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jueves, 4 de septiembre de 2025

Santo Evangelio 4 septiembre 2025

 


Texto del Evangelio (Lc 5,1-11):

 En aquel tiempo, estaba Jesús a la orilla del lago Genesaret y la gente se agolpaba sobre él para oír la Palabra de Dios, cuando vio dos barcas que estaban a la orilla del lago. Los pescadores habían bajado de ellas, y lavaban las redes. Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, le rogó que se alejara un poco de tierra; y, sentándose, enseñaba desde la barca a la muchedumbre.

Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar». Simón le respondió: «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, en tu palabra, echaré las redes». Y, haciéndolo así, pescaron gran cantidad de peces, de modo que las redes amenazaban romperse. Hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que vinieran en su ayuda. Vinieron, pues, y llenaron tanto las dos barcas que casi se hundían. Al verlo Simón Pedro, cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: «Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador». Pues el asombro se había apoderado de él y de cuantos con él estaban, a causa de los peces que habían pescado. Y lo mismo de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: «No temas. Desde ahora serás pescador de hombres». Llevaron a tierra las barcas y, dejándolo todo, le siguieron.



«Boga mar adentro»


Rev. D. Pedro IGLESIAS Martínez

(Ripollet, Barcelona, España)

Hoy día todavía nos resulta sorprendente comprobar cómo aquellos pescadores fueron capaces de dejar su trabajo, sus familias, y seguir a Jesús («Dejándolo todo, le siguieron»: Lc 5,11), precisamente cuando Éste se manifiesta ante ellos como un colaborador excepcional para el negocio que les proporciona el sustento. Si Jesús de Nazaret nos hiciera la propuesta a nosotros, en nuestro siglo XXI..., ¿tendríamos el coraje de aquellos hombres?; ¿seríamos capaces de intuir cuál es la verdadera ganancia?.

Los cristianos creemos que Cristo es eterno presente; por lo tanto, ese Cristo que está resucitado nos pide, no ya a Pedro, a Juan o a Santiago, sino a Jorge, a José Manuel, a Paula, a todos y cada uno de quienes le confesamos como el Señor, repito, nos pide desde el texto de Lucas que le acojamos en la barca de nuestra vida, porque quiere descansar junto a nosotros; nos pide que le dejemos servirse de nosotros, que le permitamos mostrar hacia dónde orientar nuestra existencia para ser fecundos en medio de una sociedad cada vez más alejada y necesitada de la Buena Nueva. La propuesta es atrayente, sólo nos hace falta saber y querer despojarnos de nuestros miedos, de nuestros “qué dirán” y poner rumbo a aguas más profundas, o lo que es lo mismo, a horizontes más lejanos de aquellos que constriñen nuestra mediocre cotidianeidad de zozobras y desánimos. «Quien tropieza en el camino, por poco que avance, algo se acerca al término; quien corre fuera de él, cuanto más corra más se aleja del término» (Santo Tomás de Aquino).

«Duc in altum»; «Boga mar adentro» (Lc 5,4): ¡no nos quedemos en las costas de un mundo que vive mirándose el ombligo! Nuestra navegación por los mares de la vida nos ha de conducir hasta atracar en la tierra prometida, fin de nuestra singladura en ese Cielo esperado, que es regalo del Padre, pero indivisiblemente, también trabajo del hombre —tuyo, mío— al servicio de los demás en la barca de la Iglesia. Cristo conoce bien los caladeros, de nosotros depende: o en el puerto de nuestro egoísmo, o hacia sus horizontes.

Lola, influencer con parálisis cerebral: «Soy afortunada: Dios me ayuda y ha puesto esto para algo»

 


Lola, influencer con parálisis cerebral: «Soy afortunada: Dios me ayuda y ha puesto esto para algo»

Lola González-Pinto.

Con poco más de 20 años, Lola González-Pinto es una recién graduada en Derecho y además una conferenciante e influencer que habla cada día a miles de personas en redes. La clave de su mensaje, preguntarse el “para qué”, en lugar del “por qué”, es lo que la ha llevado a pronunciar charlas, acudir a medios y convertirse en "creadora de contenido" en su cuenta @desdemisilaa: el “para qué” de su enfermedad, una parálisis cerebral que no ha impedido la autonomía y éxito de la joven, pero tampoco el vivir con perseverancia la fe, agradecida a Dios y convencida de que “si me ha puesto esto a mí, es porque quiere de mí algo que no quiere de los demás”.

La última de sus intervenciones fue en La Linterna de la Iglesia (COPE), donde abordó su forma de normalizar la vida en silla de ruedas a causa de una parálisis que afecta a sus dos piernas y el brazo derecho.

En otras ocasiones remontó el origen de su enfermedad a su nacimiento prematuro dos meses y medio antes de lo previsto.

