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miércoles, 28 de febrero de 2018

Santo Evangelio 28 de febrero 2018


Día litúrgico: Miércoles II de Cuaresma

Texto del Evangelio (Mt 20,17-28): En aquel tiempo, cuando Jesús iba subiendo a Jerusalén, tomó aparte a los Doce, y les dijo por el camino: «Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, para burlarse de Él, azotarle y crucificarle, y al tercer día resucitará».

Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró como para pedirle algo. Él le dijo: «¿Qué quieres?». Dícele ella: «Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino». Replicó Jesús: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?». Dícenle: «Sí, podemos». Díceles: «Mi copa, sí la beberéis; pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre».

Al oír esto los otros diez, se indignaron contra los dos hermanos. Mas Jesús los llamó y dijo: «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos».


«El que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor»

Rev. D. Francesc JORDANA i Soler 
(Mirasol, Barcelona, España)

Hoy, la Iglesia —inspirada por el Espíritu Santo— nos propone en este tiempo de Cuaresma un texto en el que Jesús plantea a sus discípulos —y, por lo tanto, también a nosotros— un cambio de mentalidad. Jesús hoy voltea las visiones humanas y terrenales de sus discípulos y les abre un nuevo horizonte de comprensión sobre cuál ha de ser el estilo de vida de sus seguidores.

Nuestras inclinaciones naturales nos mueven al deseo de dominar las cosas y a las personas, mandar y dar órdenes, que se haga lo que a nosotros nos gusta, que la gente nos reconozca un status, una posición. Pues bien, el camino que Jesús nos propone es el opuesto: «El que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo» (Mt 20,26-27). “Servidor”, “esclavo”: ¡no podemos quedarnos en el enunciado de las palabras!; las hemos escuchado cientos de veces, hemos de ser capaces de entrar en contacto con la realidad que significan, y confrontar dicha realidad con nuestras actitudes y comportamientos.

El Concilio Vaticano II ha afirmado que «el hombre adquiere su plenitud a través del servicio y la entrega a los demás». En este caso, nos parece que damos la vida, cuando realmente la estamos encontrando. El hombre que no vive para servir no sirve para vivir. Y en esta actitud, nuestro modelo es el mismo Cristo —el hombre plenamente hombre— pues «el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos» (Mt 20,28).

Ser servidor, ser esclavo, tal y como nos lo pide Jesús es imposible para nosotros. Queda fuera del alcance de nuestra pobre voluntad: hemos de implorar, esperar y desear intensamente que se nos concedan esos dones. La Cuaresma y sus prácticas cuaresmales —ayuno, limosna y oración— nos recuerdan que para recibir esos dones nos debemos disponer adecuadamente.

Sobrevivió a su aborto, buscó a los padres que la rechazaron: pero aún dolían más ciertas reacciones

Sobrevivió a su aborto, buscó a los padres que la rechazaron: pero aún dolían más ciertas reacciones

Melissa Ohden publica su historia: «Siempre fui parte de ti»

Sobrevivió a su aborto, buscó a los padres que la rechazaron: pero aún dolían más ciertas reacciones


Contar su origen le ha producido a Melissa muchos sinsabores, pero también grandes satisfacciones: las mayores, las vidas que ha salvado.

Hasta mediados de los años 90, los miles de supervivientes de abortos provocados eran un colectivo desconocido. Eso empezó a cambiar con la viralización del testimonio de Gianna Jessen y el éxito de la película de 2011 basada en él, October Baby. 

El establishment mediático, que tanto celebra y rentabiliza otras historias dramáticas, mantiene el muro de silencio sobre estos casos, consciente de que estas personas, con su mera existencia, rompen el discurso abortista de la ideología dominante. Pero no ha podido impedir que cada vez más víctimas sean conocidas y además se asocien y organicen y ofrezcan públicamente su testimonio.

El más célebre, después de Gianna Jessen, es el de Melissa Ohden, fundadora de The Abortion Survivors Network. En 2011 se involucró en la campaña presidencial estadounidense con un vídeo que recordaba que no una, sino cuatro veces, Barack Obama había votado como senador a favor de una ley que impidiese a los médicos salvar la vida de los supervivientes de aborto. Sus palabras tuvieron alcance nacional e internacional.

Melissa ha escrito un libro contando su historia: su infancia y juventud junto a su familia de adopción, cuándo y cómo supo la verdad de su origen, y la larga búsqueda de sus padres biológicos. Acaba de ser publicado en España: Siempre fui parte de ti (Rialp).

El descubrimiento de la verdad
Su madre biológica se sometió en 1977 a un aborto por inyección salina a las 31 semanas de embarazo. Tras unos días de envenenamiento, el parto inducido de lo que se debía ser un niña muerta lo fue de una niña viva. La echaron a un lado para que muriese, pero una enfermera la llevó a reanimación y consiguieron rescatarla. A diferencia de Gianna Jessen o de la pequeña italiana Viola, Melissa no padeció secuelas físicas de este trauma brutal.

Tras dos meses en el hospital, le dieron el alta médica y Melissa fue adoptada por Ron y Linda Cross, padres adoptivos de otra niña, Tammy, y que acabarían teniendo su propio hijo natural, un chico. Nunca hicieron diferencias entre los tres. Eran una familia cristiana metodista y acudían con frecuencia a la iglesia ("era un segundo hogar para nosotros"). Melissa creció en un sano ambiente hogareño en Iowa, con grandes apreturas económicas y unos padres que trabajaban muchas horas y muchos fines de semana para poder salir adelante. Ella siempre supo que era adoptada, pero le dijeron que su madre biológica la quería mucho y la habia dado en adopción porque no podía atenderla bien.


¿Cómo conoció la realidad? Eso no vamos a revelarlo, porque Siempre fui parte de ti se lee con una intriga muy bien dosificada y no echaremos a perder el interés que suscitan tantos momentos cargados de emociones que comenzaron a partir de ese punto y ella comparte con el lector. "Tenía la sensación de que mi vida era una gran mentira", explica: "Tenía que volver al principio y reconstruirla en toda su dolorosa verdad". Tampoco desvelaremos el meollo del libro, a saber, el largo recorrido de búsqueda de sus padres y todo lo que eso supuso, ni su resultado.

Hubo mucho dolor, eso sí, en todo ello. Melissa sufrió un auténtico estrés postraumático tras conocer su verdadero origen, que desembocó en un cóctel de anorexia/bulimia, alcohol y promiscuidad, con un progresivo alejamiento de la práctica religiosa. Hasta que comprendió que todo ese camino de huida del sufrimiento... incrementaba su sufrimiento aún más. Decidió retornar al camino recto: "Mi corazón y mi mente se volvieron hacia Aquel del que no podía ocultar mi vida interior y mis pecados secretos; Aquel que tenía el poder de liberarme".


Melissa, en la época en la que empezó a buscar a sus padres.

Y lo hizo. Volvió a la sensatez y se graduó en 1996, año en el que escuchó por primera vez el testimonio de Gianna Jessen. No se conocerían personalmente hasta años después.

Un testimonio que molesta
Melissa continuó indagando sobre sus padres e involucrándose poco a poco en el movimiento provida. Opuesta al aborto (por razones de convicción por un lado, y de biografía por otro), se sentía feminista, pero ya en su primer año de universidad comprobó que en ese ámbito se veía reducida al silencio. Al principio no tenía reparos en hablar de su origen, pero... incluso entre compañeros universitarios aparecía el tabú: "Fui muy abierta en cuanto al hecho de ser superviviente de un aborto legal... Pronto me di cuenta de que mi historia no podía ser escuchada, luego no debía ser contada". Habla de "gelidez": "El rechazo de mis compañeras me hería profundamente... Mi encuentro con la corrección política en torno al tema del aborto me dejó hastiada y temerosa". 

Aún más significativa es otra anécdota. Una vez licenciada, durante un curso de doctorado en Psicología Clínica, el profesor les ordenó un trabajo de análisis sobre alguna experiencia existencial propia. Melissa escogió su propio nacimiento. Cuando su escrito fue corregido llegó la sorpresa: "Me puso la nota máxima por mi análisis técnico, pero sus comentarios al margen fueron durísimos. Uno de ellos en paticular se me quedó grabado: 'Esto tiene que ser mentira. ¿Por qué te dirían tus padres una cosa tan horrible?' Me dejó anonadada. Otra vez me callaban... [El profesor] simplemente era incapaz de reconciliar su apoyo del aborto con la existencia de una superviviente". La joven tomó una decisión: "Arrostrar la contradicción que suponía mi existencia para su ideología".

