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domingo, 31 de julio de 2022

Santo Evangelio 31 de Julio 2022

 


Texto del Evangelio (Lc 12,13-21):

 En aquel tiempo, uno de la gente le dijo: «Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo». Él le respondió: «¡Hombre!, ¿quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros?». Y les dijo: «Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aun en la abundancia, la vida de uno no está asegurada por sus bienes».

Les dijo una parábola: «Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto; y pensaba entre sí, diciendo: ‘¿Qué haré, pues no tengo donde reunir mi cosecha?’. Y dijo: ‘Voy a hacer esto: Voy a demoler mis graneros, edificaré otros más grandes y reuniré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea’. Pero Dios le dijo: ‘¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán?’. Así es el que atesora riquezas para sí, y no se enriquece en orden a Dios».



«La vida de uno no está asegurada por sus bienes»


Rev. D. Jordi PASCUAL i Bancells

(Salt, Girona, España)

Hoy, Jesús nos sitúa cara a cara con aquello que es fundamental para nuestra vida cristiana, nuestra vida de relación con Dios: hacerse rico delante de Él. Es decir, llenar nuestras manos y nuestro corazón con todo tipo de bienes sobrenaturales, espirituales, de gracia, y no de cosas materiales.

Por eso, a la luz del Evangelio de hoy, nos podemos preguntar: ¿de qué llenamos nuestro corazón? El hombre de la parábola lo tenía claro: «Descansa, come, bebe, banquetea» (Lc 12,19). Pero esto no es lo que Dios espera de un buen hijo suyo. El Señor no ha puesto nuestra felicidad en herencias, buenas comidas, coches último modelo, vacaciones a los lugares más exóticos, fincas, el sofá, la cerveza o el dinero. Todas estas cosas pueden ser buenas, pero en sí mismas no pueden saciar las ansias de plenitud de nuestra alma, y, por tanto, hay que usarlas bien, como medios que son.

Es la experiencia de san Ignacio de Loyola, cuya celebración tenemos tan cercana. Así lo reconocía en su propia autobiografía: «Cuando pensaba en cosas mundanas, se deleitaba, pero, cuando, ya aburrido lo dejaba, se sentía triste y seco; en cambio, cuando pensaba en las penitencias que observaba en los hombres santos, ahí sentía consuelo, no solamente entonces, sino que incluso después se sentía contento y alegre». También puede ser la experiencia de cada uno de nosotros.

Y es que las cosas materiales, terrenales, son caducas y pasan; por contraste, las cosas espirituales son eternas, inmortales, duran para siempre, y son las únicas que pueden llenar nuestro corazón y dar sentido pleno a nuestra vida humana y cristiana.

Jesús lo dice muy claro: «¡Necio!» (Lc 12,20), así califica al que sólo tiene metas materiales, terrenales, egoístas. Que en cualquier momento de nuestra existencia nos podamos presentar ante Dios con las manos y el corazón llenos de esfuerzo por buscar al Señor y aquello que a Él le gusta, que es lo único que nos llevará al Cielo.


sábado, 30 de julio de 2022

Santo Evangelio 30 de Julio 2022

 


Texto del Evangelio (Mt 14,1-12):En aquel tiempo, se enteró el tetrarca Herodes de la fama de Jesús, y dijo a sus criados: «Ese es Juan el Bautista; él ha resucitado de entre los muertos, y por eso actúan en él fuerzas milagrosas».

Es que Herodes había prendido a Juan, le había encadenado y puesto en la cárcel, por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo. Porque Juan le decía: «No te es lícito tenerla». Y aunque quería matarle, temió a la gente, porque le tenían por profeta.

Mas llegado el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó en medio de todos gustando tanto a Herodes, que éste le prometió bajo juramento darle lo que pidiese. Ella, instigada por su madre, «dame aquí, dijo, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista». Entristecióse el rey, pero, a causa del juramento y de los comensales, ordenó que se le diese, y envió a decapitar a Juan en la cárcel. Su cabeza fue traída en una bandeja y entregada a la muchacha, la cual se la llevó a su madre. Llegando después sus discípulos, recogieron el cadáver y lo sepultaron; y fueron a informar a Jesús.



«Se enteró el tetrarca Herodes de la fama de Jesús»


Rev. D. Joan Pere PULIDO i Gutiérrez Secretario del obispo de Sant Feliu

(Sant Feliu de Llobregat, España)

Hoy, la liturgia nos invita a contemplar una injusticia: la muerte de Juan Bautista; y, a la vez, descubrir en la Palabra de Dios la necesidad de un testimonio claro y concreto de nuestra fe para llenar de esperanza el mundo.

Os invito a centrar nuestra reflexión en el personaje del tetrarca Herodes. Realmente, para nosotros, es un contratestigo pero nos ayudará a destacar algunos aspectos importantes para nuestro testimonio de fe en medio del mundo. «Se enteró el tetrarca Herodes de la fama de Jesús» (Mt 14,1). Esta afirmación remarca una actitud aparentemente correcta, pero poco sincera. Es la realidad que hoy podemos encontrar en muchas personas y, quizás también en nosotros. Mucha gente ha oído hablar de Jesús, pero, ¿quién es Él realmente?, ¿qué implicación personal nos une a Él?

En primer lugar, es necesario dar una respuesta correcta; la del tetrarca Herodes no pasa de ser una vaga información: «Ese es Juan el Bautista; él ha resucitado de entre los muertos» (Mt 14,2). De cierto que echamos en falta la afirmación de Pedro ante la pregunta de Jesús: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Simón Pedro le respondió: ‘Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo’» (Mt 16,15-16). Y esta afirmación no deja lugar para el miedo o la indiferencia, sino que abre la puerta a un testimonio fundamentado en el Evangelio de la esperanza. Así lo definía San Juan Pablo II en su Exhortación apostólica La Iglesia en Europa: «Con toda la Iglesia, invito a mis hermanos y hermanas en la fe a abrirse constante y confiadamente a Cristo y a dejarse renovar por Él, anunciando con el vigor de la paz y el amor a todas las personas de buena voluntad que, quién encuentra al Señor conoce la Verdad, descubre la Vida y reconoce el Camino que conduce a ella».

Que, hoy sábado, la Virgen María, la Madre de la esperanza, nos ayude a descubrir realmente a Jesús y a dar un buen testimonio de Él a nuestros hermanos.

viernes, 29 de julio de 2022

Santo Evangelio 29 de Julio 2022

 


Texto del Evangelio (Lc 10,38-42):

 En aquel tiempo, Jesús entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude». Le respondió el Señor: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada».



«Te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola»


Rev. D. Antoni CAROL i Hostench

(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Hoy, también nosotros —atareados como vamos a veces por muchas cosas— hemos de escuchar cómo el Señor nos recuerda que «hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola» (Lc 10,42): el amor, la santidad. Es el punto de mira, el horizonte que no hemos de perder nunca de vista en medio de nuestras ocupaciones cotidianas.

Porque “ocupados” lo estaremos si obedecemos a la indicación del Creador: «Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla» (Gn 1,28). ¡La tierra!, ¡el mundo!: he aquí nuestro lugar de encuentro con el Señor. «No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del Maligno» (Jn 17,15). Sí, el mundo es “altar” para nosotros y para nuestra entrega a Dios y a los otros.

Somos del mundo, pero no hemos de ser mundanos. Bien al contrario, estamos llamados a ser —en bella expresión de san Juan Pablo II— “sacerdotes de la creación”, “sacerdotes” de nuestro mundo, de un mundo que amamos apasionadamente.

He aquí la cuestión: el mundo y la santidad; el tráfico diario y la única cosa necesaria. No son dos realidades opuestas: hemos de procurar la confluencia de ambas. Y esta confluencia se ha de producir —en primer lugar y sobre todo— en nuestro corazón, que es donde se pueden unir cielo y tierra. Porque en el corazón humano es donde puede nacer el diálogo entre el Creador y la criatura.