“Desde muy pequeña lo he normalizado muchísimo”, declaró en una de las ediciones de CEU Talks. “Cuando era pequeña tenía más momentos de preguntarme por qué me ha pasado esto. Pero pasa el tiempo y al final asimilas y entiendes que, si esto es lo que te ha tocado vivir, lo tienes que hacer con la mejor de las sonrisas. Una vez lo entiendes, es mucho más fácil”, remarca.


A los ocho años comenzó su formación en un colegio ordinario de chicas, lo que agradece a su familia como “una de las mejores decisiones que han tomado” en su vida.

"Gracias por hacerme tan feliz"

Comenzó entonces para ella algo tan nuevo como para sus compañeras en el colegio de Fomento Torrevelo – Peñalabra, al que acude tiempo después de haberse graduado para compartir su experiencia con las alumnas.

“Llegué y todo era a ver quién me cogía la silla primero, la comida, quien me ayudaba air al baño… Hacían cola en clase para ver quién me ayudaba. Todo era normal, me apuntaba a todos los planes, convivencias y viajes”, recuerda con emoción.

En una de las publicaciones de su cuenta de Instagram, acompaña una imagen de graduación con un texto que recuerda su primer día de clase.

“Se formó barullo de la profesora para ver a qué dos niñas les tocaba ayudarme durante ese día.

Para ellas no era fácil, pues como para mi, todo era nuevo pero siempre había alguna dispuesta a ayudarme incluso estando en la otra punta de la clase.

Éramos pequeñas y la inconsciencia y las ganas de reír y pasárnoslo bien por los pasillos eran tan grandes que algunos días terminaban en pequeño accidente como la rotura de mis paletos tan recordada por todo el colegio”, relata.

Entre otras imágenes, rememora las carreras con su andador, accidentes y otros momentos que reflejan la cotidianidad con la que vive su dolencia.

“En el cole he sido feliz, muy feliz y en gran parte gracias a mi clase en la que siempre reinaba el caos y el desorden pero que te reías incluso el lunes más triste y gris del año. Gracias, gracias y gracias a cada una de vosotras por hacerme tan feliz y dedicar un minuto de vuestro tiempo a ayudarme. Una parte muy importante también de mi paso por el colegio son las profesoras siempre dispuesta a ayudarme y ponerme todas las facilidades posibles”, escribió la joven agradecida a compañeras y maestras.

"No cambiaría mi vida, estoy agradecida de verdad"

Tanto en La Linterna de la Iglesia como en CEU Talks, la joven aseguró que no cambiaría su vida por la de una persona que pudiese andar con normalidad.

"No sería yo", dice, reconociendo que su enfermedad le ha enseñado "más cosas positivas que negativas". De hecho, admite con sinceridad sentirse “una afortunada”: “Puedo estudiar, puedo hacer aparentemente una vida normal. Gracias a Dios mi discapacidad no me afectó a la cabeza y puedo hacerlo todo”.



Tanto es así que incluso también publicó en su cuenta los motivos por los que afirma sentirse “agradecida de verdad”.

“Gracias a mi discapacidad por enseñarme a vivir; A vivir fuerte A vivir valiente A vivir sin miedo, A vivir sonriendo, A vivir agradecida, A vivir esforzándome, A vivir valorando, A vivir siendo distinta, A vivir siendo capaz”.

La realidad, como la vive y sin filtros: "No es fácil"

Aunque busca vivir con normalidad su situación y transmitirlo a sus seguidores, admite que la vida e historia que muestra en Instagram no es un escaparate idealizado y al margen de la realidad. No son pocas las publicaciones en las que admite que su vida y situación “no es fácil”.

En una de ellas, escribió: “Aunque siempre intenté mostrar mi mejor cara, estar en una silla es algo duro. Es duro el tener que renunciar a algunas cosas, es duro el que las cosas te cuesten el triple que a los demás, es duro el tener que ir a rehabilitación todas las semanas sabiendo que, aun así, hay muchas situaciones en las que vas a tener que depender de alguien para que te ayude”.

Cuenta que en sus días “de bajón”, que existen, suele terminar preguntándose “para qué me han puesto este camino en la vida antes que el por qué”. Sin embargo, su fe y optimismo le hacen ser “siempre muy consciente de que esta es la realidad que me ha tocado vivir y que, como tal, debo hacerlo con la mejor de mis sonrisas. Porque como siempre digo, siempre hay alguien al lado que está mucho peor que yo, recordándome la suerte que tengo por la gente que tengo a mi lado y lo tremendamente feliz que soy”.


"Si Dios ha puesto esto en mi vida es por algo"

Preguntada por el papel de la fe en su forma de ver el dolor y la enfermedad, la joven no oculta su convicción de que “si Dios ha puesto esto en mi camino y en mi vida, es por algo y para algo, para contar mi vida y mi historia, porque quiere algo especial”.

Precisamente eso es lo que Lola hace cada día a través de su cuenta de Instagram, transmitiendo a miles de seguidores no solo su día a día, sino también su cosmovisión orientada a animar a quienes sufren como ella y a ayudarles a normalizar una vida marcada por la discapacidad.