Melissa se casó en 2005 y empezó a ejercer su profesión en el ámbito del trabajo social.


La autora de Siempre fui parte de ti, junto a su marido Ryan y sus dos hijas. Perdieron una tercera, precisamente por un aborto espontáneo, otro dolor que la vida no ahorró a Melissa.

Un tercer momento de falta de piedad por parte de sus contradictores tuvo lugar cuando se implicó políticamente contra el aborto. Melissa había comprendido, cuando se quedó embarazada y vio la primera ecografía de su hija, cuál era su misión en este mundo. "Sentí una terrible responsabilidad ante mi hija", dice: "Tenía que aprovechar lo que me había ocurrido para hacer de su mundo un lugar donde todos los niños sean queridos". Contactó con Feminists for Life y en torno a 2008 empezó a dar conferencias. Cuando nació la pequeña, esa misión se perfiló: "Con mi hija acurrucada contra mi pecho, sentí compasión por la mujer que me llevó en sus entrañas, y por lo que ella se había perdido".

Ya no luchaba solo por las víctimas directas del aborto (los niños), sino por sus víctimas indirectas: las madres e incluso los padres responsables del aborto de sus hijos, porque también ellos se acercaban a hablar con ella tras sus charlas. "Me solidarizaba con los supervivientes que conocía, pero las que me partían el corazón eran las madres que me decían cómo lamentaban haber abortado... Llegué a comprender que una parte de mi misión era la de ser la voz del perdón para ellos. Claro que mi misión era también simplemente la de personificar la humanidad del 'feto' abortado".

Por una buena política
En 2012 se involucró en la campaña por la nominación republicana de Rick Santorum, senador católico y provida. Su mujer, Karen, había escrito un libro, Cartas a Gabriel, dirigidas al niño que perdió durante el embarazo, en una cirugía intrauterina. La lectura del libro le resultó "catártica". Así impactada, se movilizó por Rick a causa de su historial como legislador provida: encabezó la campaña en el Congreso contra el sádico método de aborto por nacimiento parcial. Obama era el gran defensor de la legalidad de ese método, y Melissa lo recordó en el vídeo de campaña que hemos reproducido al principio.


Melissa Ohden testificó en septiembre de 2015 ante la comisión del Congreso de los Estados Unidos que investigaba a Planned Parenthood por el tráfico de órganos de niños abortados.

"Sabía que la emisión de mi historia provocaría respuestas. Pero no estaba preparada para la ferocidad con que me atacaron": de nuevo, como aquellos primerizos compañeros de universidad, como aquel profesor en el postgrado, el horror que había vivido cuando más indefensa era no provocaba solidaridad, sino repulsa y odio. Y un nuevo dolor para ella, que sin embargo no la arredró: "Gracias a lo que pasé durante la campaña de 2012 es más fuerte mi voz en defensa del no nacido. Y estoy comprometida con la utilización de mi voz entre bastidores y delante de las cámaras para hablar por los niños silenciados y las madres engañadas por la cultura de la muerte, convencidas de que la vida de su hijo es el precio de su felicidad".

Con su historia, Melissa Ohden ha salvado cientos, tal vez miles de vidas. De dos de ellas da cuenta precisa en Siempre fui parte de ti. Donde narra también que, en buena medida, se convirtió al catolicismo en 2014 gracias a los muchos católicos que conoció en el movimiento provida. Más que nunca, su misión ahora sigue siendo "decir a todo el que me escuche que todo niño es una creación única de la mente de Dios".

Fuente: Religión en Libertad

martes, 27 de febrero de 2018

Santo Evangelio 27 de febrero 2018



Día litúrgico: Martes II de Cuaresma

Texto del Evangelio (Mt 23,1-12): En aquel tiempo, Jesús se dirigió a la gente y a sus discípulos y les dijo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen. Atan cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas. Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres; se hacen bien anchas las filacterias y bien largas las orlas del manto; quieren el primer puesto en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, que se les salude en las plazas y que la gente les llame "Rabbí".

»Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar "Rabbí", porque uno solo es vuestro Maestro; y vosotros sois todos hermanos. Ni llaméis a nadie "Padre" vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo. Ni tampoco os dejéis llamar "Doctores", porque uno solo es vuestro Doctor: Cristo. El mayor entre vosotros será vuestro servidor. Pues el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado».

«Uno solo es vuestro Maestro; (...) uno solo es vuestro Padre; (...) uno solo es vuestro Doctor»


Pbro. Gerardo GÓMEZ 
(Merlo, Buenos Aires, Argentina)

Hoy, con mayor razón, debemos trabajar por nuestra salvación personal y comunitaria, como dice san Pablo, con respeto y seriedad, pues «ahora es el día de la salvación» (2Cor 6,2). El tiempo cuaresmal es una oportunidad sagrada dada por nuestro Padre para que, en una actitud de profunda conversión, revitalicemos nuestros valores personales, reconozcamos nuestros errores y nos arrepintamos de nuestros pecados, de modo que nuestra vida se vaya transformando —por la acción del Espíritu Santo— en una vida más plena y madura. 

Para adecuar nuestra conducta a la del Señor Jesús es fundamental un gesto de humildad, como dice el Papa Benedicto: «Que [yo] me reconozca como lo que soy, una creatura frágil, hecha de tierra, destinada a la tierra, pero además hecha a imagen de Dios y destinada a Él».

En la época de Jesús había muchos "modelos" que oraban y actuaban para ser vistos, para ser reverenciados: pura fantasía, personajes de cartón, que no podían estimular el crecimiento y la madurez de sus vecinos. Sus actitudes y conductas no mostraban el camino que conduce a Dios: «No imitéis su conducta, porque dicen y no hacen» (Mt 23,3). 

La sociedad actual también nos presenta una infinidad de modelos de conducta que abocan a una existencia vertiginosa, alocada, debilitando el sentido de trascendencia. No dejemos que esos falsos referentes nos hagan perder de vista al verdadero maestro: «Uno solo es vuestro Maestro; (…) uno solo es vuestro Padre; (…) uno solo es vuestro Doctor: Cristo» (Mt 23,8.9.10).

Aprovechemos la cuaresma para fortalecer nuestras convicciones como discípulos de Jesucristo. Tratemos de tener momentos sagrados de "desierto" donde nos reencontremos con nosotros mismos y con el verdadero modelo y maestro. Y frente a las situaciones concretas en las que muchas veces no sabemos cómo reaccionar podríamos preguntarnos: ¿qué diría Jesús?, ¿cómo actuaría Jesús?

Era atea, su bebé iba a morir y entonces oró a Dios: hubo milagro y ella se bautizará en esta Pascua

Era atea, su bebé iba a morir y entonces oró a Dios: hubo milagro y ella se bautizará en esta Pascua

Su marido era católico y la animó a confiar en Dios y en esperar un milagro

Era atea, su bebé iba a morir y entonces oró a Dios: hubo milagro y ella se bautizará en esta Pascua

Ahora toda la familia asiste regularmente a la Iglesia

Jazz Yue Yi Li pensaba que Dios no era real. Su vida había transcurrido ajena a Él, hasta que fue testigo de un milagro protagonizado por ella misma y su hijo recién nacido, lo que le hizo dar un vuelco total a la forma en la que veía a Dios.

El 6 de abril de 2017, tras un embarazo tranquilo, Yi Li dio a luz a su hijo Mark Yi Hoang. Pero justo tras el parto los médicos tuvieron que llevarse al bebé a cuidados intensivos pues se debatía "entre la vida y la muerte”. Mark había contraído una Infección estreptocócica del grupo B, enfermedad conocida con el nombre de EGB, que puede darse durante el parto.

1 entre 4.000
Aunque se hayan administrado los antibióticos necesarios a la madre, las posibilidades de que un bebé nazca tras contraer el EGB son de 1 entre 4.000. Afortunadamente, Mark había nacido, pero tenía muchos problemas. Por culpa de la infección bacteriana había contraído meningitis y septicemia.

