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sábado, 30 de septiembre de 2017

Santo Evangelio 30 de septiembre 2017




Día litúrgico: Sábado XXV del tiempo ordinario

Santoral 30 de Septiembre: San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia

Texto del Evangelio (Lc 9,43b-45): En aquel tiempo, estando todos maravillados por todas las cosas que Jesús hacía, dijo a sus discípulos: «Poned en vuestros oídos estas palabras: el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres». Pero ellos no entendían lo que les decía; les estaba velado de modo que no lo comprendían y temían preguntarle acerca de este asunto.


«El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres»
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench 
(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)


Hoy, más de dos mil años después, el anuncio de la pasión de Jesús continúa provocándonos. Que el Autor de la Vida anuncie su entrega a manos de aquéllos por quienes ha venido a darlo todo es una clara provocación. Se podría decir que no era necesario, que fue una exageración. Olvidamos, una y otra vez, el peso que abruma el corazón de Cristo, nuestro pecado, el más radical de los males, la causa y el efecto de ponernos en el lugar de Dios. Más aún, de no dejarnos amar por Dios, y de empeñarnos en permanecer dentro de nuestras cortas categorías y de la inmediatez de la vida presente. Se nos hace tan necesario reconocer que somos pecadores como necesario es admitir que Dios nos ama en su Hijo Jesucristo. Al fin y al cabo, somos como los discípulos, «ellos no entendían lo que les decía; les estaba velado de modo que no lo comprendían y temían preguntarle acerca de este asunto» (Lc 9,45).

Por decirlo con una imagen: podremos encontrar en el Cielo todos los vicios y pecados, menos la soberbia, puesto que el soberbio no reconoce nunca su pecado y no se deja perdonar por un Dios que ama hasta el punto de morir por nosotros. Y en el infierno podremos encontrar todas las virtudes, menos la humildad, pues el humilde se conoce tal como es y sabe muy bien que sin la gracia de Dios no puede dejar de ofenderlo, así como tampoco puede corresponder a su Bondad.

Una de las claves de la sabiduría cristiana es el reconocimiento de la grandeza y de la inmensidad del Amor de Dios, al mismo tiempo que admitimos nuestra pequeñez y la vileza de nuestro pecado. ¡Somos tan tardos en entenderlo! El día que descubramos que tenemos el Amor de Dios tan al alcance, aquel día diremos como san Agustín, con lágrimas de Amor: «¡Tarde te amé, Dios mío!». Aquel día puede ser hoy. Puede ser hoy. Puede ser.

¿A quién ser leal, a la Iglesia o la Nación? Así murió preso Pío VI en la Revolución Francesa


El Papa Francisco visitará el domingo su tumba como gesto a su entrega

¿A quién ser leal, a la Iglesia o la Nación? Así murió preso Pío VI en la Revolución Francesa

Durante la Revolución Francesa, la Iglesia Católica se convirtió en un elemento a desmantelar y eliminar / Imagen de la película Rebellion Cachee

¿A quién ser leal, a la Iglesia o la Nación? Así murió preso Pío VI en la Revolución Francesa

El próximo domingo el Papa Francisco hará una visita relámpago en helicóptero a la pequeña ciudad de Cesena, en la región de Emilia Romana, donde apenas estará dos horas antes de emprender de nuevo el vuelo para visitar Bolonia donde permanecerá el resto del día. El Santo Padre ha querido visitar esta ciudad de poco más de 90.000 habitantes para  conmemorar el tercer centenario nacimiento del Papa Pío VI.

Pero, ¿por qué Francisco ha querido visitar a este Papa, que no es ni beato ni santo, y que murió en 1799? Aunque poco conocido por los católicos, Pio VI fue el Pontífice al que le tocó llevar el timón de la Iglesia en un momento de dificultad, división interna, persecución y de cambios enormes en el curso de la historia. Se enfrentó a cuestiones que, de alguna manera, siguen siendo relevantes en la actualidad.

Pío VI murió en el exilio tras haber sido secuestrado y hecho prisionero por Napoleón. Durante su Pontificado, se produjo la Revolución Francesa, la persecución de la Iglesia en nombre del progreso pero también cuestiones internas como el de las iglesias nacionales o dónde debe dirigirse la lealtad de los católicos. Polémicas, que algunas de ellas han llegado hasta el presente y que se reproducen todavía hoy.

El profesor de Historia en la Kean University de Estados Unidos y experto en la historia de los Papas, Christopher Bellito, explica en el semanario Our Sunday Visitor que “Pío VI defiende la cuestión de la lealtad de un católico en última instancia: con la Iglesia o con la nación”.


Pío VI murió exiliado en la ciudad francesa de Valence

Este Papa tuvo que lidiar con sacerdotes que se unieron, de manera voluntaria o bajo presión, a las instituciones creadas tras la Revolución francesa, lo que ponía en cuestión si ofrecer lealtad al poder político antes que a la autoridad de la Iglesia. En Austria y Alemania, debió afrontar los desafíos del josefinismo y febronianismo, donde sectores católicos intentaron conseguir una autonomía de facto de Roma para crear una especie de “iglesias nacionales” vinculadas igualmente a los regímenes de turno. Incluso el Papa llegó a viajar a Viena para intentar solucionar estos conflictos.

“Vemos que esta misma pregunta (lealtad a la Iglesia o al Estado) continua apareciendo en situaciones actuales”, recuerda el historiador.

Conferencias Episcopales y obispos que han intentando ir por libre interpretando el Magisterio de una manera opuesta a Roma o lugares en los que el nacionalismo ha ido mezclándose con la fe hasta diluir o confundir el mensaje evangélico son ejemplos que se llevan produciendo décadas y que están de plena actualidad en estos momentos.

Pio VI, Giovanni Angelo Braschi antes de ser Papa, tuvo una vocación tardía al sacerdocio. Doctor en Derecho Civil y Canónico fue secretario privado del cardenal Ruffo e incluso llegó a participar en el Cónclave de 1740 asistiendo a este purpurado. Posteriormente,  fue secretario de Benedicto XIV y en 1758 canceló su boda para convertirse en sacerdote. Tenía 40 años. En 1773 fue creado cardenal y apenas dos años después era Papa.

Un Pontificado, en un momento crucial de la historia
Su pontificado, de 1775 a 1799,  ha sido uno de los más largos coincidiendo con uno de los grandes cambios de la historia: la Ilustración y su objeteivo de colocar la razón por encima de la fe y que vivió su máxima expresión con la Revolución francesa, en la que los católicos fueron perseguidos e incluso masacrados, como el genocidio de la Vendée.

El objetivo del llamado “Nuevo Régimen” era hacer desaparecer las viejas estructuras en beneficio de la nación francesa para lo que había que desmantelar la Iglesia. Estas son algunas fechas claves:

- 2 de noviembre de 1789. Se produce la nacionalización de los bienes de la Iglesia para su posterior venta.
- 13 de febrero de 1790- Abolición de los votos religiosos, es decir, supresión de las órdenes regulares.
- 2 de julio de 1790- Se aprueba la Constitución civil del clero, uno de los momentos que marcó el punto de inflexión.


El culto católico se volvió clandestino y la persecución sistemática

La Iglesia o el Estado
Este último texto convertía a los sacerdotes en funcionarios del Estado y organizaba la Iglesia no ya según las diócesis existentes sino coincidiendo con los departamentos. Los párrocos pasarían a ser elegidos por una asamblea de electores y los obispos ya no serían elegidos por Roma. Además, al ser empleados públicos debían ser fieles al gobierno.

El historiador Bellito insiste en que el Papa se vio obligado a abordar el equilibrio entre el compromiso de un católico con su fe y su nación. “Pío VI podría haber sido capaz de aceptar a los sacerdotes como funcionarios públicos. Lo que no podía aceptar el juramento de lealtad que la Constitución Civil del Clero obligaba reconociendo la autoridad del gobierno francés en asuntos de Iglesia. Eso, para Pío VI era ir ya demasiado lejos”.

La respuesta de Pío VI y las leyes de persecución
La respuesta del Papa se produjo con el Breve Charitas quae de abril de 1791, en la que consideraba “intolerable” las injerencias y la toma de control de la Iglesia por parte del Estado francés.

Sólo cuatro obispos traicionarán a Roma aunque la división fue más grande entre los sacerdotes. Se promulgaron leyes para perseguir a los sacerdotes que no la firmaron hasta que en 1792 se aprueba la ley de deportación de todos los clérigos fieles a Roma. Un año más tarde todo aquel que siguiera en territorio francés sería condenado a muerte. Y en 1793 se aprobó la supresión del culto, que pasó a ser clandestino.