Es necesaria, por tanto, la oración. «El nuestro es un tiempo de continuo movimiento, que a menudo desemboca en el activismo, con el riesgo fácil del “hacer por hacer”. Tenemos que resistir a esta tentación, buscando “ser” antes que “hacer”. Recordemos a este respecto el reproche de Jesús a Marta: ‘Tú te afanas y te preocupas por muchas cosas y sin embargo sólo una es necesaria’ (Lc 10,41-42)» (San Juan Pablo II).

No hay oposición entre el ser y el hacer, pero sí que hay un orden de prioridad, de precedencia: «María ha elegido la parte buena, que no le será quitada» (Lc 10,42).


jueves, 28 de julio de 2022

Santo Evangelio 28 de Julio 2022

 


Texto del Evangelio (Mt 13,47-53):

 En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: «También es semejante el Reino de los Cielos a una red que se echa en el mar y recoge peces de todas clases; y cuando está llena, la sacan a la orilla, se sientan, y recogen en cestos los buenos y tiran los malos. Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Habéis entendido todo esto?» Dícenle: «Sí». Y Él les dijo: «Así, todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de una casa que saca de sus arcas lo nuevo y lo viejo». Y sucedió que, cuando acabó Jesús estas parábolas, partió de allí.



«Recogen en cestos los buenos y tiran los malos»


Rev. D. Ferran JARABO i Carbonell

(Agullana, Girona, España)

Hoy, el Evangelio constituye una llamada vital a la conversión. Jesús no nos ahorra la dureza de la realidad: «Saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos y los echarán en el horno de fuego» (Mt 13,49-50). ¡La advertencia es clara! No podemos quedarnos dormidos.

Ahora debemos optar libremente: o buscamos a Dios y el bien con todas nuestras fuerzas, o colocamos nuestra vida en el precipicio de la muerte. O estamos con Cristo o estamos contra Él. Convertirse significa, en este caso, optar totalmente por pertenecer a los justos y llevar una vida digna de hijos. Sin embargo, tenemos en nuestro interior la experiencia del pecado: vemos el bien que deberíamos hacer y en cambio obramos el mal; ¿cómo intentamos dar una verdadera unidad a nuestras vidas? Nosotros solos no podemos hacer mucho. Sólo si nos ponemos en manos de Dios podremos lograr hacer el bien y pertenecer a los justos.

«Por el hecho de no estar seguros del tiempo en que vendrá nuestro Juez, debemos vivir cada jornada como si nos tuviera que juzgar al día siguiente» (San Jerónimo). Esta frase es una invitación a vivir con intensidad y responsabilidad nuestro ser cristiano. No se trata de tener miedo, sino de vivir en la esperanza este tiempo que es de gracia, alabanza y gloria.

Cristo nos enseña el camino de nuestra propia glorificación. Cristo es el camino del hombre, por tanto, nuestra salvación, nuestra felicidad y todo lo que podamos imaginar pasa por Él. Y si todo lo tenemos en Cristo, no podemos dejar de amar a la Iglesia que nos lo muestra y es su cuerpo místico. Contra las visiones puramente humanas de esta realidad es necesario que recuperemos la visión divino-espiritual: ¡nada mejor que Cristo y que el cumplimiento de su voluntad!

Francisco con los pueblos nativos: para la sanación, se necesita a Jesús y el Espíritu Santo, dice

 


Francisco con los pueblos nativos: para la sanación, se necesita a Jesús y el Espíritu Santo, dice

Francisco con los líderes indígenas cree y otros en Canadá, en su primer gran acto en el país

El primer gran acto del Papa en Canadá fue su encuentro con las comunidades indígenas en la reserva de Maskwacis (Alberta), a 100 kilómetros al sur de Edmonton, un lugar de reunión de cuatro tribus cree, de las mayores de Canadá (unos 200.000 miembros, de los que la mitad hablan lengua cree).

En este lugar estuvo una antigua escuela residencial, Ermineskin, que hoy es una escuela gestionada por las comunidades cree según sus costumbres e idioma.

Algunos de los asistentes al acto, de distintas etnias y tribus, acudieron con trajes étnicos. Otros, con la camiseta naranja que es un símbolo de los que sufrieron el sistema de internados, en alusión a una chica india a la que obligaron a quitarse la camiseta naranja que le regaló su abuela para ponerse el uniforme escolar.

El Papa Francisco llegó al encuentro en silla de ruedas con jefes de los pueblos nativos

El Papa llegó en silla de ruedas y se detuvo a rezar en silencio con cara seria en el cementerio de la comunidad cree de Ermineskin, llena de cruces (la mayoría de los cree, como la mayoría de todos los indígenas, son cristianos).



Francisco reza en el cementerio cree de Ermineskine, a 100 km de Edmonton

Después, los indígenas acogieron al Papa con una danza de 4 danzantes (por las 4 direcciones de la Tierra y cuatro elementos de la materia) mientras se desplegaba una lista de víctimas conocidas de los internados (realizada a partir de años de trabajo de la Comisión de Verdad y Reconciliación).


El discurso de bienvenida lo proclamó el jefe Wilton Littlechild, quien recordó que como antiguo comisario de la Comisión de Verdad y Reconciliación escuchó 7.000 testimonios de alumnos de las escuelas residenciales.

Wilton Littlechild escuchó miles de testimonios, viajó a Roma y ahora colocó el penacho de jefe al Papa



Littlechild ya visitó Roma y al Papa hace 4 meses. "Nos quedó claro que escuchó atentamente nuestra experiencia, como se nos arrebataba nuestra cultura, nuestra lengua y se denigraba nuestra espiritualidad", dijo el jefe indígena.

Discurso del Papa: tres peticiones de perdón

Después el Papa Francisco pronunció su discurso en español, deteniéndose a ratos para que un sacerdote tradujera al inglés (había sistemas de traducción automática para otras lenguas).

Tres veces el Papa pidió perdón y fue recibido con aplausos. Recordó que venía "en peregrinación penitencial" y "a implorar el perdón de Dios, sanación y reconciliación".

Dijo estar "dolido" y venir "a expresar mi cercanía, para rezar con ustedes y por ustedes". Recordó que traía unos mocasines -símbolo de los niños de las escuelas- que recibió de la delegación indígena cuatro meses antes, para devolver en este viaje. "La memoria de esos niños es de verdad dolorosa". Y más tarde insistió: "Les agradezco por haber compartido conmigo esta memoria sangrante".

El Papa animó a trabajar juntos, rezar y caminar juntos, para "que los recuerdos del pasado den paso a la sanación y reconciliación".

Insistió: "El primer paso de esta peregrinación penitencial es el de renovar mi pedido de perdón; pido perdón por la manera en que muchos cristianos colaboraron con la mentalidad colonialista de las potencias que oprimieron al pueblo indígena. También por la forma en que muchos miembros de las congregaciones religiosas cooperaron, también con su indiferencia, en proyectos de destrucción cultural y asimilación forzada promovida por los Gobiernos de ese tiempo, que culminó en el sistema de escuelas residenciales". El traductor fue interrumpido dos veces por aplausos.

La mención a los Gobiernos era, como menos, necesaria... y la escuchó el presidente Justin Trudeau que estaba presente en el acto. Fueron las autoridades civiles las que crearon el sistema de internados, lo supervisaron de forma desastrosa y lo infrafinanciaron.

El Papa matizó que en estas escuelas y congregaciones, "aunque la caridad cristiana estuvo presente, las consecuencias globales [del sistema de internados] fueron catastróficas".

Por eso, dijo, "la Iglesia se arrodilla ante Dios por los pecados de sus hijos. Quiero repetir: humildemente pido perdón por los pecados que muchos cristianos cometieron contra los pueblos indígenas". Los aplausos se repitieron con la tercera petición de perdón.

El Pontífice aseguró: "Seguiré animando el compromiso de todos los católicos con los pueblos indígenas, lo hice en varias ocasiones y también con una Exhortación Apostólica".

