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domingo, 30 de junio de 2013

Santo Evangelio 30 de Junio de 2013



Día litúrgico: Domingo XIII (C) del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Lc 9,51-62): Sucedió que como se iban cumpliendo los días de su asunción, Jesús se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén, y envió mensajeros delante de sí, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada; pero no le recibieron porque tenía intención de ir a Jerusalén. Al verlo sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?». Pero volviéndose, les reprendió; y se fueron a otro pueblo. 

Mientras iban caminando, uno le dijo: «Te seguiré adondequiera que vayas». Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza». A otro dijo: «Sígueme». Él respondió: «Déjame ir primero a enterrar a mi padre». Le respondió: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios». También otro le dijo: «Te seguiré, Señor; pero déjame antes despedirme de los de mi casa». Le dijo Jesús: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios».


                                               




Comentario: Pbro. José MARTÍNEZ Colín (Culiacán, México)



Sígueme

Hoy, el Evangelio nos invita a reflexionar sobre nuestro seguimiento de Cristo. Importa saber seguirlo como Él lo espera. Santiago y Juan aún no habían aprendido el mensaje de amor y de perdón: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?» (Lc 9,54). Los otros convocados aún no se desprendían realmente de sus lazos familiares. Para seguir a Jesucristo y cumplir con nuestra misión, hay que hacerlo libres de toda atadura: «Nadie que (...) mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios» (Lc 9,62).

Con motivo de una Jornada Misionera Mundial, Juan Pablo II hizo un llamamiento a los católicos a ser misioneros del Evangelio de Cristo a través del diálogo y el perdón. El lema había sido: «La misión es anuncio de perdón». Dijo el Papa que sólo el amor de Dios es capaz de hermanar a los hombres de toda raza y cultura, y podrá hacer desaparecer las dolorosas divisiones, los contrastes ideológicos, las desigualdades económicas y los violentos atropellos que oprimen todavía a la Humanidad. Mediante la evangelización, los creyentes ayudan a los hombres a reconocerse como hermanos.

Si nos sentimos verdaderos hermanos, podremos comenzar a comprendernos y a dialogar con respeto. El Papa ha subrayado que el empeño por un diálogo atento y respetuoso es una condición para un auténtico testimonio del amor salvífico de Dios, porque quien perdona abre el corazón a los demás y se hace capaz de amar. El Señor nos lo dejó dicho en la Última Cena: «Que os améis los unos a los otros, así como Yo os he amado (...). En esto reconocerán todos que sois discípulos míos» (Jn 13,34-35).

Evangelizar es tarea de todos, aunque de modo diferente. Para algunos será acudir a muchos países donde aún no conocen a Jesús. A otros, en cambio, les corresponde evangelizar a su alrededor. Preguntémonos, por ejemplo, si quienes nos rodean saben y viven las verdades fundamentales de nuestra fe. Todos podemos y debemos apoyar, con nuestra oración, sacrificio y acción, la labor misionera, además del testimonio de nuestro perdón y comprensión para con los demás.

¿Cómo son "nuestros amigos"?


¿Cómo son "nuestros amigos"?

Agradezcamos a Dios el tesoro de la amistad, y pensemos en Jesús, el Mejor Amigo, que nos enseñe a ser como Él.
Autor: María Esther de Ariño | Fuente: Catholic.net



Por ahí suelen decir que "La familia nos la da Dios y los amigos los elegimos nosotros" Esa elección de personas para darles nuestro afecto y nuestra confianza son muy importantes en nuestra vida. No es fácil tener un amigo o una amiga en quién podamos confiar plenamente pero cuando gozamos de ese privilegio, bien podemos decir que poseemos unos de los más grandes y preciados tesoros. Por la clase de amigos que tenemos se nos puede clasificar sin lugar a equivocación, el refrán dice: "Dime con quién andas y te diré quién eres"

Pero no son lo mismo "nuestros amigos", que se suelen contar en número muy reducido, que nuestras amistades. Estas pueden ser muchas y muy variadas. Son personas que apreciamos sinceramente, pero a veces no van muy acorde con nuestra personalidad. Y ciertamente esas personas nunca pueden llegar a la intimidad de nuestro "yo", pero están en nuestro entorno y convivimos con ellas con gusto y con cariño. 

Entre estas amistades se dan aquellas que siempre están dispuestas a "ganarnos" , y es curioso porque les gusta ganarnos especialmente en cuanto dolor o sucedido desagradable que les podamos platicar: 

si es un dolor de cabeza... ¡ah no, dolor de cabeza como el de ellas no existe! ;
si nos hemos roto un pie... ellas los dos y además la cadera
si nos caímos y rodamos dos o tres escaleras... ellas cinco
si tenemos gripa... ¡gripa la de ellas y con tos!
si el dentista nos está arreglando una muela... a ellas le han tenido que sacar las cuatro del juicio
si en la conversación les contamos algo que nos sucedió, siempre a ellas les pasó lo mismo ¡pero mucho peor, mucho más terrible

En fin, jamás les "ganaremos" y al final nos callamos con la impresión de que lo nuestro era "tan poca cosa"... que ni valía la pena de haberlo contado. 

Otra variante de estas amistades es la que nos dejan el alma helada, como si toda la nieve del más crudo invierno nos cubriera sin piedad. Son aquellas que nos llegan con la información más negativa y desesperanzadora jamás sospechada: "el país va a la ruina, este año es el peor para la agricultura, el pescado, todo el pescado está contaminado, la carne, ya no se puede comer carne ¡a las vacas le dan clembuterol para que estén más gordas, el agua no se puede beber, los médicos, los ingenieros, los abogados, etcétera , son unos interesados, la Iglesia y sus ministros se hunden, el año y el fin del mundo..." Es inútil decirle a esas personas que la vida tiene cosas muy hermosas, que el país puede salir adelante, que hay seres humanos muy buenos, que hay que tener fe...Te mirarán con cara de conmiseración y luego al oído te dirán como en secreto: "no seas inocente, yo se de muy buena fuente que..." y otro jarro de agua fría y se irán con sus agoreras predicciones a otra parte y nosotros nos quedamos como si un huracán hubiese acabado con todas las flores de nuestro jardín...

Hay una gama infinita de estas formas de ser. Las hay que fabulan, mienten y se lo creen. Otras son de las que nada ni nadie es capaz de escapar de su crítica, para estas, no hay otros tema de conversación. Padre, madre, hermanos, la suegra, la cuñada, amigas, el vecino, (si es mujer casada, no digamos el pobre marido) nadie se salva. Critican y critican a destajo. El jefe, los compañeros de trabajo, la empresa, nada es de su gusto... el que cae en sus garras sale hecho "trizas". El ingenio se les agudiza, la lengua no para y si no encuentran eco en nosotros, pronto la conversación termina. 

La mayor de mis hijas me decía un día que hay amigas que son como el te de manzanilla y que hay otras que son como la salsa picante. Y es cierto. Todos conocemos a esas personas que al hablar con ellas son como brisa fresca, como un dulce remanso, como cálido y bonito sol de una tarde de primavera que por muchas cosas amargas o impaciencias desbordadas que les contemos, siempre ponen en nuestra alma la tranquilidad, el buen juicio, la ternura de sus palabras o consejos y nos van dejando la paz y el bienestar que deseábamos encontrar : Ellas son, como el te de manzanilla. 

Y hay otras que son algo así como un gran plato de comida irritante o picosa, tomado a la hora de cenar que nos quita el sueño, nos desazona, nos indigesta y nos quita, casi, casi, la alegría de vivir y es que sus miles de tribulaciones, sus vidas conflictivas, sus traumas, sus enojos, sus problemas de ellas contra el mundo, sus dificultades y aprietos contados todos en tropel, casi sin respirar, nos dejan exhaustos e incapaces de decir una palabra que pueda llevar un paliativo a tanta desgracia o infortunio. Por otro lado sabemos que nada ni nadie podrá aligerar ese cúmulo de sucesos en alguien que no está dispuesto a dejar es actitud de agobio y desdicha.

Quizá en mi caso pueda pertenecer a uno de esos grupos o lo más probable es que tenga de todos un poco, pero de todas maneras a las amistades hay que quererlas como son y las necesitamos, porque ponen la sal y la pimienta en nuestras vidas, porque son un tesoro que Dios ha puesto a nuestro lado para que nos ayudemos a ser mejores y estar cerca de Él. Y por nuestro lado haremos un esfuerzo para parecernos más a un te de manzanilla ... a ser benevolente (desear el bien del otro) a ser compasivo con el sufrimiento, a regalar mi tiempo, mi compañía, mis fuerzas....

Agradezcamos a Dios el tesoro de la amistad, y pensemos en Jesús, el Mejor Amigo, que nos ayude a serlo y recordemos este día lo que nos ha dicho:

"Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos" (Jn 15,13). 



Preguntas o comentarios al autor
Ma. Esther de Ariño 

Agradecimiento a María


Agradecimiento a María

Padre Tomás Rodríguez Carbajo


Todas las virtudes humanas y cristianas que aparecen en el Evangelio tienen no sólo su representación, sino su cultivo en la vida de María. La persona agradecida reconoce el beneficio recibido no como paga o recompensa, sino como gracia.

El agradecimiento se cultiva en el interior de las personas de espíritu noble, siendo al mismo tiempo personas sencillas, humildes, virtudes todas ellas que a quien las posee le dan una paz y tranquilidad grandes, y  a los que con ella conviven una gozosa felicidad.

María supo reconocer cómo su grandeza, la de ser Madre de  Jesús, el Mesías esperado, no era fruto de una conquista, o premio de un esfuerzo, sino para gratuidad por parte de Dios, por eso se lo agradece públicamente en el canto del Magníficat. Lo que María había puesto de su parte era una gran dosis de humildad, por eso Dios la eligió, porque así aparece con más resplandor la acción poderosa de Dios, ya que lo que el hombre tiene que hacer es no estorbar la acción divina y esto se consigue en las personas humildes, ellas así lo reconocen.

María no sólo supo y quiso agradecer los privilegios con que Dios la adornó, sino que también quiso agradecer lo que el Salvador venía a hacer a favor de todas las personas; reconoce el cumplimiento de sus promesas hechas durante tantos siglos, pues, conoce Ella que la fidelidad le es esencial a Dios.

De esta manera como persona redimida quiere presentarle su agradecimiento al esperado Mesías, de cuya venida Ella iba a ser la primera beneficiada con la única redención preventiva y como consecuencia quería ser la primera agradecida.


El protagonista de «Un Dios prohibido», impresionado: «Que sirva para aprender a perdonar y a amar»

Practicaba el ocultismo en su juventud: hoy lo combate como sacerdote católico

cobo Muñoz: «me ha dejado huella»

El protagonista de «Un Dios prohibido», impresionado: «Que sirva para aprender a perdonar y a amar»

Jacobo Muñoz interpreta al miliciano anarquista Eugenio Sopena. La película le ha dejado una gran huella y espera que el testimonio de los mártires pueda ayudar en la España actual, necesitada de amor y perdón.