A todos ellos les recomienda buscar la forma de hacer vida normal, moverse y hacer todo lo que pueda. “Esa ha sido una de las claves para que yo me tome la vida como me la tomo”, explica hablando de cómo sus padres la ayudaron a enfrentar su discapacidad desde el primer momento.

Por eso también recomienda a las familias que ayuden a sus hijos a moverse y a saber que “se puede ser igual de feliz, o incluso más, que alguien que ande”.

Una vez concluida la carrera de Derecho, González Pinto continúa con su cuenta de Instagram, le gustaría opositar y ser funcionaria, lo que quiere compaginar con otro de sus grandes sueños, "montar una asociación para todo ese toda esa gente como yo que no ha tenido la suerte de poder tratarse como yo".

Fuente: Religión en Libertad

miércoles, 3 de septiembre de 2025

Santo Evangelio 3 de septiembre 2025

 


Texto del Evangelio (Lc 4,38-44):

 En aquel tiempo, saliendo de la sinagoga, Jesús entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con mucha fiebre, y le rogaron por ella. Inclinándose sobre ella, conminó a la fiebre, y la fiebre la dejó; ella, levantándose al punto, se puso a servirles. A la puesta del sol, todos cuantos tenían enfermos de diversas dolencias se los llevaban; y, poniendo Él las manos sobre cada uno de ellos, los curaba. Salían también demonios de muchos, gritando y diciendo: «Tú eres el Hijo de Dios». Pero Él, conminaba y no les permitía hablar, porque sabían que él era el Cristo.

Al hacerse de día, salió y se fue a un lugar solitario. La gente le andaba buscando y, llegando donde Él, trataban de retenerle para que no les dejara. Pero Él les dijo: «También a otras ciudades tengo que anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios, porque a esto he sido enviado». E iba predicando por las sinagogas de Judea.

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«Poniendo Él las manos sobre cada uno de ellos, los curaba. Salían también demonios de muchos, gritando»


Rev. D. Antoni CAROL i Hostench

(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Hoy nos encontramos ante un claro contraste: la gente que busca a Jesús y Él que cura toda “enfermedad” (comenzando por la suegra de Simón Pedro); a la vez, «salían también demonios de muchos, gritando» (Lc 4,41). Es decir: bien y paz, por un lado; mal y desesperación, por otro.

No es la primera ocasión que aparece el diablo “saliendo”, es decir, huyendo de la presencia de Dios entre gritos y exclamaciones. Recordemos también el endemoniado de Gerasa (cf. Lc 8,26-39). Sorprende que el propio diablo “reconozca” a Jesús y que, como en el caso del de Gerasa, es él mismo quien sale al encuentro de Jesús (eso sí, muy rabioso y molesto porque la presencia de Dios perturbaba su vergonzosa tranquilidad).

¡Tantas veces también nosotros pensamos que encontrarnos con Jesús es un estorbo! Nos estorba tener que ir a Misa el domingo; nos inquieta pensar que hace mucho que no dedicamos un tiempo a la oración; nos avergonzamos de nuestros errores, en lugar de ir al Médico de nuestra alma a pedirle sencillamente perdón... ¡Pensemos si no es el Señor quien tiene que venir a encontrarnos, pues nosotros nos hacemos rogar para dejar nuestra pequeña “cueva” y salir al encuentro de quien es el Pastor de nuestras vidas! A esto se le llama, sencillamente, tibieza.

Hay un diagnóstico para esto: atonía, falta de tensión en el alma, angustia, curiosidad desordenada, hiperactividad, pereza espiritual con las cosas de la fe, pusilanimidad, ganas de estar solo con uno mismo... Y hay también un antídoto: dejar de mirarse a uno mismo y ponerse manos a la obra. Hacer el pequeño compromiso de dedicar un rato cada día a mirar y a escuchar a Jesús (lo que se entiende por oración): Jesús lo hacía, ya que «al hacerse de día, salió y se fue a un lugar solitario» (Lc 4,42). Hacer el pequeño compromiso de vencer el egoísmo en una pequeña cosa cada día por el bien de los otros (a eso se le llama amar). Hacer el pequeño-gran compromiso de vivir cada día en coherencia con nuestra vida cristiana.


Gema Martín, de Got Talent a los Catholic Music Awards: «Cantar a Dios es mi forma de poder tocarle»

 


Gema Martín, de Got Talent a los Catholic Music Awards: «Cantar a Dios es mi forma de poder tocarle»

Gema Martín tiene 27 años, se casó hace dos, espera un hijo y es de Madrid. De familia numerosa, 5 hermanos (contando con ella), estudió Diseño y posteriormente se convirtió en programadora web. "Llevo tres años formándome en canto profesional, pero siempre me gustó cantar, desde niña", reconoce a ReligiónEnLibertad. 