La necesidad de Cristo para la sanación

Al final de su discurso, puntualizó que el camino de perdón y sanación necesitará de la Gracia de Jesucristo y el Espíritu Santo, ya que "el Señor Jesucristo, de un sepulcro, donde sólo cabía el llanto y la resignación, hizo un lugar de vida nueva". Y pidió a todos orar por ese proceso de sanación

Tras el discurso, mientras cantaban con tambores, los jefes cree se acercaron al Papa. Wilton Littlechild le puso el penacho de plumas que lo señala como jefe y le regalaron uno de sus tambores. También recibió regalos de unas mujeres que eran supervivientes del sistema de internados.



El Papa con penacho de jefe en Canadá

Por el momento, las redes sociales no están siguiendo de forma masiva el viaje. En la cuenta oficial de Facebook del viaje papal, apenas unas 200 personas seguían en directo este acto, que era especialmente vistoso y emotivo. A la misma hora, en el Facebook de la archidiócesis de Edmonton, la anfitriona, anunciaba que "todavía hay buenos asientos gratis disponibles" para la misa en el Commonwealth Stadium (los asientos buenos son los cercanos al escenario). Se podían reservar en PapalVisit.ca.

El sistema de internados

El sistema de internados para indígenas nació en 1879 y fue especialmente dañino desde que se hizo obligatorio en 1920 hasta la Segunda Guerra Mundial. Fueron un nido de tuberculosis, desnutrición y muerte.

En los años 20 a los niños les golpeó también la terrible gripe que mató quizá al 10% de los alumnos de ese momento (la gripe era especialmente rápida y mortal con niños y adolescentes). La gripe y tuberculosis mataban a blancos e indios, pero los indios tenían menos inmunidad natural. Uno de cada siete niños se contagió de tuberculosis (muchos murieron, pero no una mayoría).

El historiador John S. Milloy detalla la historia de estas residencias en su libro de 1999 "A national crime: the Canadian Government and the Residential School System". El Gobierno canadiense infrafinanciaba estos centros, mal diseñados y peor construidos, siempre fríos y mal aireados.

El Gobierno pagaba a los internados una cantidad por niño, por lo que las escuelas -gestionadas no solo por entidades católicas, sino también protestantes y anglicanas- intentaban tener el máximo de niños. A menudo había dos niños por cama en dormitorios hacinados.

Durante un siglo pasaron unos 140.000 niños por esos internados. La Comisión de Verdad y Reconciliación del Gobierno y los pueblos nativos, en 2015, tras años de investigación, sólo identificó 3.200 muertes de niños en esos centros. De un tercio, no tienen el nombre; de la mitad, no saben la causa de la muerte.

Que el Gobierno canadiense cometió una dejadez criminal lo reconoció el Primer Ministro Harper en 2008. Durante dos generaciones o más, el Gobierno ignoró los avisos y denuncias de quienes veían lo que pasaban.

Como casi la mitad de esos centros estaban regidos por congregaciones católicas (en concreto 66 de 139), el Papa Benedicto XVI, ya en 2009, recibió una delegación de nativos canadienses y expresó su "dolor por la deplorable conducta de aquellos católicos que causaron un inmenso dolor y sufrimiento a los que acudieron a escuelas residenciales". Se refería sobre todo a los casos de castigos físicos brutales y desprecio a los alumnos.

Una Comisión de Verdad y Reconciliación en 2015 finalizó un informe de 6 volúmenes con recomendaciones. La Iglesia Católica se comprometió a apoyar más a las comunidades indígenas.

Los pueblos nativos hoy

Según distintos censos, en Canadá hay entre 800.000 y un millón de miembros de las primeras naciones (además, habría que sumar a los inuit -esquimales- y los métis, mestizos, con status propio). Según el Censo de Canadá de 2016, alrededor del 40% vive en una reserva, el 45% en zonas urbanas y el 14% en zonas rurales (fuera de la reserva). Un informe de 2019 editado por la Asamblea de las Primeras Naciones y el Centro Canadiense de Políticas Alternativas indica que el 47% de los más de 254.000 niños de las Primeras Naciones de Canadá viven en la pobreza.

Por la tarde, el Papa se dirigió a un acto en una parroquia católica de Edmonton especialmente dedicada a la pastoral con pueblos nativos (son unos 75.000 en la zona urbana).

Vídeo del acto completo en Maskwacis con los representantes de pueblos indígenas. El Papa hizo su discurso en español y se pueden escuchar sus palabras exactas.

Fuente: Religión en Libertad

miércoles, 27 de julio de 2022

Santo Evangelio 27 de Julio 2022



 Texto del Evangelio (Mt 13,44-46):

 En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: «El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel.

»También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra».



«Vende todo lo que tiene y compra el campo»


Rev. D. Enric CASES i Martín

(Barcelona, España)

Hoy, Mateo pone ante nuestra consideración dos parábolas sobre el Reino de los Cielos. El anuncio del Reino es esencial en la predicación de Jesús y en la esperanza del pueblo elegido. Pero es notorio que la naturaleza de ese Reino no era entendida por la mayoría. No la entendían los sanedritas que le condenaron a muerte, no la entendían Pilatos, ni Herodes, pero tampoco la entendieron en un principio los mismos discípulos. Sólo se encuentra una comprensión como la que Jesús pide en el buen ladrón, clavado junto a Él en la Cruz, cuando le dice: «Jesús, acuérdate de mí cuando estés en tu Reino» (Lc 23,42). Ambos habían sido acusados como malhechores y estaban a punto de morir; pero, por un motivo que desconocemos, el buen ladrón reconoce a Jesús como Rey de un Reino que vendrá después de aquella terrible muerte. Sólo podía ser un Reino espiritual.

Jesús, en su primera predicación, habla del Reino como de un tesoro escondido cuyo hallazgo causa alegría y estimula a la compra del campo para poder gozar de él para siempre: «Por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel» (Mt 13,44). Pero, al mismo tiempo, alcanzar el Reino requiere buscarlo con interés y esfuerzo, hasta el punto de vender todo lo que uno posee: «Al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra» (Mt 13,46). «¿A propósito de qué se dice buscad y quien busca, halla? Arriesgo la idea de que se trata de las perlas y la perla, perla que adquiere el que lo ha dado todo y ha aceptado perderlo todo» (Orígenes).

El Reino es paz, amor, justicia y libertad. Alcanzarlo es, a la vez, don de Dios y responsabilidad humana. Ante la grandeza del don divino constatamos la imperfección e inestabilidad de nuestros esfuerzos, que a veces quedan destruidos por el pecado, las guerras y la malicia que parecen insuperables. No obstante, debemos tener confianza, pues lo que parece imposible para el hombre es posible para Dios.

Jordan Peterson compadrea con la paternidad gay y le recuerdan que una madre es «irreemplazable»



 Jordan Peterson compadrea con la paternidad gay y le recuerdan que una madre es «irreemplazable»

Jordan Peterson y Dave Rubin.

Jordan Peterson (izquierda de la foto) debatió con Dave Rubin sobre la paternidad en la unión entre personas del mismo sexo.

Numerosos seguidores de Jordan Peterson, víctima de la cultura woke de la cancelación y muy crítico con la ideología de género, aún no comprenden su reciente compadreo con Dave Rubin sobre la 'paternidad' en las uniones del mismo sexo.

Conservador y homosexual

Dave Rubin (n. 1976) es un creador de opinión estadounidense de tendencia política conservadora y religiosamente ateo, aunque afirma que está modificando esa posición de negación de Dios. Hace algunos años declaró públicamente su homosexualidad y en 2015 contrajo 'matrimonio' con el productor David Janet, su socio en el programa The Rubin Report. En marzo de 2022 ambos anunciaron que ambos están 'esperando' dos hijos respectivos mediante sendos vientres de alquiler.

Peterson y Rubin conversaron al respecto, en una charla que ha resultado polémica. Sobre todo, para el psicólogo canadiense, en quien muchos han visto una ruptura con su trayectoria anterior.