“Yo estaba fuera, en el pasillo, mirando la sala de operaciones. Le vi dejar de respirar tres veces”, ha contado Yi Li. “Fue una experiencia traumática”. En aquel momento ella no era creyente. “Nunca lo había sido antes. Simplemente pensaba que podíamos hacer las cosas a nuestra manera”, cuenta a CatholicLeader.


"Dios no nos dejará enterrarle"
Sin embargo, pese a que ella era atea el marido de Yi Li, Joseph Hoang, era católico. Él la animaba diciendo que todo lo que podían hacer era rezar por el bebé. “Joseph estuvo allí, apoyándome, y me invitaba a creer, a creer en que Dios podía obrar un milagro”, ha explicado Yi Li. “Dios no nos dejará enterrarle, me decía”. “Yo no tenía esperanza”, ha contado ella. “Estaba muy deprimida porque el doctor había dicho que si el bebé volvía a dejar de respirar esa noche, moriría”.

Al final, Yi Li hizo caso a su marido y rezó. “A la mañana siguiente, seguía vivo”, cuenta Yi Li. Aunque había sobrevivido, los doctores pronosticaron que era muy probable que Mark acabara ciego o sordo como consecuencia de la enfermedad. Mark apenas pudo moverse durante varios meses.

El ejemplo de la esperanza
“Ni siquiera en ese momento pensaba en ir a misa, pero Joseph seguía diciéndome que debía creer en los milagros”, explica Yi Li. Ella no pensaba que pudiese ocurrir un milagro, pero estaba animada por la fe de Joseph, que sí lo esperaba.

El ejemplo que daba Hoang con su esperanza animó a Yi Li a empezar a ir a la catequesis de adultos en la parroquia de Southport, en Brisbane, cuyas sesiones están abiertas a personas que quieren saber cómo convertirse al catolicismo. “Pensé que tal vez había una oportunidad y que alguien podría hacer algo por mi hijo”, explica Yi Li. “Si alguien podía, ese era Dios”.

El padre Jan Bialasiewicz, sacerdote de la parroquia, le animó a que rezara por la recuperación de su hijo y fue guiándola poco a poco en su proceso de conversión. Poco después, su hijo Mark fue bautizado y ahí fue cuando realmente cuando ella dio un salto hacia la fe.


Si buscas a Dios, lo encuentras
Su bebé ya había progresado mucho. Tenía ocho meses, y ya podía sentarse y mantener la cabeza erguida. “Ahora tiene diez meses y medio, y puede caminar a gatas e incluso levantarse”, cuenta Yi Li. “Es como un niño normal”. Pese a su mejora, Mark fue diagnosticado con discapacidad visual, causado por el daño cerebral. Sus padres deben estimular su vista a diario; los progresos ya se hacen notar.

“El mes pasado no podía vernos, pero ahora nos mira y sonríe, incluso si no hacemos ningún ruido”, explica el Yi Li. “Ha ocurrido un milagro que me ha hecho creer mucho más de lo que jamás hubiera pensado. Al principio pensé que moriría, después que estaría en una silla de ruedas para siempre, y solo con rezar y creer en el milagro, está casi totalmente curado”.

El 31 de marzo, en la Vigilia de Pascua de este año Yi Li se bautizará, confirmará y hará la primera comunión en la parroquia de Southport. Todo ello el mismo día que su hijo cumplirá su primer año. “Si buscas a Dios, le encuentras”, ha dicho Yi Li.

Fuente: Religión en Libertad

lunes, 26 de febrero de 2018

Santo Evangelio 26 de febrero 2018



Día litúrgico: Lunes II de Cuaresma

Texto del Evangelio (Lc 6,36-38): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá».


«Dad y se os dará»

+ Rev. D. Antoni ORIOL i Tataret 
(Vic, Barcelona, España)

Hoy, el Evangelio de Lucas nos proclama un mensaje más denso que breve, ¡y eso que es muy breve! Lo podemos reducir a dos puntos: un encuadramiento de misericordia y un contenido de justicia.

En primer lugar, un encuadramiento de misericordia. En efecto, la consigna de Jesús sobresale como una norma y resplandece como un ambiente. Norma absoluta: si nuestro Padre del cielo es misericordioso, nosotros, como hijos suyos, también lo hemos de ser. Y el Padre, ¡es tan misericordioso! El versículo anterior afirma: «(...) y seréis hijos del Altísimo, porque Él es bueno con los ingratos y con los malos» (Lc 6,35).

En segundo lugar, un contenido de justicia. En efecto, nos encontramos ante una especie de “ley del talión” en las antípodas de (inversa a) la rechazada por Jesús («Ojo por ojo, diente por diente»). Aquí, en cuatro momentos sucesivos, el divino Maestro nos alecciona, primero, con dos negaciones; después, con dos afirmaciones. Negaciones: «No juzguéis y no seréis juzgados»; «No condenéis y no seréis condenados». Afirmaciones: «Perdonad y seréis perdonados»; «Dad y se os dará».

Apliquémoslo concisamente a nuestra vida de cada día, deteniéndonos especialmente en la cuarta consigna, como hace Jesús. Hagamos un valiente y claro examen de conciencia: si en materia familiar, cultural, económica y política el Señor juzgara y condenara nuestro mundo como el mundo juzga y condena, ¿quién podría sostenerse ante el tribunal? (Al volver a casa y leer el periódico o al escuchar las noticias, pensamos sólo en el mundo de la política). Si el Señor nos perdonara como lo hacen ordinariamente los hombres, ¿cuántas personas e instituciones alcanzarían la plena reconciliación?

Pero la cuarta consigna merece una reflexión particular, ya que, en ella, la buena ley del talión que estamos considerando deviene de alguna manera superada. En efecto, si damos, ¿nos darán en la misma proporción? ¡No! Si damos, recibiremos —notémoslo bien— «una medida buena, apretada, remecida, rebosante» (Lc 6,38). Y es que es a la luz de esta bendita desproporción que somos exhortados a dar previamente. Preguntémonos: cuando doy, ¿doy bien, doy mirando lo mejor, doy con plenitud?

Las monjas que ayudan a escapar de la prostitución: «Llegan a Europa engañadas por las mafias»


Las Hermanas Adoratrices luchan contra el tráfico de personas en París

Las monjas que ayudan a escapar de la prostitución: «Llegan a Europa engañadas por las mafias»

Las redes las controlan gracias a enormes deudas y magia vodoo

Las monjas que ayudan a escapar de la prostitución: «Llegan a Europa engañadas por las mafias»

Es una casa grande, como muchas de las que se levantan en este barrio parisino. Allí conviven doce mujeres. Algunas se quedan durante semanas, otras, meses, e incluso algunas un año, según su situación. Todas eran prostitutas, víctimas del tráfico de personas. Ahora están empezando una nueva vida.

La hermana Cristina Ramos dirige este centro, llamado Foyer AFJ (www.foyer-afj.fr), según informa GlobalSistersReport. Su congregación, las Hermanas Adoratrices, fue fundada en España, en 1856, por santa María Micaela Desmaisières, que abrió un refugio para que antiguas prostitutas aprendieran a ganarse la vida tejiendo.


Foyer AFJ abrió en 1967, en París. Al principio refugiaba a víctimas de violencia doméstica y abusos. Desde el 2002 el centro está especializado en ayudar a empezar una nueva vida a antiguas prostitutas. Las monjas se pusieron en contacto con un pequeño grupo llamado Amigos del Nido (www.amicaledunid.org), y comenzaron a ayudar a mujeres que querían dejar atrás la prostitución.

Muchas de las mujeres que están o han estado en Foyer AFJ vienen de Nigeria y países de Europa del Este. Según algunas estadísticas del 2014 recopiladas por el propio centro, el 27% decía haber dejado en su país un hijo, un 40% no tenía ningún sitio en el que vivir y tan solo un 15% tienen un pasaporte, o un carnet de identidad.

Las familias de estas mujeres, que se quedan en el país de origen, viven en una pobreza tal, que están dispuestas a aceptar cualquier oferta que les propongan. Las mafias se aprovechan de esto para exigir a las mujeres que quieren ayudar a sus familias o escapar de la pobreza pagos de decenas de miles de euros. Ellas piensan que será fácil encontrar un trabajo en el país de destino, que será cuestión de meses pagar la deuda. Luego descubren que no es así.