 Desde que grabó la película Un Dios prohibido, sobre el martirio de los cincuenta y un claretianos de Barbastro en 1936, uno de los actores protagonistas, Jacobo Muñoz, no deja de preguntarse cómo es posible que se pueda perseguir hasta el martirio a las personas por causa de su fe. Sus grandes ojos azules se le iluminan todavía más cuando habla de los miles de cristianos que sufren, a día de hoy, marginación y persecución en todo el mundo

Durante los años 30 en España, más de 7.000 sacerdotes y religiosos fueron asesinados. No se conoce ni un solo caso de apostasía, ninguno renegó de su fe. La mayoría msurió perdonando. En 1992, el Beato Juan Pablo II beatificó a 51 mártires claretianos de Barbastro. Sus últimos días en vida y su martirio están narrados en la película Un Dios prohibido. El actor Jacobo Muñoz interpreta a Eugenio Sopena, líder de la CNT en Barbastro. Este miliciano abandonó su puesto de poder porque su conciencia no le permitió aprobar el fusilamiento de los padres claretianos.

- ¿Qué ha aprendido de esta película que narra unos hechos que han sucedido en 1936?

He aprendido mucho. Lamentablemente, hechos como éstos siguen ocurriendo hoy en día en muchas partes del mundo. Esta película me ha dejado tocada el alma, porque yo soy actor, he participado en una ficción..., pero hechos así siguen sucediendo aunque no salgan en los periódicos ni en los informativos de televisión. No dejo de preguntarme ¿qué más puedo hacer yo por los perseguidos? Pertenezco a la Fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada, colaboro con ella y me llegan sus informaciones de que las persecuciones siguen pasando hoy, ahora mismo, igual que en Barbastro, en muchas otras partes del mundo. Cuando rodaba la película, me imaginaba que podría haber ahora, por ejemplo, 51 cristianos nigerianos encerrados en un teatro esperando en cualquier momento su muerte.

- ¿Qué aporta una cinta con este mensaje a la sociedad española?

Espero que esta película sirva para mucho. En primer lugar, para quitar el odio. No es una película partidista en absoluto. En ella sólo se habla del perdón y del amor de Dios. Es la historia de un grupo de chavales que creen en Dios y que aman a los demás, es una historia muy sencilla, no hay nada de política. Un Dios prohibido tendría que servir ahora en España para aprender a perdonar, a amar y a construir de nuevo todos juntos. Esto es lo que nos enseñaron los mártires. Si además esta película sirviese para que se dejara de ver a la Iglesia como un enemigo..., ¡sería la bomba! Ojalá sirva para que se vea a los cristianos como amigos, que es gente que sólo vela para que tu vida vaya mejor, nada más.

- En la cinta usted encarna a Eugenio Sopena, un miliciano que abandonó Barbastro porque discrepaba de la ola radical que cada vez se imponía más, y que no quiso asesinar a los claretianos...

Él era un moderado y los moderados son los primeros que caen en una guerra; siempre ganan los radicales. En una guerra, alguien moderado es un problema, porque es la voz de tu conciencia, te dice que hay cosas mal hechas. Sopena fue un valiente. Yo tengo hacia su figura mucho respeto y aprecio y me consta que los claretianos también.

- Ahora que conoce bien la historia del martirio de los claretianos, ¿por qué destaca usted tanto que murieran perdonando?

Creo que esta película nos ha dejado huella a todos los que hemos participado: guionistas, actores... A todos les sorprendió el guión, que hubiera gente que muriera así, perdonando. Muchos actores tuvieron que trabajar a fondo su papel y meterse en la piel de los seminaristas, vivir y reproducir lo que ellos vivieron... Y lo más sorprendente fue trabajar su perdón. Lo más fuerte del martirio creo que no es la muerte, sino que se muera perdonando, sin responder y sin desafiar a quien te está apuntando y te puede dar un tiro. Los mártires dijeron: Te perdono, haz lo que tengas que hacer. 

Existe una gran, pero sutil, diferencia entre el buenismo y la santidad. Es el amor y el perdón verdadero. Hay gente que, gracias a Dios, perdona y es bueno con los demás... Que eso suceda en el momento de morir se nos escapa. Así les pasó a estos 51 claretianos e, insisto, sigue pasando ahora mismo en muchas partes del mundo: en Iraq, Nigeria o Siria, por ejemplo.

sábado, 29 de junio de 2013

San Pedro 29 de junio



Autor: . | Fuente: Corazones.org 

Pedro, Santo
Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, Junio 29


Pedro, Santo

El Príncipe de los Apóstoles

Etimológicamente significa “ piedra, roca”. Viene de la lengua hebrea.

San Pedro Apóstol -- Pedro es mencionado frecuentemente en el Nuevo Testamento -- en los Evangelios, en los Hechos de los Apóstoles, y en las Epístolas de San Pablo. Su nombre aparece 182 veces. 

Lo único que sabemos de su vida antes de su conversión es que nació en Betsaida, junto al lago de Tiberíades y se trasladó a Cafarnaum, donde junto con Juan y Santiago, los hijos del Zebedeo, se dedicaba a la pesca. Existe evidencia para suponer que Andrés (el hermano de Pedro) y posiblemente Pedro fueron seguidores de Juan el Bautista, y por lo tanto se habrían preparado para recibir al Mesías en sus corazones. 

Imaginamos a Pedro como un hombre astuto y sencillo, de gran poder para el bien, pero a veces afligido un carácter abrupto y tempestivo que habría de ser transformado por Cristo a través del sufrimiento. 

Nuestro primer encuentro con Pedro es a principios del ministerio de Jesús. Mientras Jesús caminaba por la orilla del lago de Galilea, vio a dos hermanos, Simón Pedro y Andrés, echar la red al agua. Y los llamó diciendo: << Síganme, y yo los haré pescadores de hombres.>> (Mateo 4,19). Inmediatamente abandonaron sus redes y lo siguieron. Un poco después, aprendemos que visitaron la casa en la que estaba la suegra de Pedro, sufriendo de una fiebre la cual fue curada por Jesús. Esta fue la primera curación atestiguada por Pedro, quien presenciará muchos milagros más durante los tres años de ministerio de Jesús, siempre escuchando, observando, preguntando, aprendiendo.

Profesión de fe y primado de Pedro:
Cristo resucitado es el fundamento de la Iglesia: "porque nadie puede poner otro fundamento que el que está ya puesto, que es Jesucristo" -1 Cor 3,10. Sin embargo, el mismo Jesús quiso que su Iglesia tuviese un fundamento visible que serán Pedro y sus sucesores. Jesús presenta la vocación singular de Pedro en la imagen de roca firme. Pedro= Petros= Quefá= Piedra= Roca. Es el primero que Jesús llama y lo nombra roca sobre la cual construirá su Iglesia. Pedro es el primer Papa ya que recibió la suprema potestad pontificia del mismo Jesucristo. El ministerio Petrino asegura los cimientos que garantizan la indefectibilidad de la Iglesia en el tiempo y en las tormentas. La barca del pescador de Galilea es ahora la Iglesia de Cristo. Los peces son ahora los hombres. 

Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo , hizo esta pregunta a sus discípulos: "¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?" Ellos dijeron: "Unos, que Juan el Bautista, otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas." Díceles el: "Y vosotros ¿quién decís que soy yo?" Simón Pedro contestó: Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo" Replicando Jesús dijo: "Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del Reino de los Cielos y lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos. -Mateo 16: 13-20. 

Dar las llaves significa entregar la autoridad sobre la Iglesia con el poder de gobernar, de permitir y prohibir. Pero no se trata de un gobierno como los del mundo sino en función de servicio por amor: "el mayor entre vosotros sea el último de todos y el servidor de todos" (Mt 23,11). 

Recordemos algunos de los episodios Bíblicos en los que aparece Pedro. 

Después del milagro de la multiplicación de los panes, Jesús se retiró a la soledad de un cerro a orar, mientras sus discípulos cruzaban en una barca el lago de Galilea. De improviso vieron a Jesús caminando sobre el agua y según San Mateo Jesús les dijo: <<¡Soy yo, no temáis!>>. Pedro respondió: <> Entonces Pedro empezó a caminar confiadamente pero al notar la fuerza del viento titubeó y comenzó a hundirse. Al momento, Jesús lo tomó de la mano y le dijo: <<¡Que poca fe! ¿Por qué dudaste?>> (Mateo 14, 22-31)

Pedro siempre figura entre los tres mas allegados a Jesús. Fue elegido con Santiago y Juan, para subir al monte Tabor donde ocurrió la Transfiguración. Aquí contempló la Gloria del Señor y escuchó la proclamación de Dios: <> (Mateo 17, 1-5)

Después bajaron a Jerusalén donde Jesús comenzó a preparar a sus discípulos para el fin de su ministerio en la tierra. Pedro llevó a Jesús aparte y comenzó a reprenderlo porque no quería aceptar un fin tan terrible como la cruz.

Al estar todos reunidos en la Última Cena, Pedro declaró su lealtad y devoción con estas palabras: <> E insistió: <>. Con inmensa tristeza Jesús le contestó: <> Al desenvolverse esta trágica noche se realizó esta profecía. Cuando los soldados llevaron a Jesús a los judíos, Pedro se quedó en el patio y tres veces lo acusaron de ser discípulo de Jesús. El lo negó las tres veces. En aquel mismo momento, cantó el gallo por segunda vez y Pedro empezó a llorar.

Pedro es un pecador arrepentido. Cristo lo perdona y confirma su elección. Pregunta a Pedro: "¿Me amas más que éstos?" (Jn 21,15). Pedro afirma tres veces su amor. Jesús entonces le dice "Apacienta mis ovejas". Signo de su misión como pastor universal de la Iglesia. Su ministerio se sostendrá gracias al poder de Cristo, quien ora por el. "He rogado por ti para que tu fe no desfallezca. Cuando te conviertas, confirma a tus hermanos" (Lc 22,32). Es Cristo el Buen Pastor quien confiere su poder de perdonar, consagrar, enseñar y dar testimonio. 

Pedro ejerció su primacía entre los Apóstoles con entereza y valor. El fue << La Piedra>> en la que la Iglesia fue fundada. Su capacidad de conversión quizás sea lo que hace su historia ejemplar para nosotros pecadores. Pedro cayó muy bajo en la noche que negó al Señor. Después se arrepintió y ascendió hasta llegar a obispo de Roma, mártir, y <>. 

Lo vemos a la cabeza de los Apóstoles. Fue Pedro quien tomó la iniciativa de elegir uno que tomara el lugar de Judas y quien realizó el primer milagro. Un mendigo le pidió limosna. Pedro le dijo que no tenía dinero, pero en el nombre de Jesús Nazareno le mandó levantarse y andar. El mendigo, curado de su mal hizo lo que le mandó Pedro.