Con su exitoso tema Al pie de la cruz –que conmovió a todos en el programa Got Talent España– fue nominada el pasado mes de julio en la primera edición de los Catholic Music Awards, concretamente a "Mejor Canción de Evangelización" y "Mejor Canción en Español".

En una capilla... en soledad

Una canción, Al pie de la cruz, compuesta con apenas 19 años, durante una misión en Perú, en medio de una experiencia espiritual y personal muy intensa. "Era la primera vez que estaba tan lejos de casa y de mi familia. Mi abuela acababa de fallecer y fue muy duro para mí. La canción surgió en un momento de oración en soledad, en una capilla. Sólo estábamos Jesús, mi guitarra y yo. Fue un regalo que Él me quiso dar para consolarme", cuenta a ReL.


Puedes escuchar aquí su éxito 'Al pie de la cruz'.

Sin embargo, su primer gran encuentro con Dios tuvo lugar en un Camino de Santiago, "al que fue a ligar".  "Siempre digo que fui a buscar novio y me encontré con Dios. Pero, una vez pasó, mi objetivo principal perdió toda la importancia. Yo no sabía que una persona podía encontrarse con Dios", cuenta. 

"Había leído y escuchado vidas de santos que habían tenido su encuentro místico con Él, pero me parecía que era algo reservado para las personas que llegaban a ese nivel, que Dios no se presentaba a cualquiera. El hecho de tener la suerte de poder vivir esa presencia de Dios tan cercana cambió mi forma de ver el mundo y, sobre todo, de verme a mí misma y a los demás". 

"Supe que Dios me amaba con todo lo que yo era: con mis fallos y mis debilidades. Cuando conoces ese amor tan único, que no puede darte el mundo, solamente te sale querer compartirlo", asegura.

Tras este encuentro tan crucial, Gema estuvo cinco años viviendo su fe en el movimiento de Cursillos de Cristiandad. "Del cual me enamoré porque está lleno de gente que no siempre tuvo a Dios en su vida. Escuchar a esas personas era algo emotivo y enriquecedor. Ver cómo Dios transforma los corazones", reconoce.

Un regalo, el de la fe, que ahora no quiere dejar de compartir a través de la música. "Para mí Dios es el camino hacia el amor y la felicidad plena, y mirarle implica acercarse a ello. La fe es un regalo que misteriosamente Dios decide dar a las personas. Debe acogerse, no se impone". 

"Es un regalo que no todo el mundo tiene y, por ello, es deber de aquellos a quienes se nos ha dado compartirla con quienes no la viven. No es un mérito tenerla, es una gracia enorme y nada merecida. Es aquello que te ayuda a vivir en paralelo con el mundo, mirando siempre hacia el cielo. No te hace mejor persona, pero te cambia la perspectiva de las cosas".


Lo que le dijo Tamara Falcó

Gema quiere, además, que su música mueva a la gente. "Que no deje indiferente. Que ayude a pensar, que emocione, que ayude a rezar o incluso a divertirse y disfrutar. Canto lo que siento y lo que vivo. Con las próximas canciones que quiero lanzar, me gustaría ayudar a muchos jóvenes a superar ciertas situaciones difíciles de la vida a las que yo también he tenido que enfrentarme hace poco".

Sobre su participación en Got Talent España, Gema cuenta lo bueno que se llevó para casa. "Mi mayor aprendizaje me enseñó que los planes de Dios no siempre son los tuyos, pero son mejores. Yo no tenía pensado participar y menos aún había valorado, siquiera, el hecho de compartir mi canción (porque para mí era una oración). Pero Dios se sirvió de varias personas que me abrieron el camino". 

"Tamara Falcó me dijo que había tenido su conversión a través de la cruz y que, por eso, le había resultado muy emotiva la canción. Tanto Flo, como Paula me dieron comentarios positivos y les gustó mucho la canción y la actuación. Risto Mejide, sin embargo, dijo que le había parecido monótona (pero yo creo que le gustó jeje)", comenta entre risas.

Mi mayor aprendizaje fue que los planes de Dios no siempre son los tuyos, son mejores.

Antes de terminar, Gema confiesa que si su vida fuera un versículo de la Biblia sería Mateo 11, 28-30 ("Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré..."). Y que para lograr con una canción que el Espíritu Santo se "escuche" no sabría cómo hacer, porque supone que "es Él quien decide actuar a través de las canciones, simplemente, dejarle hacer".

"Alguna vez he tenido la sensación de estar cantándole exclusivamente a Él, aunque hubiera gente delante. Para mí, cantar a Dios, es una manera de poder tocarle, y me emociona pensar que Él pueda tocar otros corazones a través de mi voz, aunque yo no sea consciente", añade.

Si pudiera cantar una canción solo para Jesús y nadie más "seguramente sería la de Al pie de la Cruz, porque, precisamente, surgió de una oración íntima con Él", y si ella se tuviera que quedar con solo un verso, de una de sus canciones, sería con "Estoy contigo, abre la puerta, mírame, dame tu mano, que estoy a tu lado" de la canción Estad alegres, concluye Gema.