El genocidio de La Vendée
Desde ese momento y durante los años siguientes la persecución fue sistemática. Y precisamente en ese instante se produjo el primer genocidio de la era moderna, el de La Vendée, donde se exterminó a miles de granjeros católicos.


Grabado en el que se muestra al Papa Pío VI siendo sacado de Roma por las tropas francesas

"Camaradas, entramos en el país insurrecto. Os doy la orden de entregar a las llamas todo lo que sea susceptible de ser quemado y pasar al filo de la bayoneta todo habitante que encontréis a vuestro paso. Sé que puede haber patriotas [ciudadanos afectos a la Revolución] en este país; es igual, debemos sacrificarlo todo", afirmó el general Grignon, que encabezaba la primera columna.

El Papa, secuestrado y muerto en el exilio
La defensa de la Iglesia como institución no le salió gratis al Papa. Las tropas de Napoleón invadieron Italia en 1796 y dos más tarde entraba triunfante en Roma. Exigió la renuncia del Papa y éste se negó por lo que fue secuestrado y hecho prisionero. Fue trasladado de un lugar a otro siendo maltratado cuando ya tenía ochenta años.

En julio de 1799 fue trasladado a una fortaleza en la ciudad francesa de Valence y un mes después el obispo de Roma moría en el exilio, habiendo defendido con todas sus fuerzas  la independencia de la Iglesia.

viernes, 29 de septiembre de 2017

Santo Evangelio 29 de septiembre 2017



Día litúrgico: 29 de Septiembre: Los santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael

Texto del Evangelio (Jn 1,47-51): En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño». Le dice Natanael: «¿De qué me conoces?». Le respondió Jesús: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi». Le respondió Natanael: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel». Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores». Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».


«Veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre»
+ Cardenal Jorge MEJÍA Archivista y Bibliotecario de la S.R.I. 
(Città del Vaticano, Vaticano)


Hoy, en la fiesta de los Santos Arcángeles, Jesús manifiesta a sus Apóstoles y a todos la presencia de sus ángeles y la relación que con Él tienen. Los ángeles están en la gloria celestial, donde alaban perennemente al Hijo del hombre, que es el Hijo de Dios. Lo rodean y están a su servicio.

«Subir y bajar» nos recuerda el episodio del sueño del Patriarca Jacob, quien dormido sobre una piedra durante su viaje a la tierra de origen de su familia (Mesopotamia), ve a los ángeles que “bajan y suben” por una misteriosa escalera que une el cielo y la tierra, mientras Dios mismo está de pié junto a él y le comunica su mensaje. Notemos la relación entre la comunicación divina y la presencia activa de los ángeles. 

Así, Gabriel, Miguel y Rafael aparecen en la Biblia como presentes en las vicisitudes terrenas y llevando a los hombres —como nos dice san Gregorio el Grande— las comunicaciones, mediante su presencia y sus mismas acciones, que cambian decisivamente nuestras vidas. Se llaman, precisamente, “arcángeles”, es decir, príncipes de los ángeles, porque son enviados para las más grandes misiones. 

Gabriel fue enviado para anunciar a María Santísima la concepción virginal del Hijo de Dios, que es el principio de nuestra redención (cf. Lc 1). Miguel lucha contra los ángeles rebeldes y los expulsa del cielo (cf. Ap 12). Nos anuncia, así, el misterio de la justicia divina, que también se ejerció en sus ángeles cuando se rebelaron, y nos da la seguridad de su victoria y la nuestra sobre el mal. Rafael acompaña a Tobías “junior”, lo defiende y lo aconseja y cura finalmente al padre Tobit (cf. Tob). Por esta vía, nos anuncia la presencia de los ángeles junto a cada uno de nosotros: el ángel que llamamos de la Guarda. 

Aprendamos de esta celebración de los arcángeles que “suben y bajan” sobre el Hijo del hombre, que sirven a Dios, pero le sirven en beneficio nuestro. Dan gloria a la Trinidad Santísima, y lo hacen también sirviéndonos a nosotros. Y, en consecuencia, veamos qué devoción les debemos y cuánta gratitud al Padre que los envía para nuestro bien.

En silla de ruedas, joven y alegre: «La enfermedad es un regalo, nos hace tocar la imagen de Cristo»


Jeanne Pelat: «Jesús reserva para Sí celosamente nuestra curación»

En silla de ruedas, joven y alegre: «La enfermedad es un regalo, nos hace tocar la imagen de Cristo»

Jeanna Pelat acudió a Lourdes pidiendo un milagro físico: no sucedió, pero sí el pequeño milagro de su transformación interior.

En silla de ruedas, joven y alegre: «La enfermedad es un regalo, nos hace tocar la imagen de Cristo»

Jeanne Pelat tuvo los primeros síntomas de que algo no iba bien en su cuerpo en 2001, a los 6 años de edad. Pocos meses después le diagnosticaron una forma rara de miopatía. Cuando en 2003 intervino por primera vez en Téléthon, el show benéfico televisivo que cada Navidad recauda fondos para investigar y ayudar a casos como el suyo, aún podía andar, aunque con caídas. En 2004 se convirtió en madrina del programa, ya en silla de ruedas.



Su innata capacidad para comunicar le ha hecho volver con frecuencia. Y Jeanne explica que seguirá acudiendo "por los enfermos más jóvenes, porque, en cuanto mí, la enfermedad está demasiado avanzada. Pero puedo ser la voz de los que nacieron después".

Y así lo ha sido desde entonces, al tiempo que su vida continuaba y crecía. La joven ha aprovechado bien el tiempo: es licenciada en Historia y en Periodismo por la Universidad de Lille (viven cerca, en el norte de Francia) y se ha matriculado en un curso de Teología. Salidas, cine, amigos, novio... todo ha sido posible gracias, reconoce, al apoyo de su familia: sus padres y sus dos hermanos varones, de 26 y 17 años, este último, Paul-Henri, el que más la ha ayudado hasta formar "un vínculo indestructible".


Jeanne, con su madre y su hermano menor. Foto: La Voix du Nord.

De todo esto habló Jeanne el pasado 14 de agosto en la iglesia de Santa Bernadette de Lourdes, en una intervención conducida por el periodista François-Xavier Maigre, redactor jefe de Panorama, y donde expresó su visión de la enfermedad, del dolor y de la fe. Una fe, la suya, de una "abrumadora madurez", en opinión de los responsables del santuario.


Siempre con una sonrisa en los labios, Jeanne hizo un breve recorrido por su decaimiento físico, que no incluye solo la miopatía que le obliga a estar en una silla de ruedas, sino complicaciones posteriores, como una enfermedad de la piel o la diabetes.

En alguna otra ocasión ha explicado que lo peor no es la silla de ruedas, sino unos "sufrimientos físicos permanentes": "Nunca me siento totalmente bien, salvo los primeros diez minutos al acostarme". Durante el día, siempre hay un dolor que varía en intensidad. Por la noche tiene que despertar a sus padres cuatro o cinco veces para que la cambien de posición. No le gusta hablar de estas cosas, pero cuando lo hace ante las cámaras de televisión tiene muy claro el porqué: "Los donantes merecen saber para qué se les pide dinero". A pesar de ello, le cuesta: "Me resulta difícil hablar de dependencia, de desnudez, de sufrimiento, porque son cosas muy íntimas. Y, sobre todo, no quiero suscitar compasión. Me esfuerzo por mostrarme lo más digna posible, por mí misma y por los demás".



Todo ello lo vive Jeanne con una percepción profunda y sobrenatural: "Sin los enfermos, la humanidad no sería la imagen de Cristo. ¿Qué sería Cristo sin sus heridas? Tiene que haber enfermos para representar los dolores de Dios". Dice que hay que tener confianza y "hacer algo" con ese dolor: "Nadie quiere sufrir, pero ante el sufrimiento hay que seguir el ejemplo de Cristo y decir: escucha, Señor, si este sufrimiento puede pasar rápido, te lo agradezco; pero si no, hágase tu voluntad".



Jeanne interpreta el valor del sufrimiento como una "escuela de humildad": "Vivimos en una sociedad orgullosa, en cierto modo", que cree que uno "puede hacerlo todo solo", pero "cuando uno sufre y se encuentra en la prueba uno se da cuenta de que no es autosuficiente, uno es vulnerable y la ayuda de Dios es bienvenida". Por eso la fe le ha ayudado, porque le ha hecho entender cada prueba como "una escuela para mí misma, para crecer en la fe y en la esperanza".