"Negar las diferencias entre hombres y mujeres" al criar los hijos es negar los hechos, sostiene Peterson en esta respuesta a una pareja gay que quiere tenerlos.

En muchas ocasiones, Peterson expresó la importancia para el desarrollo de los hijos de crecer junto a su padre y su madre, y no lo hacía solamente para oponerse a la adopción por parejas del mismo sexo, sino, en el caso de hombre y mujer, para defender la estabilidad del matrimonio y la importancia de la figura del padre.

Sin embargo, sin dejar de mantener sus objeciones, cambió significativamente su posición ante Rubin, o al menos la expresó en una forma que ha sorprendido a sus seguidores.

La división de los roles

Rubien le contó que primero pensaron adoptar, pero luego consideraron que era importante tener un vínculo genético con sus hijos. Así que valoraron tener dos hijos solo con el esperma de su pareja, David, y dos óvulos de la hermana de Dave. Esto habría convertido a la hermana de Rubin en madre biológica de los hijos de su hermano: conscientes de lo que eso suponía y de posibles complicaciones futuras, lo descartaron, y entonces optaron por los vientres de alquiler. Ambos han fecundado artificialmente dos óvulos de dos mujeres y los han implantado en el útero de otras dos mujeres distintas.

Pero no es sobre los vientres de alquiler sobre lo que Dave quiere conocer la opinión de Peterson, sino sobre otra cosa: "Vamos a ser un hogar con dos padres y ninguna madre, ¿qué implica esto realmente?", le pregunta.

"Sabemos que los niños alimentados con leche materna crecen mejor", empieza diciendo Jordan, a lo que Dave responde que en su garaje tiene dos frigoríficos industriales llenos de ella.

Superado a base de talonario (Dave reconoce que él y su pareja tienen medios que muchos otros no tienen) ese primer escollo nutricional, Peterson continúa con lo que verdaderamente ha chocado a muchos de sus lectores: "Creo que la mínima exigencia de estabilidad para asegurar la salud psicológica y la viabilidad económica de un niño es algo como una estructura familiar nuclear, por lo que necesitas una madre y un padre, o al menos necesitas dos personas, una que desempeñe un papel maternal y otra un papel paternal, o que se los repartan. No sabemos cómo está vinculado eso al sexo".


[Lee en ReL: ¿Que dice la ciencia sobre la entrega de niños a parejas gays? Así manipulan los estudios reales]

Luego hace una digresión para describir la distinta naturaleza del comportamiento estándar femenino y masculino hacia los hijos, y añade: "David y tú tenéis numerosos recursos disponibles, económica e intelectualmente, que os capacitan para recorrer ese camino, pero es muy valioso e interesante que hables de las complicaciones". En efecto, Dave le explica que la madre de su 'marido' les ayudará en los primeros meses, también su propia hermana, que tendrán cuidadoras que les acostarán por la noche, etc.: una pléyade de mujeres que paliarán la ausencia de una madre.

A partir del minuto 16:09 Jordan y Dave entran en materia sobre la futura paternidad de Rubin.

Posteriormente, Jordan define la unión estable entre un hombre y una mujer como un "ideal", y Dave está de acuerdo, considerando que él quiere aproximarse a él desde una relación homosexual. Ambos parecen coincidir en que impedirlo sería abocar a las parejas gays a la inmadurez y la promiscuidad. "No creo que sea imposible para vosotros replicar las influencias masculina y femenina en la vida de vuestros hijos", añade Peterson, alegando que también hay padres y madres que desempeñan ambos roles masculinos o ambos roles femeninos: "No creo que el problema al que os vais a enfrentar sea necesariamente de un tipo categóricamente distinto al que se enfrentan muchas parejas [heterosexuales]".

La respuesta de Jennifer Roback Morse

Una de las respuestas más contundentes a estas novedosas matizaciones de Peterson ante la naturaleza del matrimonio (que él siempre ha defendido por razones no religiosas, sino psicológicas y culturales) ha sido la de Jennifer Roback Morse, fundadora del Ruth Institute, cuyo objetivo es defender la familia de los estragos de la Revolución Sexual. 

Jennifer reprocha a ambos que se sumen al "borrado de las mujeres" que ellos mismos critican en la ofensiva trans: "Creen que con dinero suficiente, tecnología médica y apoyo legal, un hombre puede hacer todo lo que puede hacer una mujer. Literalmente, están borrando a las mujeres mientras se felicitan a sí mismos por lo sesudos, profundos y conservadores que son", dice en el National Catholic Register.



Jennifer Roback Morse es economista, ha sido profesora en Yale y lideró la oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo en California.

"Esos niños no tienen una sino dos madres, una madre gestacional y una madre genética, y ambas desaparecerán de sus vidas", lamenta.

Y añade: "Estos hombres han despiezado la maternidad, la más fundamental de las relaciones humanas, en una serie de funciones. Han transformado a la madre, que es una realidad personal orgánica e integrada, en algo artificial, disperso e impersonal".

Pone un ejemplo de su propia vida. Jennifer ha tenido diez hijos: uno natural, uno adoptado y ocho en acogida. Solo tuvo el "privilegio" de amamantar al primero y enfatiza lo satisfactoria que fue la experiencia y el vínculo que supuso con su hija, tanto que le destrozó el corazón cuando tuvo que dejar de hacerlo a los cinco meses. Un vínculo que no tendrán, dice, las cuidadoras que llenen los biberones con la leche extraída de los pechos de mujeres desconocidas, ni tampoco la madre que les habría amamantado de no tener que desprenderse de su hijo nada más nacer para entregárselo a la feliz pareja.

"La maternidad natural integra a la madre genética, la madre gestacional, la madre amamantadora, la madre cuidadora y la madre legalmente reconocida en una única persona. La maternidad normal es natural, sin nada artificial... y, se se me permite, sin nada hecho por el varón", defiende Jennifer: "Y, por encima de todo, es personal. Mi identidad personal es fundamental para mi hija y su identidad es fundamental para mí. Somos irreemplazables una para la otra, a diferencia de la colección de piezas intercambiables que supone el proceso de los vientres de alquiler".

"¿Cree seriamente un hombre del calibre de Jordan Peterson que esos niños van a salir ilesos del proceso?", acusa. Y le critica que tranquilice a Dave diciendo que ellos tendrán "recursos" para cumplir todos esos papeles: "Es cierto. Tienen recursos. Pero un hombre no necesita recursos extraordinarios para ser un buen padre. El primer deber de la paternidad es amar a la madre de tu hijo. De hecho, normalmente ése es el camino por el que se llega a ser padre. Dave Rubin ya no puede cumplir ese deber tan básico, y no podrá reparar del todo esa brecha, por muy rico o inteligente que sea ni por mucha gente que le rodee".

Fuente: Religión en Libertad

martes, 26 de julio de 2022

Santo Evangelio 26 de Julio 2022

 


Texto del Evangelio (Mt 13,36-43):

 En aquel tiempo, Jesús despidió a la multitud y se fue a casa. Y se le acercaron sus discípulos diciendo: «Explícanos la parábola de la cizaña del campo». Él respondió: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino; la cizaña son los hijos del Maligno; el enemigo que la sembró es el Diablo; la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.

»De la misma manera, pues, que se recoge la cizaña y se la quema en el fuego, así será al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los obradores de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga».



«Explícanos la parábola de la cizaña del campo»


Rev. D. Iñaki BALLBÉ i Turu

(Terrassa, Barcelona, España)

Hoy, mediante la parábola de la cizaña y el trigo, la Iglesia nos invita a meditar acerca de la convivencia del bien y del mal. El bien y el mal dentro de nuestro corazón; el bien y el mal que vemos en los otros, el que vemos que hay en el mundo.