Fuente: Religión en libertad

martes, 2 de septiembre de 2025

Santo Evangelio 2 de septiembre 2025



 Texto del Evangelio (Lc 4,31-37):

 En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y los sábados les enseñaba. Quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad. Había en la sinagoga un hombre que tenía el espíritu de un demonio inmundo, y se puso a gritar a grandes voces: «¡Ah! ¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios». Jesús entonces le conminó diciendo: «Cállate, y sal de él». Y el demonio, arrojándole en medio, salió de él sin hacerle ningún daño. Quedaron todos pasmados, y se decían unos a otros: «¡Qué palabra ésta! Manda con autoridad y poder a los espíritus inmundos y salen». Y su fama se extendió por todos los lugares de la región.



«Quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad»


Rev. D. Joan BLADÉ i Piñol

(Barcelona, España)

Hoy vemos cómo la actividad de enseñar fue para Jesús la misión central de su vida pública. Pero la predicación de Jesús era muy distinta a la de los otros maestros y esto hacía que la gente se extrañara y se admirara. Ciertamente, aunque el Señor no había estudiado (cf. Jn 7,15), desconcertaba con sus enseñanzas, porque «hablaba con autoridad» (Lc 4,32). Su estilo de hablar tenía la autoridad de quien se sabe el “Santo de Dios”.

Precisamente, aquella autoridad de su hablar era lo que daba fuerza a su lenguaje. Utilizaba imágenes vivas y concretas, sin silogismos ni definiciones; palabras e imágenes que extraía de la misma naturaleza cuando no de la Sagrada Escritura. No hay duda de que Jesús era buen observador, hombre cercano a las situaciones humanas: al mismo tiempo que le vemos enseñando, también lo contemplamos cerca de las gentes haciéndoles el bien (con curaciones de enfermedades, con expulsiones de demonios, etc.). Leía en el libro de la vida de cada día experiencias que le servían después para enseñar. Aunque este material era tan elemental y “rudimentario”, la palabra del Señor era siempre profunda, inquietante, radicalmente nueva, definitiva.

La cosa más grande del hablar de Jesucristo era el compaginar la autoridad divina con la más increíble sencillez humana. Autoridad y sencillez eran posibles en Jesús gracias al conocimiento que tenía del Padre y su relación de amorosa obediencia con Él (cf. Mt 11,25-27). Es esta relación con el Padre lo que explica la armonía única entre la grandeza y la humildad. La autoridad de su hablar no se ajustaba a los parámetros humanos; no había competencia, ni intereses personales o afán de lucirse. Era una autoridad que se manifestaba tanto en la sublimidad de la palabra o de la acción como en la humildad y sencillez. No hubo en sus labios ni la alabanza personal, ni la altivez, ni gritos. Mansedumbre, dulzura, comprensión, paz, serenidad, misericordia, verdad, luz, justicia... fueron el aroma que rodeaba la autoridad de sus enseñanzas.


René ZZ responde sobre su fe a Aladetres


René Ponte, más conocido como René ZZ es un youtuber gallego, de 30 años y converso al catolicismo, que crece cada día como la espuma en el número de suscriptores de su canal de YouTube (tiene ahora casi dos millones), gracias, sobre todo, a las entrevistas que hace a gente variada e interesante. 

Aunque empezó con contenido sobre tatuajes, hoy René se arrepiente de ello, y, siempre que puede, habla de la gran importancia que tuvo el encuentro con Dios en su vida. 

Recientemente ha publicado un vídeo en el que cuenta su testimonio de conversión. Con el título "Así conocí a Dios. Mi testimonio", el comunicador cuenta cómo un día tuvo un sueño muy especial, que "no tiene nada que ver con ningún otro sueño que yo haya tenido anteriormente".

Aquel compañero de clase

"Yo me crié en una familia no atea, tampoco agnóstica, creyente, pero a su manera (...). De vez en cuando se hacían referencias al niño Jesús, a ir a la iglesia un domingo, a hacer la comunión, a rezarle a Dios (...). A los 13 años tuve una experiencia con un compañero de clase (...), me empezó a decir, 'Dios no existe por esto, por lo otro...'", relata René ZZ.

"Y yo me fui destrozado ese día a casa, le di un par de vueltas y llegué a ese punto en el que están algunos ateos. De decir, 'vale, pues debe ser que Dios no existe porque, sí, realmente le rezo y no ocurre nada'. Tampoco me han explicado exactamente qué es y no parece que sea algo que vaya a descubrir por mucho que me esfuerce", comenta que se decía de niño.