France 2 hizo un reportaje de casi una hora sobre la vida cotidiana de Jeanne. Que incluye siempre una visita a la catedral. Pincha aquí para ver el programa, con este momento a partir del minuto 31.

"La fe es un 90% de esperanza y un 10% de duda", dice. Ella misma, cuando tenía 15 años, tuvo un momento de debilidad ante una "experiencia atroz" de dolores abdominales "terribles" que la llevaron al hospital: "Al cabo de 24 horas, ya no podía más. Me sentía abandonada, quise morir, recuerdo haber gritado". Todo aquello podía haber acabado: "Simplemente, con un fármaco que los médicos no quisieron asumir la responsabilidad de darme". Por eso, aunque respeta a quienes piden la eutanasia, dice que habría sido una "tontería" y habría "desperdiciado" todo lo bueno que ha venido después de aquello en su vida: "Me opongo ferozmente a la eutanasia. Me disculpo a mí misma por haberla deseado porque sé hasta qué punto ya no podía más. Pero luego prohibí a los míos que me la apliquen, bajo ningún pretexto".


En 2015 Jeanne escribió un libro contando su historia, Résiste! [¡Resiste! Una vida en un cuerpo que yo no elegí], cuyos beneficios se destinan íntegramente a la investigación de casos como el suyo.

Jeanne confiesa que ha pensado mucho en la eternidad y en "nuestra amiga la muerte". Y hace una sugerente reflexión: "La enfermedad es un regalo, porque nos hace tocar la realidad de Cristo en su Pasión durante toda nuestra vida, y al final de nuestra vida, será Cristo quien reserva para Sí celosamente la curación que nos espera. Adoro esta idea. Es absolutamente maravilloso estar enfermo y decirse que la curación no va a llegar hoy porque Dios reserva para Sí celosamente nuestra curación y nuestro alivio. Simplemente, quiere hacerlo Él mismo, solo hay que esperar y descubrir ese alivio por la gracia de Dios en la eternidad, que será tanto más hermosa cuanto más se haya sufrido aquí abajo".

Aunque habló este verano en Lourdes, no era la primera vez que acudía allí. Lo hizo siendo pequeña, y cuenta que con ella sí hubo un milagro, que no fue la curación física, sino la curación espiritual: "La mayor curación que he recibido en Lourdes es haber recibido la llamada de Cristo, y esta felicidad que Él da. Yo me siento entera y feliz con este cuerpo que yo no he elegido pero que Dios me ha dado".

Fuente: Religión en Libertad

jueves, 28 de septiembre de 2017

Santo Evangelio 28 de septiembre 2017



Día litúrgico: Jueves XXV del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Lc 9,7-9): En aquel tiempo, se enteró el tetrarca Herodes de todo lo que pasaba, y estaba perplejo; porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos; otros, que Elías se había aparecido; y otros, que uno de los antiguos profetas había resucitado. Herodes dijo: «A Juan, le decapité yo. ¿Quién es, pues, éste de quien oigo tales cosas?». Y buscaba verle.


«Buscaba verle»
Rev. P. Jorge R. BURGOS Rivera SBD 
(Cataño, Puerto Rico)



Hoy el texto del Evangelio nos dice que Herodes quería ver a Jesús (cf. Lc 9,9). Ese deseo de ver a Jesús le nace de la curiosidad. Se hablaba mucho de Jesús por los milagros que iba realizando a su paso. Muchas personas hablaban de Él. La actuación de Jesús trajo a la memoria del pueblo diversas figuras de profetas: Elías, Juan el Bautista, etc. Pero, al ser simple curiosidad, este deseo no trasciende. Tal es el hecho que cuando Herodes le ve no le causa mayor impresión (cf. Lc 23,8-11). Su deseo se desvanece al verlo cara a cara, porque Jesús se niega a responder a sus preguntas. Este silencio de Jesús delata a Herodes como corrupto y depravado.

Nosotros, al igual que Herodes, seguramente hemos sentido, alguna vez, el deseo de ver a Jesús. Pero ya no contamos con el Jesús de carne y hueso como en tiempos de Herodes, sin embargo contamos con otras presencias de Jesús. Te quiero resaltar dos de ellas. 

En primer lugar, la tradición de la Iglesia ha hecho de los jueves un día por excelencia para ver a Jesús en la Eucaristía. Son muchos los lugares donde hoy está expuesto Jesús-Eucaristía. «La adoración eucarística es una forma esencial de estar con el Señor. En la sagrada custodia está presente el verdadero tesoro, siempre esperando por nosotros: no está allí por Él, sino por nosotros» (Benedicto XVI). —Acércate para que te deslumbre con su presencia. 

Para el segundo caso podemos hacer referencia a una canción popular, que dice: «Con nosotros está y no lo conocemos». Jesús está presente en tantos y tantos hermanos nuestros que han sido marginados, que sufren y no tienen a nadie que “quiera verlos”. En su encíclica Dios es Amor, dice el Papa Benedicto XVI: «El amor al prójimo enraizado en el amor a Dios es ante todo una tarea para cada fiel, pero lo es también para toda la comunidad eclesial». Así pues, Jesús te está esperando, con los brazos abiertos te recibe en ambas situaciones. ¡Acércate!

No creía en Dios pero un día vio a Juan Pablo II en la tele y fue un «flechazo»: ahora es arzobispo


Entrevista con Javier del Río, arzobispo de Arequipa, formado en un seminario neocatecumenal

No creía en Dios pero un día vio a Juan Pablo II en la tele y fue un «flechazo»: ahora es arzobispo

Javier del Río se formó en un seminario misionero Redemptoris Mater, vinculado al Camino Neocatecumenal

No creía en Dios pero un día vio a Juan Pablo II en la tele y fue un «flechazo»: ahora es arzobispo

Monseñor Javier del Río es uno de los pesos pesados del episcopado peruano. El arzobispo de Arequipa, diócesis con más de un millón de católicos, se ordenó sacerdote en un seminario misionero vinculado al Camino Neocatecumenal aunque no siempre estuvo en la Iglesia. Durante más de una década vivió alejado de Dios, lo que le llevó a experimentar una grave crisis existencial.

Pero justo en ese momento llegó a su vida Juan Pablo II, que estaba de visita en Perú, siendo el ahora santo el instrumento para su fulgurante conversión y posterior vocación al sacerdocio. Primero como obispo auxiliar de Callao y posteriormente ya como arzobispo de Arequipa, Javier del Río siempre ha estado en el ojo del huracán por hablar de manera clara y contundente. "No podría vivir tranquilo si me quedara callado", asegura.

 Es uno de los grandes oponentes a la ideología de género y su nombre ha llenado los medios de comunicación peruanos e internacionales por recordar que un católico no puede votar a candidatos que apoyen el aborto o el matrimonio homosexual pues "no sería un pastor si no alertase a las ovejas ante la presencia del lobo".

En una entrevista con Religión en Libertad, el arzobispo habla desde su vocación, y de cómo llegar a los alejados, él que lo fue, así como de las nuevas ideologías que acechan a la Iglesia y a los católicos:

-  ¿Quién es Javier del Río? ¿Cómo conoció a Dios? 
- Soy un pobre pecador alcanzado por la misericordia de Dios que es infinita. Provengo de una familia católica, por lo que fui educado en la religión católica desde pequeño, tanto en casa como en el colegio La Salle en el que pasé toda la etapa escolar. No obstante ello, al ingresar a la universidad para estudiar Derecho fui perdiendo la fe, atraído inicialmente por la lectura de los filósofos existencialistas ateos y, después, por el materialismo consumista. En poco tiempo pasé a ser, en la práctica, un agnóstico. 

- Y, ¿cuándo llegó su conversión?
- Durante doce años estuve fuera de la Iglesia, hasta que el Papa san Juan Pablo II visitó el Perú. Por esa época pasaba una fortísima crisis existencial y ver, por pura casualidad, al Papa en la televisión, me hizo caer en la cuenta que la verdadera felicidad existe en este mundo. Vi en el Papa a un hombre plenamente feliz y me di cuenta que la felicidad que tanto había buscado la podía encontrar en la Iglesia.


Javier del Río, cuando todavía era sacerdote recibiendo la bendición de Juan Pablo II

-  ¿Cómo fue su llamada al sacerdocio?
- Inmediatamente después de ese encuentro “televisivo” con el Papa, volví a la Iglesia. A los pocos días participé en un encuentro del Camino Neocatecumenal, al que asistieron varios obispos y miles de personas. Kiko Argüello habló sobre el presbiterado e hizo una “llamada vocacional”. En ese instante me di cuenta que Dios me llamaba a ser presbítero. Rebrotó así la vocación que había sentido fuertemente en mi niñez pero que se había como diluido al comenzar la adolescencia. No lo pensé mucho, porque lo tuve muy claro, y comencé a frecuentar el centro vocacional. De ahí vino el Seminario. Me puse en manos de la Iglesia y ella hizo todo lo demás.