«Explícanos la parábola» (Mt 13,36), le piden a Jesús sus discípulos. Y nosotros, hoy, podemos hacer el propósito de tener más cuidado de nuestra oración personal, nuestro trato cotidiano con Dios. —Señor, le podemos decir, explícame por qué no avanzo suficientemente en mi vida interior. Explícame cómo puedo serte más fiel, cómo puedo buscarte en mi trabajo, o a través de esta circunstancia que no entiendo, o no quiero. Cómo puedo ser un apóstol cualificado. La oración es esto, pedirle “explicaciones” a Dios. ¿Cómo es mi oración?: ¿es sincera?, ¿es constante?, ¿es confiada?.

Jesucristo nos invita a tener los ojos fijos en el Cielo, nuestra casa para siempre. Frecuentemente vivimos enloquecidos por la prisa, y casi nunca nos detenemos a pensar que un día —lejano o no, no lo sabemos— deberemos dar cuenta a Dios de nuestra vida, de cómo hemos hecho fructificar las cualidades que nos ha dado. Y nos dice el Señor que al final de los tiempos habrá una tría. El Cielo nos lo hemos de ganar en la tierra, en el día a día, sin esperar situaciones que quizá nunca llegarán. Hemos de vivir heroicamente lo que es ordinario, lo que aparentemente no tiene ninguna trascendencia. ¡Vivir pensando en la eternidad y ayudar a los otros a pensar en ello!: paradójicamente, «se esfuerza para no morir el hombre que ha de morir; y no se esfuerza para no pecar el hombre que ha de vivir eternamente» (San Julián de Toledo).

Recogeremos lo que hayamos sembrado. Hay que luchar por dar hoy el 100%. Y que cuando Dios nos llame a su presencia le podamos presentar las manos llenas: de actos de fe, de esperanza, de amor. Que se concretan en cosas muy pequeñas y en pequeños vencimientos que, vividos diariamente, nos hacen más cristianos, más santos, más humanos.

«Millennial» y también monja de clausura: quinta hija de una familia repleta de diversas vocaciones



 «Millennial» y también monja de clausura: quinta hija de una familia repleta de diversas vocaciones

Grace, en el monasterio recibiendo la visita de algunos de sus sobrinos / Fotos Arlington Catholic Herald

La familia Van de Voorde es una familia especial y agradecida. Quedó patente tras la profesión perpetua de Mary Grace como monja dominica  en el Monasterio de Santo Domingo de Linden, en Estados Unidos. Y no fue una ceremonia cualquiera puesto que en el servicio religioso participó su padre, Jim Van de Voorde, que es diacono permanente y al que sus llaman cariñosamente “papá diácono”.

El matrimonio que conforman Jim y Frances tiene siete hijos pero la del esposo y la de Mary Grace no son las únicas vocaciones de la familia, pues otras dos de las hermanas han sido llamadas para una vida entregada totalmente a Cristo. Una como sierva del Hogar de la Madre que vive actualmente en España, y otra como laica consagrada del Regnum Christi que desempeña su labor en un campus universitario de Atlanta.

Una ceremonia emocionante

La última precisamente ha sido Mary Grace, la quinta de siete hermanos, y que con 25 años realizó sus votos perpetuos como dominica. Ya es una de las 10 monjas del convento y está exultante con su vida como esposa de Cristo.

Profesión perpetua de Mary Grace


“Ahora que estoy aquí me ha sorprendido lo liberador que es estar atado a Dios. Si la gente supiera lo feliz que nos quiere hacer Dios no tendrían tanto miedo”, afirma esta joven al Arlington Catholic Herald.

Proveniente de una familia muy religiosa donde la llamada de Dios a distintas vocaciones se ha visto como algo natural, Grace Van de Voorde afirma que la primera vez que se sintió llamada a ser monja fue cuando tenía 5 o 6 años.  Ya en secundaria fue profundizando con la dirección espiritual de un sacerdote de su parroquia en Manassas.

Una llamada temprana

Según recuerda la ya religiosa dominica, este sacerdote le pidió que “escribiera la lista de sus sueños para la vida religiosa, qué buscaría si pudiera elegir. ‘¿Quieres cuidar, quieres enseñar?’, y pensé: ‘podría hacerlo si tuviera que hacerlo, pero no es realmente lo que quiero’. Sólo quería pertenecer a Dios y eso era lo central para mí. Entonces me dijo: ‘¿por qué no miramos la vida contemplativa?’”.



Familia Van de Voorde

En aquel momento Grace tenía tan sólo 17 años y muchas de las órdenes a las que visitó querían que esperara unos años para discernir seriamente. Sin embargo, la priora del Monasterio de Santo Domingo en Linden la animó a visitarlas. A a esta joven le gustó mucho lo que vio. “Me sorprendió –señala ella- lo normal que me sentía estando en el monasterio así que pregunté si podía regresar”. Volvió en varias ocasiones y tras graduarse en Secundaria decidió que quería ser dominica y empezar el postulantado.

Durante sus votos perpetuos, Mary Grace se sintió especialmente bendecida de que su padre sirviera en la misa como diacono. Afirma que “fue muy especial tenerlo tan cerca”. Además, explica que “hará falta mucho tiempo, probablemente el resto de mi vida, para absorberlo todo. La única emoción que pude expresar fue este inmenso alivio, no tanto por haber llegado aquí sino por finalmente comenzar. Estoy muy agradecida por el regalo de Dios, el regalo de mi comunidad, el regalo de mi familia y el de nuestra diócesis”.



Una familia muy particular

Estas celebraciones se están convirtiendo casi en una costumbre entre los Van de Voorde. Jim fue ordenado diácono permanente en enero de 2015 donde sirve en la parroquia de Todos los Santos en Manassas. “Es una oportunidad maravillosa poder servir a la parroquia y a la diócesis”, afirmaba este padre de siete hijos.

Desde su ordenación ha ayudado en la parroquia bautizando, realizando homilías, catequesis, trabajo administrativo y atendiendo pastoralmente en la cárcel. Todo ello mientras lo combina con su trabajo como consultor y con su familia. Sobre esta vida, Jim cuenta que “el obispo nos dijo que mi primera responsabilidad es con respecto a mi matrimonio, la segunda mantener a mi familia y la tercera para el diaconado”.

Las diferentes vocaciones de sus hermanas

Otra de las vocaciones de la familia es la de Alisson, tercera hija de la familia y actualmente sierva del Hogar de la Madre en Valencia, en España. Esta fue la vocación más inesperada de la familia.

Su hermana Beth, un año menor, recuerda que “éramos casi como gemelas” y mientras Beth “hablaba de ser monja” Allison siempre “hablaba de ser madre”. Pero durante su tercer curso en la Universidad Ave María de Florida realizó una pequeña experiencia misionera en Ecuador que cambiaría su vida.



Era 2008 y pasó ese tiempo en Ecuador con las Siervas del Hogar de la Madre. Hasta entonces ella quería formar una familia y ser madre, pero según relata Beth, su hermana “en ese viaje misionero se dio cuenta de cómo estas hermanas son madres”. Así, tras graduarse en la universidad, Allison viajó a España y se unió a esta orden religiosa que tantas jóvenes está recibiendo.

También entregada a Dios acabó Beth, actualmente de 32 años, pero en este caso como laica consagrada del Regnum Christi.  Confiesa que desde muy pequeña sentía atracción por la vida religiosa, conoció a varias monjas e incluso visitó diferentes conventos. Pero se dio cuenta de que las órdenes religiosas no eran lo que ella buscaba y a lo que se sentía llamada.

Fue en 2004 cuando iba a salir de fiesta cuando unos amigos la invitaron a un retiro silencioso de tres días, al que decidió unirse. Allí conoció a las mujeres consagradas del Regnum Christi, que le ayudaron a madurar su relación con Cristo.  Tras graduarse en la universidad en 2006 se unió a esta realidad vinculada a los Legionarios de Cristo.

