente fue plenamente feliz. “Mis padres supieron más tarde cuál fue mi elección. Sufrieron mucho pero luego vi la gracia del Señor en sus corazones. El día de mi consagración, mi padre me dijo: ‘Estoy feliz si esto es lo que te hace feliz’”.

Fuente: Religión en Libertad

domingo, 27 de mayo de 2018

Santo Evangelio 27 de mayo 2018



Día litúrgico: La Santísima Trinidad (B) (Domingo siguiente a Pentecostés)

Texto del Evangelio (Mt 28,16-20): En aquel tiempo, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Y al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron. Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo».

«Haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo»

Mons. F. Xavier CIURANETA i Aymí Obispo Emérito de Lleida 
(Lleida, España)

Hoy, la liturgia nos invita a adorar a la Trinidad Santísima, nuestro Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Un solo Dios en tres Personas, en el nombre del cual hemos sido bautizados. Por la gracia del Bautismo estamos llamados a tener parte en la vida de la Santísima Trinidad aquí abajo, en la oscuridad de la fe, y, después de la muerte, en la vida eterna. Por el Sacramento del Bautismo hemos sido hechos partícipes de la vida divina, llegando a ser hijos del Padre Dios, hermanos en Cristo y templos del Espíritu Santo. En el Bautismo ha comenzado nuestra vida cristiana, recibiendo la vocación a la santidad. El Bautismo nos hace pertenecer a Aquel que es por excelencia el Santo, el «tres veces santo» (cf. Is 6,3).

El don de la santidad recibido en el Bautismo pide la fidelidad a una tarea de conversión evangélica que ha de dirigir siempre toda la vida de los hijos de Dios: «Ésta es la voluntad de Dios: vuestra santificación» (1Tes 4,3). Es un compromiso que afecta a todos los bautizados. «Todos los fieles, de cualquier estado o régimen de vida, son llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad» (Concilio Vaticano II, Lumen gentium, n. 40).

Si nuestro Bautismo fue una verdadera entrada en la santidad de Dios, no podemos contentarnos con una vida cristiana mediocre, rutinaria y superficial. Estamos llamados a la perfección en el amor, ya que el Bautismo nos ha introducido en la vida y en la intimidad del amor de Dios.

Con profundo agradecimiento por el designio benévolo de nuestro Dios, que nos ha llamado a participar en su vida de amor, adorémosle y alabémosle hoy y siempre. «Bendito sea Dios Padre, y su único Hijo, y el Espíritu Santo, porque ha tenido misericordia de nosotros» (Antífona de entrada de la misa).

No estaba bautizada ni pensaba bautizar a su hijo, una amiga insistió... y se ha ordenado sacerdote

No estaba bautizada ni pensaba bautizar a su hijo, una amiga insistió... y se ha ordenado sacerdote

La «responsable» no volvió a verle hasta el día antes de la ordenación

No estaba bautizada ni pensaba bautizar a su hijo, una amiga insistió... y se ha ordenado sacerdote

El padre Ángel Miguel abraza a su madre (a su derecha) y a su madrina (a su izquierda) en el día de su ordenación.



El 19 de mayo, el arzobispo de Denver, Samuel Aquila, ordenó en la catedral de la Inmaculada Concepción a cinco vocaciones tardías, con una media de edad de 41 años y variopintos recorridos vitales. Tres se formaron en seminarios Redemptoris Mater del Camino Neocatecumenal, hay desde un ingeniero de software a un antiguo soldado, y proceden de Estados Unidos, Bosnia-Herzegovina y República Dominicana.

A todos ellos, monseñor Aquila les puso como modelo de sacerdote a San Juan María Vianney, cuyo único deseo era "la salvación de las almas", y les recordó que, cada vez que celebren misa, ofrecerán "el mismo sacrificio que Cristo ofreció en la cruz”, y que es ahí donde se encuentra “la alegría del Evangelio”: "Somos llamados a servir a Jesús y servir a la Iglesia y a dar nuestras vidas como Jesús dio su vida y a ir donde estemos llamados a servir a Cristo".