-  En muchas ocasiones, los católicos consideramos a los sacerdotes y obispos como una especie de “superhombres” que no sufren y que deben estar siempre a nuestro servicio. Pero muchos confiesan que sienten soledad y que lo pasan mal. ¿Usted ha pasado por esto? ¿Cómo se puede ayudar a sus sacerdotes?
- El sufrimiento es parte de la vida humana y lo experimentamos todos. Pero una cosa es el sufrimiento que se deriva del pecado, que lleva a la muerte, y muy distinto es el sufrimiento por hacer la voluntad de Dios, que es siempre fuente de vida.

En mi caso, he experimentado ambos sufrimientos y, desde luego, me quedo con el segundo que, aunque pocos lo entiendan, realmente es estupendo porque nos permite participar en el misterio pascual del Señor, ese paso de la muerte a la vida.

En este contexto, debo decir que en mis 25 años de sacerdote, 12 de ellos como obispo, jamás he sentido soledad ni me he arrepentido, siquiera por un segundo, de haber acogido la llamada de Dios a ser cristiano, presbítero y ahora obispo. Desde esa experiencia, puedo decir que lo mejor que todos podemos hacer por los sacerdotes es ayudarlos a tener siempre a Jesucristo como el centro de su vida: en la Eucaristía, la oración y el servicio desinteresado al prójimo. Cuando Dios está con uno, no se siente soledad ni hay lugar para la tristeza.

-  A grandes rasgos, ¿cómo ve la salud de la Iglesia en Latinoamérica? Los grupos protestantes avanzan, la secularización se nota, el populismo… ¿Cuáles deben ser las prioridades?
- Estoy convencido de que en Latinoamérica se dio una verdadera evangelización, aun cuando en ciertos sectores o lugares no se llegó a extirpar del todo cierta mentalidad pre-cristiana que se necesita todavía purificar. Creo que la religiosidad popular, que es otra cosa, es una de nuestras principales fortalezas y conforma el humus desde el cual debemos terminar de introducir, de una vez por todas, la nueva evangelización a la que nos convocó Juan Pablo II y nos han seguido llamando sus sucesores.

El pueblo latinoamericano es mayoritariamente católico y, si bien no es inmune al secularismo y a otras corrientes que golpean fuertemente nuestra fe, la gente sencilla las resiste bastante bien todavía. 

No debemos, sin embargo, quedarnos ahí. Es urgente entrar en ese proceso de conversión pastoral al que nos llamaron los obispos en Aparecida y que a mi entender va en perfecta consonancia con las pautas que san Juan Pablo II nos dejó en la Novo millennio ineunte, Benedicto XVI nos dio de modo especial durante el Año de la Fe y Francisco ha expuesto en la Evangelii gaudium: recomenzar desde Cristo, recuperar la primacía de la gracia, redescubrir la potencia de la Palabra de Dios y de los sacramentos, formar comunidades cristianas a partir de una seria iniciación en la fe, en las cuales el seguimiento de Cristo sea un discipulado misionero. Llevar a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, tantas veces consumidos por la tristeza producto de las idolatrías de este mundo, al encuentro de Cristo. Esa es nuestra gran tarea: comunicar el gozo del Evangelio.


- Desde la perspectiva que le da estar en el Perú, ¿cómo ve usted Europa en estos momentos? Tanto desde una perspectiva social como religiosa.
- Siento mucha pena y dolor por Europa en general. Su envejecimiento, que es consecuencia de vivir de espaldas a Dios y renegar de sus raíces cristianas, tiene lamentables consecuencias en la vida social: familias destruidas, ancianos abandonados, altos índices de suicidios juveniles, millones de abortos y miles de eutanasias y suicidios asistidos, son signos externos de la corrupción del ser profundo de multitudes de personas que han perdido el sentido de la vida.

En esa misma Europa, sin embargo, siguen surgiendo, aunque no todas sean muy visibles todavía, comunidades cristianas vivas, en las que se transmite la fe a los hijos, brotan vocaciones al matrimonio, la vida consagrada o el sacerdocio, y se tiene un fuerte impulso misionero. Hay que destacar también el movimiento pro-vida y pro-familia y que se va recuperando, poco a poco, la visibilidad de los católicos en la vida pública.

- Usted ha alzado la voz en numerosas ocasiones acerca de la ideología de género, el aborto y otras cuestiones polémicas por las que ha sido insultado y duramente criticado. ¿No sería más fácil para usted no levantar mucho la voz y no molestar al mundo?
- Al contrario. No podría vivir tranquilo si me quedara callado, porque estaría traicionando el ministerio que me ha sido confiado y a Aquel que me lo confió. No sería un pastor si no alertase a las ovejas ante la presencia del lobo y sólo sería un asalariado si las abandonara y huyera para no tener problemas (cfr. Jn 10,11-13).

La llamada que me hizo Jesucristo no fue a una vida fácil y cómoda. Al contrario, desde el Evangelio ha sido siempre muy claro: “el mundo os odiará” (cfr. Mt 10,22ss). Ser insultado, calumniado y criticado a causa del Evangelio es un honor que no merezco y por el cual le doy gracias a Dios de todo corazón.

-  La ideología de género se ha convertido en una de las grandes dictaduras de este siglo…
- Como hace un tiempo contó el Papa Francisco que se lo dijo el Papa Benedicto, la ideología de género es el gran pecado del hombre contra su Creador. El hombre que no acepta ser criatura hecha por otro sino que quiere crearse a sí mismo. No sólo quiere decidir lo que está bien o está mal, sino que pretende negar por completo su propia naturaleza.

Como toda ideología, sin embargo, carece de fundamento científico y sólo puede imponerse por la fuerza de los que detentan el poder temporal, sea en la política, la economía, la academia, ciertos organismos internacionales, etc. Como ha dicho el Papa Francisco, es una “colonización ideológica” que hace mucho daño a la sociedad y es una maldad querer inculcarla a los niños en las escuelas. No me queda duda de que detrás de todo eso está el demonio, aunque estoy seguro de que la mayoría de sus seguidores no lo saben ni se dan cuenta.


El arzobispo de Arequipa, hablando durante una marcha contra la ideología de género en Perú

- Otra dictadura actual y que tiene relación con la anterior pregunta es la “corrección política”, ¿se está extendiendo este virus también en la Iglesia?
- La Iglesia es santa y, justamente por eso, puede abrazar a todos en su seno: santos y pecadores. La denominada “corrección política” no tiene que ver con la santidad de la Iglesia, pero puede afectar a no pocos de sus hijos, inclusive en la jerarquía. Todos debemos estar atentos a no dejarnos engañar por quienes nos quieren hacer creer que ese es el modo en que la Iglesia puede cumplir mejor su misión en el mundo contemporáneo. Como dijo Jesús: “sea vuestro lenguaje sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del maligno” (Mt 5,37).

- La familia está siendo atacada como no lo ha sido jamás, ¿está la debilidad de la familia relacionada con la secularización y la pérdida de valores que se da hoy?
- Sin duda. Las estadísticas ponen de manifiesto que en la medida en que el hombre se aleja de Dios, se aleja también del prójimo y queda encerrado en la cárcel de su propio yo y sus antojos. Si sólo tengo una vida y no hay quien me la regenere constantemente, no la puedo dar por los demás: el esposo, la esposa, los hijos, la sociedad. La crisis de la familia es una consecuencia de la crisis de fe. Asimismo, si no hay un fundamento sólido y trascendente, los valores sucumben y se pueden negociar en función a los propios intereses del momento.

-  Al menos en Europa, sólo una minoría de los que se definen católicos aceptan y cumplen las enseñanzas de la Iglesia, ¿qué ha hecho mal la Iglesia? ¿Cómo cambiar esta situación?
- Dios nos ha dado el libre albedrío. Ni siquiera Él nos obliga a obedecerle. ¿Cómo la Iglesia va a obligar a que la obedezcan? La misión de la Iglesia es anunciar el Evangelio y las verdades que de él se derivan, hacerlos presentes a través de la liturgia y creíbles mediante el testimonio de vida. Hasta ahí llegamos nosotros. A partir de ahí están la obra del Espíritu Santo y la respuesta que el hombre le quiera dar. En la medida en que seamos fieles a nuestra misión de comunicar la alegría del Evangelio, facilitaremos esa respuesta del hombre, aunque tarde en llegar.