La esparción del cristianismo atrajo persecuciones en las que fue martirizado San Esteban y muchos de los convertidos se esparcieron o escondieron. Los Apóstoles permanecieron firmes en Jerusalén donde los líderes judíos eran sus peores perseguidores. Pedro decidió predicar en las aldeas circundantes y cada vez mas lejos. En Samaria donde predicó y realizó milagros, Simón, un mago, le ofreció dinero para que le enseñara el secreto de sus poderes. Pedro lo reprendió fuertemente y le dijo: << Quédate con tu dinero, que te pudras con él, porque has pensado que los dones de Dios se pueden comprar.>>

Por su sinceridad, Pedro inevitablemente tuvo muchos conflictos con las autoridades judías, hasta dos veces los jefes de los sacerdotes lo mandaron arrestar. Nos dice la Escritura que fue milagrosamente desencadenado y librado de la prisión e impresionó a los demás Apóstoles al llegar repentinamente donde ellos moraban. Pedro después predicó en los puertos marítimos de Joppa y Lydda, donde conoció hombres de diferentes razas y en Cesarea donde se convirtió el primer gentil, Cornelio.

Fue obispo de Antioquía y después pasó a ser obispo de Roma donde fue martirizado durante el reinado de Nerón alrededor del año 67, el mismo año que San Pablo. Así lo estiman tres Padres de la Iglesia: San Ireneo, San Clemente de Alejandría y Tertuliano. Fue sepultado en lo que hoy es el Vaticano donde aun se encuentran su restos bajo el altar mayor de la basílica de San Pedro. Esto ha sido comprobado en los encuentros arqueológicos y anunciado por Pío XII al concluir el año santo de 1950. 

Martirio de San Pedro

San Pedro murió crucificado. El no se consideraba digno de morir en la forma de su Señor y por eso lo crucificaron con la cabeza hacia abajo. El lugar exacto de su crucifixión fue guardado por la tradición. Muy cerca del circo de Nerón, los cristianos enterraron a San Pedro.

Las palabras de Jesús se cumplen textualmente. 

"Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella".
Mateo 16:18

Hay testimonios arqueológicos de la necrópolis con la tumba de San Pedro, directamente bajo el altar mayor. Esta ha sido venerada desde el siglo II. Un edículo de 160 d.C. en el cual puede leerse en griego "Pedro está aquí". 

Recordemos algunos de los episodios Bíblicos en los que aparece Pedro.

Después del milagro de la multiplicación de los panes, Jesús se retiró a la soledad de un cerro a orar, mientras sus discípulos cruzaban en una barca el lago de Galilea. De improviso vieron a Jesús caminando sobre el agua y según San Mateo Jesús les dijo: ¡Soy yo, no temáis!. Pedro respondió: Señor, si eres tú, ordena que yo vaya hasta ti sobre el agua. Entonces Pedro empezó a caminar confiadamente pero al notar la fuerza del viento titubeó y comenzó a hundirse. Al momento, Jesús lo tomó de la mano y le dijo: ¡Que poca fe! ¿Por qué dudaste? (Mateo 14, 22-31)

Pedro siempre figura entre los tres mas allegados a Jesús. Fue elegido con Santiago y Juan, para subir al monte Tabor donde ocurrió la Transfiguración. Aquí contempló la Gloria del Señor y escuchó la proclamación de Dios: Este es mi Hijo amado, en quien me complazco, escuchadle. (Mateo 17, 1-5)

Después bajaron a Jerusalén donde Jesús comenzó a preparar a sus discípulos para el fin de su ministerio en la tierra. Pedro llevó a Jesús aparte y comenzó a reprenderlo porque no quería aceptar un fin tan terrible como la cruz.

Al estar todos reunidos en la Última Cena, Pedro declaró su lealtad y devoción con estas palabras: Aunque todos pierdan su confianza, yo no. E insistió: Me quedaré contigo aunque tenga que dar la vida.. Con inmensa tristeza Jesús le contestó: Te aseguro que esta misma noche, antes que cante el gallo por segunda vez, me negarás tres veces. Al desenvolverse esta trágica noche se realizó esta profecía. Cuando los soldados llevaron a Jesús a los judíos, Pedro se quedó en el patio y tres veces lo acusaron de ser discípulo de Jesús. El lo negó las tres veces. En aquel mismo momento, cantó el gallo por segunda vez y Pedro empezó a llorar.

Pedro es un pecador arrepentido. Cristo lo perdona y confirma su elección. Pregunta a Pedro: "¿Me amas más que éstos?" (Jn 21,15). Pedro afirma tres veces su amor. Jesús entonces le dice "Apacienta mis ovejas". Signo de su misión como pastor universal de la Iglesia. Su ministerio se sostendrá gracias al poder de Cristo, quien ora por el. "He rogado por ti para que tu fe no desfallezca. Cuando te conviertas, confirma a tus hermanos" (Lc 22,32). Es Cristo el Buen Pastor quien confiere su poder de perdonar, consagrar, enseñar y dar testimonio.

Pedro ejerció su primacía entre los Apóstoles con entereza y valor. El fue La Piedra en la que la Iglesia fue fundada. Su capacidad de conversión quizás sea lo que hace su historia ejemplar para nosotros pecadores. Pedro cayó muy bajo en la noche que negó al Señor. Después se arrepintió y ascendió hasta llegar a obispo de Roma, mártir, y guardián de las llaves del reino de los cielos..

Lo vemos a la cabeza de los Apóstoles. Fue Pedro quien tomó la iniciativa de elegir uno que tomara el lugar de Judas y quien realizó el primer milagro. Un mendigo le pidió limosna. Pedro le dijo que no tenía dinero, pero en el nombre de Jesús Nazareno le mandó levantarse y andar. El mendigo, curado de su mal hizo lo que le mandó Pedro.

La esparción del cristianismo atrajo persecuciones en las que fue martirizado San Esteban y muchos de los convertidos se esparcieron o escondieron. Los Apóstoles permanecieron firmes en Jerusalén donde los líderes judíos eran sus peores perseguidores. Pedro decidió predicar en las aldeas circundantes y cada vez mas lejos. En Samaria donde predicó y realizó milagros, Simón, un mago, le ofreció dinero para que le enseñara el secreto de sus poderes. Pedro lo reprendió fuertemente y le dijo: Quédate con tu dinero, que te pudras con él, porque has pensado que los dones de Dios se pueden comprar.

Por su sinceridad, Pedro inevitablemente tuvo muchos conflictos con las autoridades judías, hasta dos veces los jefes de los sacerdotes lo mandaron arrestar. Nos dice la Escritura que fue milagrosamente desencadenado y librado de la prisión e impresionó a los demás Apóstoles al llegar repentinamente donde ellos moraban. Pedro después predicó en los puertos marítimos de Joppa y Lydda, donde conoció hombres de diferentes razas y en Cesarea donde se convirtió el primer gentil, Cornelio.


¡Felicidades a quienes lleven este nombre!

«Sobreviví al aborto que mató a mi gemelo: ojalá pudiera decirle a mi abortista que está perdonado»

«Sobreviví al aborto que mató a mi gemelo: ojalá pudiera decirle a mi abortista que está perdonado»



Claire Culwell reza por los médicos abortistas

«Sobreviví al aborto que mató a mi gemelo: ojalá pudiera decirle a mi abortista que está perdonado»



Claire Culwell reza por todos los médicos abortistas a pesar de que uno de ellos intentó quitarle la vida. Recuerda que Cristo murió por los pecadores y por ello pide por la conversión de tantos médicos que acaban con la vida de inocentes.




“Kermit Gosnell fue condenado por homicidio y recibió cadena perpetua por el homicidio de tres bebés que nacieron vivos en su clínica sumado al homicidio culposo por la sobredosis de una mujer a la que se le realizaba un aborto de un embarazo avanzado”.

Estas palabras no dejan de resonar en mis oídos. Muchos han vinculado la práctica de Gosnell con la “repercusión de George Tiller”. Tiller era un abortista de embarazos avanzados en Kansas que cambió el aborto en nuestro país. Realizó abortos, específicamente abortos de embarazos avanzados, horripilantes pero de fácil acceso, en cierto modo económicos y ¡ni de lejos tan mal vistos en nuestro país hoy día!

"Mi madre estaba embarazada de cinco meses"
Para los que no conocen mi historia, sobreviví a un aborto de un embarazo avanzado. Mi madre biológica de trece años de edad abortó cuando estaba embarazada de mi gemelo y de mí en el quinto mes de su embarazo. El aborto fue logrado para mi gemelo pero no para mí. Cuando mi madre biológica regresó a la clínica de abortos aún embarazada, la clínica a la que había ido inicialmente la derivó a una “clínica de abortos de embarazos avanzados en Kansas”.

Debido a que el aborto fue realizado en 1988, podemos asumir que la clínica de abortos a la que fue a abortar por segunda vez era la clínica para embarazos avanzados de Tiller.

Después de examinar el estado de mi madre biológica, el abortista no pudo realizar el segundo aborto porque los riesgos eran potencialmente fatales.

Si mi madre biológica hubiera estado embarazada en la actualidad, seguramente habría encontrado a alguien similar a Gosnell, que imitaba las prácticas de Tiller, para “finalizar el trabajo”. Seguramente yo no estaría aquí y tampoco mi hermosa hija de tres meses de edad y posiblemente ni siquiera mi madre biológica.

"Cristo murió por los pecadores"
La semana pasada yo estaba estudiando Romanos con mi papá mientras se preparaba para un viaje de misión. Uno de los versos decía: “Cristo murió por los pecadores”. Eso significa yo. Eso significa tú. Y me impresionó…¡eso significa Tiller y Gosnell!

Siempre quise ir a conocer al hombre o mujer que realizó el aborto a mi madre biológica, la persona que quitó la vida a mi gemelo. Quiero decirle a esa persona que está perdonada… no solo por mí sino por un Dios que murió para salvarla. Quiero mostrarle fotos de mi infancia y de mi hija… las increíbles partes de mi vida que no hubieran sucedido si el aborto hubiera sido seguro y exitoso. Quiero contarle sobre mi madre biológica; una mujer hermosa a quien se le robó su infancia a los 13 años a causa del aborto. ¡Quiero contarle acerca de las alegrías de la vida, del amor y de la felicidad que existen para su vida también!

Rezar para tengan lo que no merecen
No tendré esta oportunidad con Tiller pero aún hay muchos médicos que copian las prácticas abortistas de Tiller. Estos son los médicos por los que rezo. Estos son los médicos por los que tendré perdón y estos son los médicos que espero que un día tengan alegría, amor, una convicción de proteger toda vida, y acepten el perdón de El Señor.

Únanse a mí en oración. En lugar de orar por ellos para que tengan lo que “merecen”, recen para que Kermit Gosnell y otros tengan lo que no merecen. Después de todo, hemos recibido el don máximo que no merecemos; la libertad y el perdón en Cristo.

El tratado sobre la oración de Ortega Lara: cómo le mantuvo vivo antes y después del secuestro





Sus luchas, sus miedos, sus victorias...

El tratado sobre la oración de Ortega Lara: cómo le mantuvo vivo antes y después del secuestro



José Antonio Ortega Lara estuvo secuestrado por ETA 532 días. Rezaba cada día hasta 9 rosarios. Nunca perdió la fe. Ahora habla sobre la importancia de la oración.