Monseñor Aquila, un bastión provida en la Iglesia estadounidense, con los nuevos sacerdotes. 

En la biografía de uno de los dos dominicanos, Ángel Miguel Pérez Brown, de la iglesia de San Juan Bautista en Johnstown (Colorado), hay un elemento providencial, que cuenta Carmen Elena Villa en Denver Catholic:


Ángel Miguel, el día de su ordenación como diácono, en 2017.

Ángela y María eran dos grandes amigas cuando estudiaban en la escuela Estudios Espaillat de Santo Domingo, República Dominicana. Cuando cursaban 6º y 7º respectivamente quisieron hacerse una promesa mutua, algo así como un pacto de amistad: “Cuando tenga mi primer hijo, tú serás la madrina”.

Pasaron los años, se graduaron de secundaria, cada una tomó su rumbo y María pasaba la mayor parte del tiempo en los Estados Unidos. Era 1987 y Ángela esperaba su primer hijo. María se enteró del embarazo de Ángela y no olvidó su promesa. “¿Cuándo será el Bautizo?”, le preguntó. La pregunta tomó por sorpresa a Ángela. No tenía entre sus planes bautizarlo. Ni siquiera ella había recibido este sacramento. “Cuando pensé que María podía ser la madrina de mi hijo, lo veía más como un compromiso social”, confesó Ángela a Denver Catholic en español. Sin embargo, tras la insistencia de su amiga, esta mujer decidió bautizar a su hijo cuando tenía 17 días de nacido.

María regresó a los Estados Unidos y no volvió a saber nada de Ángela ni de su ahijado. Meses después se mudó definitivamente a este país.

Una vocación que floreció
Ángel creció alejado de la Iglesia pero aún así se veía en él un espíritu solidario y abnegado. “Cuando él tenía entre 3 y 5 años, noté que poseía una bondad poco usual a esa edad”, confiesa su madre. “Le encantaba compartir sus juguetes con otros niños, no para él jugar, sino para que ellos jugaran”.

Cuando Ángel tenía 14 años un grupo de misioneros tocó la puerta de su casa. Querían invitarle a él y a su familia a una catequesis del Camino Neocatecumenal. Así, tanto él como su madre comenzaron un itinerario de fe. Ángela fue bautizada después y se casó por la Iglesia.

En 2008, el joven participó en una peregrinación a Nicaragua y allí sintió que Dios lo llamaba a ser sacerdote. Le asignaron el seminario Redemptoris Mater de Denver como su lugar de formación. Llegó en enero de 2011, luego de haber estudiado dos años en el seminario de su ciudad natal.


Capilla del seminario Redemptoris Mater de Denver.

“El buen Dios, que ya lo había elegido, puso a María en mi vida para que con urgencia él recibiera el primer sacramento de iniciación cristiana”, reconoce la madre del hoy padre Ángel.

Y retomaron el contacto
María, su madrina, hasta el momento desconocía el paradero de Ángel. “No viajaba con frecuencia a Santo Domingo. Hace dos años estuve allí y fui a visitar a la madre de Ángela pero justo había salido. La esperé un rato pero no regresó. No tenía cómo retomar el contacto”, comparte.

Y cuando Ángel ya estaba terminando sus estudios en el seminario su madre se propuso buscar a María a través de las redes sociales hasta que la encontró. Meses antes de la ordenación sacerdotal Ángela le comunicó a María un deseo que su hijo tenía: “Él quiere que tú estés presente cuando reciba el sacramento del orden”. María se sintió un poco avergonzada, pues no lo acompañó como madrina durante todos estos años. Aún así decidió viajar con su esposo Julio desde Orlando (Florida), donde residen actualmente. “La noche anterior no dormí bien, estaba muy emocionada y nerviosa. La última vez que lo vi fue el día de su Bautizo, hace 31 años”, confiesa.