(Artículo publicado originariamente en ReL en febrero de 2020 y ligeramente actualizado).

lunes, 25 de julio de 2022

Santo Evangelio 25 de Julio 2022

 


Texto del Evangelio (Mt 20,20-28):

 En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró como para pedirle algo. Él le dijo: «¿Qué quieres?». Dícele ella: «Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino». Replicó Jesús: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?». Dícenle: «Sí, podemos». Díceles: «Mi copa, sí la beberéis; pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre».

Al oír esto los otros diez, se indignaron contra los dos hermanos. Mas Jesús los llamó y dijo: «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos».



«¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?»


Mons. Octavio RUIZ Arenas Secretario del Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización

(Città del Vaticano, Vaticano)

Hoy, el episodio que nos narra este fragmento del Evangelio nos pone frente a una situación que ocurre con mucha frecuencia en las distintas comunidades cristianas. En efecto, Juan y Santiago han sido muy generosos al abandonar su casa y sus redes para seguir a Jesús. Han escuchado que el Señor anuncia un Reino y que ofrece la vida eterna, pero no logran entender todavía la nueva dimensión que presenta el Señor y, por ello, su madre va a pedir algo bueno, pero que se queda en las simples aspiraciones humanas: «Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino» (Mt 20,21).

De igual manera, nosotros escuchamos y seguimos al Señor, como lo hicieron los primeros discípulos de Jesús, pero no siempre logramos entender a cabalidad su mensaje y nos dejamos llevar por intereses personales o ambiciones dentro de la Iglesia. Se nos olvida que al aceptar al Señor, tenemos que entregarnos con confianza y de manera plena a Él, que no podemos pensar en obtener la gloria sin haber aceptado la cruz.

La respuesta que les da Jesús pone precisamente el acento en este aspecto: para participar de su Reino, lo que importa es aceptar beber de su misma «copa» (cf. Mt 20,22), es decir, estar dispuestos a entregar nuestra vida por amor a Dios y dedicarnos al servicio de nuestros hermanos, con la misma actitud de misericordia que tuvo Jesús. El Papa Francisco, en su primera homilía, recalcaba que para seguir a Jesús hay que caminar con la cruz, pues «cuando caminamos sin la cruz, cuando confesamos un Cristo sin cruz, no somos discípulos del Señor».

Seguir a Jesús exige, por consiguiente, gran humildad de nuestra parte. A partir del bautismo hemos sido llamados a ser testigos suyos para transformar el mundo. Pero esta transformación sólo la lograremos si somos capaces de ser servidores de los demás, con un espíritu de gran generosidad y entrega, pero siempre llenos de gozo por estar siguiendo y haciendo presente al Señor.

Seis pasos infalibles para llevar de vuelta a la fe a familiares y amigos alejados de Dios



 Seis pasos infalibles para llevar de vuelta a la fe a familiares y amigos alejados de Dios

Grupo de amigos. 

Puede resultar complicado tener familiares, amigos, o incluso entre cónyuges, diferir en la fe y creencias religiosas: estos seis pasos te ayudarán a limar asperezas.

Stephen K. Ray es un popular evangelizador de Michigan (Estados Unidos) que participa con frecuencia en programas de radio y televisión en la cadena Fox o en el programa The Journey Home del canal de la Madre Ángélica, EWTN. También ha cosechado numerosos éxitos editoriales y en proyectos propios: es autor de algunos de los libros más vendidos de la editorial Ignatius Press como Cruzando el Tíber o Sobre esta Roca y ha dirigido una relevante serie sobre Tierra Santa, Las Huellas de Dios.

Fruto de esta vasta experiencia en los contenidos de la fe católica son algunos de sus artículos publicados en medios como Catholic Answers de temática evangelizadora.

Estas son sus "seis reglas" para tratar con familiares, amigos y conocidos no católicos y que miren la fe con otros ojos. O que, al menos, no se alejen más de ella:

1º Debate solo en el momento oportuno y con las formas apropiadas  

En primer lugar, Ray advierte de que al tener en frente a un amigo o familiar alejado de la fe o incluso contrario a ella, lo último que se debe hacer es discutir acaloradamente o responder a la provocación.

Esto, dice, "es lo que no queremos cuando tratamos con seres queridos", ya que en estas conversaciones las emociones pueden jugar malas pasadas y llegar a decir cosas que se acaban lamentando.

"Esto no quiere decir que no debamos discutir de una manera caritativa, sino que debemos evitar los argumentos impulsivos". Y en ocasiones, incluso retrasar la conversación: "Tenemos que recordar que podemos ganar un debate pero perder un alma, ganar una batalla y perder la guerra".

Por eso, hay ocasiones en las que es mejor "morderse el labio". En las cenas y comidas, cuando se hagan comentarios sarcásticos u ofensivos, Ray recomienza rezar para que el Espíritu Santo nos de la gracia de ser virtuosos y pacientes. De este modo, posponiendo la conversación a un momento más apropiado puede significar que "los puentes no se quemen y que la buena relación se mantenga".

2º El amor es el mejor argumento

Lo es en momentos de tensión, incluso con desconocidos, pero "es el único argumento que nadie puede resistir". Y lo es especialmente entre matrimonios que no comparten la fe. "Es difícil amar a la persona y no estar de acuerdo con sus ideas, especialmente si es muy directo o firme al respecto. Por eso, hay que tomar la iniciativa y demostrar el amor de Dios cuando el otro sea hostil a la fe: ama, ama y ama, y demuéstralo cada día", menciona.

También se refiere al momento en que uno de los esposos o miembros de la familia está descubriendo la fe. A ellos les recomiendan que, en lugar de hacerlo en privado, hagan a sus familias formar parte de su conversión para que estas no se sientan excluidas o traicionadas.

También llama la atención al cónyuge converso de la importancia de pasar tiempo de calidad con el otro y de mostrarle un amor atento y cercano.

"A veces, el converso está tan emocionado que no puede ocultarlo, rebosa de amor, va a misa todos los días, se pasa las horas rezando y con sus nuevos amigos y su cónyuge se siente abandonada, como si una nueva persona hubiese secuestrado al que conoció durante toda su vida. Los matrimonios necesitan amarse más, no menos, ser más cercanos que nunca, abrir sus vidas y corazones el uno al otro. Esto es amor, y el amor es el mejor argumento", menciona.

3º No pienses en lo que responderías: reza y mortifícate

Aunque es algo que parece "de sentido común", Ray es consciente de que con frecuencia la parte católica se dedica a idear nuevos argumentos para responder a su interlocutor mientras olvida de dedicar todo el tiempo posible a la oración por la conversión del que tiene delante.

Y pone un ejemplo: "Un conocido mío había dejado la Iglesia. Un familiar se propuso rezar diariamente y hacer un sacrificio semanal por el regreso de esta persona a la fe. Después de un año, el apóstata volvió a la Iglesia y con una sonrisa de complicidad le dijo a su familiar: "¡Sé lo que hiciste! Rezaste e hiciste sacrificios por mí. Sabía que Dios no me dejaría solo".

4º Debes tener respuestas… e intentar jugar en su terreno

Ray afirma que los católicos lo son, en última instancia, porque la fe es la Verdad. Y si lo es, es necesario saber por qué es verdad y ser capaces de argumentarlo y explicárselo a los demás.

Por ello, alienta a estar preparados para responder a las preguntas que surjan cuando sea necesario: "Lo peor que puede pasarnos es que el alejado de la fe regrese, pregunte por qué los católicos creemos lo que creemos y hacemos lo que hacemos ¡y no tener respuesta!".

Del mismo modo, invita a ser inteligentes y tratar, en la medida de lo posible, de jugar en su terreno y saber usar todo lo que pueda acercar las posiciones. Si nuestro ser querido se ha convertido en protestante, y lo común de los protestantes con los católicos es el amor por las Escrituras, sería inteligente estudiar la Biblia para poder relacionarnos y que nuestro ser querido encuentre lazos de unión.

"La Biblia es un libro católico, y nosotros más que nadie deberíamos amarlo y conocerlo. Es necesario ponernos en su lugar, entender sus nuevas creencias o su falta de las mismas, aprender la Biblia y las razones de nuestra fe para poder compartirla con confianza con los demás", añade.