José Antonio Ortega Lara se convirtió con su ejemplo en una de las personas referentes y a seguir por la sociedad española. Su historia, marcada por el azote del terrorismo, no se ha dejado marcar por ETA sino que recobró su vida con normalidad. Y en todo esto tuvo que ver mucho la fe y sobre todo la oración. La propia y la ajena.

El que fuera funcionario de prisiones vivió una de las peores experiencias imaginables al estar secuestrado en un diminuto zulo durante 532 días. Sin ventilación y en condiciones infrahumanas. Pero ni aún así pudieron con él. En su rutina del día a día tenía a Dios en un lugar principal, sabiendo que era el pilar en el que debía apoyarse para no sucumbir durante el cautiverio. Poco después  de su liberación afirmaba que durante el secuestro “procuraba hacer ejercicio todos los días, leer y rezar, rezaba hasta nueve rosarios al día”.

La oración en conventos de clausura
Han pasado casi 16 años desde su liberación y es gracias a la fe inquebrantable por lo que ha podido recuperar totalmente su vida. Incluso en 2002 adoptó junto con su una niña. Pero la familia también tuvo mucho que ver. La cuñada de Ortega Lara es religiosa de clausura en Madrid, desde donde movilizó un ejercito que mantuviera en vilo mediante la oración a su cuñado. Y bien que lo consiguió. Tras la liberación esta monja afirmaba que “estoy verdaderamente admirada con mi familia, porque nunca les he oído maldecir, ni insultar a los secuestradores, ni palabras de rencor. La fe, el amor y la unión de todos se la debemos a mis padres”.

Sin embargo, es ahora cuando queriendo o sin querer José Antonio Ortega Lara ha escrito una especie de tratado sobre la oración. Una explicación sobre su relación con Dios, también en los momentos más duros donde le costaba verle y sentirle. Basa  todo en su experiencia personal tanto durante como después del secuestro y en él confirma que sea cual sea la circunstancia Dios siempre acontece y si no le vemos es porque somos nosotros los que nos hemos alejado de él.

La encíclica de Benedicto XVI
Su experiencia sobre la oración parte de un pasaje de la encíclica de Benedicto XVI Spe Salvi y que se recoge en un libro sobre el Papa emérito. Dice así: “Cuando ya nadie me escucha, Dios todavía me escucha. Cuando ya no puedo hablar con ninguno, ni invocar a nadie, siempre puedo hablar con Dios. Si ya no hay nadie que pueda ayudarme –cuando se trata de una necesidad o de una expectativa que supera la capacidad humana de esperar- Él puede ayudarme. Si me veo relegado a la extrema soledad (…) el que reza nunca está totalmente solo”.

Ortega Lara ha experimentado en sí mismo esta parte de la encíclica y tiene una experiencia total de que a pesar de su duro cautiverio en un zulo sin luz “nunca estuvo totalmente solo”.

De este modo, cuenta que “a pesar de haber nacido en una familia de creyentes y de haber recibido una educación religiosa también yo me convertí en un cristiano formal y no de fondo”. “¡Qué fácil me resultaba ser cristiano en un ambiente favorable, donde no había otra exigencia que la que tú mismo quisieras imponerte! Pero la vida no siempre es benevolente y cómoda, a veces te conduce por caminos tormentosos y llenos de dificultades que nunca habías pensado transitar”.

El secuestro que cambió su vida
¿Y qué le ocurrió a él? “Esto es lo que me sucedió a mí, en la experiencia de mi secuestro, y lo que definitivamente cambió mi existencia y mi percepción de la vida en este mundo”, cuenta Ortega Lara. Fue precisamente esta oración la que le mantuvo con vida pues se hizo tan importante como el comer cada día.

En este sentido, el que fuera funcionario de prisiones y concejal agrega que “cuando rezo, me siento conectado; creo que Dios me escucha y, de paso, ahuyento la soledad y el abandono que a veces experimenta mi alma”.

La oración, como arma
Es precisamente en esos momentos cuando “aflora con fuerza la presencia de Dios, que yacía latente pero olvidada en el fondo de nuestro corazón, bien porque la considerábamos innecesaria,  bien porque el ritmo de vida nos impedía centrarnos en lo verdaderamente importante”.

Entonces, ¿para qué sirve la oración? Ortega Lara lo dice claramente y no le importa nadar contracorriente: “puede que rezar no esté de moda, pero a mí me ha servido y me sirve como remedio para serenar mi alma en situaciones de tribulación, y me aporta seguridad cuando debo tomar decisiones importantes”.

En su disertación sobre la oración, continúa diciendo que “ayuda en los momentos dulces de la vida, pero cuando adquiere realmente un valor especial es en situaciones difíciles o de desesperación personal. Comienzas rezando en búsqueda del remedio a tus desgracias para después continuar haciéndolo por otras personas que consideras lo necesitan más que tú”.

Ofrecer los sufrimientos
El sentido de la oración comprende que es salvífico y universal, no pertenece a uno mismo. “Acabas por entender que tus oraciones, e incluso tus sufrimientos, pueden serle de gran utilidad a otras personas, a quienes deseas que nunca tengan que padecer lo que tú has sufrido”, confiesa.

Aún así, Ortega Lara no tiene problemas en reconocer que su relación con Dios no tiene por qué ser tranquila pues también le grita para encontrar una respuesta. “La oración en este contexto se transforma en una comunicación no siempre serena, o al menos eso me sucedió a mí. A veces surge como la cascada de un torrente llena de reproches hacia Dios porque consideras que no te escucha o que, si lo hace, no se apiada de tus súplicas. ‘Dios mío, Dios mío, ¿por qué?’. Te das cuenta después de tu error, te disculpas y procuras de nuevo establecer la serenidad en tu alma, tan atormentada por las tribulaciones y las dudas”.

Esta es precisamente la fuerte experiencia que vivió durante su secuestro. Pese  a todo, cada día era distinto al anterior y por ello también evolucionaba su trato con Dios a  través de la oración. “Se convierte en un camino de ida y vuelta, con altibajos, con sentimientos contradictorios, pero que siempre acaban llevándote a la misma conclusión: a pesar de las dificultades, no quieres romper esa comunicación directa que te hace sentir vivo y deseas conservar esa amistad que te une a Dios en una relación recíprocamente sincera, aunque en sus comienzos fueses precisamente tú quien buscaba un interés personal en ella”.

La evolución de la oración
Esta experiencia va transformando poco a poco y finalmente Ortega Lara confiesa que “la oración va evolucionando; se vuelve más dinámica y fluida, desinteresada, se va despojando de trabas y reproches, y te hace sentir libre para decirle a la otra parte lo que sientes o piensas con absoluta sinceridad y sin contrapartidas”.

¿Dónde te lleva todo esto? “La oración no es ya una prueba de sumisión a Dios, sino que es una expresión de libertad que surge de lo más profundo de tu alma”. Además, añade que “rezas de corazón, y el alma se va liberando poco a poco de la desesperación que la aterroriza y que te hace sentir despreciado, abandonado y desahuciado. Incluso cuando ya has perdido la esperanza de retomar el tren de tu vida anterior, sientes que Dios está a tu lado como un amigo que comparte contigo tu desdicha, observa en silencio, reza contigo y no hurga en tu herida”.

“Mi fe en Dios permaneció viva entonces, durante mi secuestro, y lo sigue estando ahora; no se resquebrajó a pesar de la dura experiencia vivida, sino que pienso que salió fortalecida, Confiaba y confío en Dios”, afirma para concluir que “sé que nunca me abandonará y eso me reconforta y me ayuda a seguir viviendo”.

San Pedro y San Pablo, Apóstoles. Junio 29



San Pedro y San Pablo, Apóstoles.
Junio 29

SAN PEDRO y SAN PABLO son los dos pilares que sostienen a toda la construcción del cristianismo. A ellos se debe en primer término que la doctrina de Jesús se haya extendido alrededor del planeta.

Ambos anunciaron el Evangelio en la fe y el amor a Jesucristo, y ambos murieron martirizados durante el reinado del emperador Nerón.

SAN PEDRO (¿?-67), llamado originalmente Simón Bar Jona, nació en Bethsaida, Galilea, al norte del actual estado de Israel.

Pescador de oficio, fue uno de los discípulos de Jesús, quien lo eligió como base del edificio de Su Iglesia, otorgándole de manera simbólica la llave que abre la puerta del Reino de los Cielos.

En San Pedro, como primer Papa de la cristiandad, y en todos sus sucesores, recayó el peso de mantener la unidad de la Iglesia en la comunión de la fe y la caridad.

Su labor parecía imposible, pues la religión de los romanos estaba compuesta por dioses propios y por deidades de las que se apropiaban en conquistas, y en general la idea de un Cristo Redentor era completamente ajena a sus creencias. Sin embargo, la labor de San Pedro fructificó y ha perdurado dos mil años.

Luego de la muerte de Jesús, San Pedro viajó a Roma, capital del Imperio, para predicar y establecer ahí la sede de la Iglesia de Jesucristo. Cuando lo capturaron, San Pedro pidió que lo crucificaran de cabeza.

SAN PABLO (¿7?-¿67?) nació en Tarso, en la actual Turquía, en una familia de judíos pudientes que también eran ciudadanos romanos; al mismo tiempo, el entorno cultural en el que creció era griego.

Paulo, que es la forma romana de decir su nombre hebreo, Saulo, al igual que su padre aprendió el oficio de tejedor de tapetes, y también perteneció a los fariseos, o teólogos judíos.

Para proseguir sus estudios teológicos, Saulo viajó a Jerusalén, donde se le enseñó que había surgido una secta peligrosa que amenazaba al judaísmo, y por ese convencimiento se prestó a perseguir a los primeros cristianos.

Como cuentan los Hechos de los Apóstoles, una especie de rayo fulminó a San Pablo derribándolo, y en medio de un resplandor muy intenso el propio Jesús se le apareció, cuestionándole su actitud.

Esta experiencia lo hizo cambiar radicalmente. En Damasco recibió el bautismo, y se convirtió en el mayor predicador que haya tenido la fe cristiana. San Pablo fue el “Apóstol de los Gentiles”. Sus Epístolas y el resto de sus escritos fueron fundamentales para que el cristianismo se extendiera por todo el Mediterráneo.

El apóstol San Pablo murió decapitado, ya que como ciudadano romano gozaba de esa gracia que lo eximía de la crucifixión.

SAN PEDRO y SAN PABLO nos enseñan a recibir a Jesús en nuestros corazones

Santo Evangelio 29 de Junio de 2013



Autor: Buenaventura Acero | Fuente: Catholic.net
A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos
Mateo 16, 13-19. Solemnidad de San Pedro y San Pablo. Ellos encontraron la fuerza para llevar a término su misión en la tierra.


Del santo Evangelio según san Mateo 16, 13-19 


Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?» Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas». Díceles él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos». 

Oración introductoria 

Cristo, san Pedro y san Pablo, y muchos otros, dieron su vida porque creían en el amor, en la locura de tu amor que te llevó al extremo de morir en la cruz. Dame la gracia de comprender, en esta oración, que debo buscar vivir, transmitir y ser testigo de ese amor. 