El día antes de su ordenación, ella llegó con su esposo al seminario Redemtporis Mater, “entré al comedor y ahí lo vi, junto con varios seminaristas, le dije: ‘Soy tu madrina’ y él me abrazó”, comparte María mientras dejaba escapar un par de lágrimas.

El padre Ángel Miguel Pérez-Brown se ordenó el pasado 19 de mayo en la catedral- basílica Inmaculada Concepción de Denver, Colorado junto con otros cuatro nuevos sacerdotes. “No recuerdo haberme sentido tan feliz como hoy”, dijo María horas después de la ceremonia.


“Él pensaba ser ingeniero”, recuerda su madre. “Si yo hubiera asistido a su graduación me sentiría muy complacida pero me complace doblemente verlo como sacerdote porque su misión es salvar almas y hacer que las personas intenten ganar el cielo”.

El nuevo sacerdote asegura que su madrina “ayudó a plantar esta semilla” por eso él quiso “que ella fuera testigo de los frutos que ha dado”. “Si ella no hubiese influenciado a mi madre quién sabe dónde estaría hoy”, confiesa.

Al despedirse de María cuando se marchó de regreso a Orlando, el padre Angel le dijo: “Ya tuviste como madrina 31 años de vacaciones. Ahora por favor acompáñame rezando por mí, porque solo con la oración podré ser un sacerdote fiel”.

Fuente: Religión en Libertad

sábado, 26 de mayo de 2018

Santo Evangelio 26 de mayo 2018



Día litúrgico: Sábado VII del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mc 10,13-16): En aquel tiempo, algunos presentaban a Jesús unos niños para que los tocara; pero los discípulos les reñían. Mas Jesús, al ver esto, se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios. Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él». Y abrazaba a los niños, y los bendecía poniendo las manos sobre ellos.


«Dejad que los niños vengan a mí»

Rev. D. Josep Lluís SOCÍAS i Bruguera 
(Badalona, Barcelona, España)

Hoy, los niños son noticia. Más que nunca, los niños tienen mucho que decir, a pesar de que la palabra “niño” significa “el que no habla”. Lo vemos en los medios tecnológicos: ellos son capaces de ponerlos en marcha, de usarlos e, incluso, de enseñar a los adultos su correcta utilización. Ya decía un articulista que, «a pesar de que los niños no hablan, no es signo de que no piensen».

En el fragmento del Evangelio de Marcos encontramos varias consideraciones. «Algunos presentaban a Jesús unos niños para que los tocara; pero los discípulos les reñían» (Mc 10,13). Pero el Señor, a quien en el Evangelio leído en los últimos días le hemos visto hacerse todo para todos, con mayor motivo se hace con los niños. Así, «al ver esto, se enfadó y les dijo: ‘No se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios’» (Mc 10,14).

La caridad es ordenada: comienza por el más necesitado. ¿Quién hay, pues, más necesitado, más “pobre”, que un niño? Todo el mundo tiene derecho a acercarse a Jesús; el niño es uno de los primeros que ha de gozar de este derecho: «Dejad que los niños vengan a mí» (Mc 10,14).

Pero notemos que, al acoger a los más necesitados, los primeros beneficiados somos nosotros mismos. Por esto, el Maestro advierte: «Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él» (Mc 10,15). Y, correspondiendo al talante sencillo y abierto de los niños, Él los «abrazaba (...), y los bendecía poniendo las manos sobre ellos» (Mc 10,16).

Hay que aprender el arte de acoger el Reino de Dios. Quien es como un niño —como los antiguos “pobres de Yahvé”— percibe fácilmente que todo es don, todo es una gracia. Y, para “recibir” el favor de Dios, escuchar y contemplar con “silencio receptivo”. Según san Ignacio de Antioquía, «vale más callar y ser, que hablar y no ser (...). Aquel que posee la palabra de Jesús puede también, de verdad, escuchar el silencio de Jesús».