Ritos vudú, magia juju y travesías peligrosas
“Cuando una de estas chicas está preparada para viajar, una señora se ofrece a ayudarlas”, explica Begoña Iñarra, una de las monjas del centro. “Realiza una ceremonia vudú en el que las chicas juran devolver la deuda y nunca revelar el contrato a nadie. Luego, un chamán hace un juju, un ritual mágico que las chicas creen que puede dañar, matar o volver loca a aquella que rompa los juramentos”.

Según cual sea su patria, algunas tienen que atravesar varios países africanos antes de llegar al Mediterráneo. Allí tendrán que enfrentarse a una peligrosa travesía en cayuco a la que es muy probable que no sobrevivan.


Cuando llegan a Europa, se dan cuenta de cuál va a ser su verdadero trabajo: la prostitución. Sin embargo, ya no pueden volver a su país, sus familias esperan que envíe dinero cuanto antes. Estas, por su parte, esperan que la chica encuentre otro trabajo pronto. Otras prefieren no saber nada.

“Tenemos unas 100 peticiones de asilo cada año”, ha comentado Ramos, la jefa del refugio. “Algunas de estas mujeres encuentran algún grupo que lucha contra la trata, y vienen voluntariamente; otras en cambio son enviadas aquí por la policía tras ser interrogadas o por los doctores después de examinarlas en el hospital”.

Cortar con el pasado
Cuando una de estas mujeres es aceptada en el refugio, lo primero que se le pide es que rompa con su antigua vida. Esto significa cortar cualquier nexo de unión con su pasado. “Les pedimos que no cuelguen selfies en internet ni nada por el estilo”, explica Ramos. “Si lo hacen, sus antiguos jefes podrían encontrarlas y amenazarlas para que vuelvan a trabajar”.

Una vez que la chica vuelve a coger confianza en sí misma, se le ofrecen dos opciones: denunciar a la red para la que trabajaba, o pedir asilo en el país. Esto último es cada vez más complicado en Francia por la cantidad de refugiados que llegan al país. Las instituciones públicas están colapsadas, y el proceso puede tardar meses.

El equipo de Ramos ayuda a las víctimas con el papeleo necesario para obtener asistencia médica gratuita y otras ventajas que ofrece el refugio. Un doctor acude al centro regularmente para examinar a las chicas, que ayudan al mantenimiento del lugar, ya sea limpiando o cocinando.

Toma de conciencia
“Debemos respetar sus hábitos”, explica Ramos. “La mayoría no comen cerdo, por ser musulmanas. Tampoco comen pasta, solo arroz. Es su libertad”. Las mujeres que se quedan en la casa disfrutan también de algo de intimidad. Viven en habitaciones dobles, cada una de ellas tiene una llave. Para salir al exterior, sin embago, deben utilizar el telefonillo. Tienen que volver siempre a la hora de cenar.

Muchas se sienten culpables por no haber pagado la deuda que se les exige por haber viajado a Francia. Les cuesta entender que lo que les han cobrado por el viaje es un precio mucho mayor de lo que realmente cuesta. “Así es como las redes de trata de personas controlan a sus víctimas”, han explicado los trabajadores sociales.

“Es muy fácil para sus antiguas jefas encontrarlas y presionarlas para que vuelvan a la calle”, explica Ramos. “Ahora las animamos a cambiar algunas de sus costumbres. Les decimos que vayan a una Iglesia distinta los domingos, por ejemplo. Aun así, es peligroso, porque no tenemos suficientes voluntarios para acompañarlas”.

Ramos e Iñarra pertenecen al grupo RENATE (Religious in Europe Networking Against Trafficking and Exploitation), un grupo creado en 2009 conformado por religiosos en Europa que se unen contra la trata y el tráfico de personas.

Fuente: Religión en Libertad

domingo, 25 de febrero de 2018

Santo Evangelio 25 de febrero 2018



Día litúrgico: Domingo II (B) de Cuaresma

Texto del Evangelio (Mc 9,2-10): En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, Santiago y Juan, y los llevó, a ellos solos, aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos, y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, tanto que ningún batanero en la tierra sería capaz de blanquearlos de ese modo. Se les aparecieron Elías y Moisés, y conversaban con Jesús. 

Toma la palabra Pedro y dice a Jesús: «Rabbí, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías»; pues no sabía qué responder ya que estaban atemorizados. Entonces se formó una nube que les cubrió con su sombra, y vino una voz desde la nube: «Este es mi Hijo amado, escuchadle». Y de pronto, mirando en derredor, ya no vieron a nadie más que a Jesús solo con ellos. 

Y cuando bajaban del monte les ordenó que a nadie contasen lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.


«Se transfiguró delante de ellos»

Rev. D. Jaume GONZÁLEZ i Padrós 
(Barcelona, España)

Hoy contemplamos la escena «en la que los tres apóstoles Pedro, Santiago y Juan aparecen como extasiados por la belleza del Redentor» (San Juan Pablo II): «Se transfiguró delante de ellos y sus vestidos se volvieron resplandecientes» (Mc 9,2-3). Por lo que a nosotros respecta, podemos entresacar un mensaje: «Destruyó la muerte e irradió la vida incorruptible con el Evangelio» (2Tim 1, 10), asegura san Pablo a su discípulo Timoteo. Es lo que contemplamos llenos de estupor, como entonces los tres Apóstoles predilectos, en este episodio propio del segundo domingo de Cuaresma: la Transfiguración.

Es bueno que en nuestro ejercicio cuaresmal acojamos este estallido de sol y de luz en el rostro y en los vestidos de Jesús. Son un maravilloso icono de la humanidad redimida, que ya no se presenta en la fealdad del pecado, sino en toda la belleza que la divinidad comunica a nuestra carne. El bienestar de Pedro es expresión de lo que uno siente cuando se deja invadir por la gracia divina.

El Espíritu Santo transfigura también los sentidos de los Apóstoles, y gracias a esto pueden ver la gloria divina del Hombre Jesús. Ojos transfigurados para ver lo que resplandece más; oídos transfigurados para escuchar la voz más sublime y verdadera: la del Padre que se complace en el Hijo. Todo en conjunto resulta demasiado sorprendente para nosotros, avezados como estamos al grisáceo de la mediocridad. Sólo si nos dejamos tocar por el Señor, nuestros sentidos serán capaces de ver y de escuchar lo que hay de más bello y gozoso, en Dios, y en los hombres divinizados por Aquel que resucitó entre los muertos.

«La espiritualidad cristiana -ha escrito San Juan Pablo II- tiene como característica el deber del discípulo de configurarse cada vez más plenamente con su Maestro», de tal manera que -a través de una asiduidad que podríamos llamar "amistosa"- lleguemos hasta el punto de «respirar sus sentimientos». Pongamos en manos de Santa María la meta de nuestra verdadera "trans-figuración" en su Hijo Jesucristo.

Misionero español y único exorcista en Rusia: «Antes era escéptico sobre esto, hoy creo totalmente»


José María Vegas, claretiano, lo explica en «Madrileños por el Mundo​​​​​​​» de Telemadrid

Misionero español y único exorcista en Rusia: «Antes era escéptico sobre esto, hoy creo totalmente»

José María Vegas lleva 21 años en Rusia, 8 de ellos como exorcista diocesano

Misionero español y único exorcista en Rusia: «Antes era escéptico sobre esto, hoy creo totalmente»

“Madrileños por el mundo” es uno de los programas más conocidos y seguidos en la televisión pública de Madrid. En él un reportero visita una ciudad de cualquier parte del mundo que es mostrada a los telespectadores a través de los ojos de ciudadanos madrileños que viven en ella.

En uno de sus últimos programas la ciudad elegida era la rusa San Petersburgo. Y el madrileño que más tiempo estuvo en cámara no era otro que un sacerdote misionero, José María Vegas, un claretiano que lleva más de dos décadas en Rusia.

"Me apunté a una aventura"
En esta bella ciudad es profesor en el que es el único seminario católico en todo el país, atiende una parroquia, lleva un movimiento de matrimonios y también es el único exorcista que existe en toda Rusia, un ministerio que le encomendó el obispo hace más de ocho años.