Hasta que a los 26 años se mudó a Finlandia. "Allí empecé a hacer vídeos. Me tranquilicé, me puse en forma, empecé a leer sobre psicología, sobre antropología, sobre neurociencia. Leía mucho sobre Jordan Peterson, que evidentemente mi conversión al cristianismo tiene algo que ver con él y negarlo sería mentir", reconoce.

Si ellos llegaron, yo también

El ejemplo de estas personas sabias despertó algo en él. "Yo dije, 'vale, toda esta gente es mucho más inteligente que yo, sabe muchísimo más que yo'. Y la gran mayoría de ellos han llegado a la conclusión de que Dios existe. A mí eso me fascinaba".

"Si hay gente que ha estudiado el mundo entero y acaba llegando a la conclusión de que Dios existe, quizás debería ponerlo en una lista de prioridades", se dijo.

René ZZ ha cambiado la temática de su canal: de tatuajes a temas de fe.X

Para entonces, René ZZ ya se preguntaba, ¿qué puedo hacer? "No puedo estudiar todas las religiones a la vez, ni quiero, porque hay muchas. ¿Cuál es la mía? El cristianismo. ¿Cuál es la más interesante, según lo poco que sé? El cristianismo. ¿Cuál es la que me llama? El cristianismo. Pues no voy ni a leerme el Corán, ni a leerme la Torá. Me pillo una Biblia y me la voy leyendo", recuerda en el vídeo.

Una idea que le trajo sus más y sus menos. "Siempre recordaré la mirada de mi exnovia cuando recibí una Biblia en casa. Me miró con cara de... una mezcla entre decepción y escepticismo. No la culpo por ello, pero me sentó bastante mal. Yo solo soy un hombre en busca de respuestas desde que tengo uso de razón. Me pillé la Biblia y no le hice mucho caso", confiesa el comunicador.

Un sueño transformador 

Tras comenzar a formarse, vino el sueño que lo cambió todo. "Yo estaba en un momento bueno de mi vida, Y una noche tuve un sueño, un sueño que no tiene nada que ver con ningún otro sueño que yo haya tenido anteriormente", cuenta.

"Este sueño era muy sencillo. Soñé que Dios me amaba y era la mejor sensación que he sentido nunca. Sentía un placer, una serenidad, una tranquilidad y un bienestar que es imposible de traer al mundo terrenal".

"Era lo más puro que había sentido y sabía que era Dios el que me lo estaba dando. Yo levitaba, flotaba, no sabía si estaba de pie, tumbado, boca abajo, buceando, en el espacio, en el cosmos. Simplemente sentía algo que no puedo describir ni sentir en el plano terrenal".

A partir del sueño, René comenzó a verse a sí mismo con otra mirada. "Cuando sabes que Dios existe, es cuestión de tiempo que tengas que abandonar muchas partes de ti, para vaciarte y dejar que Dios tome el control. Y eso da miedo, qué locura. Imagínate decidir un día que vas a estar dispuesto a abandonar muchas de las cosas que han ido acompañándote contigo a lo largo de esta vida y que de alguna manera le dan forma a tu identidad".


También se señala que es necesario cuidar adecuadamente el uniforme oficial, el cual no podrá usarse fuera del horario laboral. Se indica que realizar tareas con ropa sucia o descuidada puede dar lugar a las sanciones correspondientes.

Ni tatuajes ni piercings ni casado «solo por lo civil»: nuevos requisitos para trabajar en San Pedro

"Me desperté, lo apunté, lo tengo apuntado en una de mis libretas y dije, 'bueno, ya veré qué hago con esto. Hasta que un día, me acuerdo, miré por la por el balcón, y dije, 'Dios existe y me ha hablado. No me lo puedo creer'. Empecé a profundizar más en Él. Eso fue hace 5 años y mi proceso de conversión fue muy progresivo. Fui poquito a poco metiéndome, tirando de la cuerda, adentrándome". 

La vida comienza a cambiar

"Poco a poco fui haciéndome a la idea de que yo ya podía vivir tranquilo, en el sentido de que sabía que Dios existía y eso lo cambia todo. Aún no sé que es Dios, aún no sé por qué quiere ayudarme y aún no sé cómo puede ayudarme, pero ya sé que existe. ¿A dónde me llevó? A empezar a verme a mí mismo desde los ojos de Dios", confiesa René ZZ.

"Con este sueño empecé a creer por fe y por haber conocido a Dios, no por creer en Él. Yo digo creer en Él, pero yo Lo conocí. En ese sueño Lo conocí y estoy seguro. Mi fe ganó perspectiva, textura y profundidad, y dije, '¿y si le hago caso a esa persona que conozco, a esa persona que se ha presentado ante mí?, vale, voy a hacerle caso'". 

"Y empecé a iniciar ese acto de humildad, 'me creo que soy la bomba en muchos aspectos, pero voy a tener la humildad suficiente y dejar la arrogancia a un lado para darme cuenta de que en realidad soy un gusano, de que en realidad soy un pecador, de que en realidad he sido mal hijo, mal amigo...".