Cura y entrenador evangeliza mediante el deporte a presos; ahora puede ser el nuevo «Ninja Warrior»


El sacerdote Stephen Godberry se prepara para el famoso concurso televisivo

Cura y entrenador evangeliza mediante el deporte a presos; ahora puede ser el nuevo «Ninja Warrior»


Para el padre Stephen es una gran oportunidad para evangelizar

Cura y entrenador evangeliza mediante el deporte a presos; ahora puede ser el nuevo «Ninja Warrior»

Además de ser entrenador personal, el padre Stephen Gadberry es también un sacerdote católico. Espera que su participación en la décima temporada de American Ninja Warrior haga que los sacerdotes parezcan más humanos y cercanos.

El programa, que también tiene una edición española (Ninja Warrior España), consiste en superar una serie de obstáculos de gran dificultad física en el menor tiempo posible. En él ya participó un joven conocido como “el ninja del Papa”, Sean Bryan, que, ataviado con una camiseta estampada con la bandera del Vaticano, quiso dar presencia a Dios en la competición. De hecho, Stephen fue “retado” a apuntarse al concurso por el propio Sean Bryan, según ha contado Catholic News Agency.

Conversaciones profundas en el gimnasio
Los participantes compiten por un millón de dólares y el título de American Ninja Warrior. La ronda final se celebra en las Vegas, y en ella los participantes han de hacer proezas tales como trepar en menos de 30 segundos una cuerda de más de 20 metros.

“La actividad física en un gimnasio puede ser una manera simple, pero efectiva, de empezar una conversación profunda”, explica Stephen. “Ese ambiente quita los nervios y las dudas antes de empezar esta clase de conversaciones”.

Aprovechando sus talentos
El sacerdote de Arkansas, Estados Unidos, se apuntó en diciembre del año pasado, y dos meses después recibió la invitación a participar en una ronda preliminar en Dallas. “Estaría desperdiciando los talentos que Dios me ha dado si no acepto de forma humilde y agradecida esta oportunidad para evangelizar”, ha contado Stephen.

“Esa es mi razón principal para hacer esto: evangelizar”, ha remarcado. “El Señor nos dijo que hiciéramos discípulos por todas las naciones. Con esta oportunidad de participar en un programa  nacional, podré llevar el mensaje del Evangelio mucho más lejos de lo que me permiten mis medios”.

Stephen sirve como pastor en dos parroquias de Arkansas. Fue criado en una granja, y él mismo cuenta que desde siempre le ha gustado la actividad física. Más tarde, en el ejército, conoció una actividad conocida como CrossFit, que practica diariamente.


Una afición que no interfiere, sino que le ayuda en su labor
Stephen hace de una a dos horas de ejercicio al día, pero eso no interfiere con su ministerio. Rara vez ve televisión, y procura articular su horario alrededor de sus deberes como sacerdote.

Según Stephen, otros sacerdotes prefieren relajarse viendo la televisión o dedicándose a su taller. Para él, el deporte se ha convertido en una forma de recreo que abre puertas para la conversión espiritual en comunidad.

“Le ha dado a la gente muchas oportunidades para tocar temas de fe que antes no habrían hablado por sentirse demasiado intimidados como para ir a una Iglesia o a un sacerdote”, ha explicado Stephen.

De las pesas a Dios
La gente le pide consejo habitualmente sobre ejercicios de pesas o banca. Pero una vez el diálogo se ha establecido, esa conversación puede dar pie a cuestiones personales y espirituales, como infidelidades o problemas con adolescentes en casa.

Además, la actividad física le ayuda a llegar también a “las periferias” que tanto ha mencionado el Papa Francisco. Además de visitar a enfermos en el hospital, Stephen hace deporte con los presos durante su ministerio en la prisión, creando lazos con ellos y teniendo conversaciones profundas.

“Estamos todo el tiempo hablando sobre problemas y dificultades en la vida”, ha contado Stephen. “A los guardias les encanta, porque han visto que esto cambia a los internos con los que he estado haciendo deporte”.

El sacerdote ha recomendado no juzgar a la gente que haga haga deporte por orgullo propio. Aunque sea malo, ha remarcado que cuidar el cuerpo es una forma de mantener en forma al menos un aspecto de sus vidas.