Petición 

Dios mío, que este tiempo de oración sea una expresión de mi amor. 

Meditación del Papa 

Pedro responde: "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo". Acto seguido, Jesús pronuncia la declaración solemne que define, de una vez por todas, el papel de Pedro en la Iglesia: "Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia (...). A ti te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos". Las tres metáforas que utiliza Jesús son en sí muy claras: Pedro será el cimiento de roca sobre el que se apoyará el edificio de la Iglesia; tendrá las llaves del reino de los cielos para abrir y cerrar a quien le parezca oportuno; por último, podrá atar o desatar, es decir, podrá decidir o prohibir lo que considere necesario para la vida de la Iglesia, que es y sigue siendo de Cristo. Siempre es la Iglesia de Cristo y no de Pedro. Así queda descrito con imágenes muy plásticas lo que la reflexión sucesiva calificará con el término: "primado de jurisdicción". Benedicto XVI, 7 de junio de 2006. 

Reflexión 

Cristo pregunta a sus apóstoles: ¿quién dice la gente que soy yo? Pone esta pregunta sólo después de haber llevado a término su misión de enseñar lo que el Padre le ha dicho. Podría decirse que el caso ya está expuesto y ahora llega el momento de pronunciar el juicio. Sin embargo, la gente que ha visto y oído todas las pruebas necesarias para reconocerlo como Mesías, no termina por comprender sus signos. Es como si un velo cubriera sus ojos y les impidiese dar una respuesta segura y convincente: "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo." 

Para Pedro, al igual que para Pablo tiempo después, Cristo fue un auténtico enigma difícil de descifrar. Por ejemplo, ¿qué pensaría Pedro al ver a su maestro caminando sobre las aguas? O ¿cuáles sentimientos fluirían es su corazón cuando escucha de Cristo "sobre ti edificaré mi Iglesia" y más tarde le dice "apártate de mí Satanás." 

Este misterio sobre Cristo lo comprenderíamos mejor con los ojos de la fe que nos da el Padre. Mientras la fe no sea le oxígeno de nuestra vida, no seremos capaces de reconocer a Cristo como el Mesías. Por esto Cristo le dice a Pedro "dichoso Tú, Pedro, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre sino mi Padre que está en el cielo." 

El don de la fe se lo dona el Padre a Pedro no por mérito de Pedro ni por sus cualidades personales -era pescador- sino por su propia bondad Dios. Es el don más precioso, el de reconocer a Dios como Mesías, como la auténtica luz que guiará nuestros pasos hacia la felicidad eterna. Y gracias a la fe Pedro y Pablo encontraron la fuerza para llevar a término su misión en la tierra. 

Propósito 

Haré una oración especial por el Papa Francisco, pidiendo a Dios lo ilumine y lo fortalezca en su misión. 

Diálogo con Cristo 

Señor, siendo fiel a la Iglesia, estoy seguro que te soy fiel. Estar en comunión con el Papa es estar en comunión contigo. Por eso hoy te quiero confirmar mi amor y mi deseo de caminar siempre al paso de la Iglesia, sin poner límites a mi servicio ni a mi amor. 

Oración al Corazón Divino de Jesús por un enfermo


Oración al Corazón Divino de Jesús por un enfermo


Dulcísimo Jesús, que dijisteis: 

"Yo soy la Resurrección y la Vida", que recibiendo y llevando en Vos nuestras enfermedades, curabas las dolencias de cuantos se te acercaban; 

a Ti acudo para implorar de tu Divino Corazón a favor de los enfermos, suplicándote por intercesión de tu Santísima Madre, la bienaventurada siempre Virgen María, salud de los enfermos, quieras aliviar y sanar en la presente enfermedad a tu siervo....., si es conveniente para su bien espiritual y el de mi alma.


Señor Jesús, que al funcionario real que te decía: "Venid, Señor, antes que mi hijo muera", le respondisteis: "Vete, tu hijo vive". 

Sanalo, Señor.

Señor Jesús, que al ciego de Jericó, que sentado junto al camino te decía en alta voz: "Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí", le respondiste: "Recupera tu vista, tu fe te ha salvado", y al momento vio. 

Sanalo, Señor.

Señor Jesús, que diciendo : "Quiero, sé limpio", limpiaste al leproso, que te decía suplicante: "Señor, si quieres puedes limpiarme". 

Sanalo, Señor.

Señor Jesús, que librasteis al mudo poseído del demonio, hablando luego con admiración a las turbas el que antes era mudo. 

Sanalo, Señor.

Señor Jesús, que sanaste al enfermo que llevaba treinta y ocho años de su enfermedad, junto a la piscina de las ovejas, diciéndole: "Levántate, toma tu camilla y anda" y anduvo. Sanalo, Señor.

Señor Jesús, que delante del hijo muerto de la viuda de Naím, enternecido, dijiste a la madre: "No llores"; y tocando el féretro, añadiste: "Joven, a ti te digo, levántate"; entregándolo luego vivo a su madre.

Sanalo, Señor.

Señor Jesús, que dijisteis: "Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados". Sanalo, Señor.
Señor Jesús, que dijisteis: "En verdad, en verdad te digo, que todo cuanto pidieras al Padre, en mi Nombre, os lo dará". 

Sanalo, Señor.

Omnipotente y sempiterno Dios, eterna salud de los que creen, escúchanos en bien de tus siervos enfermos, por quienes imploramos el auxilio de tu Misericordia; a fin de que recobrada la salud, te den en tu Iglesia ferviente acción de gracias. Por Cristo Nuestro Señor. Así sea.



viernes, 28 de junio de 2013

Santo Evangelio 28 de junio de 2013



Día litúrgico: Viernes XII del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mt 8,1-4): En aquel tiempo, cuando Jesús bajó del monte, fue siguiéndole una gran muchedumbre. En esto, un leproso se acercó y se postró ante Él, diciendo: «Señor, si quieres puedes limpiarme». Él extendió la mano, le tocó y dijo: «Quiero, queda limpio». Y al instante quedó limpio de su lepra. Y Jesús le dice: «Mira, no se lo digas a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que prescribió Moisés, para que les sirva de testimonio».



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Comentario: Rev. D. Xavier ROMERO i Galdeano (Cervera, Lleida, España)

Señor, si quieres puedes limpiarme


Hoy, el Evangelio nos muestra un leproso, lleno de dolor y consciente de su enfermedad, que acude a Jesús pidiéndole: «Señor, si quieres puedes limpiarme» (Mt 8,2). También nosotros, al ver tan cerca al Señor y tan lejos nuestra cabeza, nuestro corazón y nuestras manos de su proyecto de salvación, tendríamos que sentirnos ávidos y capaces de formular la misma expresión del leproso: «Señor, si quieres puedes limpiarme» (Mt 8,2).

Ahora bien, se impone una pregunta: Una sociedad que no tiene conciencia de pecado, ¿puede pedir perdón al Señor? ¿Puede pedirle purificación alguna? Todos conocemos mucha gente que sufre y cuyo corazón está herido, pero su drama es que no siempre es consciente de su situación personal. A pesar de todo, Jesús continúa pasando a nuestro lado, día tras día (cf. Mt 28,20), y espera la misma petición: «Señor, si quieres...» (cf. Mt 8,2). No obstante, también nosotros debemos colaborar. San Agustín nos lo recuerda en su clásica sentencia: «Aquél que te creó sin ti, no te salvará sin ti». Es necesario, pues, que seamos capaces de pedir al Señor que nos ayude, que queramos cambiar con su ayuda.

Alguien se preguntará: ¿por qué es tan importante darse cuenta, convertirse y desear cambiar? Sencillamente porque, de lo contrario, seguiríamos sin poder dar una respuesta afirmativa a la pregunta anterior, en la que decíamos que una sociedad sin conciencia de pecado difícilmente sentirá deseos o necesidad de buscar al Señor para formular su petición de ayuda.

Por eso, cuando llega el momento del arrepentimiento, el momento de la confesión sacramental, es preciso deshacerse del pasado, de las lacras que infectan nuestro cuerpo y nuestra alma. No lo dudemos: pedir perdón es un gran momento de iniciación cristiana, porque es el momento en que se nos cae la venda de los ojos. ¿Y si alguien se da cuenta de su situación y no quiere convertirse? Dice un refrán popular: «No hay peor ciego que el que no quiere ver».

Ante la presencia de Jesús ...un consolador recuerdo




Ante la presencia de Jesús ...un consolador recuerdo

Prisionero tras la puerta de madera, me parece que oigo latir tu corazón y adivino el mirar de tus ojos en la espera. 
Autor: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net

Estoy aquí , Señor, vengo envuelta entre el tráfico, arrastrada en el vendaval del agitado mundo, de sus prisas, de sus noticias, que muchas veces dan escalofrío,... de música que no tiene armonía y melodía sino que ruidos estridentes y discordantes... de caras crispadas por gran impaciencia...

Las personas en medio de este mundo caótico se sienten solas y esa soledad abraza su espíritu con un abrazo de ahogo y tristeza infinita.

Así me sentía yo... y hoy vengo ante ti, mi amado Jesús, y el recuerdo, aunque lejano de un tiempo pasado, de una tarde como esta ante tu Presencia en el Sacramento de la Eucaristía, buscando lo que solo Tu podías entender, mis dolores, mis agobios... voy recordando:

La puerta de la pequeña Iglesia, de un pueblecito más pequeño aún, perdido en la serranía, dio un lastimero crujido cuando la empujé... la nave, humilde y sencilla, silenciosa y vacía...Tenía una luz que se filtraba atravesando unos ventanales en forma de arcos que le daban claridad a la semipenumbra del recinto, pero... ahí estabas Tu, al frente, ahí donde brillaba una lucecita roja que parpadeaba como si fuese la señal del latir de tu Corazón.

Despacio llegué hasta Ti...me puse de rodillas y suavemente fue brotando este pequeño verso ante aquel Sagrario, que ya nunca olvidaré...

Jesús : Ya no me importa la soledad,
ni el sufrimiento ya me acobarda...
Tu me enseñaste que es estar solo....
¡que es entregarse con toda el alma!

¿Cómo podré correr ansiosamente tras el lujo, la vida loca y vana,
si aprendí la mejor lección del mundo, en esta Iglesia, tan pequeña y olvidada?

¡Tu Rey de reyes, Tu que todo lo hiciste de la nada!
¡Encerrado en un Sagrario de madera
sin pulir, sin pintar....!
y sobre el altar, cuatro flores empolvadas!

¡Tu que Todo lo eres, te perdiste en la Nada...!.
¡Qué infinita humildad!.
Prisionero tras la puerta de madera, me parece que oigo latir tu corazón
y adivino el mirar de tus ojos en la espera ... 

Han de ser tan dulces, tan sinceros....
han de ser tus ojos, Jesús mío, 
la apoteosis de la luz y la belleza.