-  Usted se formó en un seminario misionero, ¿cómo se puede llegar de verdad a los alejados, especialmente a la mayoría de jóvenes que ya no cree?
- La experiencia me dice que los jóvenes son estupendos y que, al menos en la gran mayoría de ellos, hay una sed de verdad, de libertad y de amor, es decir una verdadera sed de Jesucristo y de vida eterna, aunque ellos mismos no sean conscientes o hasta lo puedan negar. El mejor modo de llegar a ellos es amándolos como el Señor nos ama: gratuitamente.



-  ¿No debería ser la nueva evangelización la gran prioridad de la Iglesia? ¿Qué propone usted y qué iniciativas está aplicando en Arequipa?
- En efecto, como antes he dicho, estoy convencido de que la nueva evangelización es la gran misión de la Iglesia en este tercer milenio de la era cristiana. La nueva evangelización incluye, especialmente, tres aspectos: 1) la renovación teológica, cuyo núcleo es la eclesiología de comunión; 2) la renovación litúrgica, cuyo centro debe ser el misterio pascual de Cristo; 3) el impulso misionero de las comunidades que de ellas brotan y que lanza a sus miembros a hacer presente el amor de Dios a todos los hombres, hasta el amor al enemigo.

En Arequipa, que es una Iglesia viva y dinámica, estamos seriamente dedicados a los dos primeros aspectos y vemos que en la medida en que se dan va surgiendo el tercero como un fruto.

-  Fue ordenado obispo por San Juan Pablo II, enviado a Arequipa por Benedicto XVI y ahora estamos en el Pontificado de Francisco, primer Papa americano. ¿Qué le han aportado estos tres Pontífices y qué cualidad destacaría de cada uno de ellos?
- Ciertamente cada uno me ha aportado algo. Gracias a san Juan Pablo II volví a la Iglesia, surgió en mí el deseo de ser santo y descubrí la gran novedad del Concilio Vaticano II a través de su vasto magisterio. De Benedicto XVI lo que más me ha impactado siempre es su sabiduría cristiana, su humildad, su ternura y la clarividencia con la que supo continuar el magisterio de su predecesor y guiarnos a la esencia del mismo a través de su magisterio sobre la fe, la esperanza y la caridad (las tres virtudes teologales que son la síntesis de la vida cristiana).

 El Papa Francisco, por su parte, me está ayudando mucho a concretizar todas esas enseñanzas y ejemplos en la vida cotidiana, especialmente en relación con los más pobres y los descartados. Creo que en la sucesión de estos tres pontífices hay un maravilloso diseño de Dios para la Iglesia.


miércoles, 27 de septiembre de 2017

Santo Evangelio 27 de septiembre 2017



Día litúrgico: Miércoles XXV del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Lc 9,1-6): En aquel tiempo, convocando Jesús a los Doce, les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades; y los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar. Y les dijo: «No toméis nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni plata; ni tengáis dos túnicas cada uno. Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta que os marchéis de allí. En cuanto a los que no os reciban, saliendo de aquella ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos». Saliendo, pues, recorrían los pueblos, anunciando la Buena Nueva y curando por todas partes.


«Convocando Jesús a los Doce, les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades»
Rev. D. Jordi CASTELLET i Sala 
(Sant Hipòlit de Voltregà, Barcelona, España)


Hoy vivimos unos tiempos en que nuevas enfermedades mentales alcanzan difusiones insospechadas, como nunca había habido en el curso de la historia. El ritmo de vida actual impone estrés a las personas, carrera para consumir y aparentar más que el vecino, todo ello aliñado con unas fuertes dosis de individualismo, que construyen una persona aislada del resto de los mortales. Esta soledad a la que muchos se ven obligados por conveniencias sociales, por la presión laboral, por convenciones esclavizantes, hace que muchos sucumban a la depresión, las neurosis, las histerias, las esquizofrenias u otros desequilibrios que marcan profundamente el futuro de aquella persona.

«Convocando Jesús a los Doce, les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades» (Lc 9,1). Males, éstos, que podemos identificar en el mismo Evangelio como enfermedades mentales.

El encuentro con Cristo, que es la Persona completa y realizada, aporta un equilibrio y una paz que son capaces de serenar los ánimos y de hacer reencontrar a la persona con ella misma, aportándole claridad y luz en su vida, bueno para instruir y enseñar, educar a los jóvenes y a los mayores, y encaminar a las personas por el camino de la vida, aquélla que nunca se ha de marchitar.

Los Apóstoles «recorrían los pueblos, anunciando la Buena Nueva» (Lc 9,6). Es ésta también nuestra misión: vivir y meditar el Evangelio, la misma palabra de Jesús, a fin de dejarla penetrar en nuestro interior. Así, poco a poco, podremos encontrar el camino a seguir y la libertad a realizar. Como ha escrito San Juan Pablo II, «la paz ha de realizarse en la verdad (...); ha de hacerse en la libertad».

Que sea el mismo Jesucristo, que nos ha llamado a la fe y a la felicidad eterna, quien nos llene de su esperanza y amor, Él que nos ha dado una nueva vida y un futuro inagotable.

Stanley Rother, primer beato mártir de EEUU: asesinado por un escuadrón de la muerte en Guatemala



«El pastor no puede huir ante la primera señal de peligro», escribía poco antes de morir

Stanley Rother, primer beato mártir de EEUU: asesinado por un escuadrón de la muerte en Guatemala

El padre Rother estuvo durante 13 años como misionero en Guatemala


El pasado sábado una multitud de más de 20.000 personas se congregaba en Oklahoma City para celebrar un momento histórico de la Iglesia Católica en Estados Unidos. En una ceremonia presidida por el cardenal Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, se beatificaba al padre Stanley Francis Rother, conocido como padre Francisco, asesinado a golpes por un escuadrón de la muerte en Guatemala mientras protegía en su misión católica a los indígenas.

Es el primer estadounidense en ser declarado mártir por la Iglesia Católica y su fiesta ha sido fijada el día de su muerte, 28 de julio de 1981.

Vivió su servicio sacerdotal hasta "su martirio"
En una carta que se leyó en la ceremonia, el Papa Francisco destacaba su “fe profundamente arraigada”, su “profunda unión con Dios” y su “arduo trabajo para difundir la palabra de Dios en tierras misioneras, viviendo fielmente su servicio sacerdotal y misionero hasta su martirio”.


A la ceremonia de beatificación acudieron más de 20.000 personas

Un discípulo de Cristo
El padre Rother llevó hasta sus últimas consecuencias su misión de sacerdote misionero y pastor, motivo por el cual no quiso alejarse de la comunidad indígena a la que servía en Santiago Atitlan, en plena guerra civil y aún sabiendo que era un objetivo prioritario por su defensa de los campesinos.

En la ceremonia había decenas de obispos de Estados Unidos, fieles llegados desde Guatemala y la propia familia del mártir, siendo su hermana la que leyó la primera lectura. En la homilía, el cardenal Amato definió al nuevo beato como un discípulo de Cristo “haciendo el bien y difundiendo la paz y la reconciliación entre el pueblo”.

Su recompensa en la tierra fue "persecución y muerte"
Sin embargo, añadió el purpurado, “desgraciadamente, su inmediata recompensa en esta tierra fue persecución y una muerte sangrienta”. “Este fue un momento real y verdadero de sangrienta persecución a la Iglesia –agregó el cardenal-, el padre Rother, consciente del peligro inminente de su vida, se preparó para el martirio, pidiendo al Señor la fuerza para afrontarlo sin temor”.

Este sacerdote nació en 1935 en un pequeño pueblo de Oklahoma en el seno de una familia de granjeros de origen alemán y profundamente católica. Creció trabajando en la granja y con mucho contacto con la parroquia lo que alimentó su vocación al sacerdocio.

Una vez en el seminario, aunque tenía una vocación muy clara, tuvo problemas para ir sacando los cursos adelante. Ya habiendo sido ordenado sacerdote, el entonces papa Juan XXIII hizo un llamamiento a la Iglesia en Estados Unidos para que enviara misioneros a América central.


En respuesta a esta llamada la diócesis de Oklahoma impulsó una misión en Santiago Atitlan, una comunidad indígena muy pobre de Guatemala. Y allí pidió voluntariamente ir Stanley. Estuvo 13 años hasta que finalmente su sangre regó la tierra a la que decidió servir.

'Bautizado' como padre Francisco
Su llegada a esta zona de Guatemala fue un acontecimiento pues llegaba un hombre alto, con pelo y barba pelirroja. Pronto fue ‘bautizado’ por los indios como “padre Francisco” pues no encontraban equivalente en español a su nombre Stanley.