5º Muestra la alegría de la fe

Por experiencia, el escritor sabe que la alegría y la felicidad atraen a la gente, pero la frustración, la crítica y la amargura les aleja. Por eso, sugiere que se intente contagiar la alegría de la fe y lograr que nuestros conocidos se pregunten por qué estamos tan felices y qué tenemos los católicos que no tienen ellos.

"Si solo nos quejamos y murmuramos, si siempre estamos criticando la homilía, la Misa y los sacerdotes, los demás nunca nos tomarán en serio. Si nos quejamos de las enseñanzas de la Iglesia, si mostramos nuestro desacuerdo con la moral católica o transmitimos que preferimos ver el fútbol que ir a Misa, lo único que estaremos haciendo es alejar aún más a nuestros familiares o amigos".

"El gozo del Señor debe salir de nosotros incluso en los tiempos difíciles, pues las polillas son atraídas por la luz", comenta.  

6º Y lo más importante: pídele a Dios que mueva sus piezas 

Por último, expone la que quizá es la "regla" más importante de las seis. "Cuando se trata de familiares o amigos, creemos que es nuestro deber recuperarlos y convertirlos. Pero en última instancia, no es nuestro trabajo, sino del Espíritu Santo. Y es probable que quiera usar a alguien que no seamos nosotros. Usará tus oraciones y puede que la influencia de alguien cercano a esa persona", menciona.

Se trata de una regla de humildad. "Debemos estar dispuestos a dar un paso atrás y adoptar una estrategia de no intervención, limitándonos a rezar para que Dios mueva las piezas de su tablero de ajedrez hasta que se junten las personas correctas y adecuadas para influir en los seres queridos", concluye.

domingo, 24 de julio de 2022

Santo Evangelio 24 de Julio 2022

 


Texto del Evangelio (Lc 11,1-13):

 Un día que Jesús estaba en oración, en cierto lugar, cuando hubo terminado, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, como Juan lo enseñó a sus discípulos». Les dijo: «Cuando oréis, decid: ‘Padre, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Danos cada día el pan que necesitamos. Perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos todos los que nos han ofendido. Y no nos expongas a la tentación’».

También les dijo Jesús: «Supongamos que uno de vosotros tiene un amigo, y que a medianoche va a su casa y le dice: ‘Amigo, préstame tres panes, porque otro amigo mío acaba de llegar de viaje a mi casa y no tengo nada que ofrecerle’. Sin duda, aquel le contestará desde dentro: ‘¡No me molestes! La puerta está cerrada y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme a darte nada’. Pues bien, os digo que aunque no se levante a dárselo por ser su amigo, se levantará por serle importuno y le dará cuanto necesite. Por esto os digo: Pedid y Dios os dará, buscad y encontraréis, llamad a la puerta y se os abrirá. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra y al que llama a la puerta, se le abre. ¿Acaso algún padre entre vosotros sería capaz de darle a su hijo una culebra cuando le pide pescado? ¿O de darle un alacrán cuando le pide un huevo? Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre que está en el cielo dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!».



«Jesús estaba en oración… ‘Señor, enséñanos a orar’»


Abbé Jean GOTTIGNY

(Bruxelles, Bélgica)

Hoy, Jesús en oración nos enseña a orar. Fijémonos bien en lo que su actitud nos enseña. Jesucristo experimenta en muchas ocasiones la necesidad de encontrarse cara a cara con su Padre. Lucas, en su Evangelio, insiste sobre este punto.

¿De qué hablaban aquel día? No lo sabemos. En cambio, en otra ocasión, nos ha llegado un fragmento de la conversación entre su Padre y Él. En el momento en que fue bautizado en el Jordán, cuando estaba orando, «y vino una voz del cielo: ‘Tú eres mi hijo; mi amado, en quien he puesto mi complacencia’» (Lc 3,22). Es el paréntesis de un diálogo tiernamente afectuoso.

Cuando, en el Evangelio de hoy, uno de los discípulos, al observar su recogimiento, le ruega que les enseñe a hablar con Dios, Jesús responde: «Cuando oréis, decid: ‘Padre, santificado sea tu nombre…’» (Lc 11,2). La oración consiste en una conversación filial con ese Padre que nos ama con locura. ¿No definía Teresa de Ávila la oración como “una íntima relación de amistad”: «estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos que nos ama»?

Benedicto XVI encuentra «significativo que Lucas sitúe el Padrenuestro en el contexto de la oración personal del mismo Jesús. De esta forma, Él nos hace participar de su oración; nos conduce al interior del diálogo íntimo del amor trinitario; por decirlo así, levanta nuestras miserias humanas hasta el corazón de Dios».

Es significativo que, en el lenguaje corriente, la oración que Jesucristo nos ha enseñado se resuma en estas dos únicas palabras: «Padre Nuestro». La oración cristiana es eminentemente filial.

La liturgia católica pone esta oración en nuestros labios en el momento en que nos preparamos para recibir el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo. Las siete peticiones que comporta y el orden en el que están formuladas nos dan una idea de la conducta que hemos de mantener cuando recibamos la Comunión Eucarística.


La moda que desviste a las mujeres ¿las «empodera»? Tres estudios y una diseñadora sugieren que no



 La moda que desviste a las mujeres ¿las «empodera»? Tres estudios y una diseñadora sugieren que no

Uno de los diseños de Paris Bloom, la marca de la autora del artículo, Audrey Cole.

Audrey Cole es diseñadora  y una de las creadoras de la marca Paris Bloom, cuyo lema, Be timeless [Sé intemporal] delata su apuesta por lo clásico y su desaire a las corrientes de la moda más volátiles.

Publicó en Crisis Magazine una reflexión sobre una de las grandes contradicciones del feminismo contemporáneo: pretender que la hipersexualización de la mujer la "empodera". 

Como mujer y profesional de la moda ella no piensa lo mismo, y además añade que diversos estudios científicos... tampoco.



La diseñadora Audrey Cole

Audrey Cole dirige Paris Bloom, que fundó junto con Mary Kunkel en Fort Worth (Texas), buscando cubrir un hueco en el vestido clásico, bajo un principio: "Comprar un vestido es una decisión muy personal y una declaración pública".

***

Desvestir es ahora "empoderar"

de Audrey Cole

En palabras de Jennifer López, su nueva película Hustlers es "una historia feminista y empoderadora".

Lo que quiere decir es que las strippers -las protagonistas de la película- utilizan la sexualización de sus cuerpos para controlar a sus clientes masculinos.

Este es, ahora, el mensaje habitual para las mujeres. La industria del entretenimiento ya no retrata a las mujeres como objetos sexuales sin más; no, ahora las protagonistas acentúan su poder sexual y son ellas las que se proponen a los hombres.

Sin embargo, este es el método más claro y evidente de explotar a las mujeres: se nos ha convencido de que interiorizar y representar nuestras fantasías pornográficas no sólo es deseable, sino que es "empoderador".

La industria de la moda acepta este mensaje sin dudarlo. Las opciones de moda femenina están dominadas por escotes profundos, por largos cada vez más cortos y ropa que marca la silueta.

Y lo que es peor, nuestras hijas están siendo condicionadas para ser objetos sexuales a una edad muy temprana. Basta entrar en una de las tiendas de The Children’s Place para ver tops con escote halter y faldas minis para niñas.

Irónicamente, en una era de supuesta emancipación progresista para las mujeres, estamos diseñando ropa para mujer con el fin de que su objetivo principal sea dar placer carnal a los hombres.

Tres estudios sobre la moda y la cosificación de la mujer

¿De qué modo esta ropa afecta a las mujeres y las niñas que la llevan? Frontiers of Psychology (ver Fig. 1) ha revisado una amplia serie de estudios sobre este tema. Cuando una mujer es cosificada por su vestimenta, los observadores tienen más tendencia a sentir menos preocupación moral por la mujer y a percibirla como menos competente y menos humana.