De tal modo se hirió mi corazón, 
ante tanta grandeza y humildad, 
que ahora vivo prisionera del recuerdo, 
y ese recuerdo Divino es como un faro bendito, que alumbra mi oscuridad....


Este mi pequeño verso es mi mejor reflexión para adorarte y bendecirte, mi amado Jesús Sacramentado.

San Irineo de Lyon, Obispo y escritor, Padre de la Iglesia, 28 de junio


 
San Irineo de Lyon, Obispo y escritor, Padre de la Iglesia, Obispo de Lyon
Junio 28

Nacido cerca del año 130 
Obispo de Lyon (hoy día ciudad del sur de Francia)
Ireneo significa: amigo de la paz. (Irene - paz).
San Ireneo, educado en Esmirna; fue discípulo de la San Policarpo, obispo de aquella ciudad, quién a su vez fue discípulo del Apóstol San Juan. En el año 177 era presbítero en Lyon (Francia), y poco después ocupó la sede episcopal de dicha ciudad. 

Las obras literarias de San Ireneo le han valido la dignidad de figurar prominentemente entre los Padres de la Iglesia, ya que sus escritos no sólo sirvieron para poner los cimientos de la teología cristiana, sino también para exponer y refutar los errores de los gnósticos y salvar así a la fe católica del grave peligro que corrió de contaminarse y corromperse por las insidiosas doctrinas de aquellos herejes. 

Recibió la palma del martirio, según se cuenta, alrededor del año 200.

Infancia y Estudios

Nada se sabe sobre su familia. Probablemente nació alrededor del año 125, en alguna de aquellas provincias marítimas del Asia Menor, donde todavía se conservaba con cariño el recuerdo de los Apóstoles entre los numerosos cristianos. Sin duda que recibió una educación muy esmerada y liberal, ya que sumaba a sus profundos conocimientos de las Sagradas Escrituras, una completa familiaridad con la literatura y la filosofía de los griegos. Tuvo además, el inestimable privilegio de sentarse entre algunos de los hombres que habían conocido a los Apóstoles y a sus primeros discípulos, para escuchar sus pláticas. Entre éstos, figuraba San Policarpo, quien ejerció una gran influencia en la vida de Ireneo. Por cierto, que fue tan profunda la impresión que en éste produjo el santo obispo de Esmirna que, muchos años después, como confesaba a un amigo, podía describir con lujo de detalles, el aspecto de San Policarpio, las inflexiones de su voz y cada una de las palabras que pronunciaba para relatar sus entrevistas con San Juan, el Evangelista, y otros que conocieron al Señor, o para exponer la doctrina que habían aprendido de ellos. San Gregorio de Tours afirma que fue San Policarpio quien envió a Ireneo como misionero a las Galias, pero no hay pruebas para sostener esa afirmación. Sacerdocio

Desde tiempos muy remotos, existían las relaciones comerciales entre los puertos del Asia Menor y el de Marsella y, en el siglo segundo de nuestra era, los traficantes levantinos transportaban regularmente las mercancías por el Ródano arriba, hasta la ciudad de Lyon que, en consecuencia, se convirtió en el principal mercado de Europa occidental y en la villa más populosa de las Galias. Junto con los mercaderes asiáticos, muchos de los cuales se establecieron en Lyon, venían sus sacerdotes y misioneros que portaron la palabra del Evangelio a los galos paganos y fundaron una vigorosa iglesia local. A aquella iglesia llegó San Ireneo para servirla como sacerdote, bajo la jurisdicción de su primer obispo, San Potino, que también era oriental, y ahí se quedó hasta su muerte. La buena opinión que tenían sobre él sus hermanos en religión, se puso en evidencia el año de 177, cuando sé le despachó a Roma con una delicadísima misión. Fue después del estallido de la terrible persecución de Marco Aurelio, al tratar a San Potino, el 2 de junio, cuando ya muchos de los jefes del cristianismo en Lyon, se hallaban prisioneros. Su cautiverio, por otra parte, no les impidió mantener su interés por los fieles cristianos del Asia Menor. Conscientes de la simpatía y la admiración que despertaba entre la cristiandad su situación de confesores en inminente peligro de muerte, enviaron al Papa San Eleuterio, por conducto de Ireneo, "la más piadosa y ortodoxa de las cartas", con una apelación al Pontífice, en nombre de la unidad y de la paz de la Iglesia, para que tratase con suavidad a los hermanos montanistas de Frigia. Asimismo, recomendaban al portador de la misiva, como a un sacerdote "animado por un celo vehemente para dar testimonio de Cristo" y un amante de la paz, como lo indicaba su nombre.Obispado

El cumplimiento de aquel encargo que lo ausentaba de Lyon, explica por qué Ireneo no fue llamado a compartir el martirio de San Potino y sus compañeros. No sabemos cuánto tiempo permaneció en Roma, pero tan pronto como regresó a Lyon, ocupó la sede episcopal que había dejado vacante San Potino. Ya por entonces había terminado la persecución y los veinte o más años de su episcopado fueron de relativa paz. Las informaciones sobre sus actividades son escasas, pero es evidente que, además de sus deberes puramente pastorales, trabajó intensamente en la evangelización de su comarca y las adyacentes. Al parecer, fue él quien envió a los Santos Félix, Fortunato y Aquileo, como misioneros a Valence, y a los Santos Ferrucio y Ferreolo, a Besancon, Para indicar hasta qué punto se había identificado con su rebaño, basta con decir que hablaba corrientemente el celta en vez del griego, que era su lengua madre. Lucha contra el gnosticismo

La propagación del gnosticismo en las Galias inspiró en el obispo Ireneo el anhelo de defender el cristianismo de sus falsas interpretaciones. Estudió sus dogmas, lo que ya de por sí era una tarea muy difícil, puesto que cada uno de los gnósticos parecía sentirse inclinado a introducir nuevas versiones propias en la doctrina. Afortunadamente, San Ireneo era un investigador minucioso e infatigable en todos los campos del saber, como nos dice Tertuliano y, por consiguiente, salvó aquel escollo sin mayores tropiezos. Una vez empapado en las ideas gnósticas, escribió un tratado en cinco libros, en cuya primera parte expuso completamente las doctrinas internas de las diversas sectas para contradecirlas después con las enseñanzas de los Apóstoles y los textos de las Sagradas Escrituras.

Hay un buen ejemplo sobre el método de combate que siguió. Cuando trata sobre la creencia gnóstica de que el mundo visible fue creado, conservado y gobernado por seres angelicales y no por Dios, quien sin participación seguirá eternamente desligado del mundo, superior, indiferente, Ireneo expone la teoría, la desarrolla hasta llegar a su conclusión lógica y, por medio de una eficaz reductio ad absurdum, procede a demostrar su falsedad. Ireneo expresa la verdadera doctrina cristiana sobre la estrecha relación entre Dios y el mundo que El creó los siguientes términos: "El Padre está por encima de todo y El es la cabeza de Cristo; pero a través del Verbo se hicieron todas las cosas y El mismo es el jefe de la Iglesia, en tanto que Su Espíritu se halla en todos nosotros; es El esa agua viva que el Señor da a los que creen en El y le aman porque saben que hay un Padre por encima de todas las cosas, a través de todas las cosas y en todas las cosas." 

Ireneo escribe con estudiada moderación y cortesía, pero de vez en cuando, se le escapan comentarios humorísticos. Al referirse, por ejemplo, a la actitud de los recién "iniciados" dice: "Tan pronto como un hombre se deja atrapar en sus "caminos de salvación", se da tanta importancia y se hincha de vanidad a tal extremo que ya no se imagina estar en el cielo o en la tierra, sino haber pasado a las regiones del Pleroma y, con el porte majestuoso de un gallo, se pavonea ante nosotros, como si acabase de abrazar a su ángel. Ireneo estaba firmemente convencido de que gran parte del atractivo del gnosticismo, se hallaba en el velo de misterio con que gustaba de envolverse y de hecho, había tomado la determinación de "desenmascarar a la zorra", como él mismo lo dice. Y por cierto que lo consiguió: sus obras, escritas en griego, pero traducidas al latín casi en seguida, circularon ampliamente y no tardaron en asestar el golpe de muerte a los gnósticos del siglo segundo. Por lo menos, de entonces en adelante dejaron de constituir una seria amenaza para la Iglesia y la fe católica.Reconciliador ante el Pontífice

El hecho de que luchara contra las herejía no significa que fuese intransijente. Al contrario. Trece o catorce años después de haber viajado a Roma con la carta para el Papa Eleuterio, fue de nuevo Ireneo el mediador entre un grupo de cristianos del Asia Menor y el Pontífice. En vista de que los cuartodecimanos se negaban a celebrar la Pascua de acuerdo con la costumbre occidental, el Papa Víctor III los había excomulgado y, en consecuencia, existía el peligro de un cisma. Ireneo intervino en su favor. En una carta bellamente escrita que dirigió al Papa, le suplicaba que levantase el castigo y señalaba que sus defendidos no eran realmente culpables, sino que se aferraban a una costumbre tradicional y que, una diferencia de opinión sobre el mismo punto, no había impedido que el Papa Aniceto y San Policarpo permaneciesen en amable comunión. El resultado de su embajada fue el restablecimiento de las buenas relaciones entre las dos partes y de una paz que no se quebrantó. Después del Concilio de Nicea, en 325, los cuartodecimanos acataron voluntariamente el uso romano, sin ninguna presión por parte de la Santa Sede.Su muerte y veneración

Se desconoce la fecha de la muerte de San Ireneo aunque, por regla general, se estima en el año 202. De acuerdo con una tradición posterior, se afirma que fue martirizado, pero no es probable ni hay evidencia alguna sobre el particular.

Los restos mortales de San Ireneo, como lo indica Gregorio de Tours, fueron sepultados en una cripta, bajo el altar de la que entonces se llamaba iglesia de San Juan, pero más adelante, llevó el nombre de San Ireneo. Esta tumba o santuario fue destruido por los calvinistas en 1562 y, al parecer, desaparecieron hasta los últimos vestigios de sus reliquias. Es digno de observarse que, si bien la fiesta de San Ireneo se celebra desde tiempos muy antiguos en el oriente (el 23 de agosto), sólo a partir de 1922 se ha observado en la iglesia de occidente. 

Su Escritos

No ha llegado hasta nosotros nada que pueda llamarse una biografía de la época sobre San Ireneo, pero hay, en cambio, abundante literatura en torno al importante papel que desempeñó como testigo de las antiguas tradiciones y como maestro de las creencias ortodoxas

Su tratado contra los gnósticos ha llegado hasta nosotros completo en su versión latina.

En 1904 se descubrió la existencia de otro escrito suyo: la exposición de la predicación apostólica, traducida al armenio. La obra era hasta entonces conocida como: "Prueba de la Predicación Apostólica". Se trata, sobre todo de una comparación de las profecías del Antiguo Testamento y de ese escrito, no se obtienen informaciones nuevas en relación con el espíritu y los pensamientos del autor.

A pesar de que el resto de sus obras desapareció, bastan los dos trabajos mencionados para suministrar todos los elementos de un sistema completo de teología cristiana. 