Rápidamente, el sacerdote estadounidense se fue haciendo un sitio en la comunidad pues vio que además de atender espiritualmente a esta gente podía ayudarles a tener una vida mejor. Sus conocimientos aprendidos en la granja familiar resultaron además de gran utilidad.

De este modo, el nuevo beato también arreglaba camiones, construyó un granero, una escuela, un hospital así como la primera estación de radio católica, cuya señal podía llegar a los pueblos más remotos.

Una misión pastoral interminable
Durante su apostolado aprendió español y las lenguas mayas. De hecho, tradujo el Nuevo Testamento al tzutuhil e inició la celebración regular de la Misa en esa misma lengua”. Su labor era ingente y cada vez más pues se fue quedando sólo. Llegó a pedir una autorización para celebrar cinco misas el domingo en cuatro lugares diferentes con el objetivo de atender al mayor número de aldeas.

De hecho, celebraba más de mil bautizos año y daba la comunión a más de 3.000 personas cada domingo. Cientos de personas se preparaban anualmente para la confirmación y otro número parecido para la primera comunión. Además, oficiaba más de un centenar de bodas cada año.

Pero Guatemala se encontraba en una guerra civil que se alargó durante décadas y que dejó decenas de miles de muertos y muchas víctimas colaterales.  Durante esos años se produjeron muchos asesinatos de periodistas, catequistas y sacerdotes y el padre Rother estaba en su lista negra pues consideraban que por ayudar a las víctimas del conflicto y a su comunidad era comunista.

Confianza en Dios ante el posible martirio
“Ante los secuestros y la violencia, el Padre Rother se sintió impotente porque no logró cambiar la situación de reconciliación y perdón. Cuando una monja le preguntó qué hacer si le mataban, respondió: ‘Levante el estandarte de Cristo Resucitado’”, recordaba el cardenal Amato.


La guerra civil llegó a la misión. Las desapariciones y asesinatos empezaron a ser comunes y el sacerdote se convirtió en el gran apoyo de la comunidad ante una situación trágica. Era consciente de que podía ser asesinado pero no quiso dejar esta tierra.

Así queda atestiguado en una carta que envió a su familia en Estados Unidos las navidades previas a su asesinato:

"El pastor no puede huir ante la primera señal de peligro"
“La realidad es que estamos en peligro. Pero no sé cuándo o qué forma usará el gobierno para reprimir más a la Iglesia. Dada la situación no estoy listo para irme. Pero si es mi destino y debo dar mi vida aquí, será así. No quiero abandonar a este pueblo…aún se puede hacer mucho bien en estas circunstancias”, escribía el beato.

Y además, en la misiva añadía la que es la frase más conocida del padre Stanley: “El pastor no puede huir ante la primera señal de peligro. Rezad por nosotros para que podamos ser la señal del amor de Cristo para nuestro pueblo, que nuestra presencia los fortalezca para que enfrenten estos sufrimientos como preparación para el Reino que se acerca”.

Finalmente, el 28 de julio de 1981 tres individuos corpulentos entraron de noche en la casa parroquial y le asesinaron a golpes. La causa, ya la había anunciado él poco antes: “Mi vida es por mi pueblo. No tengo miedo”.


Fuente: Religión en Libertad

martes, 26 de septiembre de 2017

Santo Evangelio 26 de septiembre 2017


Día litúrgico: Martes XXV del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Lc 8,19-21): En aquel tiempo, se presentaron la madre y los hermanos de Jesús donde Él estaba, pero no podían llegar hasta Él a causa de la gente. Le anunciaron: «Tu madre y tus hermanos están ahí fuera y quieren verte». Pero Él les respondió: «Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen».


«Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen»
Rev. D. Xavier JAUSET i Clivillé 
(Lleida, España)


Hoy leemos un hermoso pasaje del Evangelio. Jesús no ofende para nada a su Madre, ya que Ella es la primera en escuchar la Palabra de Dios y de Ella nace Aquel que es la Palabra. Al mismo tiempo es la que más perfectamente cumplió la voluntad de Dios: «He aquí la esclava del Señor: hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38), responde al ángel en la Anunciación.

Jesús nos dice lo que necesitamos para llegar a ser sus familiares, también nosotros: «Aquellos que oyen...» (Lc 8,21) y para oír es preciso que nos acerquemos como sus familiares, que llegaron a donde estaba; pero no podían acercarse a Él a causa del gentío. Los familiares se esfuerzan por acercarse, convendría que nos preguntásemos si luchamos y procuramos vencer los obstáculos que encontramos en el momento de acercarnos a la Palabra de Dios. ¿Dedico diariamente unos minutos a leer, escuchar y meditar la Sagrada Escritura? Santo Tomás de Aquino nos recuerda que «es necesario que meditemos continuamente la Palabra de Dios (...); esta meditación ayuda poderosamente en la lucha contra el pecado».

Y, finalmente, cumplir la Palabra. No basta con escuchar la Palabra; es preciso cumplirla si queremos ser miembros de la familia de Dios. ¡Debemos poner en práctica aquello que nos dice! Por eso será bueno que nos preguntemos si solamente obedezco cuando lo que se me pide me gusta o es relativamente fácil, y, por el contrario, si cuando hay que renunciar al bienestar, a la propia fama, a los bienes materiales o al tiempo disponible para el descanso..., pongo la Palabra entre paréntesis hasta que vengan tiempos mejores. Pidamos a la Virgen María que escuchemos como Ella y cumplamos la Palabra de Dios para andar así por el camino que conduce a la felicidad duradera.

Exorcistas y ex adeptos coinciden: el yoga no se queda en posturas físicas, busca unirnos con «algo»

Exorcistas y ex adeptos coinciden: el yoga no se queda en posturas físicas, busca unirnos con «algo»

Es una práctica panteísta-nihilista, alerta el sacerdote Javier Luzón

Exorcistas y ex adeptos coinciden: el yoga no se queda en posturas físicas, busca unirnos con «algo»

El yoga no es solo un conjunto de ejercicios corporales: envuelve una filosofía y apunta a una religión, y ninguna de las dos es buena. Foto: UN News.


Muchas personas están convencidas de que el yoga es un sistema de posturas físicas asépticas. Hay mucho más. Con la asesoría de Javier Luzón Peña (licenciado en Filosofía y Letras, doctor en Teología y profesor de Antropología Teológica, quien ha sido exorcista en Madrid) y de Juan Sánchez (ex practicante de reiki) y Rosa María Ramírez (ex practicante de yoga), ambos autores de la conferencia Cristianismo y new age: reiki, yoga..., peligros que acechan a nuestra fe, el siguiente diálogo muestra la contraposición entre dos católicos.

Uno de ellos desconoce que el yoga está íntimamente ligado al hinduismo y que, al practicarlo, su bienestar espiritual corre peligro; el otro intenta explicarle que todas estas posturas y ejercicios de respiración en realidad son pasos hacia la unión panteísta-nihilista con Brahman, el impersonal divino hindú.

-He comenzado a practicar yoga y me he estado sintiendo muchísimo mejor de todas mis dolencias.
-¿De veras? Me alegra que estés mucho mejor, aunque te cuento que yo también quise practicar yoga por el mismo motivo, hasta que decidí consultar al padre Javier Luzón Peña, experto en la materia. Él me alertó de que cualquier tipo de yoga (Raja yoga, Karma yoga, Jnana yoga, Hatha yoga, Laya yoga o Kundalini yoga, Bhakti yoga y Mantra yoga) es a cual más peligroso.

-¿Peligroso? ¿Qué peligro puede haber en una práctica que contribuye al bienestar de tanta gente? ¡Si es como gimnasia! 
-Lo que ocurre es que el yoga nunca se puede reducir a una disciplina corporal, pues está entroncado en el hinduismo y lo que intenta es que la persona pueda llegar a un estado de conexión con su “yo divino”, es decir, al nirvana. Esto lo hace a través de las posturas de las manos (mudras), del cuerpo (asanas), del sonido (mantras) y de la respiración (pranayama). De modo que no puede ser considerado como un ejercicio solo físico, aunque esa sea la intención de quien lo practica. Ten en cuenta que la palabra yoga proviene de la raíz sánscrita yuj, que significa “unión”, pues el yoga pretende unir el yo temporal o jiba con el yo infinito o Brahman, que es el concepto hindú de dios. Este dios no tiene nada que ver con nuestro Dios personal. Para los hinduistas, se trata de una sustancia impersonal, espiritual, que es uno con la naturaleza y con el cosmos; por lo tanto, es panteísta. Nosotros, en cambio, sabemos que somos criaturas de Dios, hijos suyos, pero no una unidad con Él.