Moda y violencia sexual, artículo de 2017 en Frontiers in Psychology

Fig. 1. "De la atracción a la agresión: el vestido, la cosificación y la deshumanización. ¿Un posible preludio de la violencia sexual?", artículo publicado en 2017 en Frontiers in Psychology. El autor es investigador del Instituto de Neurociencia y Psicología de la Universidad de Glasgow (Escocia, Reino Unido).

Y no son sólo los hombres lo que deshumanizan a las mujeres sexualizadas. A un nivel cognitivo básico, es una práctica muy difundida tanto entre hombres como entre mujeres reducir la personalidad humana de la mujer cosificada y considerarla como objeto para el placer, aunque no sea para el propio.

Las mujeres vestidas provocativamente no sólo tienen que luchar contra el hecho de que los demás las consideren objetos.

Los estudios demuestran que las mujeres tienden a cosificarse a ellas mismas cuando visten poca ropa, o ropa demasiado ajustada. Se ha demostrado que las personas con vestimenta ajustada (como un maillot de ballet) o poca ropa (como un traje de baño de una pieza) tienen mayores sentimientos negativos hacia ellas mismas y sus capacidades.

Esta negatividad afecta a su realización intelectual. En un estudio (ver Fig. 2), las mujeres que llevaban trajes de baño tuvieron peores resultados en los test de matemáticas que las mujeres que llevaban jersey.

Artículo sobre ropa ajustada y cosificación en 1998 en Journal of Personality and Social Psychology

Fig. 2. "Este bañador te sienta bien: diferencias sexuales en la auto-cosificación, las restricciones en la alimentación y la capacidad matemática", artículo publicado en 1998 en Journal of Personality and Social Psychology. Los autores son investigadores de la Universidad de Michigan, de la Duke University y del Colorado College.

Sentirse cosificada hace que disminuya la salud mental de la mujer, lleva a la depresión y puede causar que se comporte como un ser inferior en las interacciones sociales.

¿Y qué decir sobre condicionar a los hombres para que vean a las mujeres como objetos de usar y tirar? Debido a que las mujeres cosificadas son consideradas menos humanas, no son objeto de preocupación moral y son culpabilizadas, los hombres se sienten con más derechos sobre ellas.

Otro estudio (ver Fig. 3) demostró que los hombres que veían programas de televisión en los que se mostraba una imagen de la mujer cosificada eran más proclives a tener un comportamiento de coacción sexual y acoso sexual que los hombres que veían programas en los que se trasmitía una imagen de la mujer más profesional o neutral.

Medios de comunicación que cosifican a la mujer, artículo de 2013 en Psychology of Women Quarterly 

Fig. 3. "Los medios cosificadores: su efecto en los roles de género y en el acoso sexual a las mujeres": artículo publicado en 2013 en Psychology of Women Quarterly, que publica la asociación de psicología feminista Society for the Psychology of Women. Las autoras son tres investigadoras del Departamento de Psicología del Desarrollo y de la Socialización de la Universidad de Padua (Italia).

Curiosamente, nuestra sociedad culpabiliza la "masculinidad tóxica", a la vez que fomenta un imaginario que retrata a las mujeres como objetos que deben ser utilizados para la propia satisfacción sexual.

Hollywood es, nuevamente, hipócrita. Ensalza la violencia y la explotación de las mujeres, pero señala con el dedo a otra parte cuando nuestra sociedad saturada por los medios recoge los malos frutos.



Algunos vestidos femeninos en la gala de los Oscar de 2022.

A imagen de Dios

Sólo un desprecio total por la ciencia, la moral y la decencia natural puede llevar a las industrias del entretenimiento y de la moda a reducir a la mujer a ser meramente un cuerpo.

Les dicen a sus hijas que es "empoderador" autocosificarse y utilizar su desnudez como un instrumento. Menosprecian la modestia como algo antiguo y pasado de moda, un concepto vergonzoso que hace que las mujeres se repriman.

Son ellos, sin embargo, los que ensalzan un camino al "empoderamiento" que es científicamente cuestionable; que, claro está, gusta a los hombres; y que no tiene integridad ni es indicativo de progreso genuino.

El único modo sano para que las mujeres sean conscientes de su valía y puedan influir en los resultados es elevarse por encima del vestido provocativo.

Debemos animar a nuestras hijas a vestirse de modo que recuerden, ellas y los demás, su dignidad como persona hecha a imagen de Dios.

Defendemos la modestia porque realmente valoramos a las mujeres y las vemos como mucho más que la suma de las partes de su cuerpo. Valoramos a las mujeres por la valía de su alma, intelecto, personalidad, inteligencia y talento.

Con gran lucidez, Juan Pablo II escribió: "No hay dignidad cuando se elimina la dimensión humana de la persona. En resumen, el problema con la pornografía no es que muestra mucho de la persona, sino que muestra demasiado poco".

Es la modestia, no la cosificación, lo que revela a la mujer por lo que es y lo que la empodera.

(Traducido por Elena Faccia Serrano para publicarlo en ReL en octubre de 2019.)

sábado, 23 de julio de 2022

Santo Evangelio 23 de Julio 2022



 Texto del Evangelio (Mt 13,24-30):

 En aquel tiempo, Jesús propuso a las gentes otra parábola, diciendo: «El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo, sembró encima cizaña entre el trigo, y se fue. Cuando brotó la hierba y produjo fruto, apareció entonces también la cizaña. Los siervos del amo se acercaron a decirle: ‘Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?’. Él les contestó: ‘Algún enemigo ha hecho esto’. Dícenle los siervos: ‘¿Quieres, pues, que vayamos a recogerla?’. Díceles: ‘No, no sea que, al recoger la cizaña, arranquéis a la vez el trigo. Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega, diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo recogedlo en mi granero’».


«Dejad que ambos crezcan juntos»


Rev. D. Manuel SÁNCHEZ Sánchez

(Sevilla, España)

Hoy consideramos una parábola que es ocasión para referirse a la vida de la comunidad en la que se mezclan, continuamente, el bien y el mal, el Evangelio y el pecado. La actitud lógica sería acabar con esta situación, tal como lo pretenden los criados: «¿Quieres que vayamos a recogerla?» (Mt 13,28). Pero la paciencia de Dios es infinita, espera hasta el último momento —como un padre bueno— la posibilidad del cambio: «Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega» (Mt 13,30).

Una realidad ambigua y mediocre, pero en ella crece el Reino. Se trata de sentirnos llamados a descubrir las señales del Reino de Dios para potenciarlo. Y, por otro lado, no favorecer nada que ayude a contentarnos en la mediocridad. No obstante, el hecho de vivir en una mezcla de bien y mal no debe impedir el avanzar en nuestra vida espiritual; lo contrario sería convertir nuestro trigo en cizaña. «Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?» (Mt 13,27). Es imposible crecer de otro modo, ni podemos buscar el Reino en ningún otro lugar que en esta sociedad en la que estamos. Nuestra tarea será hacer que nazca el Reino de Dios.

El Evangelio nos llama a no dar crédito a los “puros”, a superar los aspectos de puritanismo y de intolerancia que puedan haber en la comunidad cristiana. Fácilmente se dan actitudes de este tipo en todos los colectivos, por sanos que intenten ser. Encarados a un ideal, todos tenemos la tentación de pensar que unos ya lo hemos alcanzado, y que otros están lejos. Jesús constata que todos estamos en camino, absolutamente todos.

Vigilemos para no dejar que el maligno se cuele en nuestras vidas, cosa que ocurre cuando nos acomodamos al mundo. Decía santa Ángela de la Cruz que «no hay que dar oído a las voces del mundo, de que en todas partes se hace esto o aquello; nosotras siempre lo mismo, sin inventar variaciones, y siguiendo la manera de hacer las cosas, que son un tesoro escondido; son las que nos abrirán las puertas del cielo». Que la Santísima Virgen María nos conceda acomodarnos sólo al amor.