En principio iba a estar en este país tres años pero ya no quiere volver. “Me apunté a una aventura sin saber dónde venía. Llegaba a lo que fuera. Mi congregación pidió voluntarios y yo me ofrecí. Y el provincial me avisó al día siguiente para que hiciera la maleta”, cuenta el padre José María sobre su llegada a Rusia.

Es el único exorcista en Rusia
Uno de los aspectos de los que se muestra más orgulloso es del movimiento Encuentro Matrimonial, carisma con el que trabaja en Rusia ayudando a los matrimonio y fomentando el amor y el diálogo entre ellos.

No eligió, sin embargo, ser el exorcista diocesano. “Un día me llamó el obispo y me dijo que había pensado que yo fuera el exorcista. Me quedé un poco sin palabras”, relata el misionero español.

Cuatro casos de posesión demoniaca
Durante la entrevista asegura que en estos años ha tenido cuatro casos de posesión demoniaca, es decir, los casos más graves.

José María Vegas habla del caso de una mujer en Moscú “que había estado muchos años vinculada a la adivinación con cartas de tarot y su marido también. Además, habían estado muchos años en temas de astrología y magia… Y entonces se acercaron a la Iglesia para ser católicos y ella empezó a tener problemas. No podía entrar en la iglesia, le entraban arrebatos de odio contra los iconos y los objetos sagrados y en los exorcismos había reacciones muy fuertes”.

También contó el caso de otra mujer bielorrusa que había acudido a numerosos curanderos y brujas porque quería quedarse embarazada y no lo conseguía. Esta persona, cuenta el exorcista, está ahora mucho mejor, pero tuvo muchos problemas.


La pregunta mental que el poseido respondió
“En una ocasión durante la oración ella decía ‘señor mío, señor mío’ en ruso. Y yo le pregunté mentalmente en español: ‘¿quién es tu señor?’. Ella me dice: ‘Me ha dicho que mi señor es Satanás’. Y además me contesta en español. Son casos que no puedes explicar de manera racional”.

El propio sacerdote confiesa que en el pasado “era muy escéptico” debido a la educación racionalista que recibe ahora la sociedad pero “practicando me he convencido de que no, lo creo completamente”.

Así realiza los exorcismos
A preguntas de la periodista de Telemadrid, el padre Vegas afirma que “yo lo que hago es rezar. Agarro la cruz, la estola y hay un ritual. Es un ritual muy sencillo. Empiezo con el ‘en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo… Bendices el agua y luego hay dos oraciones. Una oración dirigida a Dios pidiendo la liberación de la persona y otra dirigida al diablo donde se le manda que salga de la persona. Yo esta parte la hago en ruso”.

Afirma igualmente que ha tenido casos de grandes manifestaciones de poder físico por parte de la persona poseída y otros en los que le contestaban en lenguas que no conocían porque “no es ella la que habla sino el bicho que tiene dentro”.

El origen de su vocación
Durante el programa también habló con naturalidad del origen de su vocación. Vegas asegura que fue a los 18 años, “casi de repente”. Tras una crisis adolescente, “me vino el pensamiento de dedicarme completamente a Dios y a los demás. Me vino una especie de inspiración”. En el origen de la crisis que dio pie a su vocación estaba el noviazgo que había tenido con una chica, pero finalmente esta crisis fue el instrumento de Dios para la llamada al sacerdocio.

Eso sí, nunca ha “dudado” de que ser sacerdote era lo que Dios quería para él, aunque sí haya tenido “momentos de debilidad”. Pero servir a todos en el lugar que sea es para este madrileño lo mejor que le puede pasar.

Fuente: Religión en Libertad

sábado, 24 de febrero de 2018

Santo Evangelio 24 de febrero 2018


Día litúrgico: Sábado I de Cuaresma

Texto del Evangelio (Mt 5,43-48): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: ‘Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo’. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial».

«Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan»

Rev. D. Joan COSTA i Bou 
(Barcelona, España)

Hoy, el Evangelio nos exhorta al amor más perfecto. Amar es querer el bien del otro y en esto se basa nuestra realización personal. No amamos para buscar nuestro bien, sino por el bien del amado, y haciéndolo así crecemos como personas. El ser humano, afirmó el Concilio Vaticano II, «no puede encontrar su plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás». A esto se refería santa Teresa del Niño Jesús cuando pedía hacer de nuestra vida un holocausto. El amor es la vocación humana. Todo nuestro comportamiento, para ser verdaderamente humano, debe manifestar la realidad de nuestro ser, realizando la vocación al amor. Como ha escrito San Juan Pablo II, «el hombre no puede vivir sin amor. Él permanece para sí mismo un ser incomprensible, su vida está privada de sentido si no se le revela el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta y lo hace propio, si no participa en él vivamente». 

El amor tiene su fundamento y su plenitud en el amor de Dios en Cristo. La persona es invitada a un diálogo con Dios. Uno existe por el amor de Dios que lo creó, y por el amor de Dios que lo conserva, «y sólo puede decirse que vive en la plenitud de la verdad cuando reconoce libremente este amor y se confía totalmente a su Creador» (Concilio Vaticano II): ésta es la razón más alta de su dignidad. El amor humano debe, por tanto, ser custodiado por el Amor divino, que es su fuente, en él encuentra su modelo y lo lleva a plenitud. Por todo esto, el amor, cuando es verdaderamente humano, ama con el corazón de Dios y abraza incluso a los enemigos. Si no es así, uno no ama de verdad. De aquí que la exigencia del don sincero de uno mismo devenga un precepto divino: «Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial» (Mt 5,48).

5 ideas para rezar en familia con los niños sin que se distraigan demasiado: prácticas y realistas


Por el doctor Ray Guarendi, psicólogo y padre de 10 hijos

5 ideas para rezar en familia con los niños sin que se distraigan demasiado: prácticas y realistas

Rezar con niños es recomendable pero con unos trucos será más llevadero

5 ideas para rezar en familia con los niños sin que se distraigan demasiado: prácticas y realistas

El doctor Ray Guarendi (DrRay.com) es psicólogo clínico, conferenciante en vivo y en programas radiofónicos, colaborador en el CatholicDigest de EEUU y padre de diez hijos. En un reciente artículo en el CatholicDigest comenta 5 ideas que propone para rezar en familia con los niños sin que se distraigan demasiado.

Antes establece un principio: más vale rezar mal, distraído, con preocupaciones, que no rezar. O, citando al escritor converso G.K. Chesterton, "si algo merece ser rezado, entonces merece ser rezado pobremente" (o incluso de mala manera). La oración en sí es siempre válida y valiosa aunque no sea perfecta. "Incluso cuando la mente no está con las palabras, el corazón sí puede star bien enfocado", escribe Guarendi. 


También explica que si bien los niños se distraen, también lo hacen los adultos. Y admite que en toda su vida adulta ha rezado muchísimos rosarios, pero solo unos 20, o algunos más, fueron "buenos de verdad", en el sentido de atentos, meditados, etc... 

"Cuando nuestros 10 hijos tenían menos de 13 años, la mayor parte del tiempo -y no solo del tiempo de oración familiar- estaba marcada por el caos. Durante nuestro Rosario familiar, nos sentábamos en círculo -aunque fuera uno que no dejaba de oscilar- y cada uno tenía su turno para una oración. Más veces de las que pueda contar yo no sabía dónde estábamos en mi turno, si en un Avemaría o en un Gloria. Enseguida 5 o 6 niños y una esposa competían por corregirme. ¡De repente todos eran orantes atentos!"

El doctor Guarendi señala también que un niño o adolescente que sea muy maduro en lo moral o en lo intelectual puede ser, perfectamente, muy distraído e infantil en su atención a la oración, y que no pasa nada por ello. La madurez de la gente que reza les hará rezar mejor al pasar el tiempo. 


Dada la realidad de los niños y su capacidad de aguante y atención, propone cinco ideas para la oración en familia con niños: 

1. Sentar a los niños estratégicamente
Si el mediano se pelea con la pequeña, lo mejor es sentarlos separados desde el principio. Los padres han de colocarse en lugares adecuados, quizá entre ellos, "aunque quizá arruine tu concentración y cualquier sentido piadoso que te quede", comenta comprensivo el psicólogo. 