Destruyendo estereotipos
“Muchas veces la gente se abraza a los esteriotipos del cura tan espiritual, que rechaza incluso cualquier cosa que venga del cuerpo”, ha explicado Stephen. “Sin embargo, eso no es lo que enseña la doctrina católica”.

Según Stephen, la disciplina de las dietas y los ejercicios tienen una correlación con la vida espiritual. “Porque las virtudes se desarrollan mediante la disciplina física”, ha remarcado Stephen.

Stephen ha advertido también que las dificultades, sean físicas o espirituales, hay que superarlas una a una en vez de estresarse y pensar solo en llegar al final. “El propio circuito de Ninja Warrior, por ejemplo, consiste en eso: ir obstáculo a obstáculo”, ha explicado. “No vas a llegar al último obstáculo, en la meta, hasta que no hayas superado el que está justo delante de ti”.


Fuente: Religión en Libertad

viernes, 25 de mayo de 2018

Santo Evangelio 25 de mayo 2018



Día litúrgico: Viernes VII del tiempo ordinario


Texto del Evangelio (Mc 10,1-12): En aquel tiempo, Jesús, levantándose de allí, va a la región de Judea, y al otro lado del Jordán, y de nuevo vino la gente donde Él y, como acostumbraba, les enseñaba. Se acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, preguntaban: «¿Puede el marido repudiar a la mujer?». Él les respondió: «¿Qué os prescribió Moisés?». Ellos le dijeron: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla». Jesús les dijo: «Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este precepto. Pero desde el comienzo de la creación, El los hizo varón y hembra. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y los dos se harán una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre». 

Y ya en casa, los discípulos le volvían a preguntar sobre esto. Él les dijo: «Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla; y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».


«Como acostumbraba, les enseñaba»

Rev. D. Miquel VENQUE i To 
(Barcelona, España)

Hoy, Señor, quisiera hacer un rato de oración para agradecerte tu enseñanza. Tú enseñabas con autoridad y lo hacías siempre que te dejábamos, aprovechabas todas las ocasiones: ¡claro!, lo entiendo, Señor, tu misión básica era transmitir la Palabra del Padre. Y lo hiciste.

—Hoy, “colgado” en Internet te digo: Háblame, que quiero hacer un rato de oración como fiel discípulo. Primero, quisiera pedirte capacidad para aprender lo que enseñas y, segundo, saber enseñarlo. Reconozco que es muy fácil caer en el error de hacerte decir cosas que Tú no has dicho y, con osadía malévola, intento que Tú digas aquello que a mí me gusta. Reconozco que quizá soy más duro de corazón que aquellos oyentes.

—Yo conozco tu Evangelio, el Magisterio de la Iglesia, el Catecismo, y recuerdo aquellas palabras del Papa san Juan Pablo II en la Carta a las Familias: «El proyecto del utilitarismo asentado en una libertad orientada según el sentido individualista, es decir, una libertad vacía de responsabilidad, es el constitutivo de la antítesis del amor». Señor, rompe mi corazón deseoso de felicidad utilitarista y hazme entrar dentro de tu verdad divina, que tanto necesito.

—En este lugar de mirada, como desde la cima de la cordillera, comprendo que Tú digas que el amor matrimonial es definitivo, que el adulterio —además de ser pecado como toda ofensa grave hecha a ti, que eres el Señor de la Vida y del Amor— es un camino errado hacia la felicidad: «Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla» (Mc 10,11). 

—Recuerdo a un joven que decía: «Mossèn el pecado promete mucho, no da nada y lo roba todo». Que te entienda, buen Jesús, y que lo sepa explicar: Aquello que Tú has unido, el hombre no lo puede separar (cf. Mc 10,9). Fuera de aquí, fuera de tus caminos, no encontraré la auténtica felicidad. ¡Jesús, enséñame de nuevo!

Gracias, Jesús, soy duro de corazón, pero sé que tienes razón.