Ahora, desde que cree es mucho más feliz. "Mi vida ha mejorado muchísimo, estoy mucho más tranquilo, me va todo mucho mejor, he arreglado la relación con mi madre (...). Estoy rechazando toda la tentación que puedo, de cosas que me apetecería hacer, cosas que he echo de menos o cosas que estaba tan acostumbrado a hacer que genuinamente me cuesta no hacerlas", comenta el creador de contenidos.

Intensa vida de fe

"He empezado a abrazar la oración. Rezo por las noches, por las mañanas, agradezco el día a Dios. Estoy muy a menudo pensando en Él, cada vez más. Estoy yendo a la iglesia todos los domingos desde hace cuatro o cinco meses. Al principio era una obligación que me auto impuse, me sentía raro. Luego empecé a sentirme un poco bien y después llegó el punto en el que me hace ilusión la noche anterior saber que al día siguiente me voy a despertar para ir a misa".

Puedes escuchar el testimonio completo aquí.

Fuente: Religión en Libertad

"He probado de todo en la vida, pero no ha sido hasta que Dios apareció en mi vida y me dijo, 'gracias por el esfuerzo, pero no estabas enfocando bien. Soy yo. Ven aquí'. Y me dio ese abrazo en ese sueño, donde sentí algo que solo podía ser Dios".


"Y, ahora, no os digo que esté perfecto, pero duermo tranquilo por las noches. Quiero a mi madre de la manera más sincera en la que lo he hecho nunca. Valoro a mis amigos más que nunca. Empiezo a entender el perdón y empiezo a estar tranquilo hasta el punto en el que ya he llegado a la conclusión de que estoy dispuesto a morir por Dios. Y una vez estás dispuesto a morir por lo más grande que existe, todo lo demás es un regalo", concluye René ZZ.


lunes, 1 de septiembre de 2025

Santo Evangelio 1 de septiembre 2025

 


Texto del Evangelio (Lc 4,16-30):

 En aquel tiempo, Jesús se fue a Nazaret, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor».

Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en Él. Comenzó, pues, a decirles: «Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír». Y todos daban testimonio de Él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?». Él les dijo: «Seguramente me vais a decir el refrán: ‘Médico, cúrate a ti mismo’. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu patria». Y añadió: «En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria. Os digo de verdad: muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo el país; y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio».

Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira; y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle. Pero Él, pasando por medio de ellos, se marchó.



«Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír»


Rev. D. David AMADO i Fernández

(Barcelona, España)

Hoy, «se cumple esta escritura que acabáis de oír» (Lc 4,21). Con estas palabras, Jesús comenta en la sinagoga de Nazaret un texto del profeta Isaías: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido» (Lc 4,18). Estas palabras tienen un sentido que sobrepasa el concreto momento histórico en que fueron pronunciadas. El Espíritu Santo habita en plenitud en Jesucristo, y es Él quien lo envía a los creyentes.

Pero, además, todas las palabras del Evangelio tienen una actualidad eterna. Son eternas porque han sido pronunciadas por el Eterno, y son actuales porque Dios hace que se cumplan en todos los tiempos. Cuando escuchamos la Palabra de Dios, hemos de recibirla no como un discurso humano, sino como una Palabra que tiene un poder transformador en nosotros. Dios no habla a nuestros oídos, sino a nuestro corazón. Todo lo que dice está profundamente lleno de sentido y de amor. La Palabra de Dios es una fuente inextinguible de vida: «Es más lo que dejamos que lo que captamos, tal como ocurre con los sedientos que beben en una fuente» (San Efrén). Sus palabras salen del corazón de Dios. Y, de ese corazón, del seno de la Trinidad, vino Jesús —la Palabra del Padre— a los hombres.

Por eso, cada día, cuando escuchamos el Evangelio, hemos de poder decir como María: «Hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38); a lo que Dios nos responderá: «Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír». Ahora bien, para que la Palabra sea eficaz en nosotros hay que desprenderse de todo prejuicio. Los contemporáneos de Jesús no le comprendieron, porque lo miraban sólo con ojos humanos: «¿No es este el hijo de José?» (Lc 4,22). Veían la humanidad de Cristo, pero no advirtieron su divinidad. Siempre que escuchemos la Palabra de Dios, más allá del estilo literario, de la belleza de las expresiones o de la singularidad de la situación, hemos de saber que es Dios quien nos habla.


Siendo militar, recibió tal «disparo» de Dios... que se planteó dejar a su esposa y hacerse monje

 


Siendo militar, recibió tal «disparo» de Dios... que se planteó dejar a su esposa y hacerse monje

Freddy Séjourné, en una entrevista de Cyril Lepeigneux para KTV sobre su historia de conversión.

Freddy Séjourné nació en los año 70 y, si bien fue bautizado, asistió a la escuela pública francesa, donde no recibió ninguna formación religiosa. 