San Ireneo, fundamentándose en San Pablo y en su conocimiento de las enseñazas apóstolicas, enseñaba el paralelismo Adán-Jesucristo; Eva-María

Bibliografía: "Vidas de los Santos" de Butler, ed. española.

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San Ireneo, Obispo y escritor

Año 203, Ireneo significa: amigo de la paz. (Irene - paz).
San Ireneo es considerado como uno de los padres de la Iglesia, porque en la antigüedad con su sabiduría y sus escritos libró a la cristiandad de las dañosísimas enseñanzas de los Gnósticos, y supo detener a esta secta que amenazaba con hacer mucho mal.

En una hermosa carta San Ireneo le dice a un amigo suyo que se pasó a los gnósticos: "Te recuerdo que siendo yo un niño, allá en Asia Menor me eduqué junto al gran obispo Policarpo. Y también tú aprendiste con él, antes de pasarte a la perniciosa secta. ¡Con qué cariño recuerdo las enseñanzas de este gran sabio Policarpo! Podría señalar todavía el sitio donde se colocaba para enseñar, y su modo de andar y de accionar, y los rasgos de su fisonomía y las palabras que dirigía a la muchedumbre. Podría todavía repetir (aunque han pasado tantos años) las palabras con las cuales nos contaba como él había tratado con Juan el Evangelista y con otros que conocieron personalmente a Nuestro Señor. Y como el apóstol Juan les repetía las mismas palabras que el Redentor dijo a ellos y les contaba los hechos maravillosos que ellos presenciaron cuando vivieron junto al Hijo de Dios. Todo esto lo repetía muchas veces Policarpo y lo que él enseñaba estaba totalmente de acuerdo con las Sagradas Escrituras. Yo oía todo aquello con inmensa emoción y se me quedaba grabado en el corazón y en la memoria. Y lo pienso y lo medito, y lo recuerdo, con la gracia de Dios cada día".

Y después de anotar tan hermosos recuerdos de su niñez le dice al gnóstico: "en la presencia del Señor Dios, te puedo asegurar que aquel santo anciano Policarpo, si oyera las herejías gnósticas que tú enseñas, se taparía los oídos y exclamaría: '¡Oh Dios: que cosas tan horribles me ha tocado escuchar en mi vida! ¡A que excesos de error se ha llegado en estos tiempos! ¿Por qué tengo que escuchar semejantes errores?', y saldría huyendo de aquél lugar donde se escuchan tus dañosas enseñanzas".

San Ireneo nació en el Asia Menor hacia el año 125 y como lo dice en su carta, tuvo el privilegio de ser educado por San Policarpo, un santo que fue discípulo del evangelista San Juan. Después se fue a vivir a Lyon que era la ciudad más comercial y populosa de Francia en ese tiempo.

Era el sacerdote más sabio de Lyon y por ello los católicos de esta ciudad lo enviaron a Roma como jefe de una embajada que tenía como oficio obtener que el Sumo Pontífice concediera su perdón a un grupo de cristianos que antes habían sido infieles pero que ahora querían otra vez ser fieles a la Santa Religión.

Y sucedió que mientras él estaba en Roma estalló en Lyon la terrible persecución en la cual murieron el obispo San Potino y un inmenso número de mártires. Ireneo hubiera sido también martirizado si se hubiera encontrado en esos días en Lyon. Pero cuando regresó ya se había calmado la persecución. Dios lo tenía destinado para defender con sus escritos la Santa Religión.

A su regreso a Lyon fue proclamado por el pueblo como sucesor del obispo San Potino, y se dedicó con todo su entusiasmo a enfervorizar a sus cristianos y a defenderlos de los errores de los herejes.

En su tiempo se difundió mucho una de las herejías que más daño han hecho a la religión Católica y que aún existe en muchas partes. La secta de los gnósticos. Estos enseñan un sinfín de errores y no se basan en las Sagradas Escrituras sino en doctrinas raras e inventadas por los hombres. Creen en la reencarnación y se imaginan que con la sola mente humana se logran conseguir todas las soluciones a todos los problemas, sin la necesidad de la fe y de la revelación.

San Ireneo que era un gran estudioso, se propuso analizar bien detenidamente todos los errores de los gnósticos y publicó cinco libros en los cuales los fue desenmascarando y les fue quitando su piel de oveja para que parecieran los lobos que eran. Él no atacaba con amargura, pero iba presentando lo absurdas que son las enseñanzas de los gnósticos. Se preocupaba más por convertir que por confundir y por eso era muy moderado y muy suave en sus ataques al enemigo. Pero de vez en cuando se le escapan algunas saetas como estas: "Con un poquito de ciencias raras que aprenden, los gnósticos ya se imaginan que bajaron directamente del cielo; se pavonean como gallos orgullosos y parece que estuvieran andando de gancho con los ángeles".

Los libros de Ireneo contra los gnósticos fueron traducidos a los idiomas más extendidos de ese entonces y se divulgaron por todas las iglesias y con ellos se logró detener la peligrosa secta y librar a la religión de errores sumamente dañinos.

14 años después de su primera embajada fue enviado otra vez Ireneo a Roma a pedir al Papa que quitara la excomunión a algunos cristianos que no habían querido obedecer las leyes de la Iglesia en cuanto a las fechas para la Semana Santa y Pascua. Y obtuvo el perdón del Sumo Pontífice. Por lo cual la gente decía que estaba haciendo honor a su nombre que significa: "Amigo de la paz".

No se sabe a ciencia cierta si Ireneo murió mártir o murió de muerte natural. Pero lo que sí es cierto es que sus escritos han sido siempre de gran provecho espiritual para los cristianos.

Quiera Dios, por intercesión de este santo, enviar siempre a su Iglesia Católica, escritores que defiendan la religión y animen a todos a ser mejores seguidores de Jesucristo.

Los que enseñen a otros la santidad brillaran como estrellas por toda la eternidad. (Profeta Daniel 12, 3)

Santo Evangelio 27 de Junio 2013






Día litúrgico: Jueves XII del tiempo ordinario


Texto del Evangelio (Mt 7,21-29): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No todo el que me diga: ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Muchos me dirán aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?’. Y entonces les declararé: ‘¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!’. 

»Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina».

Y sucedió que, cuando acabó Jesús estos discursos, la gente quedaba asombrada de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como sus escribas.



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Comentario: Rev. D. Joan Pere PULIDO i Gutiérrez Secretario del obispo de Sant Feliu (Sant Feliu de Llobregat, España)




No todo el que me diga: ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de los Cielos

Hoy nos impresiona la afirmación rotunda de Jesús: «No todo el que me diga: ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial» (Mt 7,21). Por lo menos, esta afirmación nos pide responsabilidad en nuestra condición de cristianos, al mismo tiempo que sentimos la urgencia de dar buen testimonio de la fe.

Edificar la casa sobre roca es una imagen clara que nos invita a valorar nuestro compromiso de fe, que no puede limitarse solamente a bellas palabras, sino que debe fundamentarse en la autoridad de las obras, impregnadas de caridad. Uno de estos días de junio, la Iglesia recuerda la vida de san Pelayo, mártir de la castidad, en el umbral de la juventud. San Bernardo, al recordar la vida de Pelayo, nos dice en su tratado sobre las costumbres y ministerio de los obispos: «La castidad, por muy bella que sea, no tiene valor, ni mérito, sin la caridad. Pureza sin amor es como lámpara sin aceite; pero dice la sabiduría: ¡Qué hermosa es la sabiduría con amor! Con aquel amor del que nos habla el Apóstol: el que procede de un corazón limpio, de una conciencia recta y de una fe sincera».

La palabra clara, con la fuerza de la caridad, manifiesta la autoridad de Jesús, que despertaba asombro en sus conciudadanos: «La gente quedaba asombrada de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como sus escribas» (Mt 7,28-29). Nuestra plegaria y contemplación de hoy, debe ir acompañada por una reflexión seria: ¿cómo hablo y actúo en mi vida de cristiano? ¿Cómo concreto mi testimonio? ¿Cómo concreto el mandamiento del amor en mi vida personal, familiar, laboral, etc.? No son las palabras ni las oraciones sin compromiso las que cuentan, sino el trabajo por vivir según el Proyecto de Dios. Nuestra oración debería expresar siempre nuestro deseo de obrar el bien y una petición de ayuda, puesto que reconocemos nuestra debilidad.

-Señor, que nuestra oración esté siempre acompañada por la fuerza de la caridad.

Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.- 27 de junio




27 de junio

NUESTRA SEÑORA DEL PERPETUO SOCORRO


Pocos casos hay en la historia de la Iglesia de difusión tan rápida y universal de una devoción mariana como es la del culto al famoso cuadro de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

 Era el día 23 de junio del año 1867, domínica infraoctava del Corpus, cuando, en la iglesia de padres redentoristas de Roma, el decano del Capítulo Vaticano, patriarca de Constantinopla (después cardenal), daba comienzo a la ceremonia de coronación de la imagen de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Con anterioridad, el día 12 de mayo del mismo año, habían aprobado por unanimidad los capitulares el proyecto de coronación, declarando en público decreto que dicho cuadro reunía todas las condiciones para tal honor: antiquísimo culto de más de tres siglos y fama de muy milagroso. Se señaló para la litúrgica conmemoración. de aquella fiesta la domínica que precede a la Natividad de San Juan Bautista. Hoy se celebra trasladada al 27 de junio en el calendario universal de la Iglesia.

 ¿Cuál es la historia de este cuadro, desde entonces tan celebrado en las cinco partes del mundo?

 Precisamente uno de los diputados por el Cabildo Vaticano para la coronación era Pedro Wenzel, subprefecto después del Archivo Secreto Vaticano, quien, años andando, en 1903 comunicó a un padre redentorista, investigador del origen de este cuadro por Bibliotecas y Archivos vaticanos, un interesante documento manuscrito que constituía la fuente primaria para la historia de la venerada imagen. Hallábase el documento en un códice manuscrito de Franciscus Turrigius (s. XVI), También se hallaron dos relaciones del mismo en la obra manuscrita en veintiséis grandes volúmenes de lo. Antonius Brusius (s. XVII) sobre antigüedades sacras de Roma. El documento primitivo, escrito en pergamino, fijo en una tabla, estaba colocado en el cancel que cerraba el altar mayor de la iglesia de San Mateo in Merulana. Ambos autores copiaron el original, que, por ser largo, lo resumiremos aquí.