2. Llamar la atención con brevedad, con silencio o una palabra
Si los niños se distraen, el adulto calla, o impone silencio hasta que se recupera la atención. "El silencio puede llamar la atención con fuerza". Si no basta, puede usarse una tos, un chasquido de dedos, puedes rezar más fuerte: todo eso les llamará la atención de nuevo. Lo que NO hay que hacer es regañar o avisar a los despistados con frases largas ni discursitos. Eso sacaría de la oración a todos, y mucho. 

3. Oraciones estructuradas y con turnos 
Oraciones estructuradas y repetitivas como el Rosario, las letanías o la Coronilla de la Divina Misericordia permite repartir turnos que se van alternado: un niño, una oración. Y cuantos más turnos te toca hablar, más difícil es distraerse. 

4. Pon a rezar al distraído
Puede que algún niño se queje y se deshagan los turnos habituales, pero si a un niño se le ve muy distraído, a ese es al que han de darle un turno de oración por sorpresa, aunque le toquen más que a otros. No importa si los otros niños protestan: "¿y por qué ese lo hace más veces que yo?"

5. Si hay que hacerlo más corto, se hace más corto
Hay que saber cuando parar. Las sesiones más largas cansan más y no necesariamente aportan más santidad ni mejoría. Se aplican -al menos psicológicamente-  los dividendos descendentes: cuanto más (largo), menos atención, disfrute, fruto. Se pueden dejar unas cuantas oraciones para otro momento y hacer una sesión más corta. 

Fuente: Religión en Libertad

viernes, 23 de febrero de 2018

Santo Evangelio 23 de febrero 2018


Día litúrgico: Viernes I de Cuaresma

Santoral 23 de Febrero: San Policarpo, obispo y mártir

Texto del Evangelio (Mt 5,20-26): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antepasados: ‘No matarás; y aquel que mate será reo ante el tribunal’. Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano "imbécil", será reo ante el Sanedrín; y el que le llame "renegado", será reo de la gehenna de fuego. 

»Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda. Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel. Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo».


«Deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano»

Fr. Thomas LANE 
(Emmitsburg, Maryland, Estados Unidos)

Hoy, el Señor, al hablarnos de lo que ocurre en nuestros corazones, nos incita a convertirnos. El mandamiento dice «No matarás» (Mt 5,21), pero Jesús nos recuerda que existen otras formas de privar de la vida a los demás. Podemos privar de la vida a los demás abrigando en nuestro corazón una ira excesiva hacia ellos, o al no tratarlos con respeto e insultarlos («imbécil»; «renegado»: cf. Mt 5,22).

El Señor nos llama a ser personas íntegras: «Deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano» (Mt 5,24), es decir, la fe que profesamos cuando celebramos la Liturgia debería influir en nuestra vida cotidiana y afectar a nuestra conducta. Por ello, Jesús nos pide que nos reconciliemos con nuestros enemigos. Un primer paso en el camino hacia la reconciliación es rogar por nuestros enemigos, como Jesús solicita. Si se nos hace difícil, entonces, sería bueno recordar y revivir en nuestra imaginación a Jesucristo muriendo por aquellos que nos disgustan. Si hemos sido seriamente dañados por otros, roguemos para que cicatrice el doloroso recuerdo y para conseguir la gracia de poder perdonar. Y, a la vez que rogamos, pidamos al Señor que retroceda con nosotros en el tiempo y lugar de la herida —reemplazándola con su amor— para que así seamos libres para poder perdonar.

En palabras de Benedicto XVI, «si queremos presentarnos ante Él, también debemos ponernos en camino para ir al encuentro unos de otros. Por eso, es necesario aprender la gran lección del perdón: no dejar que se insinúe en el corazón la polilla del resentimiento, sino abrir el corazón a la magnanimidad de la escucha del otro, abrir el corazón a la comprensión, a la posible aceptación de sus disculpas y al generoso ofrecimiento de las propias».

Muere con 99 años Billy Graham, el más popular pastor evangélico: tendió puentes con los católicos

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Amigo de Juan Pablo II, al menos 2.200 millones de personas escucharon sus sermones

Muere con 99 años Billy Graham, el más popular pastor evangélico: tendió puentes con los católicos

Billy Graham con Juan Pablo II - les unía una pasión por Cristo, por evangelizar y su lucha contra el comunismo deshumanizante

Muere con 99 años Billy Graham, el más popular pastor evangélico: tendió puentes con los católicos

Ha muerto este miércoles, a los 99 años, Billy Graham, el más popular predicador evangélico norteamericano. El experto en historia del cristianismo en Norteamérica Grant Wacker escribe en su biografía "America's Pastor" que junto "con Martin Luther King y el Papa Juan Pablo II fue uno de los cristianos más influyentes del siglo XX".

Graham concedía grandes honores en ese ranking al Papa polaco. En 2005, cuando murió Juan Pablo II, publicó (aquí en inglés): "El Papa Juan Pablo II fue incuestionablemente la voz más influyente a favor de la moralidad y la paz en el mundo de los últimos cien años". 

Billy Graham ha fallecido por motivos de salud y edad a los 99 años en su su hogar en Montreat, Carolina del Norte. Graham padecía cáncer de próstata, Párkinson y había sido sometido a varias cirugías cerebrales. Ha muerto a las 8.00 hora local (las 14.00, hora peninsular española). 


Nunca a solas con una mujer
Graham, cristiano bautista, estuvo casado durante 64 años con Ruth Bell y tuvieron cinco hijos. Él se retiró en 2006 y su hijo Franklin se hizo cargo de la Asociación Evangélica Billy Graham. Su esposa Ruth murió en 2007. Él practicaba y recomendaba una norma para evitar habladurías y falsedades: nunca estaba a solas con una mujer que no fuera su esposa. Muchos en Estados Unidos llaman a esto "la norma Billy Graham".

Su equipo calcula que al menos 2.200 millones de personas distintas escucharon sus sermones y exhortaciones en directo, en radio o en televisión y que más de 3 millones de personas hicieron un gesto de "aceptar a Jesucristo como salvador personal" en sus campañas en vivo.


Fama internacional a los 34 años
Adquirió fama mundial a los 34 años, en 1954, cuando durante tres meses, de marzo a mayo, llenó cada noche la Arena Harringay en Inglaterra con sus predicaciones sencillas, directas y apasionadas, sin llegar a ser aparatosas ni afectadas. Se encontró con la Reina, llenó el Estadio Wembley con 120.000 personas, se escribió sobre él, se le fotografió y fue portada de la revista semanal "Time". Se convirtió en un icono moral internacional ese año.


 Portada de "Time" de 1954 que acabó de darle fama mundial

Tendiendo puentes con los católicos
En 1957, Billy Graham organizó una serie de predicaciones (él las llamaba "Cruzadas") en Nueva York. Era la primera vez que saldría en televisión por todo Estados Unidos. Sin embargo, el clero católico de la ciudad desaconsejaba a los católicos acudir a sus actos. 

Fue entonces cuando Graham trabajó por tender puentes con los líderes y el público católico y buscar terreno común, en una época en que muchos protestantes y evangélicos despreciaban profundamente a los católicos o incluso los consideraban no cristianos. Logró establecer esas amistades y respeto mutuo, para enfado de fundamentalistas de ambos bandos.

El apoyo del cardenal de Boston
Él había apostado por el candidato presidencial Richard Nixon, protestante cuáquero, y ganó Kennedy, católico irlandés (de vida no muy ejemplar). Graham organizó en 1961 con Kennedy el Desayuno de Oración en Washington.


El cardenal Cushing de la muy católica Boston, que había apoyado a Graham en una cruzada en su ciudad ya en 1950, decía por televisión, al volver del Concilio Vaticano II, que su mensaje no era malo para los católicos. 

Predicaba temas muy básicos: animar a arrepentirse y convertirse a Cristo, rezar, leer la Biblia, ser generoso con los necesitados, defender la vida y la familia, enfrentarse al comunismo (cuyos horrores completos en esa época no se conocían). 

Fue buen amigo de otro gran predicador mediático, el obispo católico Fulton Sheen, así como del cardenal de Nueva York Francis Spellman, firme activista anticomunista y contrario a la liturgia en lengua vernácula. 

La amistad con Juan Pablo II
Se encontró varias veces con Juan Pablo II y les unía una amistad sincera y admiración mutua. Un Graham anciano habló mucho de Juan Pablo II en el programa de la CNN Larry King Live cuando murió el Papa polaco en 2005. 