-Bueno, a mí no me interesa esa espiritualidad, soy católico y solo quiero aprovechar el beneficio físico que experimento en mi clase de yoga. 
-Entiendo que practicas el yoga por motivos físicos, sin buscar espiritualidad en él, pero, como te decía, el yoga no puede separarse de sus raíces hunduistas del mismo modo que no podemos separar el cristianismo de Jesucristo. El yoga fue concebido para adorar a los dioses hindúes y cada una de sus posturas está diseñada para adorar a una de sus deidades.

Pincha aquí para leer el artículo de una maestra de yoga sobre cómo introducir a los alumnos en la mitología hindú y en su significado a través de las posturas.

»Por eso, aunque los practicantes empiezan con posturas físicas que parecen gimnasia, poco a poco notan que las asanas actúan más hondo en su ser. Si buscas mejorar tu salud, puedes acudir a ejercicios que no interfieran con tu fe: estiramientos de toda la vida, andar, correr, hacer gimnasia…

-¿De verdad crees que puede causarme daño espiritual, aunque me enfoque en el ejercicio físico?
-Lo creo. Es más, abordar el yoga pensando que tiene poca o ninguna relación con su raíz espiritual puede poner en mayor peligro tu bienestar espiritual. El otro día escuchaba el testimonio del sacerdote belga Joseph-Marie Verlinde, quien durante años practicó yoga y meditación trascendental y fue la mano derecha del yogi Maharishi Mahesh, el gurú de los Beatles. Él cuenta que, a raíz de un viaje a Alemania, le comentó a su gurú que los europeos estaban haciendo yoga para relajarse, y el gurú “tuvo un ataque de risa; se quedó pensando un momento, y dijo: ‘Sin embargo, esto no impedirá que el yoga tenga su efecto’”. 

-¡Qué me dices! Pero me hace tanto bien que no quisiera dejarlo. 
-Te entiendo, pero te estás metiendo en un terreno movedizo porque las ocho vías que guían las prácticas del yoga, desde la ignorancia a la iluminación, son como una escalera: cada vía tiene un objetivo espiritual y, juntas, forman una unidad. Y aunque comiences solo con una de ellas, poco a poco, sin darte cuenta, irás pasando a las otras.

-Si esto fuera así, no creo que tantos católicos practicasen yoga. ¡Si hasta conozco curas y monjas que lo proponen! Y a mi clase de yoga va gente que veo en la parroquia.
-Yo solo te recomiendo que escuches el testimonio completo del padre Verlinde en YouTube.



»Él asegura que no pude haber un “yoga cristiano”. La confusión de muchos católicos se debe a que, a veces, sus instructores de yoga desconocen su significado o piensan que es para relajarse, hacer gimnasia o concentrarse, y así se lo venden a sus alumnos. O bien lo ocultan deliberadamente.  Y los alumnos no saben que estas prácticas son parte de una teosofía antagónica al cristianismo. Creo que si conociéramos los tesoros de nuestra fe, no buscaríamos bienestar en ese ambiente.

-Es verdad que alrededor del yoga se teje todo un ambiente. En eso te doy la razón…
-Claro, y eso se nota desde que llegas a los centros de yoga: están decorados con estatuas de un Buda, imágenes del yogui de los siete chacras o deidades del hinduismo. Estas imágenes no están puestas al azar. La imagen del Buda, por ejemplo, es símbolo de un planteamiento vital diametralmente opuesto al cristianismo.  Y el saludo de despedida del yoga, la palabra sánscrita namasté, tiene significado espiritual. Significa: “La divinidad que hay en mí honra a la divinidad que hay en ti”.  Piensa una cosa: si en tu centro de yoga ves estas imágenes y escuchas esas expresiones, ese lugar no es para un católico como tú.


El yogi con las siete chakras, omnipresente en los centros de yoga en una forma u otra.

-Tengo amigos que sí buscan la espiritualidad que propone el yoga, pero me aseguran que podemos adaptar el yoga para rezar a nuestro Dios.

-El padre Luzón explica que ninguna práctica que se oponga a la naturaleza humana puede acercarnos a Dios.


Javier Luzón Peña, sacerdote de la diócesis de Madrid.

»Estas prácticas son nihilistas, es decir, buscan la disolución del yo en la nada, de modo que la persona queda desprotegida espiritualmente, aunque no sea consciente. Y esto es diabólico, porque solo a los diablos les interesa nuestra destrucción. 

-¿Diabólico? Si es así, ¿por qué la Iglesia no lo advierte? 
-Sí ha habido intervenciones del Magisterio de la Iglesia, empezando por el Vaticano en un documento llamado Jesucristo, portador del agua de la vida. Una reflexión cristiana sobre la Nueva Era, del año 2003. También los obispos de la conferencia episcopal estadounidense, y en España, los del País Vasco y Navarra, Burgos o Ávila han aclarado los inconvenientes de estas prácticas de la Nueva Era. 

-¿Nueva Era? Creo que estás llevando las cosas demasiado lejos…
-Bueno, yo te cuento lo que sé. El mismo padre Luzón me comentaba que en los años en que ejerció como exorcista en Madrid, al hacerle la historia clínica a la persona que pedía ayuda –porque padecía vejaciones, opresiones, obsesiones o posesión diabólica–, cuando contaba que había practicado yoga, fácilmente reconocía que había empezado a sentirse mal desde aquellas clases.

-Explícame eso: ¿el padre Luzón te asegura que hay conexión entre el yoga y los demonios? 
-Así es. Él cuenta que “de los más de diez mil casos que he atendido de personas atribuladas por los espíritus inmundos, un porcentaje muy elevado realizó prácticas de la Nueva Era, como el yoga, el reiki o el taichí”.

-¿De esa magnitud es el peligro? 
-Sí, es peligrosísimo recurrir a posturas corporales que, en sí mismas, aunque no lo sepa el que las practica, son invocaciones a deidades hinduistas; su inocuidad es solo aparente. 

-Me has dejado pensativo. Lo investigaré más. Algo que me ha chocado siempre es ver a los instructores de yoga practicando reiki a sus alumnos, imponiendo las manos…
-Ah, la imposición de manos es aún más peligrosa, pues es signo de ejercitar un poder que se tiene dentro sobre quien lo recibe. En el Antiguo Testamento solo imponían las manos los sacerdotes y profetas; y en el Nuevo Testamento, Jesucristo y los apóstoles. Las imposiciones que invocan a “energías”, en realidad invocan espíritus inmundos que pueden entrar en la persona. Es muy distinta a una imposición que hace un ministro de Jesucristo quien, por el poder recibido en el sacramento del Orden, transmite el Espíritu Santo. Pero del reiki ya hablamos otro día…

-¿Entonces me estás diciendo que debo dejar de practicar yoga? 
-Tú decides; yo solo te cuento que estas prácticas de la Nueva Era son megapeligrosas, pues a través de ellas pueden entrar espíritus malignos, como sucede a veces a quienes abren sus chacras: los invade el espíritu de la serpiente. 

Tres razones para no practicar el yoga
Así las resume el padre Javier Luzón Peña:

-El yoga es una práctica panteísta-nihilista, pues su objetivo es unir el “yo temporal”, con el “yo eterno” o Brahma, el concepto hindú de dios. Este dios es una sustancia impersonal, espiritual, que es uno con la naturaleza y el cosmos, y en el que la persona tiene que disolverse para alcanzar el nirvana o extinción del sufrimiento, mediante la iluminación o apertura del “tercer ojo”. Así, la persona adquiere “poderes divinos”, pero en realidad muchas veces queda poseída.

-El yoga, como el tao y otras facciones de matriz hinduista, tiene un trasfondo amoral ya que postula que el bien y el mal son equivalentes y acaban fusionándose.

-El yoga conlleva el riesgo de enajenar al que lo practica, porque postula que la liberación del espíritu se consigue con técnicas de meditación que en realidad llegan a alterar el estado de conciencia, alienando al individuo y exponiéndolo a la invasión de espíritus inmundos.

Las ocho prácticas del yoga buscan conducir al practicante de la ignorancia a la iluminación, así: 1. Autocontrol (yama). 2. Práctica religiosa (niyama). 3. Posturas (asanas). 4. Ejercicios de respiración (pranayamas). 5. Control de los sentidos (pratyaharas). 6. Concentración (dharana). 7. Contemplación profunda (dhyana). 8. Iluminación (samadhi).