Tampoco en casa, donde sus tres hermanos y él presenciaron muchas veces las situaciones de violencia creadas por su padre a consecuencia de su alcoholismo: "Algo difícil de soportar cuando eres niño", confiesa. 

Cuando tenía 11 años, sus padres se separaron.

La etapa de Freddy entre los 16 y los 18 años fue complicada e hizo "algunas tonterías", arrastrado por la rabia que sentía contra el mundo. Era un buen deportista que estropeaba su actitud con la "furia" que ponía al competir.

Paracaidista

Para huir de una situación que no controlaba, siguió el ejemplo de uno de sus hermanos y se alistó en un cuartel de paracaidistas en Toulouse. Le gustó la vida militar, con su compañerismo y su cohesión.

Dieciséis años después, en 2002, era suboficial, se había casado y tenía hijos, pero su familia vivía en Nantes, a 600 km de su unidad. Le pesaban la soledad y la lejanía de los suyos.

En aquel entonces "no sentía ningún interés por la religión". Se había casado por la Iglesia porque su novia -más por costumbre que por convicción- se había empeñado. Pero no tenía amigos cristianos, y ni uno solo de sus compañeros de armas pisaba la iglesia.

Santiguándose una vez tras otra

Hasta que llegó una noche que cambiaría su vida, como él mismo contó a Cyril Lepeigneux para el programa Un coeur qui écoute [Un corazón que escucha] de la cadena católica KTV. 


El testimonio de Freddy en 'Un coeur qui écoute'.

Serían en torno a las diez y, conforme a su graduación, dormía solo en una camareta de su pabellón. De repente empezó a sentir un calor intenso y creciente en su corazón: "No sabía decir por qué, pero sentí el impulso de santiguarme", afirma, y durante las dos horas que duró la experiencia calcula que lo hizo un centenar de veces.

"Sentía un temor dulce, el temor a lo desconocido", explica: "La sensación era como cuando en la adolescencia te enamoras y acudes a la primera cita, una mezcla de aprensión, sorpresa, asombro". Terminó por dormirse.

En busca de un templo

La mañana siguiente parecía empezar de forma normal, pero enseguida percibió algo novedoso: se sentía "lleno de amor y de dulzura, y, paradójicamente, como invencible". Durante las actividades del día, nada le molestó, todo le conformaba. Y no tenía más que un único e inesperado objetivo: "Terminar mi jornada a las cinco y buscar una iglesia". 

Pensó acudir al páter del regimiento para contarle lo sucedido, pero pensó que le tomaría por un loco.

A las seis entraba por la puerta de la iglesia de Sainte-Germaine de Toulouse: "Me senté delante del altar. Puse las manos en el banco y me dije: 'Estoy en casa. Este es mi hogar'".




Altar de Sainte-Germaine en Toulouse.Didier Descouens / Wikipedia

Los días siguientes fueron menguando las sensaciones, pero no la transformación interior. 

El fin de semana lo pasó con sus hijos y su mujer en Nantes, como solía, pero no le contó nada de lo sucedido. Ella conocía al Freddy anterior: tatuajes, deportes, siempre deseoso de salir de fiesta. Pero ahora no era el mismo: "¡Incluso soñaba con dejar a mi esposa y al ejército para entrar en un monasterio y entregar mi vida a Dios!".

El tramo final del camino

Durante los dos años siguientes, los efectos de este encuentro espiritual se apagaron un poco. Freddy continuó visitando iglesias, pero lo hacía a escondidas de su familia y amigos.

Hasta que un día, mientras tomaban algo en grupo, contó su historia, para enfado de su mujer, por sentirse marginada de la vida de su marido y traicionada. 

Él empezó a leer autores espirituales, pero aún pasaron diez años antes de que, tras hablarlo con su párroco en Nantes, empezase un catecumenado. 

El vuelco religioso de Freddy le suponía problemas de pareja: "Mientras que yo leía la Biblia, ella tenía Cincuenta sombras de Grey en la mesilla de noche" y tenía la impresión de haber perdido al hombre con quien se casó.

Sin embargo, fueron fieles a sus compromisos, siguieron juntos y a los 42 años Freddy hizo su Primera Comunión y se confirmó. 

El odio a su padre, que le consumió durante tantos años por la violencia a la que había asistido de niño, desapareció y con ese espíritu pudo acudir a rezar a su tumba en acto de perdón.

Educaron religiosamente a sus hijos, que hoy son católicos practicantes. La madre les acompaña a veces a misa, y siempre en Navidad, donde se siente feliz porque ahora todos "comparten la misma fe". 

Freddy dejó la vida militar y estuvo trabajando un tiempo como camionero antes de ocupar su puesto actual como supervisor de operaciones de transporte nocturnas. 

Trabajar de madrugada le da calma y tiempo para cuidar su vida espiritual. Aunque el lugar donde reza con mayor frecuencia y gusto es otro: "La Custodia de mi iglesia".

Fuente: Religión en Libertad