"Siento casi como si hubiera perdido a un miembro de mi familia. Le quería mucho y tuve la oportunidad de debatir con él muchas cosas. Nos escribimos varias veces durante estos años", explicó. Graham confirmó que Juan Pablo II varias veces le había dicho: "Somos hermanos". A su vez, Graham lo calificaba de "evangelizador", porque "viajaba por el mundo para llevar su mensaje cristiano; creo que tocó a casi todos en el mundo". 


Larry King le preguntó si creía que Juan Pablo II estaría ahora con Dios, tras la muerte. "Creo que está con el Señor porque él creía. Creía en la Cruz. Fue el foco central de todo su ministerio, la Cruz, no importa si le hablabas de un asunto personal o ético, sentía que había una respuesta a todos nuestros problemas, la cruz y la resurrección, y era un firme creyente". 

Con todo, Billy Graham se mantuvo siempre fiel a las doctrinas particulares del protestantismo (Sola Fide -que solo salva la fe-, Sola Scriptura -que solo la Biblia es fuente de doctrina-) sin que eso le impidiera colaborar con otros cristianos que no lo hacían.

El cardenal Dolan alaba su pasión evangelizadora
El cardenal de Nueva York, Timothy Dolan, ha sido de los primeros líderes católicos en comentar la muerte del veterano predicador. "Como sabe cualquiera que creciera entre los años 50 y 60, era difícil no conocer y sentirse impresionado por el reverendo Billy Graham", ha declarado. 

"Sin ninguna duda en la familia Dolan éramos católicos, firmes en nuestra fe, pero en nuestro hogar siempre hubo respeto y admiración por Billy Graham y el trabajo que estaba haciendo por atraer la gente hacia Dios. Fuese en sus cruzadas, sus programas de radio, especiales televisivos o encuentros y asesorías con presidentes, Billy Graham parecía estar en todas partes, siempre con el mismo mensaje: Jesús es tu Salvador y quiere que seas feliz con Él para siempre".

"Como historiador, mi admiración por él no hizo sino crecer al estudiar yo el pasado religioso de nuestra nación, y fui apreciando el enorme papel que jugó en el movimiento evangélico americano. Que el Señor que Billy Graham amó tan apasionadamente le conceda ahora el descanso eterno", concluye el cardenal Dolan.

"Damos gracias por su ministerio", dicen los obispos
El Cardenal Daniel DiNardo, Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) ha firmado un comunicado transmitiendo sus condolencias a la familia Graham. “Hoy, rezamos por el alma del reverendo Billy Graham al Señor que él tanto amaba”, se lee. “Billy Graham fue un predicador de la Palabra de Dios no solo en sus sermones, sino también en su vida misma. Su fe e integridad invitaron a miles de personas alrededor del mundo a tener una relación más cercana con nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Gracias a Dios por el ministerio de Billy Graham”, afirma el texto de los obispos.


Una predicación de 1957, el año que empezó a tender lazos más abiertos de relación con los católicos; se ve su estilo intenso; para llamar al arrepentimiento insistía en "el corazón depravado y perverso del hombre", un tema protestante que choca con la visión católica, que prefiere hablar de una tendencia al mal pero no depravación total ni incapacidad para el bien

  Fuente: Religión en Libertad

jueves, 22 de febrero de 2018

Santo Evangelio 22 de febrero 2018


Día litúrgico: 22 de Febrero: La Cátedra de san Pedro, apóstol

Texto del Evangelio (Mt 16,13-19): En aquel tiempo, llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?». Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas». Díceles Él: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». 

Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».


«Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia»

Rev. D. Antoni CAROL i Hostench 
(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Hoy celebramos la Cátedra de san Pedro. Desde el siglo IV, con esta celebración se quiere destacar el hecho de que —como un don de Jesucristo para nosotros— el edificio de su Iglesia se apoya sobre el Príncipe de los Apóstoles, quien goza de una ayuda divina peculiar para realizar esa misión. Así lo manifestó el Señor en Cesarea de Filipo: «Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia» (Mt 16,18). En efecto, «es escogido sólo Pedro para ser antepuesto a la vocación de todas las naciones, a todos los Apóstoles y a todos los padres de la Iglesia» (San León Magno).

Desde su inicio, la Iglesia se ha beneficiado del ministerio petrino de manera que san Pedro y sus sucesores han presidido la caridad, han sido fuente de unidad y, muy especialmente, han tenido la misión de confirmar en la verdad a sus hermanos.

Jesús, una vez resucitado, confirmó esta misión a Simón Pedro. Él, que profundamente arrepentido ya había llorado su triple negación ante Jesús, ahora hace una triple manifestación de amor: «Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amo» (Jn 21,17). Entonces, el Apóstol vio con consuelo cómo Jesucristo no se desdijo de él y, por tres veces, lo confirmó en el ministerio que antes le había sido anunciado: «Apacienta mis ovejas» (Jn 21,16.17).

Esta potestad no es por mérito propio, como tampoco lo fue la declaración de fe de Simón en Cesarea: «No te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos» (Mt 16,17). Sí, se trata de una autoridad con potestad suprema recibida para servir. Es por esto que el Romano Pontífice, cuando firma sus escritos, lo hace con el siguiente título honorífico: Servus servorum Dei.

Se trata, por tanto, de un poder para servir la causa de la unidad fundamentada sobre la verdad. Hagamos el propósito de rezar por el Sucesor de Pedro, de prestar atento obsequio a sus palabras y de agradecer a Dios este gran regalo.

Exprotestante, se ordena de diácono católico y el Servicio Secreto le encarga buscar capellanes

Exprotestante, se ordena de diácono católico y el Servicio Secreto le encarga buscar capellanes

Mark Armeen, diácono permanente novato, organiza el sistema de capellanes para el Servicio Secreto de EEUU


El Servicio Secreto de Estados Unidos va a empezar a tener sus propios capellanes, y entre ellos va a estar uno de los impulsores de estas capellanías, Mark Arbeen, católico converso, que desde el 22 de febrero será diácono permanente. 

El Servicio Secreto cuenta con unos 6.500 empleados: Wikipedia calcula que 3.100 son agentes especiales, 1.200 son uniformados y 1.700 o más son técnicos y administrativos. Se encarga de proteger al presidente, el vicepresidente y sus familias, a los jefes de Estado de visita en EEUU, la Casa Blanca y las embajadas extranjeras, además de combatir algunos delitos financieros. 

Hasta ahora no había capellanes propios en este cuerpo (sus miembros trabajan en Estados Unidos y pueden, en principio, ir a la parroquia más cercana). Pero a Mark se le ha encargado ahora buscar entre 150 y 300 capellanes voluntarios para atender este apostolado.


Él es, desde diciembre, el primer capellán a tiempo completo del Servicio Secreto y organizador de todo el sistema de capellanía. Pero sólo será clérigo católico a partir del jueves 22 de febrero, al ser ordenado diácono católico dentro del Ordinariato de la Cátedra de San Pedro (ordinariate.net), para católicos de origen anglicano. El Ordinariato tiene más de 30 comunidades en EEUU y una docena en Canadá.  

Un niño adoptado en familia episcopaliana
Mark Arbeen nació en Chicago en 1968 y fue recogido para su adopción por una orden de monjas anglicanas, la Comunidad de Santa María. Lo adoptó una familia episcopaliana (anglicanos de EEUU) que ya había adoptado otros dos niños. La parroquia episcopaliana a la que acudían es bastante popular: es la que aparece en la famosa comedia "Solo en Casa" (la de 1990, del niño Macaulay Culkin frente a unos torpes ladrones). 


"Solo en casa" (1990), escena en la parroquia episcopaliana donde Mark Arbeen fue de niño

Al terminar el instituto, sirvió en la Armada norteamericana durante 8 años. Una vez, estando fondeados en Italia, el capellán católico del barco le dijo: "¿Quieres que conozcamos a mi antiguo profesor?" Resultó que era el mismísimo Juan Pablo II. "Tuvimos una audiencia privada con él y le regalamos un gorrito del barco", explica entre risas al Arlington Catholic Herald.

Fue seminarista episcopaliano, pero lo dejó...
De vuelta a la vida civil, sacó un título en Economía en la Universidad de Illinois y empezó a estudiar en una seminario episcopaliano de Virginia. Pero al cabo de un año y medio lo dejó. "Había muchos cambios en marcha en la Iglesia Episcopaliana que me causaban desazón", explica. 