Las posturas y los ejercicios de respiración que son considerados en Occidente como prácticas inocuas, en realidad son los pasos 3 y 4 hacia la unión panteísta-nihilista con Brahman.

lunes, 25 de septiembre de 2017

Santo Evangelio 25 de septiembre 2017



Día litúrgico: Lunes XXV del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Lc 8,16-18): En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: «Nadie enciende una lámpara y la cubre con una vasija, o la pone debajo de un lecho, sino que la pone sobre un candelero, para que los que entren vean la luz. Pues nada hay oculto que no quede manifiesto, y nada secreto que no venga a ser conocido y descubierto. Mirad, pues, cómo oís; porque al que tenga, se le dará; y al que no tenga, aun lo que crea tener se le quitará».


«Pone (la lámpara) sobre un candelero, para que los que entren vean la luz»
+ Rev. D. Joaquim FONT i Gassol 
(Igualada, Barcelona, España)


Hoy, este Evangelio tan breve es rico en temas que atraen nuestra atención. En primer lugar, “dar luz”: ¡todo es patente ante los ojos de Dios! Segundo gran tema: las Gracias están engarzadas, la fidelidad a una atrae a otras: «Gratiam pro gratia» (Jn 1,16). En fin, es un lenguaje humano para cosas divinas y perdurables.

¡Luz para los que entran en la Iglesia! Desde siglos, las madres cristianas han enseñado en la intimidad a sus hijos con palabras expresivas, pero sobre todo con la “luz” de su buen ejemplo. También han sembrado con la típica cordura popular y evangélica, comprimida en muchos refranes, llenos de sabiduría y de fe a la vez. Uno de ellos es éste: «Iluminar y no difuminar». San Mateo nos dice: «(...) para que alumbre a todos los que están en la casa. Brille así vuestra luz delante de los hombres para que, al ver vuestras buenas obras, den gloria a vuestro Padre que está en los cielos» (Mt 5,15-16).

Nuestro examen de conciencia al final del día puede compararse al tendero que repasa la caja para ver el fruto de su trabajo. No empieza preguntando: —¿Cuánto he perdido? Sino más bien: —¿Qué he ganado? Y acto seguido: —¿Cómo podré ganar más mañana, qué puedo hacer para mejorar? El repaso de nuestra jornada acaba con acción de gracias y, por contraste, con un acto de dolor amoroso. —Me duele no haber amado más y espero lleno de ilusión, estrenar mañana el nuevo día para agradar más a Nuestro Señor, que siempre me ve, me acompaña y me ama tanto. —Quiero proporcionar más luz y disminuir el humo del fuego de mi amor.

En las veladas familiares, los padres y abuelos han forjado —y forjan— la personalidad y la piedad de los niños de hoy y hombres de mañana. ¡Merece la pena! ¡Es urgente! María, Estrella de la mañana, Virgen del amanecer que precede a la Luz del Sol-Jesús, nos guía y da la mano. «¡Oh Virgen dichosa! Es imposible que se pierda aquel en quien tú has puesto tu mirada» (San Anselmo).

Taliana Vargas, Miss Colombia, volvió a la fe gracias a un rosario muy especial de tres minutos


Probó de todo en el New Age, pero no encontraba la paz

Taliana Vargas, Miss Colombia, volvió a la fe gracias a un rosario muy especial de tres minutos

Taliana Vargas, Miss Colombia, volvió a la fe gracias a un rosario muy especial de tres minutos

Taliana Vargas, popular actriz y modelo colombiana que fue Miss Colombia con 19 años en 2008 (varios vídeos en YouTube y fotos recogen su reinado), fue la persona escogida por el cardenal Rubén Salazar Gómez para presentar al Papa Francisco en el encuentro con los jóvenes en la Plaza de Bolívar de Bogotá, el pasado 7 de septiembre, en su visita a este país, explica la web Cari Filii.

Taliana dice a todos los que quieren escucharla que Dios quiere acompañarnos y llenar nuestros corazones, y más aún el de los jóvenes. Ella habla por experiencia porque en su juventud de éxito como modelo se alejó de Dios y fue la Virgen la que la “atrapó” de vuelta.


Una infancia de fe, con flores a la Virgen
La mayor de seis hermanos, en una familia unida, recibió la fe sobre todo de su madre y su abuela. “Yo brincaba y bailaba en los grupos de oración de niña, con mis hermanitos, y le llevaba flores a la Virgen. Mi infancia fue muy cercana a la Virgen María y a la Iglesia”, explica.

A los 15 años pasó a vivir en Estados Unidos, donde estudió Comunicación e idiomas en Virginia. “Fui Miss Colombia a los 19 añitos: hoy veo que yo era una bebé como de llevar en brazos“. Empezó una época de éxito y reconocimiento pero sentía que algo le faltaba. “La euforia de un gran evento, ser el centro, pensar que lo que yo tenía era porque yo luchaba, que yo lo merecía… pero en el hotel siempre sentía ese vacío en el corazón“.

Buscando en la New Age y lo oriental
“Probé taichí, yoga, buda… buscaba esa paz que todos los seres humanos buscamos, y no la encontraba”.

No se metía en fotos demasiado atrevidas, no tenía una vida muy desordenada… pero no se confesaba, no comulgaba, no hablaba con Dios.

El proceso de retorno a la fe fue muy lento. “Yo iba a veces a un grupo de oración y sentía una paz muy linda… pero se esfumaba enseguida”.


Una presentadora le habló de la Virgen
La primera profesional de la comunicación que le habló de su fe fue la presentadora Rochy Stevenson, en 2009, cuando ambas trabajaron en El Desafío, de Caracol TV. Rochy Stevenson era devota de la Virgen porque había tenido una experiencia espiritual con Ella. Animó a Taliana a acercarse a la Madre del Señor.

Dos años más tarde, en 2011, protagonizaba la teleserie “Chepe Fortuna”. Allí conoció a la actriz Margalida Castro, que hacía el papel de su abuela. Margalida es otra devota de la Virgen, e incluso ha escrito sobre esa fe. Taliana leyó algunos de sus textos y aumentó su interés. Incluso rezaron juntas en algunas ocasiones.

El punto clave en la conversión de Taliana Vargas fue en 2012. El actor Freddy Flórez, compañero de set y amigo personal, la animó a ir una iglesia que estaban construyendo justo al lado del set de grabación en Valledupar. Le hizo caso un domingo. Allí encontró un buen sacerdote media hora antes de misa que le dio una estampita de la Virgen. Ella pensaba que era la Milagrosa, pero era la Virgen de la Paz.

Las cinco piedritas
Y el cura le dijo: “Y aquí van las cinco piedritas para combatir sus males”. Ella sabía que necesitaba un cambio, una disciplina, una apuesta fuerte.

Las cinco piedritas (son las cinco que se enseñan en los grupos de oración de Medjugorje y en la devoción a la Virgen de la Paz) eran:

1- Orar con el corazón el Santo Rosario
2- La Eucaristía diaria
3- La confesión
4- Ayuno
5- Leer la Biblia.

“Yo, Taliana Vargas, ¿en que momento iba a poder rezar el Rosario? Si a las 6 de la mañana estaba en el gimnasio, y luego grabando 14 horas…” Le dijo al sacerdote que no podía dedicar tiempo al Rosario, que era muy largo.

Y el cura dijo: “Está bien, te doy este Rosario de la Virgen de la Paz que es cortito: un Padrenuestro, un Dios Te Salve y un Gloria, siete veces. En tres minutos lo tienes chequeado”. Y ella dijo: “Bueno, tres minutos puedo dedicar”.

Ese primer día no alcanzó paz, pero se animó a insistir con 3 minutos de oración diaria. “Hoy me da vergüenza, pero ese fue mi inicio, las cosas del Espíritu van poco a poco”. Y así fue creciendo en la fe y en la vida sacramental.

La Virgen María la conquistó
“La que primero me conquistó, enamoró y me consentía en mis pataletas fue la Virgen María”, explica.


Un sacerdote y niños de la fundación rezan por Taliana y piden a Dios que la bendiga

Luego encontró un grupo de oración “que no eran viejitas, jóvenes como yo, administradoras, políticas, de todo…”. Antes pensaba que solo las abuelitas eran religiosas: hoy sabe que hay una multitud de jóvenes entusiastas del Señor, con ganas de ser santos, que hay muchas obras de fe fecunda.

Después, cambiadas sus prioridades, se volcó en su fundación por niños necesitados, Casa En El Árbol (www.casaenelarbol.org), creada en 2013. “El éxito no me llenaba: entregar aquí el tiempo, un servicio, una sonrisa… eso sí me llena, duermo en el mismísimo cielo”.