 Un comerciante de Creta robó de una iglesia el cuadro milagroso y se dio a la mar, ocultando el cuadro entre las mercancías. Sobrevino una tempestad y todos, sin saber del cuadro, invocaban a la Virgen. Serenóse el mar y tomaron puerto. Un año después el comerciante, con el cuadro, llegaba a Roma. Enfermó el cretense y un amigo romano se lo llevó a su casa. En el trance de la muerte el cretense contó al romano el robo del cuadro, sin honor entre sus mercancías, rogándole que lo colocase en una iglesia donde se le diera culto. Lo prometió el romano. Muerto el mercader, hallaron, en efecto, el cuadro, mas la mujer del piadoso amigo persuadió a su marido a quedarse con el cuadro, reteniéndolo nueve meses. La Virgen, en una visión, dijo al romano que no hiciera tal, sino que lo colocara en lugar más decente. No obedeció. Volvió la Virgen segunda y tercera vez, amenazándole entonces con una mala muerte si no lo ponía en una iglesia. Temió el romano y rogó a su mujer que regalara el cuadro a alguna iglesia. Negóse ella con muchas razones y el marido se conformó. La Virgen volvió a hablar al romano: "Te avisé, te amenacé, no has querido obedecer. Tendrás que salir tú primero, para salir yo después en busca de lugar más honorable”. Y se murió el romano. Se apareció la Virgen a una hija suya de seis años y le dijo: "Avisa a tu madre y a tu tío, y diles que Santa María del Perpetuo Socorro quiere que la saquéis de casa si no queréis morir todos muy pronto". Contó la niña, temió la madre, que había tenido la misma visión, y se determinó a obedecer. Pero en esto una vecina, enterada de lo ocurrido, la decide con muchas y poco piadosas razones a que no lo haga. Volvió la vecina a casa, pero enfermó de peste. Entonces invocó a la Virgen y se curó. Volvió la Virgen a la niña para que dijese a su madre: que quería ser llevada a cierta iglesia llamada de San Mateo, entre Santa María la Mayor y San Juan de Letrán. Obedeció la madre y, avisando a los frailes agustinos que llevaban aquella iglesia, con acompañamiento de todo el clero Y pueblo fue trasladado el cuadro y el mismo día de la traslación hizo el primer milagro.

 La fecha de la traslación fue el 27 de marzo de 1499, reinando Alejandro VI, y la data del documento fue entre la fecha anterior y el año 1503, en que murió dicho papa. Brutius decía que la letra y el color denunciaban la fecha.

 Quedó allí la imagen durante tres siglos (1499-1798). Las tropas de Napoleón ocuparon Roma y, entre otras iglesias, derribaron la de San Mateo. Los agustinos irlandeses que la regentaban se pasaron con el cuadro a la próxima iglesia de San Eusebio y, de allí, a la de Santa María in Posterula. En el año 1855 tomaba el hábito de redentorista el joven Miguel Marchi. De niño había sido monaguillo en la casi extinta comunidad de agustinos, custodios del cuadro que ignoraban. Pero un lego, fray Agustín Orsetti, muy viejo, que había conocido el culto y los milagros de la Virgen olvidada, decía con frecuencia al monaguillo: "Sábetelo bien, Miguelito. La Virgen de San Mateo la tenemos en el oratorio. No lo olvides... ¡Era muy milagrosa!". Y no lo olvidó. Enterado el superior general de los padres redentoristas, reverendísimo padre Nicolás Maurón, se presentó con el padre Marchi a Pío IX. Le refirió el caso del milagroso cuadro, su paradero, ser voluntad de la Virgen exponerla al culto entre San Juan de Letrán y Santa María la Mayor, término que coincidía precisamente con el solar de los redentoristas. Acogió Pío IX las súplicas y pocos días después, por billete escrito de propio puño, ordenó (11 de diciembre de 1865) al cardenal prefecto de la Propaganda gestionase la entrega del cuadro a los padres redentoristas. Así se hizo.

 El día 26 de abril de 1866 recorrió el cuadro de nuevo las calles de Roma. Al año siguiente, como dijimos al principio, fue coronado por el Cabildo Vaticano. Desde entonces no ha cesado su devoción de recorrer aldeas y ciudades de las cinco partes del mundo con gran fruto espiritual de conversiones.

 El cardenal Francisco Ehrle, S. I., decía a un padre redentorista: "No hay Virgen romana más documentada que la Virgen del Perpetuo Socorro".

 Descripción del cuadro.-Su tamaño es de 53 por 41,5 centímetros. Está pintado al temple y en nogal. Fue restaurado por el artista polaco Novodny en 1866. La Virgen viste túnica roja, peplos o manto azul marino con vueltas verdes y esclavina. El quecrúfalos, redecilla o pañuelo verde, le recoge el cabello. El Niño viste túnica verde con cinturón púrpura y manto marrón claro. A la derecha de la figura San Miguel, túnica jacinto, manto y paño de honor verdes. A la izquierda, San Gabriel, túnica, manto y paño de honor jacinto. Todos los personajes nimbados. Los pliegues de los paños van acusados con reflejos de oro. El fondo es oro. Los personajes llevan sus nombres en abreviaturas griegas: Jesús-Cristo, Madre de Dios, el arcángel Miguel, el arcángel Gabriel. Los trazos sobre las letras son signos ortográficos y de abreviación.

 Composición del cuadro.- No es una simple imagen o retrato de María. Es una escena, una especie de cuadro de género. Para ello no basta que haya en la escena varios personajes. Es preciso que el pedazo de vida que allí se vive encadene y relacione a los personajes unos con otros, no con inscripciones o guiones, sino con el gesto, la mirada, el sentido. Es un momento simbólico de la vida de María.

 Su momento feliz es interrumpido por una visión terrible: la Pasión, cuyos instrumentos presentan los ángeles al Niño. Este vuelve la mirada consternado hacia la aparición. Con el movimiento brusco de terror contrae el pie izquierdo y la sandalia se le desprende. Las manecitas se aferran al pulgar de la Madre. Por eso la llaman a veces los rusos la Virgen del pulgar (Taletskaia Bojia Mater). La mirada de la Virgen trasciende el cuadro y pasa al espectador.

 Escuela y fecha.- La flexibilidad de la escena denota la presencia del realismo italiano. Sin embargo, la técnica es bizantina. Su dibujo es más rígido que el de sus contemporáneos italianos, tiene más de calco que de inspiración personal. No es un cuadro hecho en Italia como sus congéneres de Cimabue, Bernabé de Módena y Botticelli. Es un cuadro bizantino con influencias italianas. La isla de Creta era entonces colonia veneciana. Un ejemplar de nuestro cuadro está firmado por Andreas Rico de Candía (s. XV). El nuestro parece más antiguo que sus similares esparcidos por Italia. Kondakof y Muratof, disintiendo a veces, convienen en la inspiración italiana y lo atribuyen a la escuela ruso-bizantina de Novgorod, entre los siglos XIV y XV. En Rusia las Metsnaia ikona (imágenes de asiento) o Poklonnaia ikona (imágenes grandes) estaban fijas en el Iconostasio. Las Vírgenes de la Pasión (nuestro cuadro) eran imágenes de la devoción íntima y se llamaban Domovaia (imagen doméstica) o Molennaia ikona (imagen pequeña).

 Los papas han tenido siempre particular devoción al cuadro de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Pío IX lo regaló a los católicos de Zitomir (Rusia), que le pedían una de las Vírgenes más veneradas en Roma. León XIII se la dio a los misioneros de la Asunción que partían para Bulgaria. San Pío X la regaló a la emperatriz abisinia Taitú. Benedicto XV la tenía sobre su trono; para el 50 aniversario de la exposición al culto del prodigioso cuadro acuñó, a sus expensas, una medalla conmemorativa con su busto y la imagen del Perpetuo Socorro. Pío XI la puso en el escudo de la misión pontificia para socorrer a los niños hambrientos de Rusia. Hoy se la considera como símbolo de enlace entre la Iglesia romana y las Iglesias orientales disidentes, para la unión. Es cosa menos que interminable enumerar las naciones y centros en que a la Virgen del Perpetuo Socorro se le tributa culto especial. Baste decir que se halla extendida su devoción por las cinco partes del mundo. Sólo destacaremos las formas más significativas de este culto.

 Existe la Archicofradía de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, de la que Pío IX quiso ser el primer archicofrade, encabezando las listas. También lo fue Alfonso XIII, cuya curación, en una gripe infantil, se atribuyó a una estampa de la Virgen colocada en su cuna. La Archicofradía tiene una sección especial: la Súplica Perpetua, por la que los socios se comprometen a orar media hora todos los meses ante el cuadro. Está también en plena vitalidad la Visita Domiciliaria por medio de capillas portátiles. En muchos países extranjeros existe la Novena Perpetua, sobre todo en los pueblos anglosajones, originaria de los Estados Unidos, que celebra una función religiosa como de media hora un día a la semana, durante todo el año. Pero esa función se repite, como en San Luis (Estados Unidos) once veces por día, para dar entrada a las oleadas de devotos. Estos, en la iglesia de Boston, no bajan de 20.000 el día semanal de la novena. El centro de Manila es asombroso. En Baclarán, barrio de la capital, se ha construido una iglesia capaz para 12.000 personas. En los días de Novena Perpetua el municipio organiza servicio especial de tranvías y autobuses, con un promedio de 60.000 asistentes en los siete ejercicios al día. El delegado apostólico, monseñor Panico, decía: “La Novena Perpetua es la gracia más grande que Dios ha dado a Filipinas después de su conversión al cristianismo". A estas Novenas Perpetuas asisten muchos no católicos. El padre Juan Herat, oblato de María Inmaculada, decía que, en su parroquia de Colombo, asistían los miércoles de la Novena 30.000 personas entre católicos, hindúes, budistas, mahometanos, parsis y protestantes. Francia, Italia, Bélgica, Holanda, Alemania, Inglaterra la tienen en la mayor parte de sus iglesias. Son cientos de miles los lugares misionados adonde se ha llevado el cuadro y su devoción. Varios cientos de miles suman los ejemplares de las revistas de su nombre. Los altares erigidos en su honor son innumerables. Un cronista extranjero contaba por el año 1916 unos 1.200 altares sólo en pueblos de Andalucía. En España, además de la devoción privada que todo español conoce, tiene esta Virgen el homenaje de instituciones públicas de que es ella Patrona, así: Sanidad Militar, Colegios Médicos, Beneficencia Municipal de Madrid, en el Ministerio de la Gobernación, Asociación Mutua de Socorros, el Seguro Español, Mutualidad de Peritos del Ministerio de Agricultura, Ministerio de Hacienda. En Méjico y en las naciones de Centro y Sudamérica florece la devoción en prácticas piadosas y frutos de bendición, como en cualquier nación europea.

 No basta la distancia remota de los pueblos para limitar su devoción. A principios de siglo unos misioneros austríacos, en misión rodante por el Transiberiano, llevaron el cuadro desde Moscú a VIadivostok. En Africa lo presentan al culto los misioneros del Alto Níger (franceses), del Congo (belgas), de Africa del Sur (ingleses). También en Oceanía los misioneros de Nueva Guinea. Siete catedrales de Australia y Nueva Zelanda celebran la Novena Perpetua. En Newcastle (Oceanía) cinco estaciones radiofónicas comerciales transmiten la Novena Perpetua. En 1948 el padre Henry, oblato de María Inmaculada, llevaba el cuadro al Polo Norte, al 70º de latitud, península de Boothia.

 Como se ve, esta devoción tiene un marcado carácter universalista, con un fruto abundante de conversiones.

 RODRIGO BAYÓN, C. SS. R.