En 2002 conoció una chica católica. Los sábados por la noche iban a misa católica a la parroquia de San Ramón de Penyafort (straymonds.org), en Springfield, y los domingos por la mañana a una iglesia episcopaliana. Se casaron en la Iglesia Episcopaliana, aunque acudió el párroco de San Ramón, el padre James R. Gould. 

Una promesa a la Virgen de Guadalupe
En la etapa previa, de novios, Arbeen visitó en México la Basílica de Guadalupe durante una misa. Desde niño se le había educado en el respeto a la Virgen, aunque era algo escéptico respecto a la aparición. Sus amigos dicen que pasó la misa como en un trance. Mirando a la tilma milagrosa de la Virgen, decidió que si su esposa quedaba embarazada se haría católico. No lo anunció hasta que sucedió. Y en cuanto supo la alegre noticia preguntó al padre James Gould: "¿Cómo me hago católico?"

Entró en la Iglesia Católica en la Vigilia Pascual de 2004 y fue confirmado por el obispo de Arlington algo más tarde, en una ceremonia rodeado de catecúmenos adolescentes que recuerda con humor. 

Cuando en 2011 el Papa Benedicto XVI creó el Ordinariato de la Cátedra de Pedro para antiguos anglicanos, quiso integrarse en él. "Echaba de menos parte del patrimonio: oraciones, himnos, el compañerismo personal con el sacerdote y la gente con donuts y café..." Las parroquias anglicanas, mucho más pequeñas, generan más sensación de confraternidad cercana.  El líder del Ordinariato, Jeffrey Steenson, antiguo obispo episcopaliano de Río Grande convertido ahora en prelado católico, le animó a explorar el diaconado permanente, para lo que empezó a estudiar en 2015.

Reencontrar a tu madre a los 48 años
Mientras estudiaba para el diaconado, investigó sobre su pasado y encontró a su madre biológica. Lo había entregado en adopción cuando ella tenía 18 años, y tenía otras hijas, sus medio-hermanas. Fue a conocerla. Ella le contó que le había llamado Stephen (Esteban) porque en esos días estaba leyendo en Hechos de los Apóstoles la historia de San Esteban. 

Mark comentó con asombro que San Esteban fue el primer diácono. "¿Sabes, mamá, que voy a ser diácono?", le dijo. Se encontraron en persona en el Día de la Madre de 2016 en Chicago, teniendo él ya 48 años. "La llamo mamá porque en todo este tiempo nunca se olvidó de mí y siempre me amó y se preocupó aunque siguiera su vida. Sabía que otra persona me amaba". También recuerda con cariño a sus padres adoptivos, que ya murieron. 

A su ordenación diaconal vienen amigos protestantes (incluso el obispo episcopaliano Derek Jones), sacerdotes, otros aspirantes a diáconos, su madre biológica y otros parientes, su esposa e hijos. Y, quizá con un discreto camuflaje, muchos compañeros de trabajo del Servicio Secreto. 

Fuente: Religión en Libertad

miércoles, 21 de febrero de 2018

Santo Evangelio 21 de febrero 2018











Día litúrgico: Miércoles I de Cuaresma


Texto del Evangelio (Lc 11,29-32): En aquel tiempo, habiéndose reunido la gente, Jesús comenzó a decir: «Esta generación es una generación malvada; pide una señal, y no se le dará otra señal que la señal de Jonás. Porque, así como Jonás fue señal para los ninivitas, así lo será el Hijo del hombre para esta generación. La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con los hombres de esta generación y los condenará: porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón. Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás».


«Así como Jonás fue señal para los ninivitas, así lo será el Hijo del hombre para esta generación»

Fr. Roger J. LANDRY 
(Hyannis, Massachusetts, Estados Unidos)

Hoy, Jesús nos dice que la señal que dará a la “generación malvada” será Él mismo, como la “señal de Jonás” (cf. Lc 11,30). De la misma manera que Jonás dejó que lo arrojaran por la borda para calmar la tempestad que amenazaba con hundirlos —y, así, salvar la vida de la tripulación—, de igual modo permitió Jesús que le arrojasen por la borda para calmar las tempestades del pecado que hacen peligrar nuestras vidas. Y, de igual forma que Jonás pasó tres días en el vientre de la ballena antes de que ésta lo vomitara sano y salvo a tierra, así Jesús pasaría tres días en el seno de la tierra antes de abandonar la tumba (cf. Mt 12,40).

La señal que Jesús dará a los “malvados” de cada generación es su muerte y resurrección. Su muerte, aceptada libremente, es la señal del increíble amor de Dios por nosotros: Jesús dio su vida para salvar la nuestra. Y su resurrección de entre los muertos es la señal de su divino poder. Se trata de la señal más poderosa y conmovedora jamás dada.

Pero, además, Jesús es también la señal de Jonás en otro sentido. Jonás fue un icono y un medio de conversión. Cuando en su predicación «dentro de cuarenta días Nínive será destruida» (Jon 3,4) advierte a los ninivitas paganos, éstos se convierten, pues todos ellos —desde el rey hasta niños y animales— se cubren con arpillera y cenizas. Durante estos cuarenta días de Cuaresma, tenemos a alguien “mucho más grande que Jonás” (cf. Lc 11,32) predicando la conversión a todos nosotros: el propio Jesús. Por tanto, nuestra conversión debiera ser igualmente exhaustiva. 

«Pues Jonás era un sirviente», escribe san Juan Crisóstomo en la persona de Jesucristo, «pero yo soy el Maestro; y él fue arrojado por la ballena, pero yo resucité de entre los muertos; y él proclamaba la destrucción, pero yo he venido a predicar la Buena Nueva y el Reino».

La semana pasada, el Miércoles de Ceniza, nos cubrimos con ceniza, y cada uno escuchó las palabras de la primera homilía de Jesucristo, «Arrepiéntete y cree en el Evangelio» (cf. Mc 1,15). La pregunta que debemos hacernos es: —¿Hemos respondido ya con una profunda conversión como la de los ninivitas y abrazado aquel Evangelio?


«Aquí hay algo más que Salomón (...); y aquí hay algo más que Jonás»

Rev. D. Antoni CAROL i Hostench 
(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Hoy, el Evangelio nos invita a centrar nuestra esperanza en Jesús mismo. Justamente, Juan Pablo II ha escrito que «no será una fórmula lo que nos salve, pero sí una Persona y la certeza que ella nos infunde: ‘¡Yo estoy con vosotros!’».

Dios —que es Padre— no nos ha abandonado: «El cristianismo es gracia, es la sorpresa de un Dios que, satisfecho no sólo con la creación del mundo y del hombre, se ha puesto al lado de su criatura» (San Juan Pablo II).

Nos encontramos empezando la Cuaresma: no dejemos pasar de largo la oportunidad que nos brinda la Iglesia: «Éste es el tiempo favorable, éste es el día de la salvación» (2Cor 6,2). Después de contemplar en la Pasión el rostro sufriente de Nuestro Señor Jesucristo, ¿todavía pediremos más señales de su amor? «A aquel que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que nos hiciéramos justicia de Dios en Él» (2Cor 5,21). Más aún: «El que ni a su propio Hijo perdonó, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará con Él todas las cosas?» (Rom 8,32). ¿Todavía pretendemos más señales?

En el rostro ensangrentado de Cristo «hay algo más que Salomón (...); aquí hay algo más que Jonás» (Lc 11,31-32). Este rostro sufriente de la hora extrema, de la hora de la Cruz es «misterio en el misterio, ante el cual el ser humano ha de postrarse en adoración». En efecto, «para devolver al hombre el rostro del Padre, Jesús debió no sólo asumir el rostro del hombre, sino cargarse incluso del “rostro” del pecado» (Juan Pablo II). ¿Queremos más señales?

«¡Aquí tenéis al hombre!» (Jn 19,5): he aquí la gran señal. Contemplémoslo desde el silencio del “desierto” de la oración: «Lo que todo cristiano ha de hacer en cualquier tiempo [rezar], ahora ha de ejecutarlo con más solicitud y con más devoción: así cumpliremos la institución apostólica de los cuarenta días» (San León Magno, papa).